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Aseo a nuestro salón de clases por Enecita

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Notas del fanfic:

Hola, si les gusta, opinen, si no... también pue, dejen sus quejas, recomendaciones o felicitaciones jajja saluos a toos y a leer :D

Notas del capitulo:

Es oneshot, así que termina aquí, solo un capítulo, disfrútenlo, es larguito :D

No entiendo por que ese chico me mira siempre que paso al pizarrón a explicar algo (cosa que hago constantemente al ser el mejor alumno de mi clase), o cuando suena el timbre para salir al receso, pasa por mi lado y se queda viéndome con cara extraña, no se si se trata de odio o quizás tengo una cara que le resulta divertida.


Recuerdo en una ocasión, tuve que preparar una exposición a cerca de la danza relacionada con el cuerpo humano, esa fue una situación bastante incomoda, por eso es que la recuerdo perfectamente.


 


***


 


 


-Bueno, según la investigación que realicé, el cuerpo humano ha sido bendecido con la capacidad de realizar diversas acciones y actividades físicas tales como: Rotar, doblarse, girar, estirarse, saltar, etc.… 


 


   El cuerpo, como bien sabemos se compone de muchas cosas que al unirse nos permiten la movilidad. Nuestros cuerpos están compuestos por alrededor de 206 huesos, al menos 650 músculos de movilidad voluntaria, desde 4.5 a 6 litros de sangre, nervios, venas, arterias, etc. Como dije anteriormente todo esto en conjunto nos permite la movilidad que realizamos a diario, caminar, saltar, subir escaleras, incluso cosas tan comunes y obvias como mirar o respirar.


 


Pero todas las acciones mencionadas anteriormente son solo las cotidianas, que toda persona sin una discapacidad física puede realizar, ¿Qué pasa cuando a esos movimientos cotidianos agregamos música, buscando una forma de expresarnos, de interactuar en sociedad, con fines de entretención, de demostración de arte o religiosidad? Y no podemos olvidarnos de que la danza muchas veces puede ser una forma de comunicarnos sin hablar.


 


En mi opinión la danza es una rutina muy importante en la vida, en la historia del ser humano, basta con la práctica, la decisión de aprenderla y la entrega al momento de poner nuestro cuerpo en marcha, moviéndose al compás de la música.


 


     Los aplausos se escucharon en la sala y luego de que cesaran dije muy satisfecho:


-¿Hay preguntas o dudas de lo hablado? O… ¿Alguna crítica?- Esta última pregunta la hice seguro de que no habría ninguna, ya que hasta en el rostro de mi profesora de anatomía se reflejaba mi buen trabajo.  


 


 


-Tengo una duda- dijo Choi Minho levantando la mano


-Adelante, exprésela- dijo la docente. Sentí nervios, no sabía que preguntaría ese muchacho, pero de seguro algo que me perjudicaría, haciendo que mi puntaje disminuyera.


-también tengo una crítica, pero primero diré la duda…- cuando dijo eso lo fulminé con una mirada que asustó a varios de mis compañeros, él solo prosiguió…


-Ya que la clase anterior hablamos de sexualidad, ¿Cómo podría afectar en un proceso de relación sexual el que ambos sujetos involucrados sean bailarines?


 


      Pensé que me perjudicaría en mi nota, pero jamás creí que el daño fuera de otro tipo, esa pregunta sumada a su expresión llena de burla y coqueteo me puso tan nervioso que me quedé en silencio por algún tiempo, la verdad es que en el momento de mi investigación leí sobre eso, pero me conozco, de seguro me avergonzaría hablar del tema y, de hecho, ahora mismo siento mi rostro arder, de seguro estoy bastante colorado y ya todos lo deben haber notado. Aclaré mi garganta para responder.


 


-Bueno Choi, a decir verdad, puede ser perjudicial como beneficioso, ya que la costumbre al contacto físico con otras personas puede causar que las reacciones físicas no sean inmediatas. No obstante, los beneficios son mayores, el hecho de ser bailarín (a) permite que tengas un mejor dominio de tus movimientos corporales, con esto puedes lograr a través de la elasticidad que adquieres, una mejor estimulación en el cuerpo contrario.- Noté una sonrisa en su rostro con esto último… Creo que me sonrojé otra vez - ¿Te parece completa esa respuesta?- pregunté una vez calmado.


 


-La verdad es que si…- quiso seguir hablando pero lo interrumpí.


 


-¿Y cual es tu crítica CONSTRUCTIVA?- hice énfasis en la última palabra.


 


-Ya que tu disertación habla de la danza, y mis compañeros DE SEGURO me apoyarán en esto, debiste darnos una demostración, como un video, una proyección o….- ¿O? ¿Qué diría ahora este desfachatado?- Una demostración en vivo… ¿No cree Señorita?- Preguntó dirigiéndose a la profesora, la cual parecía entusiasmada con la idea de verme bailar o mostrar un video, que por supuesto no tenía de donde sacar. – Creo que… yo… bueno, ne… necesito conseguir amplificación. Busqué en mi mochila un pendrive en el que tenía guardadas muchas canciones que practicaba a diario en la academia de danza en la que estudiaba en las tardes, o en mi casa, en un salón que mi madre despejó especialmente para que yo pudiera bailar, lo hago desde los siete años y creo que en ocho años de aprende y mejora bastante, ¡pueden deducir mi edad!


 


Cuando encontré la canción que quería bailar conecté el aparato al amplificador, la canción comenzó y yo comencé a moverme, con la mirada expectante de todos mis compañeros sobre mí. Al terminar la canción recibí aplausos efusivos, pero unos sobresalían del resto, Choi Minho me veía con una expresión extraña, una mezcla de orgullo, admiración, cercanía… me sentí feliz de que me mirara así, no se por que, pero por primera vez deseé que jamás dejara de posar su vista sobre mi de esa forma.


 


******


 


 


Estaba en el salón recordando ese momento y en como se ha dado mi relación con ese muchacho durante estos dos meses que han pasado desde mi presentación de baile, que me hizo popular en la escuela en sobre manera, ya que uno de mis compañeros me gravó y lo subió a youtube, ganándome así la admiración de muchos, casi todo el colegio diría yo, y, bueno, la envidia de alguna. Con Minho las cosas no cambiaron mucho, seguíamos hablando poco, casi nada y seguía clavando sus ojos en mi sin quitarlos en ciertos momentos, con la diferencia de que ahora, yo correspondía a sus miradas la mayor parte del tiempo.


 


-Bueno chicos, por turno a los alumnos Choi minho y Lee Taemin les toca quedarse a asear el aula después de clases, el auxiliar se encargará de informarme que tan limpia quedará la sala... ¿De acuerdo alumnos?- la profesora me sacó de mis pensamientos y quedé estupefacto, Minho respondió pero yo no, me quedé de ojos abiertos mirando al anteriormente mencionado, notando en el una expresión de desagrado, me atrevería a decir que hasta de asco por tener que compartir esa tarea conmigo.


 


-¿Está bien alumnos?- preguntó otra vez la Señorita, esta vez alzando el tono de voz.                


 


-Si profesora- dijimos al unísono, nos miramos como de costumbre, pero esta vez él me hizo un desaire.


 


       Cuando dieron las 3 de la tarde (nuestro horario de salida) todos mis compañeros salieron del salón corriendo, excepto quienes estábamos a cargo de la limpieza de este.


 


- Yo correré las mesas y las sillas, tu barres, no quiero que te esfuerces mucho y me culpes luego de tus dolores de manos o caderas, bailarín.- Ese bailarín lo dijo con algo de desgano, me habló todo eso sin mirarme, con una expresión muy sería y la voz ronca, muy grave, casi inaudible, pero aun así oí bien, espera, ¿oí bien? ¿El estaba tratándome de débil? ¿O acaso me estaba cuidando?


 


-Está bien- el rió a mi respuesta – ¿de que te ríes? Pregunté serio y extrañado.


 


- De nada, vamos, empecemos.- no entendía su actuar, me mira de pies a cabeza un día, al otro me interroga y me hace bailar y al otro simplemente me ignora, realmente no entiendo y creo que este es mi momento para salir de mis dudas.


 


-Oye Choi, ¿puedo hacerte una pregunta? – dije deteniendo mi trabajo ordenado por mi receptor.


 


- Adelante, mientras no sea “¿me prestas dinero?” la verdad es que no tengo en estos momentos – Rió otra vez y, debo decirlo, me encanta que lo haga, verlo reír es un verdadero privilegio, ya que son pocos los que pueden ver sus dientes detrás de una sonrisa, y la combinación de su dentadura con sus labios eran lo suficientemente perfectos como para quedar embobado. – ¿preguntas o no?


  


 


-ah si, Choi, tu… tu me odias ¿verdad?- no se por que pero temía un poco su respuesta.


 


-¿Odiarte yo? Claro que no, esos sentimientos tienen muchas malas vibras que dañan el alma, tendrías que ser alguien demasiado importante como para merecer que yo ensucie mi interior con eso.


 


Me quedé perplejo, no sabía si sentirme ofendido o reír por la profundidad innecesaria de sus palabras, opté por lo segundo, reí mientras él solo me miraba con un signo de pregunta en su rostro. Cuando ya me calmé caminé hasta él y muy cerca de su rostro, queriendo jugarle una broma, le pregunté:


 


- ¿Estás seguro que no soy lo suficientemente importante?- la reacción que obtuve de él no fue la que esperaba, pensé que con mi broma solo lograría sacar mas su odio, pero muy por el contrario, su rostro enrojeció y quiso quitar su vista de mi al mismo tiempo que daba un paso atrás, pero la muralla de la sala lo detuvo. Ante su reacción quise seguir con el juego y entonces yo también di un paso en la misma dirección que el retrocedió, quedé muy cerca de su rostro otra vez y pregunté, sintiendo su respiración nerviosa en mi cara.


 


-¿porqué entonces tu descontento cuando fuimos asignados a trabajar juntos en el aseo?


 


-No… No lo se, yo… yo solo… ¡No me gusta hacer aseo! Ni… ni en mi casa lo hago.


 


Realmente no entendía su nerviosismo, era extraño verlo de esa manera, tan alto, con un cuerpo más bien fornido, ya que según mis fuentes informativas él también era bailarín, con esa apariencia se hace extraño verlo así de vulnerable.


 


Desde que le conozco nunca he sabido de algún noviazgo o algo parecido, es extraño, es muy guapo, su rostro es casi perfecto a mi parecer, y al parecer de todas las chicas de la escuela e incluso algunos alumnos, tiene unos ojos enormes y penetrantes, su nariz está tan perfectamente bien dibujada, pequeña, precisa para su rostro, sus labios son más bien gruesos y por lo general están llamativamente rojos, dando a pensar que acaba de soltar los labios de alguien más luego de un beso apasionado, justo como el que estoy sintiendo yo ahora... ¿Yo? ¿Sintiendo un beso? ¿AHORA? ¡Dios! ¡Minho me está besando! sus labios están sobre los míos, pero no logro reaccionar, no se mueve, yo tampoco, no se que hacer, mis ojos están cerrados... lo corresponderé. Atrapé si labio inferior suavemente con los míos y se alejó de mi, me ha dado la espalda y quedó con su rostro de frente a la muralla, no se que hacer, que decir, quiero abrazarlo pero, ¿y si me rechaza?


 


- Sabía que esto pasaría, por eso fue mi reacción al escuchar que debía limpiar el salón contigo, sabía que no podría resistirme a actuar de esta manera tan... Tan atropelladora, impertinente, obligándote a hacer algo que no querrías, de seguro ahora piensas que soy la peor persona del universo... perdóname, yo, yo solo...- Su voz se quebró, ¿estaba llorando? pero ¿porqué? a decir verdad a mi no me molestó en absoluto su actitud, quería hacerlo también, ¡solo que no lo supe hasta después de que él tomara la iniciativa!


 


-Minho, espera, yo... ¡¡¡Minho!!! - se ha ido, me deja aquí, ¡se fue corriendo y no entiendo porque! Su mochila...


 


 


*****


 


Salí corriendo de ahí... No se porqué actué de esa manera, realmente no entiendo por que lo besé, o sea, entiendo que lo amo, que me ha gustado desde que lo conocí, desde hace dos años cuando llegué a estudiar aquí en este colegio, fue el primero en recibirme con una sonrisa y desde ese momento se me imposibilitó poder hablar con él, poder dirigirle si quiera una palabra a menos que fuera por fuerza mayor o para responderle alguna cosa de la que me hablara él primero, no se de donde saqué coraje el día en que tuvo que disertar, pero verlo hablar de esa forma tan segura, tan intelectual e interesante, me armó de valor, quería verlo bailar, necesitaba verlo bailar, yo también lo hago pero jamás seré tan bueno como él...


 


-Ya no puedo seguir aquí, no se como mirarle a la cara - ¡Ya Minho! deja de hablar en voz alta, OH... pero... ¡cómo! ¿¡Cómo pude olvidar mi mochila en el salón!? ¡¡¡Aaaaish!!! Soy tan... OK, volveré y... solo pediré una disculpa y luego me retiraré... Aquí no ha pasado nada...


 


Cuando caminaba al aula sentía el corazón en mi mano, a punto de saltar al piso y salir huyendo lejos de mi, nervios, una gota de sudor corría por mi cien y luego por mi mejilla justo delante de mi oreja, ¡porqué tanto nervio, no pasará nada, él lo entenderá lo se! Es tan comprensivo, tan dulce, tan transparente, lo noto en su mirada, ¿como es que alguien logra ser tan bonito y a la vez inteligente? Creí toda mi vida que esa combinación era imposible, pero Taemin ha tapado mi boca con su propia verdad. Ni hablar de su descripción física, todo él me vuelve loco, su cabello largo atado a una cola, anaranjado, sus enormes ojos brillantes, incluso cuando la luz es escasa, realmente acompañan bien a su profunda mirada, profunda y persuasiva. Tanto pensar en él ya me está haciendo mal, mejor vuelvo rápido y salgo de ahí lo antes posible.


 


-taem...- abrí la puerta y lo primero que veo, él, justo en frente de mi a pocos centímetros con su mochila en la espalda y la mía en sus manos. - Yo... yo volví por... por que quería pedirte perdón... se... se que mi actitud...- Otra vez me interrumpió pero está vez poniendo su dedo indice en mi boca, haciendome entender que debía callar, y así lo hice.


 


-Ya lo se, se por que volviste, lo tengo claro de hace mucho rato ya y... es tan obvio...- ¿Obvio? ¿Soy tan obvio? osea que ¿él sabe de hace mucho que lo amo? Pero ¿desde cuando? - ¿Volviste por tu mochila no?


 


-¡taemin yo lo puedo explicar! Yo... espera, ¿dijiste mochila? Ah si, mi mochila... emmm eso mismo era lo que iba a... explicar - mi voz fue disminuyendo en la medida que notaba la cara de extrañeza que el chico mostraba...


 


-Ven, debemos terminar. - Quise irme pero Tae ya me había arrastrado hasta el fondo de la sala tomándome por el brazo, tenía razón, se que si me voy él terminará nuestra tarea mutua solo, ya intenté cuidarlo antes no permitiendo que mueva muebles o cosas pesadas, se ve tan frágil, no puedo dejarle justo ahora, además parece ser que no pretende tocar el tema de lo recién pasado.


 


Barría la sala de atrás para adelante co la mirada fija en lo que hacía, yo, mientras tanto solo me dedicaba a observarlo y acomodar los muebles en los espacios ya limpios por mi compañero.


 


- ¿Porqué me ves tanto? Es algo que siempre he querido saber...-


 


-¿Yo? Digo, - aclaré mi garganta - yo no estoy mirándote, solo muevo las mesas - me senté en una silla a esperar que avanzara en su trabajo.


 


- No me refiero solo a "ahora", que también estabas viéndome, me refiero a "siempre"... ¿Sabes? yo puedo sentir las miradas - Valla de haber sabido antes eso me hubiese moderado un poco, además, ahora que lo pienso, habían ocasiones en que en clases de deporte, o aquí en el mismo salón, me quedaba viéndole y de pronto giraba su cabeza y parte de su espalda de manera muy segura, descubriendo mi accionar y a parte que quedar perplejo, me avergonzaba en sobremanera.


 


- No lo se, no se por que lo hago, solo, me pareces una persona interesante, es todo. - No es todo, ¿Debo decirlo? No creo que sea el momento indicado, bueno, ya lo besé, fue corto y simple pero probé sus labios.


 


- ¿Solo eso? ¿Eso es todo? ¿Hacerme bailar para ti, por que fue para ti exclusivamente, mirarme todo el tiempo, sonreír al escuchar mi nombre en la lista, intimidarme con tus preguntas de "el baile ayuda en relaciones sexuales" y todo eso, BESARME, se reducen solo a un "me pareces interesante"? - ¿"Exclusivamente para ti"? ¿Él quiere decir que... ba... bailó para mí? ¿Para que yo lo viera?


 


- Lo del beso, puedo explicarlo, yo no... No quería... osea no quiero decir que exista persona en el mundo que no quiera besarte, tu eres hermoso, yo... si quería pero... no...A... la vez? ¡Aish! ¡No se que decir! quizás no solo eres interesante... quizás yo... Nada, olvídalo...- No se que hacer realmente no se que decir...


 


Nos quedamos mirando fijo por un momento y de pronto la puerta se cerró, con un gran golpe, creo que fue el viento, me disponía a hablar cuando sentí un silbido... alguien entonaba una canción fuera de la sala y decidí continuar en silencio, taemin hizo lo mismo, solo nos miramos fijamente, un sonido extraño y de pronto el silbido cesó.


 


- ¿Qué fue eso? - preguntó taemin algo alterado dirigiéndose a la puerta con gran apuro, le seguí tratando de calmarlo, de verdad se veía alterado.


 


- Eso ¿qué? Nada, de seguro era el encargado de la seguridad del colegio, ¿porqué tanto alboroto? - Tae iba a tomar la manilla de la puerta pero me adelanté a tomar su mano primero, lo giré y quedó de frente a mí. - Cálmate, ¿que es lo que pasa?


 


- Esto es lo que pasa - Me dijo sacándose de mi agarre, se dirigió a la puerta, trató de abrirla y no obtuvo un buen resultado, la puerta tenía llaves y al forcejear contra ella se oyeron perros ladrar desde la planta baja del colegio, ¿estamos encerrados? ¡Esto no puede ser peor!


 


Taemin comenzó a zamarrear la puerta y a gritar pero nadie, excepto los perros, podría oírnos, estábamos ahí, atrapados y al parecer, hasta el siguiente día.


 


- ¡Tú! - ¿Yo? - ¿No piensas hacer nada? - ¿Porqué tendría yo que buscar alguna solución a algo que, claramente no la tenía?


 


- No hay nada que podamos hacer, solo calmarnos, terminar de limpiar y buscar la forma de pasar la noche de una manera relativamente cómoda.


 


Esto es difícil, veo la preocupación de Tae en su cara, él es de una familia bastante adinerada, sus padres casi no están en casa, sus niñeras o empleados jamás van a llamar a algún lado para averiguar a cerca del bien estar del cómodo hijo de sus patrones, y en cuanto a mí... Mi madre dejó de llamarme o averiguar de mi bien desde que me fui de casa a causa de querer bailar y no seguir los pasos de mis padre y abuelo, doctores ambos, mis estudios los siguen pagando, pero de todo lo demás me hago cargo yo, con mi propio esfuerzo. ¿Cómo es que se lo de taemin? Bueno, su mejor amigo es mi hermano menos, él sabe lo que siento por él así que me cuenta cosas de mi pequeño, siempre y cuando no rompa con sus normas de amistad, se puede deducir que nunca me ha hablado del ámbito amoroso de la vida de Tae, por eso es que no tengo la mas mínima idea de sus gustos, sus preferencias o de si llegaría a fijar sus ojos en mi y darse cuenta de lo que siento por alguien, que si fuese tangible probablemente sería un bulto tan grande que desde cualquier punto del mundo podrían verlo.


 


- Choi- me sacó de pronto de mis pensamientos, sentándose en el suelo en un rincón de la sala, lo imité, quedando a poco menos de un metro de él.


 


- Llámame Minho por favor y dime ¿que ocurre?


 


- Está bien, Minho, tu... ¿en verdad deseas que olvide lo que intentabas decirme? ¿Tus miradas y... tu beso?- Esa pregunta me dejó inmóvil, pero ahora que lo analizo, su voz sonó triste y ni hablar de su mirada, baja, como perdida en algún lugar y sin mucho deseo de cumplir mi petición que él trataba de corroborar.


 


- Yo... no lo se - lo miré y me deslicé sin ponerme de pie, hasta quedar cerca.


 


- Está bien, lo olvidaré, y olvídate tu también de como correspondo a tus miradas, de que intenté que mi baile llamara tu atención tanto como fuera posible, olvida que intenté corresponder a tu beso justo antes de que te separaras de mi e intentaras correr y... olvídate de mi, de todo, no volveré a hablarte jamás si es lo que quieres.- Se volteó mirando una cartulina con concejos de la vida cotidiana pegada en la muralla, mientras sentí la muerte apoderarse de mi con esas palabras, primero por que el solo pensar que el poco hablar que teníamos pasaría a nada, segundo, nuestra maravillosa comunicación expresada en miradas se acabaría y tercero, debo tomar eso como... ¿una declaración? Realmente su baile fue para mí, o eso entiendo yo, ¿Estoy soñando o el chico mas codiciado en la escuela está intentando decirme algo?


 


-Espera, ¿en verdad tu baile fue para mí? - ¡que pregunta mas tonta atiné a decir!, ¿que pasa conmigo? El solo me miró con mucha ira para luego volver su mirada al mismo lugar que estaba antes en un gran, GRAN desprecio, lleno de decepción y no lo culpo, hasta yo lo estoy, pero es que de verdad es como un sueño hecho realidad el estar aquí con él, justo ahora, solos, tan cerca el uno del otro, hablando mas palabras de las que nos dijimos en dos años, ¿Como actuar natural? Dirigí mi mirada a donde estaba puesta la de él, el concejo que más resaltaba era uno justo en el centro escrito con letras muy bellas, que si no mal recuerdo, cuando todos los integrantes del curso escribimos una corta moraleja en aquel pliego, fue ese mismo el que escribió Taemin. "Decir la verdad, aun que hieras o te hieras, siempre será la mejor decisión" Y que razón tenía. ¿Estará intentando decirme algo? ¿Será este el momento indicado?


 


- Taemin... yo... TAEMIN - me miró - si quieres no vuelvas a hablarme, pero primero debes escucharme una cosa así que por favor no dejes de mirarme por esta vez, hazlo como hasta ahora siempre ha sido - asintió con la cabeza - yo... entiendo tu concejo, por eso creo que lo mejor es que sea sincero contigo y te diga la verdad, yo, te miro siempre, te besé y fui feliz, pienso en ti, incluso dormido, reflejándose en mis sueños, contigo, porque...- bajé la mirada porque no era capaz de decirlo mirando sus ojos bien abiertos y sus mejillas algo sonrojadas, no se por que razón. - Me gustas de hace mucho, me encanta tu manera de expresar lo que crees, con tanta seguridad que eres capaz de convencer a cualquiera de tu punto de vista, me gusta como te mueves al bailar o caminar, me encanta tu voz, hablando o cantando, da igual, adoro tu cabello, tu figura, tu simpatía y atención al resto, pero por sobre todo amo tus ojos mezclados con la forma en que ellos miran el mundo que le rodean, yo... - esta vez levanté mi vista para mirarle, pero se estaba poniendo de pies, ¿que hice? ¿Dije algo malo? ¿Se habrá molestado? Continuo.- Yo...- Al ponerse de pié tomó mi mano y así hacer que me levante junto con él, una vez lo hice me empujó fuertemente con sus manos contra mi pecho, haciéndome chocar contra la muralla que se encontraba justo atrás de mi, por suerte y no era un pozo o un acantilado, de esa caída nadie me salva. Sonreí ante mi pensamiento, pero al verlo sonriendo también acercándose demasiado a mí y alzando sus brazos hasta rodear mi cuello, mi sonrisa se volvió una mueca de nervios, ¿me va a dar una cachetada? ¿Me va a besar? fue la segunda opción, al ser mas pequeño que yo, se afirmó de mi nuca y mis cabellos con fuerza, obligándome a descender un poco, su cuerpo se apegó a mi y sus labios se posaron en los míos, los movió de forma suave, a diferencia de sus otros movimientos como el empujón o el agarre de mi cabeza con sus finas manos, sentí de pronto su lengua recorrer mis labios de extremo a extremo y entonces le di entrada. El beso fue mas bien largo, se tornó mas profundo con el paso de los minutos, realmente su boca es adictiva y mucho mas dulce y suave a como la soñé mil veces, era perfecto, lo abracé por la cintura intensificando aun más si es que se podía aquel contacto, pero luego de unos segundos me sentí ahogado, creo que él también, ya que ambos nos separamos coordinadamente, lo miré pero el no, miraba mi pecho, con sus mejillas totalmente alborotadas y con la respiración entrecortada.


 


- Te Amo- Dijo, robándose, tanto las palabras que diría antes, como el poco aliento que me quedaba.


 


- Yo también te amo y eso era exactamente lo que iba a decir antes de tu interrupción, ahora creo que debo demandarte, irás detenido - en ningún momento solté su cintura muy bien formada (algo nuevo, no conocido por mi) me miró con grandes ojos - Ladrón de palabras y de primer beso.


 


- ¿Eso es cierto? no lo imaginé de ti.


 


- Muy cierto, y no sabes lo feliz que me hace que seas tu, aun que fuera a morir justo ahora, lo haría feliz


 


- No digas eso- dijo dándome un golpe suave en el hombro y volviendo a ponerla en mi cuello - Eres tan guapo, todos en el colegio hablan de ti, tienes hasta un fans club, ¿nunca te interesó ninguna de ellas? ¿O algún "él"?


 


- Para serte sincero, he esperado esto desde que te conozco, antes de hacerlo, solo pensaba en bailar y jugar baloncesto además de las presiones de mi madre para que sea el mejor de la clase, debía seguir los pasos de mi padre y para llegar a ser un médico hay que estudiar mucho, por eso siempre soy el SEGUNDO LUGAR - dije con un enojo fingido mis últimas dos palabras - Pero cuando te conocí a ti, mis prioridades cambiaron, a parte de dejar mi obsesión por jugar basket, me inspiraste a ser un mejor bailarín día a día, llegar a ser tan genial como tú es y será siempre una de mis metas y bueno... Tú te sumaste a mi lista de prioridades, tomando el primer lugar y ahora después de esto aun más.


 


- Wua... no pensé que fuera tan importante para ti, créeme que para mi tu también eres una prioridad, la primera, pero, a diferencia tuya yo no estudio por cumplir el deseo de mi madre, mi meta, a parte de ser un gran bailarín es estudiar medicina o algo relacionado, es lo que me apasiona, ayudar a gente, salvar vidas, conocer niños y darles esperanzas de que se salvarán de enfermedades que no les permita vivir felices, eso me llena, por eso es que cada día estudio mucho por ser el mejor, y ahora que pienso bien, se me ocurre una gran idea ¿Qué te parece si ambos, juntos avanzamos tras esos dos sueños?


 


La verdad es que las palabras de Taemin me hicieron ver un lado maravilloso de aquello que comenzaba a detestar, la carrera de mi padre, quien muchas veces se desveló cuidándome cuando era pequeño y me enfermaba a causa de mi falta de defensas. Él salvó y sigue salvando muchas vidas, recibíamos regalos de gente agradecida de la labor que mi padre realizaba, llamadas telefónicas y cosas similares, agradeciendo su ayuda profesional, cabe mencionar que mi padre tiene una forma muy peculiar de atender a sus pacientes, siempre los hace reír, alegra sus vidas, incluso a ayudado a vivir feliz a personas que no tienen remedio a sus enfermedades, aun sabiendo que van a morir mas temprano que tarde, han aprovechado sus últimos momentos en vida gracias a las ayudas brindadas por el hombre que me dio la vida.


 


- Tienes razón, puede no ser tan malo después de todo, además, si vas conmigo en este camino, de seguro todo será perfecto.


 


*****


 


Y así fue, hoy después de 6 años, aun Taemin ha estado a mi lado, alentándome cuando he dicho "voy a dejar la medicina" o "no quiero bailar mas, no es lo mío". Hubieron problemas, eso es normal, a veces peleas e incluso en una ocasión decidimos no vernos más, pero por coincidencia ambos llegamos un día, a la misma hora, a un mismo café, nos reímos y abrazamos, la verdad es que ese mes, separados nos hizo ver que no podíamos vivir separados. Ya han pasado 4 años desde esa pelea, los mismos cuatro años estudiando la carrera que mis padres escogieron para mi en un principio y que finalmente terminé amando por cuenta propia, volví a casa, a vivir con mis padres impulsado por Tae, al parecer lo quieren más a él que a mi, OK, es solo un decir, pero le adoran, casi tanto como yo. Lo amo mucho, y se que seguiré el resto de mi vida a su lado, bailando, sanado niños en nuestra futura clínica pediátrica, o en el hogar, siempre juntos, todo gracias a que, por sorteo, un día en tercer año de enseñanza media, tuvimos que hacer el aseo a nuestro salón de clases.

Notas finales:

Les gustó? ojalá si, lo escribí con todo mi amor para las/os fans del 2min :D en lo personal, lo amo :P


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