Las hojas de los árboles iban cayendo lentamente, bailando y moviéndose de un lado a otro hasta llegar al suelo. No sé cuantas había visto caer ya, antes las estaba contando pero me distraía con cualquier otra cosa. Eso mismo, distraerme era lo que necesitaba, la clase de historia estaba siendo rematadamente aburrida. ¡Alegría, por fin! Habían empezado a salir a fuera los de último curso, o sea, los de un año más grande que yo. Suponía que irían a correr o a jugar a cualquier cosa, ahora les tocaba la clase de educación física. Si tenía suerte podría llegar a ver a esos dos bobos peleándose.
Cuando hablo de los dos bobos me refiero a Minho y a Jonghyun, dos chicos, ambos bastante atractivos, que se picaban constantemente. ¿Por qué? Para ganar popularidad, eso mismo. Ambos estaban constantemente enfrentándose para ser el que más llamaba la atención al resto del centro. Minho, un chico muy alto y guapo, era el jefe del club de baloncesto. Lo sería también del club de futbol y de todos los deportes posibles si no fuera porque no le dejaban participar en tantas actividades. A parte de eso, era bastante estudioso. No se puede decir que fuera todo un cerebrito, pero el chico sabía. Tenía mucho éxito con las chicas, aunque no entendía como no se podían dar cuenta de que las estaba usando. Bueno, el bobo número dos era Jonghyun. Era un año más mayor que los demás, pues repitió un curso, creo que segundo. Era bajito pero tenía un cuerpo muy bien trabajado. Digamos que él se ganaba la fama haciendo gamberradas, entre otras cosas. También tenía muchas chicas detrás de él, y también las usaba a su modo. Y la pregunta es, ¿por qué me parecía tan graciosa la situación entre esos dos idiotas? La respuesta es simple. Su nuevo objetivo era yo, Lee Taemin. Ambos querían que yo fuese su novio y yo me limitaba a jugar con ambos, para pasar el rato. Los dos se odiaban el uno al otro y no soportaban que yo estuviera con el contrario, pero sabía que en el fondo se gustaban entre sí. Y, obviamente, a mi no me gustaba ninguno de los dos. Podía reconocer que tanto Minho como Jonghyun estaban muy buenos, pero como mucho les tenía interés físico, pues ambos eran demasiado desagradables para mi gusto.
Minho me vio desde fuera y me saludó con la mano. Yo simplemente le sonreí y le guiñé el ojo. Jonghyun, al darse cuenta gruñó y empujó a Minho para luego, más exageradamente, saludarme también. Hice exactamente lo mismo que le había hecho a Minho, y luego disimulé mirando mi libro de historia, que me di cuenta que ni siquiera estaba abierto. Mientras intentaba buscar algo que me pareciera mínimamente entendible en las páginas de mi libro, pensé con cuál de los dos saldría hoy. Ante mi indecisión opté por decidir que el primero que me lo pedidera se llevaría el premio, así pelearían un poco más. Volví a mirar por la ventana, ya habían empezado a jugar a baloncesto, bingo. Obviamente, Minho y Jonghyun iban en equipos diferentes, y eran los que más se enfrentaban de ambos equipos. Estaba claro que ganaría Minho, él era más bueno que Jonghyun.
Y, efectivamente así fue. Aunque empezara a hacer un poco de frío ya, a los de fuera que habían estado jugando al baloncesto les era indiferente la temperatura. Minho se levantó un par de veces la camiseta para airearse, pero al oír un gritito entusiasmado de fangirl detrás de mí se giró por completo y dejó la camiseta bien puesta en su sitio. Y ese grito fue Sulli, una de las… muchas chicas que va detrás de Minho, y que, además, va a la misma clase que yo. Era uno de los perritos falderos de Minho, que iba detrás suyo todo el día, persiguiéndole, esperando que él le hiciera caso y le pidiera para salir. Pero en vez de eso, utilizaba a la chica para que le consiguiera cosas o le hiciera cualquier favor que le pareciera suficientemente aburrido de hacer para él. Vamos, que la utilizaba y ella no se daba cuenta. Bueno, ellas, todas las chicas que iban detrás de Minho. Y con Jonghyun ocurría exactamente lo mismo. A mí, personalmente, me parecía gracioso, ya que la mayoría de chicas ni se daban cuenta de que no les prestaban mínima atención.
- Oye Taemin… ¿Lo has visto? - Me dijo en voz baja.
- Claro, hasta que has gritado y has conseguido que se bajara la camiseta – Me giré y le sonreí con sarcasmo. No soportaba a esa chica, se creía que era su mejor amigo. O simplemente le interesaba porque sabía algo relacionado sobre Minho y yo. Se pensaba que me gustaba él o algo, pero negaba rotundamente que fuera al revés, que Minho me quisiera a mí, claro, porque Minho era demasiado guapo y masculino para ser homosexual… Ya.
- Lo siento… -parecía algo triste - ¡Oh, mira mira, ahora se ponen a correr! – sus ojos volvieron a brillar.
- ¿Quieres callarte? – dije bastante alto. Cosa que hizo que el profesor me llamara la atención y me mandara fuera de clase por culpa de la niña esa. – Gracias – susurré cuando me levanté de la silla. Miré por la ventana y vi que Jonghyun me estaba haciendo señales con los brazos y manos. Perfecto. Salí casi corriendo de clase y me dirigí escaleras abajo para salir al patio de afuera, donde estaban haciendo educación física. El profesor no estaba por ahí, así que no tenían vigilancia. Jonghyun me vio en poco menos de diez segundos y se acercó hacía mí, que estaba un poco escondido para que no me dijeran nada los demás alumnos. O para que no me viera Minho, aunque él estaba demasiado ocupado haciendo deporte.
- Hola – se peinó un poco el pelo con las manos. Yo me limité a hacerle una señal con la cabeza – Dime que no has visto el partido.
- Eh… Puedo decírtelo pero sería mentira. Aunque estaba claro que ganaría el equipo de Minho, a él se le da mejor todo esto.
- Ya… ¿y cómo has conseguido salir de clase?
- “Hablando en el volumen de voz no adecuado“– Dije haciendo comitas con las manos. Él se rió.
- Ya veo… Bueno, ya sé que querías verme. – Dijo con prepotencia.
- Yo no – Ahora fui yo el que se río.
- Ja ja… En fin, ¿haces algo esta tarde?
- ¿Lo dices para salir conmigo? Creo que había quedado con Minho… -dije con media sonrisa.
- ¿Qué? ¿Cómo puedes salir con esa… rana? Pensaba que era una broma.
- ¿Rana? Si sus ojos grandes le hacen más atractivo.
- ¿Qué? ¿Minho atractivo? – Se quedó un rato pensando, y después sacudió la cabeza. – No. –Dijo algo nervioso. – Bu-bueno, ¿entonces esta tarde no quedarás conmigo?
- Quizás. Depende de los exámenes.
- Si los dos sabemos que no estudias por los exámenes, como yo.
- ¿Y si quiero volverme aplicado? – Se oyó el timbre que indicaba el cambio de clases. – Creo que tienes que irte a cambiarte de ropa… estás sudado. – Me miró levantando una ceja.
- Vale, ya me voy. – Justo entonces pasó por delante nuestro Minho, que al ver que estábamos hablando frunció el ceño, enfadado. Aproveché que estaba mirándonos para besar a Jonghyun, cogiéndolo por la cara y acercándolo a mí. Él quería alargar el beso, pero me aparté en pocos segundos de sus labios.
- ¡Adiós! – Me giré sin apenas mirar ni a Jonghyun ni a Minho y me fui corriendo hacia el edificio del instituto para ir a clases. Había garantizado una pelea entre Minho y Jonghyun segura. Y eso quería decir que Minho iría a verme. O a buscarme. La cuestión era que vendría a hablar conmigo.
Después de la siguiente clase, me escapé para irme a pasear por los pasillos, no quería seguir en clase, era demasiado aburrido. Cerca de la biblioteca me encontré con Minho, quien vino sin dudarlo dos veces.
- ¡Hola! – Le saludé con una sonrisa. Él me miró con los brazos cruzados.
- ¿Era necesario que te besaras con Jonghyun delante de mí?
- ¿Por qué lo dices? ¿No te gusta que me bese con él o que él se bese conmigo?
- ¿Qué? – Se quedó pocos segundos en silencio, algo confuso - Lo que no me gusta es que lo hagas. Luego no sé qué se supone que tengo que pensar yo al respecto de eso.
- Pues nada.
- Ya… - Silencio de nuevo, por parte de ambos.
- Bueno, ¿podrías ayudarme a estudiar? Es que hoy no he entendido muy bien la lección de historia…
- ¿Porque nos estabas mirando…? – Me interrumpió, con una sonrisa.
- No, porque Sulli no dejaba de molestarme. – Al oír ese nombre Minho resopló.
- Vale. ¿Pero tiene que ser ahora?
- Tengo hora libre- Mentí, y él lo sabía. Pero es que quería que él también se saltara clase.
- Taemin… - Me acerqué a él con mi aegyo, para que no acabara la frase. – ... De acuerdo – Dijo en un suspiro.
En pocos minutos ya estábamos sentados en una mesa de la biblioteca con todo el material preparado, y solos, porque a esa hora nadie tenía hora libre.
- Bueno… ¿Qué es lo que no entiendes? – Minho abrió mi libro de historia que estaba prácticamente intacto.
- ¿Crees que vamos a estudiar de verdad?
- Encima que me salto clases para ti y hago el esfuerzo…
- Pues hazlo para otra cosa. – Me acerqué con la silla hacia la suya, quedando una al lado de la otra, enganchadas. Él me miró sonriente y yo le devolví la sonrisa para besarlo lentamente. Aunque se separó de mí, mirándome serio.
- No, espera.
- ¿Espero qué? No me digas que estás enfadado por lo de esta mañana… - Se quedó en silencio - Bueno pues me pondré a estudiar. – Escuché como se reía y le lancé una mirada asesina para que se callase. Él simplemente se limitó a besarme, con más intensidad que antes. Correspondí al beso mientras mi lengua luchaba contra sus labios para entrar en su boca, noté una sonrisa por parte suya y aproveché para meter mi lengua dentro y empezar a jugar con la suya, mientras estábamos cada vez más juntos, más cerca. Al separarnos por falta de aire, Minho tiró su silla hacia atrás, dejando espacio entre la mesa y él para que me sentara en su regazo. Volvimos a besarnos intensamente, a la vez que nuestros cuerpos estaban más pegados el uno al otro. Aproveché para empezar a mover mis caderas contra él, provocando pequeños choques y roces en su entrepierna, que a medida que el beso se iba alargando, se hacían más rápidas y fuertes. Él detuvo sus labios para mirarme con la respiración agitada, entrecerrando los ojos.
- ¿Q... Qué haces?
- Pensaba que te gustaría esto… - Lo miré con un puchero y volví a mover mis caderas. – ¿Porqué? ¿No lo hago bien?
- No… No es por eso.
- ¿Entonces? – lo miré alzando una de mis cejas. Minho me acercó a él con sus manos para besarme intensamente, y tímidamente las bajó hasta mi trasero, empujándome contra él para volver a tener contacto con su entrepierna, donde empezaba a notar un bulto. Cogí sus manos que estaban en mi trasero y se las aparté suavemente, para luego separarme de sus labios. – Te estás calentando mucho – Dije con una risita, y él tan solo me miró molesto porque quería más. – Y creo que ya es hora de irse. No quiero que me castiguen por faltar tanto a clase. – Después de decir eso me levanté lo más rápido posible para que no me alcanzara y cogí mi libro de historia, huyendo lejos y dejando a un Minho desconcertado y con un pequeño problema con sus pantalones, que por su puesto yo no iba a arreglar.
- ¡Mierda! – Oí su grito desde el pasillo. Me reí por mis adentros y volví a mi aula para la siguiente clase.
-¡Taemin! ¿Dónde estabas? Pensaba que te habrías fugado como alguna otra vez... Y estaba muy muy preocupada... - Sulli me recibió llamando la atención de todos los presentes en la sala. Por suerte no había ningún profesor cerca que pudiera haber oído a mi escandalosa compañera, quien me abrazaba con fuerza.
-¡Déjame! - Me aparté de ella con asco mientras me miraba entristecida.
- ¿Estas enfadado, Taeminnie?
- No me llames así y déjame en paz de una vez. - Giré sobre mis talones para irme a mi pupitre pero me cogió de la muñeca. - ¿No lo has entendido? - Esta vez la miré con rabia, me daban ganas de golpearla porque no la soportaba, pero no podía hacerlo porque aún me expulsarían por pegar a una niña 'inocente’. Ella tan solo se acercó a mí, a mi cuello en concreto. Me quedé estático, Sulli nunca se me había acercado así, yo era su supuesto mejor amigo, según ella. Miré a mi alrededor y cuando estaba a punto de apartarla, me interrumpió con sus palabras.
- Hueles a Minho. - ¿Qué clase de acosadora era esa chica? Me aparté de ella mirándola con algo de miedo. - ¿Le has copiado el perfume para ser igual que él? -Minho no usaba perfume... Seguramente sería el olor de su ropa o algo - ¡Qué tieeeeerno! Parece que es tu modelo a seguir... Aunque tengo que decirte que nunca serás como él... Pero no te preocupes, seguirás siendo mi mejor amigo. - Dijo con una sonrisa. Yo tan solo me alejé de ella para irme a sentar en mi silla, aunque como se sentaba detrás de mí la seguiría teniendo encima.
- Si supieras por qué huelo como él... - Susurré.
- ¿Qué?
- Nada nada, y cállate que me provocas dolor de cabeza.
Justo cuando se oyó el timbre que anunciaba el final de las clases, huí de la clase sin despedirme de nadie, encontrándome a Jonghyun en el pasillo, que me estaba esperando.
- ¿No has ido a las últimas clases?
- ¿Para qué iba a ir si son todas igual de aburridas? - Sonreí. - ¿Vienes?
- ¿A dónde?
- A cualquier sitio. - Me cogió del brazo y salimos los dos del edificio. Fuera donde fuera el sitio que me llevaba, tan solo deseaba no encontrarme con Minho, porque con el cabreo que debía llevar podría hacer cualquier cosa al vernos a los dos juntos.
- ¿Una cafetería? Qué poco original. - Observé el edificio cuando llegamos con una mueca de asco.
- Pero seguro que tienes hambre.
- Lo has hecho porque no llevas dinero.
- Exactamente. - Los dos nos reímos y entramos dentro, pidiendo alguna cosa para comer.
- Voy al baño a... Lavarme las manos. - Inventé cualquier excusa para irme un momento, mi movil no dejaba de vibrar desde que lo había encendido minutos antes y sospechaba que fuera por el cabreo de Minho. Pero al parecer Jonghyun lo interpretó mal y me siguió unos segundos después de que me fuera.
- Ya... Lavarte las manos. - Abrió la puerta para luego cerrarla con el pestillo y se acercó a mí con una sonrisa que reflejaba deseo. Tuve que dejar el móvil en la encimera del baño.
- ¿Preferías que dijera a hacer popo? - Dije en broma, riéndome. Jonghyun me hizo callar con sus labios, que me besaban intensamente. Correspondí al beso mientras él me levantaba haciéndome sentar en la encimera donde había dejado mi móvil. Enrollé las piernas alrededor de sus caderas, acercándolo más a mí. Ahora sus labios habían dejado los míos y descendían hacia mi cuello, que lo besaban y mordían a su gusto. No pude evitar soltar algunos suspiros, que Jonghyun al oírlos metió una de sus manos por debajo de mi camiseta, tocando todo trozo de piel que podía. Pero antes de que tocara uno de mis pezones, me tiré hacia atrás, apartándome de él hasta que me choqué con el espejo.
- ¿Qué ocurre? - Me miró extrañado.
- No... - No quería continuar, porque si seguíamos así Jonghyun terminaría robándome la virginidad. Aparté su mano que se resistía a salir. - Hoy no.
- ¿Por qué no? - Seguía sorprendido.
- No quiero... Estamos en un lugar público.
- ¿Y qué más da? Eso es lo que menos te importa y lo sabes. - Acercó sus labios a mi cuello de nuevo.
- ¡Que no! - Lo aparté con las manos e intenté escapar de aquel pequeño baño, pero él siempre terminaba acorralándome.
- ¿Quieres jugar? - Dijo con una sonrisa, poniendo sus brazos apoyados en la pared, uno a cada lado de mi cara. Él no entendía nada, no sabía que en verdad jugaba con él y con Minho sólo para abrirles los ojos a ambos, aunque el juego se me había ido de las manos desde no hacía demasiado. Fui agachándome, huyendo de él, hasta que me quedé sentado en el suelo, envolviendo mis piernas con mis brazos fuertemente.
- No. - Susurré. Jonghyun se agachó delante de mí poniendo sus manos en mis rodillas. - No sigas.
- Claro que voy a seguir, ahora que puedo. - Él ni siquiera había hecho caso a mis primeras palabras. Intentó abrirme las piernas con las manos.
- ¿Taemin? - Llamaron a la puerta, haciendo que Jonghyun alzara la vista enfadado.
- ¿Qué coño hace él aquí? ¿Lo has llamado? - Asentí con la cabeza. En teoría tenía que haberme despedido de Jonghyun hacía rato. Antes de que él llegara al baño le envié un mensaje a Minho para que viniera en media hora en esa misma cafetería, pero tenía que deshacerme de Jonghyun antes, cosa que no había conseguido.
- ¿Taemin, estás ahí? - Insistió Minho
- Sí, conmigo. - Dijo Jonghyun ahora con una sonrisa, intentando separar mis piernas de nuevo. - Y voy a violarlo aquí mismo si me apetece. - Se estaba descontrolando y eso no era nada bueno. Le di una bofetada y aparté sus manos de mis piernas, escapándome gateando por el suelo. Mientras, Minho intentaba abrir la puerta pero no podía porque la habían cerrado antes. Justo cuando llegué al pomo de la puerta con la mano, Jonghyun volvió a cogerme de nuevo, esta vez de los pies y me tiró hacia él.
- ¡Basta! - Grité con lagrimas en los ojos, estaba sufriendo de verdad, aunque a Jonghyun no le di ni una pizca de pena.
- ¿Entonces por qué vas provocando todo el rato? ¿Te parece normal estar aprovechándote de mí? ¿Crees que para mí es divertido quedarme siempre con las ganas? - Al parecer Minho dejó de forzar la puerta, supuse que fue para oír mejor la conversación, ya que él sentía lo mismo que Jonghyun.
- Porque... - Estaba asustado, no iba a decirle que lo hacía para darles una lección a los dos, ¿o sí? - Porque eso es lo que haces tú, y Minho, aprovecharos de vuestra popularidad para conseguir todo lo que queráis, y yo quería haceros ver que no todo se puede conseguir, que yo tampoco soy un juguete. - Lo solté todo de una vez. Al ver que Jonghyun no reaccionaba ante mis palabras, aproveché para acercarme de nuevo a la puerta, quitando el pestillo. - Además, ¡yo sé que tú y Minho os gustáis! - En ese momento Minho volvió a intentar abrir la puerta con fuerza, pero como ya estaba desbloqueada terminó cayendo dentro del baño. Lo esquivé como pude y yo me levanté rápidamente.
- ¿QUÉ? - Me miraron y al darse cuenta de que lo habían dicho al unisono se miraron fijamente.
- Eso, adiós. - Cerré la puerta y me fui corriendo de aquel lugar, intentando ir lo más rápido posible, pero ninguno de los dos me siguió. Me senté en uno de los bancos que había por la calle para recuperarme del pequeño shock que había sufrido unos minutos antes y busqué en mis bolsillos mi móvil, pero me di cuenta de que no estaba, me lo había dejado en aquel baño. Me vino un escalofrío tan sólo pensando en aquel lugar, pero tuve que volver, necesitaba mi teléfono.
- Eh... ¿hay alguien? - Llamé a la puerta del baño. En el resto de la cafetería no había ni rastro de esos dos, recé mentalmente para que no estuvieran en el baño. Oí un gruñido como respuesta.
- Perdón... Es que me he dejado mi móvil antes, ¿podría dármelo cuando termine, por favor? - Dije educadamente. En menos de treinta segundos me abrió la puerta un Minho despeinado, que me miró con los ojos entrecerrados.
- Taemin... Ahora te lo doy. - Cerró un poco la puerta pero igualmente había un poco de espacio para ver el interior del baño. Jonghyun estaba sentado en el suelo y sin camiseta, y parecía algo impacientado. Yo tan solo observaba la escena con los ojos abiertos de sorpresa. Tardó bastante en encontrarlo, pues se había caído al suelo y Minho tuvo que agacharse para atacarlo, pero Jonghyun no dudó dos veces en ir a atacarlo, haciéndole caer tumbado en el suelo, bocabajo.
- Bueno, si os va mejor me lo dais mañana... O cuando os echen de la cafetería... -Me burlé de ellos, cosa que hizo que el más bajito de los dos dejara de besarle la nuca al otro y me mirara mal, separándose de él. Minho se levantó del suelo y me entregó mi móvil.
- Tienes algunas llamadas de Jongin.- Dibujó un corazón con las manos mientras lo decía. Un sonrojo apareció sobre mis mejillas cuando oí sus palabras.
- ¿Que nos engañaba con otro? - Dijo Jonghyun en broma.
- Eh... gracias. - Cogí mi teléfono y me giré dispuesto a irme.
- Gracias a tí. - Susurró Minho antes de que me fuera.
De nuevo salí corriendo de aquel lugar, pero esta vez con una sonrisa amplia en mis labios y con mi móvil contra mi pecho, apretándolo con fuerza. Estaba feliz de que al fin ellos también hubiesen descubierto, aunque a su manera, qué era el amor.