Cuaderno blanco y negro.
Capítulo 1
Hace un año atrás, para mi tercer aniversario con mi actual novio, él me regaló un cuaderno especial para dibujar, el cual mide cincuenta centímetros de alto por setenta y cinco centímetro de ancho, contiene doscientas hojas de un blanco envejecido y una hoja negra casa diez de las anteriores.
Durante este año he utilizado alrededor de sesenta hojas blancas y 4 hojas negras, estas últimas con escritura en lápiz plateado.
De las sesenta hojas utilizadas hay ocho que han sido arrancadas y una que tache con una enorme X, atravesando toda la hoja de punta a punta.
Hoja negra N º 1:
Taemín:
Hola, soy tu nuevo cuaderno, nací de la fibra de algún árbol de roble, ese árbol fue cortado para fabricar incontables hojas de papel; estos papeles, para juntarlos y anillarlos de forma horizontal en su parte superior, los anillados sellaron estás hojas cubiertas al comienzo y al final con tapas de cartón muy grueso y firme con una diversidad de diseños coloridos y entretenidos, para así captar la atención del comprador, el comprador eligió el que le pareció apto para su persona especial y luego fue entregado a ese alguien que le dará una buena utilidad como de seguro tú lo harás conmigo.
La persona que me eligió para ti debe conocerte bastante bien, ya que cuando yo me encontraba en la tienda de artículos escolares o de entretención, escuché a un chico decir al vendedor lo siguiente:
“Joven: Hola, buenas tardes, necesito comprar algo muy especial para una persona que lo es aun más.
Vendedor: Hola buenas tardes, antes que todo, yo lo atenderé, mi nombre es Kim Kibum ¿Qué “tan especial” es esa persona?
Joven: Bueno, él es mi novio.
Vendedor: Ah… ¡Ok! Entonces, por favor descríbame a su novio.
Joven: Está bien, él es joven, tiene 22 años pero más parece de 17, en apariencia como en personalidad, le gustan mucho el amarillo y el rosado, le encantan las imágenes geométricas. Es cantante y bailarín. Dibuja bastante bien por cierto, desde los 9 años… ¿Sabe? El siempre llamó la atención de sus profesores y padres por esto, cuando sus padres murieron dejó de dibujar por casi un año, pero…
Vendedor: ¿Señor? ¡¡Señor!!
Joven: ¡Oh! Si, perdón…
Vendedor: Como sea, tengo algo excelente para usted, sígame por favor.”
Entonces aquí es donde aparezco yo, el vendedor me tomó entre sus brazos y me enseño ante el comprador, él mostró una gran sonrisa, no solo por mi utilidad, también por que los colores y diseños de mis tapas son exactamente como lo descrito por el interesado.
La intención de mi comprador es que dibujes en cada una de las hojas todas aquellas cosas que alguna vez te hagan llorar, no puede pedirte que dibujes lo que te haga reír o sonreír, ya que él piensa que tienes un alma tan pura y hermosa, que logras ver el lado bello y positivo de todas las cosas, ¡Acabarías con todas mis hojas en menos de un mes! Pero si, quiere que dibujes las cosas que te hagan más feliz que todo, selectivamente.
Taemin, hay una cosa que mi comprador no sabe de ti. Cuando estaba en la tienda, ese chico, Kim Kibum le dijo que también era dibujante, entonces mi interesado le preguntó:
“Joven: si usted estuviera sufriendo mucho, tanto que decide no volver a dibujar ¿Qué podría causar que vuelva a hacerlo?
Vendedor: Fácil, el amor, solo enamorarme podría hacer que quiera volver a dibujar.
En ese momento el chico, quien me compró, pensó que eso era imposible, cuando él te conoció tu ya dibujabas, es más, trabajabas en eso, a menos que se enamorara de alguien más, pero ¿volver a enamorarse de mi en tan poco tiempo?... si no es eso, entonces, ¿Qué fue lo que realmente te llevó a dibujar otra vez?
Mi amado nuevo dueño, espero ser de tu entero agrado. Recuerda llenar cada hoja negra con lo que sea que quieres contar, solamente, una vez hallas completado las diez previas hojas con dibujos.
Quien me eligió para ti dice que te Ama inmensamente mucho.
Atentamente, tu nuevo cuaderno de dibujos.
Cuando terminé de leer la hermosa dedicatoria que ese lindo cuaderno traía escrita en su primera hoja negra, con lápiz plateado, noté que mis lágrimas corrían por mis ojos y entonces supe qué debía dibujar en la primera hoja blanca que estaba justo después de aquella escritura que ablandó mi corazón inmensamente.
Dibujé a una persona sentada en un enorme sillón, la perspectiva era la vista desde una esquina superior que abarcaba todo un living, el de mi casa. El personaje en el sillón se encuentra sentado de piernas cruzadas con un enorme cuaderno abierto sobre las piernas, mirando con expresión de agradecimiento y lágrimas en los ojos a su novio, que se encuentra de pies junto al sofá, esperando la reacción del que está sentado, con gran ansiedad y una enorme sonrisa en el rostro.
Después de mirarlo por un largo rato, dejé mi cuaderno a un lado y sin ponerme de pie me giré completamente hacia él para mirarle bien, luego de un silencio eterno me decidí a hablarle.
- Gracias, es maravilloso que mi cuaderno sepa hablar – en ese momento ambos soltamos una carcajada – Yo también te amo mucho.
- No me agradezcas - dijo sentándose a mi lado, sin borrar su sonrisa y tomando mis manos – Debes darme algo a cambio.
-¿Algo a cambio? – mis ojos se abrieron sin dejar de sonreir.
-Si, quiero que me cuentes aquella única cosa que no se de ti. ¿Qué fue lo que te hizo volver a dibujar?