Desperté, una vez mas en mitad de la madrugada, como de costumbre, solía hacerlo todas las noches desde que tengo memoria... Esa pesadilla volvía, una y otra vez sin cesar… No dejaba de perseguirme...
Pero ya sabía lo que tenia que hacer para volver a dormir de nuevo. Me levanté y fui a la sala de estar del piso de abajo, abrí la ventana y salí al pequeño balcón. Me senté en la tumbona, y, poco a poco, mis párpados se fueron cerrando mientas el viento susurraba cosas en mi oído… Sentí como, lentamente el sueño se apoderaba de mí, y me deje llevar... De nuevo, a mis pesadillas.
-Vamos, Key, despierta o volveremos a llegar tarde al instituto... Dijo Onew recién levantado, aunque bien peinado, como siempre, por variar. - ¿Las pesadillas siguen atormentándote pequeño…?
- Sabes que si… Nunca se van... Dije, seguido de un largo bostezo ya que esa noche, no había sido de las mejores y no había podido dormir demasiado... -Bésame, por favor, hoy ha sido una noche horrible...
Antes de que pudiera terminar la frase, Onew se arrodilló hasta que mis ojos se encontraron con los suyos... Compartimos una mirada durante unos segundos antes de que sus párpados comenzaran a cerrarse, y sus labios aproximarse a los míos... Lentamente abrió la boca dejando pasar su suave lengua, encontrándose con la mía, acariciándose mutuamente durante un tiempo hasta que se incorporó, giró hacia la sala y se fue, pero antes de que pudiera perderlo por completo de vista pude oírle hablando solo... No tengo muy claro sobre que.
Me decidí a levantarme por fin de la tumbona, entré en casa, atravesé el salón y fui a la cocina a prepararme algo para desayunar antes de ir a clase. Miré el reloj una vez sentado en la mesa con un tazón de leche frío y un trozo de pan reseso, aún tenía 50 minutos hasta tener que salir con Onew de casa... Terminé de desayunar y me aproximé al fregadero para lavar la taza. La sequé y la coloqué en la alacena, al pasar por la sala para ir al baño a ducharme, me fijé en que había olvidado cerrar la ventana, me aproximé a ella y la cerré. Había comenzado a llover de una manera exagerada, pero los cambios repetimos de tiempo, en pleno otoño no era nada raro.
Tras haberme duchado y ya vestido fui a la habitación para juguetear un rato con Onew, ya que aún teníamos 20 largos minutos antes de tener que irnos , cuando subí las escaleras me tire encima de él sobre nuestra cama, agarré su mano, y lo besé, una y otra vez, acaricié su pelo, sus mejillas y su torso.. Muy lentamente hasta aproximarme al botón de su pantalón. Lo desabroché. Bajé la cremallera y arranqué los pantalones de su cuerpo, mis manos subieron inconscientemente a su abdomen, dominadas por la lujuria, acariciando su pecho, que emanaba un calor muy agradable... Poco a poco, fue empujando, para no hacerme daño... Siempre evitando mi dolor... Muy lentamente... Y así... Todo lo que me rodeaba dejó de existir, todo, excepto él.
*
Key se levantó y comenzó a vestirse, me quedé observándolo, me gustaba hacerlo, siempre lo hacía, cada movimiento de su cuerpo me hipnotizaba cada vez más y más... Comencé a vestirme yo también, no quería llegar tarde de nuevo, así que, termine de vestirme, hice la cama y fui al baño para cepillarme los dientes... Primero los superiores, de izquierda a derecha y luego los inferiores, como abuelo me había enseñado cuando aún era un crío. Acerqué la boca al lavabo para escupir la espuma, abrí el grifo y un chorro de agua fría salió de él, abrí la boca y la llené de agua, y volví a escupir. Levanté la mirada hacia el espejo y encontré a Key detrás de mí, apoyado en el marco de la puerta, sonriéndome.
Se acercó a mí, me abrazó por la espalda, como solía hacer, apretó su cuerpo contra el mío y posó su cabeza sobre mi hombro.
-Te quiero... dijo mientras acariciaba mi pelo con una mano mientras la otra hizo un breve viaje a mi entrepierna.
Me giré hacia él, lo encontré mirándome a los ojos... Su mirada... Una mirada tan intensa... Una mirada tan llena de sentimiento... "Podría pasar así horas, días...” pensé. Y era cierto, creo que seria capaz de pasar incluso meses abrazado a Key, sin hablarnos, solo mirándonos, minuto tras minuto, hora tras hora, día tras día durante meses...
Preparé la mochila para las próximas seis horas que pasaría en el instituto. Bajé al piso inferior, cogí la chaqueta verde impermeable que me había regalado Key la semana pasada y un paraguas. Ya cerrando la puerta tuve que entrar de nuevo a coger las llaves que estaban sobre la mesa del salón. Key me estaba esperando en el ascensor. Bajamos y salimos a la calle. Ya llegábamos tarde a la primera hora así que decidimos ir sin prisas... La lluvia cada vez iba a más y los truenos no tardaron en llegar. A medio camino Key me pidió que siguiera un momento sin el, porque quería pararse en una tienda o eso fue lo que yo pude entenderle ya que me lo dijo de espaldas y con el ruido que producía la lluvia calle do sobre el suelo y mi paraguas, apenas pude oírle.
Me limité a hacer lo que él me dijo, así que seguí mi camino hacia el instituto. Como vi que Key tardaba un poco el alcanzarme decidí ponerme los cascos y aminorar el paso... Iba totalmente centrado en la música, tarareando cada canción... Hasta que un trueno, que hizo brillar toda la ciudad, me hizo quitarme los cascos y apagar el iPod por miedo a algún tipo de descarga. Soy un paranoico. Poco después escuché un ruido terrible sobre mi cabeza.
Cuando alcé la mirada, una luz me cegó por completo, note como algo me aplastaba, y perdía el conocimiento.
*
Cuando salí de la joyería, tras haberle comprado la alianza a Onew para pedirle matrimonio, la guarde en el bolsillo interior de la mochila, abrí el paraguas y comencé a correr para alcanzarlo. Tras unos minutos de carrera tuve que parar por la cantidad de coches de policía que había, pero no solo eso, sino que también había un par de ambulancias y un camión de bomberos. Decidí acercarme un poco para saber que era lo que podía haber causado tal desastre. Una vez allí, llame a uno de los policías y le pregunté que había sucedido...
-Verá... comenzó... Por culpa de la tormenta y de la lluvia, uno de los trenes de alta velocidad que pasa por encima de la ciudad descarriló... Por desgracia han muerto unas setenta personas y otras quince están en cuidados intensivos...
Mientras el policía hablaba yo no podía evitar pensar en una cosa... Onew... ¿Donde estaba? Decidí llamarlo al móvil... Nada... Apagado. Levante la mirada y me quede unos minutos contemplando el desastre... Era como de una película de terror... Cadáveres apilados en el suelo como bolsas de patatas... Amontonados, unos encima de otros... Me parecía repugnante que pudieran tratar así a esa pobre "gente"... De repente, una última camilla, llevada por un par de enfermeros era llevada a la ambulancia, un pequeño traspiés de uno de ellos hizo que la camilla se tambaleara y el bazo del paciente se deslizó por debajo de la sabana que lo cubría. Un brazo con una mano de piel pálida y chaqueta verde...
Comencé a gritar su nombre... ONEW... Corrí, corrí todo lo que pide para poder estar a su lado. Monté en la ambulancia con él y los dos enfermeros.
Estaba viendo como moría, viendo como la felicidad desaparecía en mi mente, como su luz se iba apagando con cada bocanada de aire, veía con mis propios ojos como la persona a la que amaba iba consumiéndose por el dolor. Y como yo moría con él, como dejaba de respirar con él, como me consumía como él... Viendo como mi vida desaparecía ante mis propios ojos...
Una ultima lágrima escapo de mi ojo y resbaló por mi sonrojada mejilla antes de que toda esperanza de seguir a delante, desapareciera.