Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nada es lo que parece por estefany1432

[Reviews - 154]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La pareja es algo inusual dado que no es oficial en el manga de junjou, sin embargo siempre hemos pensado que si shungiku nakamura creo al personaje de shizuku fue por una buena razón, Además de que la pareja de Ijuuin y shizuku es muy linda *¬*  este fic estará escrito entre tres personas, britt marie y yo su servidora ^^ Tenemos preparadas muchas sorpresas como también, una historia muy interesante que girara alrededor de estos personajes, esperamos les guste!!

Notas del capitulo:

Los personajes no son nuestros, son de la autoria de shungiku nakamura, esperamos les guste ^^

“El futuro pertenece a los que piden; aquellos que piden lo que quieren una y otra vez.”

Palabras que por lo general son un lema para los optimistas… Sin embargo… ¿Qué tan ciertas son?… El futuro esta anudado al destino… De las acciones de uno depende el curso del otro… “Destino” es ese rumbo que deberá llevar tu vida, las acciones y sucesos predispuestos, una guía a seguir… La corriente que nos arrastra sin misericordia alguna y nos orilla a recorrer el sendero que esta nos indique…

Si las personas no pueden luchar  contra la fuerza de esa inclemente corriente llamada “destino”… ¿Entonces porque empeñarnos a nadar en contra de su voluntad?… Si al final de todo, cualquier esfuerzo no será más que un vano y patético intento por desafiar su mandato, sería demasiado osado y temerario…

El único resultado obtenido al final sería una tortuosa decepción que carcomería lentamente nuestro corazón, drenando así las ganas de seguir adelante, cayendo abruptamente nuestras ilusiones he impactándose en el suelo para romperse en mil pedazos, quedando así solamente los restos de lo que alguna vez fueron; Es por eso que me he redimido ante el capricho del destino, dejarme llevar por esa tempestiva corriente y recorrer el camino por la que esta me lleve sin contradecirla…

Una vida simple y aburrida; pero libre de toda decepción a la derrota y de arrepentimiento por los sueños jamás cumplidos…

Nunca me he visto tentado por la insolencia y osadía de objetar en contra de su mandato… Solo esta es una de las razones por las cuales me muestro indiferente ante cualquier cambio o suceso… Yo simplemente lo aceptare, redimiéndome a mi “destino”… ¿Podría en mí algún día despertar el temerario deseo de nadar contra la inclemente corriente que nos arrastra a una vida sin sueños y anhelos?…

Lo dudo… Nunca los he necesitado… Solo me causan angustia y entorpecen mis firmes pasos en el sendero de la vida… Una existencia ajena a los sueños y anhelos; pero con esto libre de todo dolor y decepción, sustituyéndolo con la fría indiferencia… Esa es la vida…

La vida que elegí vivir.

*************

– Así que te has graduado con honores de la universidad de Tokio, has cumplido con todos los requisitos, y pasado las pruebas necesarias… Ahora dinos  ¿Por qué elegiste trabajar precisamente en esta empresa? – Me preguntó uno de los superiores, mirándome atentamente, mientras los demás presentes esperaban expectantes por mi respuesta.

– No tengo un motivo en especial… Solo estoy en busca de empleo… Cualquier empresa me vendría bien. – Musité calmadamente, a la vez que observaba como los presentes intercambiaban miradas. La sala de reuniones se vio inundada por un silencio sepulcral…

– Jajajaja, ¡Pero qué chico más interesante y sincero hemos encontrado! – Rompió el silencio el director general de la empresa. – ¡Creo que tienes potencial! – Musitó alegre aun embargado por la risa. Todos los presentes lo miraron anonadados, para después cambiar su mirada a una de molestia, sin embargo este no se inmutó, manteniendo su semblante burlón.

– Discúlpeme, pero… Yo no pienso así… ¿Qué podemos esperar de alguien que ni siquiera tiene interés en la empresa? – Difirió uno de los superiores que se había armado de valor para mostrarse en desacuerdo ante la opinión del director general.

Los demás solo asentían con la cabeza dándole apoyo a su comentario.

– Si me permite decirlo… Yo nunca he mencionado que mi desempeño como trabajador de esta empresa iba a ser pobre… Carezco de un motivo que me haya motivado a querer trabajar aquí… Sin embargo, no por eso significa que mi desempeño laboral vaya a ser mediocre. No tengo un interés en general por dar mis servicios a una empresa en particular… Es por eso que no importa qué compañía sea… Mi desempeño laboral no se verá afectado por esto. – Todos los presentes me miraban con cierta molestia… Lo cual me hace pensar que esto se sumara a mi lista de fracasos. Tengo que ir pensando a qué lugar iré ahora… Esto ya no es nada nuevo para mí. Siempre era lo mismo a todo lugar que fuera…Contaba con todos los requisitos, buena educación, buenas referencias… Pero, todo iba en declive cuando preguntaban por qué mi decisión de elegir su empresa, misma pregunta, misma respuesta… Un solo resultado… Mi destino de nuevo actuaba y causaba estragos en mi vida, mientras yo lo permitía sin darle mucha importancia… Después de todo… No era como si el hacer algo al respecto lograra cambiar el resultado.

– Estas en lo correcto. – ¿Qué? – Si no tienes anhelos por trabajar en una empresa en particular, el trabajo que desempeñes no tiene por qué verse afectado… No es como si fueras a trabajar en contra de tu voluntad después de todo… – Dijo con voz seria, pero, aun sin borrarse esa sonrisa burlona de su rostro… Da la impresión que se está divirtiendo.

– Isaka-san… Con todo respeto, pero, creo que está teniendo un criterio equivocado ante esta situación. – Intervino uno de los presentes.

– Nah… Tengo razón, además de un buen presentimiento con esto…  ¿O es que alguien se atreve a desconfiar de mi intuición? – Pasó la vista por todos los aludidos, demostrando en su voz confianza, y en su mirada desafío.

–…– Ninguno profesó palabra alguna después de eso.

– ¿Y eso significa?… ¿Me dará el empleo?… Porque veo que los demás no están del todo de acuerdo con su proceder… – Comenté con desdén, mientras todos me fulminaban con la mirada por mis “insolentes” palabras.

Isaka-san se acomodó aún más en su asiento, subiendo los pies a la mesa, proyectando una imagen despreocupada.

– Umm… Lo estoy pensando… Primero necesito preguntarte algo… ¿Te parece? –…No sé qué pensar de todo esto…

– ¿De qué trata? – Pregunté, mirándolo fijamente con un tono neutro… Esto no es para nada a lo usual… ¿Es que acaso mi destino tiene pensado jugarme una pesada broma?

– Hablemos hipotéticamente… ¿Qué harías si estuvieras a cargo de un autor y este siempre se rehúsa a entregar sus escritos en los plazos acordados? También debes tomar en cuenta que hablamos de un autor muy reconocido y afamado, por lo que tienes que cuidar de tus palabras… ¿Cómo actuarias para hacerlo cumplir su trabajo? – Preguntó, mirándome fijamente llevando implícita la curiosidad y el desafío en su mirada.

– Un autor al momento de vender los derechos de sus obras a una editorial, firma un contrato donde están estipulados los plazos de entrega de dichas obras…  Al rehusarse  a trabajar y entregar su escrito, rompe su contrato violando la ley eso nos dic-- –

– ¡Esto no es posible…! ¡¿Estas acaso insinuando que demandemos legalmente a nuestros autores?! ¡¿Te das cuenta de lo que eso significa?!  ¡Y más si estamos hablando de un autor reconocido! ¡¿En qué estás pensando?! – Uno de los superiores se levantó abruptamente de su asiento, dedicándome una mirada sumamente molesta.

– Disculpe, pero… Es de mala educación el interrumpir a los demás cuando están hablando… Por favor,  ¿Podría sentarse y permitir que prosiga? – Lo miré con calma y sin expresión alguna, sin inmutarme el hecho de estarme fulminando con la mirada.

– Aoyama, por favor toma asiento y deja que el joven termine de responder. – Ordenó Isaka-San, haciendo que el aludido volviera a tomar asiento a regañadientes. – Ahora si, por favor, continua. – Indicó.

– Un autor está obligado a cumplir legalmente con los plazos de tiempo estipulados en el contrato. Sin embargo, no estoy proponiendo que tomemos medidas legales en su contra… Si hablo de esto, es porque tenemos que tener en cuenta que el autor no tiene derecho a negarse a traer sus escritos a tiempo… Pongamos todo en la balanza… ¿Quién perdería más en un conflicto legal entre una editorial y un autor, habiendo un contrato de por medio firmado por ese mismo autor?… La respuesta es clara… No obstante, el problema de la empresa es que se olvida de este hecho… Como resultado terminan cediendo ante los caprichos de los autores, permitiendo y alimentando la errada idea de que ellos puedan hacer y deshacer a su voluntad… Al fin y al cabo la empresa no le exige lo suficiente que respete el contrato y menos si satisfacen sus deseos, dándoles más tiempo para entregar sus escritos, esperando pacientemente a que el autor quiera cumplir con su responsabilidad…  Usted me dice que tome en cuenta que se trata de un afamado autor, para mí no hay distinción entre uno que lo es, y el que no… El darle trato preferencial a los autores famosos no hace más que atrofiar su talento, es por eso que ellos resultan ser los más difíciles, y eso es porque los propios trabajadores tienden a ser más condescendientes con ellos en su trato… – Señalé con seriedad en la voz.

–Pff. – Uno de los presentes bufó notoriamente molesto.

– A todos los autores se les tiene que tratar por igual sin ninguna clase de trato “especial”… – Continué sin prestarle atención. – El autor depende más de la editorial de lo que creen… Por eso mismo, si yo fuera parte de su equipo de trabajo, me encargaría de hacer valer esta realidad… Porque aunque ellos lo sepan, lo ignoran a su conveniencia, ya que saben que nosotros no hacemos nada al respecto. Haría que los autores regresaran a la posición en la que deben de estar: Un autor brindando sus obras a una editorial para que sea publicada, y así ambos salir beneficiados con las ganancias fruto de un trato justo y honesto sin imponer sus deseos egoístas por sobre la empresa. – El ambiente se vio envuelto por un aura pesada cargada de la molestia que emanaban todos los presentes.

Es cierto después de todo… Ellos no hacen bien su trabajo… La verdad no peca, pero incomoda.

– ¡Increíble! ¡Jajajajaja! – Estalló en risa, Isaka-San. – Eres la primera persona que dice algo así. No esperaba este tipo de respuesta ¡Jajajajaja! – ¿Porque me da la impresión de que en cualquier momento esta persona podría tirarse al suelo por un ataque de risa histérica?

– ¿Lo ve, Isaka-San? Este chico definitivamente no servirá para la editorial… Con esa forma tan despreciativa de referirse al desempeño de los demás trabajadores… – ¿Aoyama-San, usted de nuevo? Creo que me he vuelto digno de su repudio… De verdad… Es todo un honor.

– Claro que lo veo, Aoyama… Y pienso que este chico se ha dado cuenta en minutos lo que nosotros no en años… – Todos lo miraron con intensas ganas de asesinarlo… Me pregunto si serían capaces… – Me agradas… Tu forma de pensar es algo que no me había tocado ver entre los trabajadores… A decir verdad ahora me siento algo engañado… ¡Esos autores me han estado tomando el pelo todo este tiempo! – Soltó un bufido de molestia. – ¿Ahora que iba a decir? ¡Ah sí! Aoyama manda a llamar a Kirishima a mi oficina en cuanto regrese… Se me ha ocurrido una idea sumamente brillante. – Sonrió para sí. – Y tú… Ah… ¿Cómo te llamabas? – Consultó el folio de mi solicitud. – Bien… Puedes darte como nuevo personal de la empresa. Confió plenamente en que cumplirás tu palabra… Espero ansiosamente por verlo, Shizuku-Kun. – Me dedicó una burlona sonrisa. – Y Aoyama… No olvides lo que te pedí. – Se dirigió serio al aludido, mientras este asentía con molestia tangible. – Bueno, los dejo solos para que hagas buenas relaciones profesionales, Shizuku-Kun. – Se despidió haciendo un ademan con la mano, mientras salía de la sala de juntas.

– Me imagino que ahora estás contento, ¿No es así? Vamos a ver que tanto te dura el gusto. –

– No sé ustedes pero yo solo veo el principio del declive de la editorial…–

– No va a durar en la empresa, no hay por qué preocuparse en “molestias”. –

– Espero que disfrutes de tu tiempo en la empresa… Te aseguro que todos te “ayudaremos” a que te acostumbres… Solo no vayas a resultar otro Empleado “mediocre” más. –

Cada uno de los superiores salía de la sala no sin antes dedicarme una mirada de su más fino y selectivo odio, junto con unas “cálidas” palabras  de ánimo, dignas de las personas  tan “profesionales” que eran, mientras yo solo me limitaba a verlos con indiferencia, sin contestar a sus provocaciones, permitiendo que me dejaran solo en la sala…

Definitivamente esto era algo que no tenía contemplado que ocurriera…

Al parecer mi “destino” tiene planes muy interesantes para mí. No dejare que esto me tome por sorpresa… Si es lo que se ha decidido, yo lo aceptare sin reclamo alguno… Aun si no sé qué sucesos se desataran con este imprevisto desenlace, seguiré apacible y calmado ante todo, sin dejar que nada ni nadie pueda entrometerse en el sendero que debo recorrer… Un camino al cual me ha arrastrado de nuevo la inclemente corriente del “destino”.

*************

Han pasado exactamente dos semanas desde esa entrevista de trabajo en Editorial Marukawa, donde después de unos sucesos inesperados terminé siendo contratado por la compañía, recibiendo prácticamente al instante una carta donde constataba mi aprobación para ser parte de su equipo de trabajo.

¿Me pregunto si los superiores se mostraron en desacuerdo hasta el final? Dudo que lo hayan aceptado, después de todo, hice algo que de seguro ningún otro aspirante a ser empleado se ha atrevido… Señalar sus defectos y errores… De todas formas, no tenía la intención de mentir y tratar de complacer a los superiores.

Lo más probable es que todos encuentren errada mi forma de proceder; Si alguien quiere conseguir empleo lo más viable es tratar de ganarse la simpatía de todos, sin embargo, siempre terminó siendo sincero con lo que digo, sin contemplar las reacciones que desaten mis palabras, aun así para mi sorpresa… Y la de ellos mismos… Fui contratado…  

Ahora me encuentro en la editorial, tal y como me indicaba la carta de aprobación de la compañía, justo en el departamento al cual me fue asignado… Al parecer mi gran “amigo” Aoyama-San, resultó ser sub jefe del departamento de edición Japun.

Ahora entiendo mejor sus palabras, además que eso explica por qué me recibieron con esa aura tan pesada, y sus miradas como intensas cuchillas dispuestas a matar. Los únicos que parecieron volverse ajenos a esa situación fue el jefe del departamento Kirishima-San, y uno de mis editores compañeros Kimura-San. De ahí en fuera mi presencia por los demás no es tolerada, ni mucho menos aceptada…

Es una lástima… Para ellos… Pues pretendo quedarme en este trabajo tanto como pueda… Ya que…

– Shizuku-Kun. – Se acercó hacia mí, Kirishima-San, con un semblante serio. –  Sé que podría parecer algo apresurado, siendo que es tu primer día y apenas estas aprendiendo el cómo trabaja un editor, pero la situación se ha tornado de este modo… Es por eso que te encomendare tu primera tarea… – Indicó con seriedad.

– Dígame, Kirishima-San. – Contesté, mirándolo fijo, esperando por saber de qué se trataría aquella supuesta primera tarea.

– Necesito que vayas a la casa de Ijuuin-Sensei por el manuscrito. Se me ha presentado un contratiempo, que me obliga a salir un momento de la editorial, por lo que estoy indispuesto, y la imprenta nos tiene hasta el cuello… Aunque no creo que tengas algún problema, después de todo, ahora eres el Sub-Editor de Ijuuin-Sensei. – Escuché como al término de pronunciar esas palabras Aoyama-San carraspeaba su garganta en señal de molestia.

Al fin y al cabo, no fue hasta hace unas cuantas horas, que hicieron esta información revelada, desatándose en todo el departamento quejas de mis colegas, pero, sobre todo de Aoyama-San, quien se proclamaba así mismo como el más apto para tomar el lugar del antiguo Sub-Editor…

Me imagino que su orgullo se vio fuertemente golpeado al saber que el puesto se lo dieron a un “novato”… Nuestra amistad cada vez se torna más fuerte…

– Entendido. Iré en cuanto antes y traeré el manuscrito. – Declaré, sin prestarle mucha atención a las malas vibras que emanaban mis compañeros editores, tomando así la dirección que Kirishima-san me entregaba, y al instante este salir apresurado del departamento.

Parece que de verdad trae prisa…

– Shizuku-Kun… Te daré un consejo. – Estaba a punto de también dejar el departamento para dirigirme a dicha dirección, cuando la voz de Aoyama-San me detuvo.

– Dígame. – Le miré con indiferencia al posar mi vista en su rostro.

– Umm… Mejor no… Estaba considerando el darte un consejo que te ayudaría mucho con Sensei… Pero, por alguna razón… Que desconozco… Ya no quiero hacerlo. – Me sonrió burlonamente, pensando que tal vez yo querría contar con su sabio consejo… Creo que desconoce el hecho de que no me interesa.

– Que lastima. – Dije sin darle importancia para después salir del departamento.

No importa las veces que me quieran provocar… Ni sus miradas de rechazo, o esa aura de molestia que se apodera de todo el departamento cuando estoy presente.

No lograran que me desvíe de mi verdadero objetivo…

Nunca había esperado que esto se volviera realidad, pero… Definitivamente no permitiré que nada ni nadie puedan hacerme renunciar… No esta vez…

Al parecer mi destino se mostraba a mi favor, ocurriendo cosas fuera de lo normal, y así cambiando el curso de mi monótona vida… Pero, esta vez… Puedo tener la seguridad que… Será para bien…

*************

– ¡Estoy exhausto! ¡No puedo creer que esos idiotas de la editorial llamen cada hora por el estúpido manuscrito! ¡Quiero descansar! – Decía mientras colgaba el teléfono para volver hacia mi lugar de trabajo, el cual estaba hecho un desastre total debido a la frecuencia con la que iba y volvía de la biblioteca que poseía en mi departamento, para tomar libros como referencia para el manga; esto provocaba que tirase aquellos libros a mi alrededor haciendo casi imposible dar un paso certero en las distintas salas y habitaciones.

Esto es culpa mía… Me dejé llevar otra vez por mi estúpida confianza y olvidé que tenía que tener este trabajo a tiempo. ¿Cuántas veces serán necesarias para que aprenda a controlar mejor mi tiempo?… ¡No tengo idea!… ¡Llevo mucho tiempo en esto y no es posible que aún no sepa cómo demonios organizarme mejor!… ¡Ahhh… Pero, esperen!

Me senté en frente del tablero de dibujo.

Ya sé que fue lo que sucedió esta vez… Sí, definitivamente fue por ese tipo…

– ¡¡Lo detesto!! – Exclamé molesto.

Estoy casi seguro que ese escritor y Takahashi-Kun tienen una relación especial… Si no fuese así entonces, ¿Por qué noté cierta molestia en sus palabras y la falsedad de su estúpida sonrisa cuando interrumpió el momento en que felicitaba a Takahashi-Kun por haber sido aceptado en la empresa?…

Definitivamente esos dos son muy cercanos… Debo de hacer algo al respecto, ya que nunca pensé que tendría molestias reales…

¡Pero qué rayos! A decir verdad, lo considero divertido de cierta forma… Seguía divagando en mi mente hasta que escuché sonar el timbre…

– ¡Pero qué molesto! – Exclamé, mientras me dirigía hacia el intercomunicador. – ¡¡¡TAN JODIDAMENTE MOLESTO, DÉJALO YA!!! ¿Quién eres y qué quieres?– Grité por el intercomunicador al imbécil que venía a perturbar mi paz.

–…Esto… Soy Shizuku Ishi, el nuevo empleado del departamento Japun; estoy aquí por el manuscrito. – ¿Shizuku… Ishi…? Me pregunté algo confundido.

No me lo creo… Ahora al parecer, tengo a un novato tras de mi… ¿Qué otra jodida cosa tiene que pasarme?…

¡Malditos!… Está bien… ¿Quieren el manuscrito?, ¡Tendrán el maldito manuscrito!

– Shizuku Ishi-Kun… ¿Podrías alzar tu vista unos minutos hacia mi balcón y esperar unos segundos a que salga? –

– ¿…Eh…?… Claro… – Dijo con un tono algo confundido, mientras me dirigí hacia el balcón con el manuscrito en mano, que por suerte había terminado justo a tiempo.

– ¡HEY! ¡Piensa rápido! – Grité, mientras aventaba el manuscrito por el balcón.

Así aprenderán estos editores a no molestarme más de lo necesario.

Volteé mi vista hacia abajo un momento y me fijé en como las hojas del manuscrito volaban en el aire, y algunas de ellas se dirigían a un charco de lodo que se había formado debido a las intensas lluvias de los últimos días; de la misma forma noté, como aquel pobre muchacho caía en el charco para salvar aquellas hojas de la caída inminente.          

– Oops… Le atiné mal… Que torpe… – Musité con desgane e indiferencia.

Me pregunto, ¿Cómo se sentirá el estar en sus zapatos? Su primer día y ya lo empezó mal… Alguien debería de decirle que todo autor y escritor realiza copias de su trabajo por seguridad, por lo tanto, me hubiese podido pedir que le entregara las copias de las páginas que se arruinaron; en pocas palabras, esto lo convierte en un novato… Si hubiese sabido esto, se hubiera evitado el ensuciarse de esa forma.

En fin, no es mi problema… Nadie se muere por haberse mojado un poco, lo superará algún día. Además, se lo merece por tocar el maldito timbre como si su vida dependiera de ello.

– ¡Demonios! ¡Me duele la cabeza! – Me quejé, mientras cerraba las puertas del balcón.

Ya que terminé con el trabajo, merezco un descanso y una buena siesta… De esas en las que no despiertas sino hasta el día siguiente.

Sin más me dirigí hasta mi dormitorio y me eché a dormir tranquilamente.

*************

–Uff… Pensé que en esta compañía se le prohibía la entrada a los vagabundos. –

–…–

– Mi consejo te hubiera sido muy útil… “Que lastima” –

–…–

– Shizuku-Kun, pero… ¿Qué te pasó? – Preguntó, Kimura-San con preocupación en su mirada al observar el desastroso estado en el que se encontraban mis ropas.

–…Ese Mangaka…– Fue lo único que salió de mi boca.

– ¿Eh?… Espera… No me digas que… – Su semblante cambió a uno lleno de sorpresa. – ¡¿Qué le dijiste a Ijuuin-Sensei?!  – Preguntó, mirándome con suplica en sus ojos.

No entiendo nada… Ni quiero entender.

– Por lo que veo no ha regresado Kirishima-San… – Lo busqué por el departamento sin encontrar rastro de él. Tal parece todavía no regresaba de solucionar su problema.

– Aquí estoy pa-- ¡¿Qué demonios te pasó?! – Exclamó, Kirishima-San, mostrando prácticamente la misma expresión de mi compañero.

– El novato quiso darse un baño, eso fue todo, Kirishima-San… Aunque creo que confundió un baño público con los charcos sucios, ¡Jajaja…! – Bromeó pesadamente uno de los editores de al lado, seguido después de unas risas por todos los presentes, los cuales disfrutaban de la situación.

Tal vez me vea patético… Pero, les aseguro que ustedes lo son más, la diferencia entre ustedes y yo… Es que ignoran este hecho y aun si lo supieran nunca podrían hacer algo al respecto.

– Shizuku… No lo entiendo… ¿Por qué no te fuiste a tu casa, en vez de estar aquí? – Kirishima-San me dedicó una mirada de… ¿Lastima?…

– Porque yo le dije que le traería el manuscrito cuanto antes, y no iba a faltar a mi palabra. – Expliqué, mientras le entregaba el manuscrito. – No pienso dejar que nada… NI NADIE se interponga en mi camino. – Declaré con seriedad.

Kirishima-San se quedó unos momentos en silencio, mirándome fijamente, como si estuviera examinándome y buscando algo en mi inescrutable semblante.

– Eres muy serio y responsable para tu edad… Demasiado diría yo… – Dijo sin quitar sus ojos de mi rostro.

– ¿Acaso eso es malo? – Pregunté, fríamente.

– No… No lo es… – Se limitó a responder, a la vez que ambos manteníamos nuestras miradas fijas en el otro, como un tipo de desafío.

Hubo un largo momento en que ninguno profesó palabra… No era un silencio incomodo… Solo fue como si estuviéramos conversando con nuestras miradas, hasta que Kirishima-San rompió el silencio con un largo suspiro lleno de cansancio.

– ¿Fue Ijuuin-Sensei… Verdad? –

– Eso no importa… Solo estoy cumpliendo con mi trabajo, es claro que pueden pasar este tipo de cosas… – Dije, indiferente.

– Lo lamento, Shizuku… Debí de haberte advertido que podía pasar algo así cuando fueras a la casa de Sensei… – Puso su mano en mi hombro en señal de disculpa. – Ijuuin-Sensei es… “Especial” por lo general es una persona agradable con la que fácilmente se puede mantener una charla amena, y su compañía suele ser muy querida, pero… Hay periodos que por lo general son pre-plazo cuando Sensei pierde un poco el rumbo, y con eso su humor también se ve afectado, logrando que sea un poco… Bueno tú ya lo viste por ti mismo… Fue demasiado irresponsable de mi parte el mandarte ahí sin antes decirte esto, pero, en el momento no me paso por la cabeza… Espero puedas entender a Sensei… – Decía, Kirishima-San, en un modo de justificarlo.

Pero, no importa lo que diga o las excusas que me dé… Yo ya llegue a una conclusión respecto a él por mi propio juicio… Y estoy seguro nadie me hará cambiar de opinión.

Me limité a nada más asentir con la cabeza.

Kirishima-San me miró detenidamente, buscando una pista de lo que mi mente escondía, sin encontrar nada en ella.

– Bueno… Sera mejor que olvidemos este pequeño incidente… Shizuku, es todo por hoy, ya has hecho bastante, como sabes te estaré capacitando junto con Aoyama-San… – El aludido solo suspiró. – Por un lapso de un mes, cuando pase ese mes serás oficialmente el Sub-Editor de Ijuuin-Sensei, ¿No estás feliz? – Preguntó, sonriente…

Reboso en felicidad…

– Daré lo mejor de mí en el trabajo, gracias Kirishima-San… Aoyama-San… – Di un vistazo a donde se encontraba y pude notar cómo se estremecía en su asiento al mencionar su nombre con mi fría mirada y gélida voz.

Para ser una persona mayor de los 40 y que las palabras de un chico tan joven como yo, causen efectos en él debe ser bastante humillante.

Que lastima…

*************

– Shizuku-Kun ¡¿Dónde están esas copias que te pedí?! – Exclamó, en tono demandante Aoyama-San.

Se suponía que me tendría que estar capacitando para el trabajo de editor, y sin embargo, en lugar de eso me trae como su mandadero de arriba para abajo…

Creo que no se le ocurre una forma más eficaz de demostrar su aprecio hacia mí…

– Aquí tiene. – Mencioné, con calma dándole las copias que me había pedido.

– ¡¿Pero qué te pasa muchacho?! ¡Estas no son las copias que te pedí! ¡Eran otros documentos! – Exclamó, molesto tirando los papeles al piso y causando todo un desastre con ellas.

Desahóguese Aoyama-San… Le hará bien.

– Esas son las copias que me pidió, debe de estar confundiéndose. – Dije, indiferente mirándolo despreocupado, sin inmutarme su mirada llena de enojo que se clavaba con ira en mí persona.

Aoyama-San… Morirá pronto si no se calma un poco…

– ¡Por dios! ¡Hasta el empleado de medio tiempo haría mejor trabajo que tú! ¡No solo el simple hecho de sacar copias, sino también el ser editor de Ijuuin-Sensei! –

Esperen… ¿Qué fue eso último?

– ¿De qué habla Aoyama-San? – Pregunté, serio, encarándolo con mi mirada que demandaba respuestas.

– Oh… ¿Eso si te interesó, verdad? Estaba empezando a pensar que eras un tipo de robot que todo le daba igual. – Una sonrisa se dibujó en su rostro, mientras me miraba divertido.

Yo solo me quedé en silencio, sin quitarle la mirada de encima, esperando a que se dignara a responder mí pregunta.

– Bueno… Para que veas que soy buena persona te lo diré… ¿Conoces al empleado de medio tiempo, Takahashi Misaki? –

–…–

– Tomare eso como un “No”. – Se acomodó en su asiento a la vez que lanzaba un largo suspiro – Takahashi Misaki… Es el empleado de medio tiempo que trabaja en la editorial, y que a veces hace encargos para este preciso departamento… Además de eso es “especial” para Ijuuin-Sensei – ¿Especial?

– ¿Qué quiere decir con eso? – Demandé una mejor información de la situación.

– Bueno, a decir verdad hay muchos rumores que rondan por la editorial sobre ese tema… Lo que sí es bien sabido, es que ese chico es el único con la capacidad de sacar de su depresión a Sensei… Y como bien sabes cuando él está en esa fase nadie es capaz de sacarlo… Solo “él”… El por qué de esto nadie lo sabe, y es por eso mismo que se han creado muchos rumores alrededor de ese misterio… También anda corriendo el rumor de que él hace poco fue aceptado como trabajador de tiempo completo en la empresa… ¿Sabes la diferencia entre tú y ese muchacho? – Me preguntó, curioso. – ¿No sabes verdad? – Sonrió con burla. – Es muy sencillo Shizuku-Kun… Ese chico tiene casi la misma edad que tú. Fue aceptado de igual forma que tú… La única diferencia que tiene contigo… Es que ese chico posee la capacidad para ser el editor de Ijuuin-Sensei, puesto que con él cómo su editor, Sensei nunca caería en la depresión y entregaría sus manuscritos a tiempo… ¿No es eso maravilloso? – Sonrió de oreja a oreja. – Pero… Pues, ya ves… Tú eres su editor… No él… Me imagino que Isaka-San debe estarse lamentando en este momento por haberte dado el trabajo, siendo que Takahashi-Kun lo hubiera desempeñado mucho mejor que tú… Aunque nunca se sabe… Tal vez te llegue tu carta despido, y sea Takahashi-Kun quien te sustituya.  – Me dedicó una altiva sonrisa.

Mi “amigo” Aoyama-San resultó ser una persona un tanto mezquina…

– ¿Cuáles son las copias que quería? –

– Estas. – Me entregó unos papeles, que obviamente… No eran los que me había pedido desde un principio… – No te tardes. – Sonrió, triunfal.

De seguro piensa que sus palabras me afectaron, pero… No fue así… Más que eso… Yo diría que me pusieron a pensar…

¿Qué es lo que tiene ese chico, que es capaz de hacer algo tan increíble?… Todavía recuerdo el encuentro que tuvimos “esa” persona y yo… De verdad que el humor que tiene cuando está en su “fase de depresión” es horrible… Pero, a mí no me pareció para nada deprimido… Más que deprimido era insoportable, arrogante y molesto…

Que personalidad más odiosa…

Entonces… Ese chico debe de ser en verdad especial para ser capaz de calmar a ese tipo, pero… ¿Qué es…? Me gustaría saber cómo es esa persona, para así poder saber qué es lo que tiene él que a mí me falta y de esa forma poder desempeñar a la perfección mi trabajo…

¿Qué es lo que Takahashi Misaki tiene que yo no tenga?

Mientras pensaba en esto, me dirigía hacia la copiadora cuando el llamado de Kirishima-San logró sacarme de mis cavilaciones…

– Shizuku. – Me acerqué hacia donde estaba él, y otro joven. – Él es el nuevo editor a cargo de Ijuuin-Sensei, Shizuku Ishi – Me presentó ante el joven que tenía enfrente.

¿Quién es esta persona?

– Él es el nuevo empleado, Takahashi-Kun –

…Él…

– Es la primera vez que nos conocemos. Soy Takahashi. – Se presentó, a la vez que se inclinaba.

–…Aah…–

…Decepcionante…

– Él es el chico al que Ijuuin-Sensei ha tomado gusto… – Dije, mirándolo fríamente.

Estoy algo… Decepcionado…

– Él fue recientemente aceptado por los superiores después de haber cumplido todos los requisitos, él ahora es dos años menor que tú. – Esto no era lo que esperaba encontrar…

–…Ah… –

…Patético…

–…Hola… – Musité, indiferente, mientras le miraba con frío desdén.

No es más que un chico común y corriente… Además de que parece ser demasiado ingenuo y despistado… Esperaba algo mejor…

– Hola… – Contestó, dedicándome una nerviosa sonrisa.

Que chico más insignificante resultó ser el gran Takahashi Misaki… Ahora me siento como un completo estúpido al pensar que esta persona podría tener algo que yo no tenga… Rápidamente uno puede darse cuenta la diferencia abismal que hay entre nosotros dos… Él no duraría ni un solo día en el trabajo de editor…

Pero, entonces… ¿Por qué es tan especial para Ijuuin-Sensei?… No lo entiendo… A simple vista no es más que un chico como cualquier otro. Dudo que tenga algún talento oculto… Entonces… ¿Cuál es la capacidad que tiene que logra motivar tanto a ese Mangaka para sacarlo del estado en el que cae con tanta facilidad? … ¡¿Por qué es tan importante para él?! … ¡¿Por qué?! …  …No logro entenderlo… Esto es… Molesto… Ese chico…

Me molesta…

– Takahashi-Kun en este momento iba hacia la casa de Ijuuin-Sensei a entregarle unos documentos y regalos… ¿No te molesta, verdad, Shizuku-Kun? – Me preguntó, Kirishima-San, sin embargo, mis ojos se clavaban en el muchacho que tenía en frente, notando como Takahashi-San esperaba nervioso por mi respuesta.

Esto no está bien… ¿Por qué?… Por qué él y no…

– Me da igual. – Mencioné con indiferencia a la vez que me retiraba dejándolos solos.

Es cierto… Después de todo, no puedo dejar que esto me afecte y me haga perder mi calmada postura… Esa persona no es lo suficientemente importante como para causar estragos en mi ser, es un chico insignificante, común y corriente… Solo eso…

Sin embargo… No puedo ignorar el hecho de que me molesta el no saber qué es lo que tiene ese chico que es tan especial para esa persona, pero, más molesto aun… Es el hecho de que le esté tomando importancia… Esto no es… Lo usual en mi…

¿Qué es lo que está pasando conmigo?… ¿Qué es lo que le está pasando a mi destino? … Pero, lo peor de todo… ¡¿Por qué me está empezando a importar?!… ¡¿Quién diablos eres Takahashi Misaki?!

***AL DÍA SIGUIENTE***

– Aoyama-San, aquí están los documentos que pidió. – Musité con serenidad, mientras le entregaba dichos documentos.

– Bien… Ahora… Tráeme café. – Ordenó.

– ¿Disculpe? –

– ¿Qué no me oíste? Te dije que me trajeras café… Y rápido. – Me chasqueó los dedos.

– Discúlpeme, Aoyama-San, pero, esa tarea no me corresponde. Me contrataron para ser un editor, no para estarle sirviendo café a los demás. – Me crucé de brazos al mirarlo con carencia de interés en mí expresión.

Este solo me miró a los ojos con profunda molestia.

Sé que nuestra amistad es muy fuerte Aoyama-San… Pero, no es bueno querer aprovecharse de sus “amigos” de esa forma.

– Sin embargo, yo estaba a punto de ir por uno. Si usted me lo pide de favor, podría traerle también… – Debería aprender de mi Aoyama-San…

–…No… Ya no quiero nada. – Se acomodó en su asiento dándome la espalda.

Espero esto no dañe nuestra hermosa amistad…

Sin más que decir me dirigí hacia la máquina expendedora de café.

Si no mal me equivoco ya solo faltan dos escasos días para ser oficialmente el editor de… Esa persona… No sé qué pensar al respecto… Pero si de algo puedo estar seguro es que no dejare que nada se interponga en mi carrera profesional… Nada… Ni nadie…

– ¡Ah…! ¡Shizuku…! ¿Quisieras venir para acá un momento? Tengo que presentarte a alguien. – Me llamó, Kirishima-San, desde el otro lado del área de descanso, quien estaba junto con otro hombre. Al parecer más joven que él, pero mayor a mí.

Creo que me pasó algo parecido no hace apenas unas semanas. Espero Kirishima-San no quiera darme otra “grata” sorpresa…

Me acerqué donde se encontraban. Ambos sonreían alegremente… Parecía que se llevan bien. Simplemente me mantuve en silencio, sin expresión alguna, deseando dentro de mí que esto no tomara tanto tiempo…

– Sensei, él es Shizuku Ishi. Su nuevo editor – No… Me he equivocado…– Shizuku-Kun, él es Ijuuin Kyo Sensei. El Mangaka del que ahora estarás a cargo. –…Esto es peor aún que la situación anterior.

Se supone que tengo que decir algo ahora… ¿No?

– Soy Shizuku Ishi, su nuevo editor…– Me presenté, a la vez que me inclinaba levemente.

¿Me pregunto si notaron que omití ciertas palabras en mí presentación como “gusto en conocerlo”? Bueno, no importa… De todos modos, no tengo intención de mentir… Al fin y al cabo… Ya tuve la dicha de conocer a esta persona con anterioridad y puedo asegurar que no fue para nada “un gusto”.

– ¿Shizuku Ishi? – Parecía algo desconcertado. – ¿Eres el chico que fue a mi departamento el otro día, verdad?… Oh, vaya… – Se mostraba apenado en su expresión.

De verdad… Es muy bueno… Casi me la creo…

– En serio lamento mucho lo de la otra vez. Me encontraba muy estresado por el trabajo que descargué mi enojo contigo; en serio lo lamento, Shizuku-Kun. – Claro… 

–…No se preocupe… A cualquiera le pasa… –…Supongo…

– Deberías dejar que hiciera algo por ti para compensarte debido a mi mal comportamiento, ya que no es excusable lo que te hice. ¿Te gustaría charlar conmigo mientras tomamos café después del trabajo? – Me dedicó una afable sonrisa… – De esa manera nos conoceremos mejor y podremos trabajar de manera adecuada, haciendo las cosas más fáciles para ti. –

En realidad en este momento desearía pasar tiempo de calidad con mi “amigo” Aoyama-San…

– Sensei… Deje en paz a Shizuku. No trate de coquetear con alguien que apenas entra a la editorial. – Dijo, burlonamente, Kirishima-San.

– Kirishima… Me haces sonar como si fuera algún tipo de mujeriego; No le metas ese tipo de cosas en la cabeza a nuestro joven editor. – Mencionó, a la vez que reía, fingiendo estar apenado.

– Eso no pasara, no tenga cuidado, Ijuuin-Sensei. – Musité, mirándolo serio.

Claro, no se preocupe… El juicio que tengo de usted ya lo hice con anterioridad… Dudo que pueda hacerme otra idea distinta sobre su persona…

– Entonces… ¿Qué dices Shizuku-Kun?, ¿Me acompañarías a tomar un café? – Se dirigió a mí directamente con un semblante amable.

No debería de sorprenderme esto… Todas las personas usan fachadas para interactuar en la sociedad y así ganarse el “aprecio” de los demás… Él en este momento está usando una. No es más que una máscara de simpatía que sirve para disfrazar su verdadera naturaleza… No debo dejarme engañar por su falacia… Ni muchos menos…

El darle importancia…

– No tengo problema con ello, Ijuuin-Sensei. – Contesté con voz desinteresada.

Y al final… No puedo rechazar esa invitación, sería como descuidar mi trabajo, y no cumplirlo adecuadamente… No importa si esta persona no es de mi agrado, no será impedimento para que yo no desempeñe bien mi deber….

– Muy bien… Entonces tenemos una cita saliendo del trabajo. Espero ansioso poder conocerte mejor, Shizuku-Kun. – Mencionó con voz amable, mientras me dedicaba una deslumbrante sonrisa.

–… Seguro… – Contesté fríamente al darme la vuelta y dirigirme de regreso hacia el departamento Japun, dejando a ambos solos en la sala de descanso.

No tengo intención de usar una máscara ante su presencia… Ni mucho menos fingir para ganarme su aprecio. Simplemente cumpliré con lo que estipula mi contrato como su editor… Tengo la impresión de que él también se llevara una “grata” sorpresa conmigo, como yo la obtuve con él…

***MÁS TARDE EN ALGÚN CAFÉ DE LA CIUDAD***

 – Me alegra mucho que hayas aceptado mi invitación de tomar un café, Shizuku-Kun…  A decir verdad pensé que tal vez me tendrías en mala estima por lo de la última vez. – Rió, levemente.

– Es solo que yo no mezclo mis impresiones personales con mis asuntos de trabajo. – Al término de estas palabras su risa cesó, para mirarme seriamente al rostro.

Le correspondí el contacto con esa misma seriedad, ninguno profesó palabra, solo nos mirábamos uno al otro de forma intensa. El ambiente se había tornado denso y asfixiante.

– Buenas noches, ¿Qué desean ordenar? – Llegó a nuestra mesa una mesera, haciendo que el ambiente cambiara abruptamente, como también el semblante de la persona que tenía enfrente, transformando su seria faz por una expresión sumamente afable.

– A mí deme un café, por favor. – Indicó, dedicándole una sonrisa a la mesera, que provocó que rápidamente esta se sonrojara.

Tal vez Kirishima-San no estaba tan errado como pensaba…

La mesera se había quedado largos momentos embobada en su rostro, hasta que se dio cuenta de ello y se dirigió hacia mí.

– Igual. – Dije, indiferente, sin verla al rostro.

Tal vez esto le molestó, puesto que se marchó sin decir nada más.

– ¿Así que no mezclas tus impresiones personales con tus asuntos de trabajo? – Me miró con interés a los ojos. – Interesante… ¿Podrías explicarme que significa exactamente eso? –

–…Es simple… Sí quiero desempeñar bien mi trabajo no puedo dejar influenciarme por mis opiniones respecto a las personas con las que interactuó en mi ámbito laboral. Me limito solo a cumplir con mi labor… Eso es todo. – Expliqué.

– Entonces… ¿Qué es lo que piensas de mí hasta ahora?, ¿Tanto de forma laboral como personal? – Se mostraba interesado en mi respuesta.

–…No podría tener un juicio exacto de cómo es laboralmente, ya que no me he relacionado con usted en el trabajo, pero, por lo que me han contado… Pienso que usted es una persona que tiene noción del trabajo, sabe lo que debe de hacer, y lo cumple… Sin embargo, usted tiende a desviarse del camino, provocando que su ritmo de trabajo se atrofie y se atrase con el proceso del manuscrito… Lo malo aquí es la actitud que tiene ante el trabajo cuando pasa esto… Actitud que ya me imagino cual es… Pero, no diré nada hasta confirmar mis teorías. – Dije, calmadamente, mirándolo sin mucho interés, mientras descansaba el mentón en mi mano. – Por otra parte, lo que pienso de usted personalmente, está mejor cimentado que mi opinión laboral de su persona… Para su mala suerte, prefiero reservármela. Después de todo no es como si eso fuera a afectar nuestra relación de trabajo. – Señalé con seriedad.

– Oh, ya veo… Que interesante… Deduzco por eso que eres un chico muy observador… – Indicó, mientras aún seguía sonriendo. –… ¿Qué harás al respecto? Me refiero a mi actitud, ¿Podrás lidiar con eso?… Digo… Si puedes analizarme de esa manera supongo que ya sabrás que hacer, ¿No? – En su mirada se mostraba la curiosidad encarnada.

De verdad, parece que nadie antes había tenido el valor para decirle esto… Que mal acostumbrado esta…

–…Claro que sé lo que hare… A diferencia de los demás editores que usted ha tenido, déjeme decirle que yo soy diferente. Si usted tiene esa actitud respecto al trabajo, se puede deber a muchas razones… Pero, sin lugar a dudas, el que no le exijan lo suficiente y siempre quieran darle el gusto para que no se moleste, juega un papel muy importante aquí. Debe saber que yo no soy una persona condescendiente, y mucho menos alguien “delicado” con respecto a la forma de tratar a sus Mangakas… Conmigo como su editor puede olvidarse de todo eso… Le aseguro que no solo yo, si no usted también obtendrá muy buenos resultados con esto… Aunque supongo que será algo duro para usted si decide no cooperar conmigo. – Indiqué, calmadamente.

– ¿En serio?… Me encantaría verlo. Es más, creo que contigo me divertiré bastante Shizuku-Kun… Me muero por ver que planeas hacer para que mis malas actitudes desaparezcan. – En su mirada se reflejaba el desafío, al igual que esa sonrisa que se asomaba por sus labios de forma maliciosa.

Estoy empezando a pensar que para él, esto no es más que un divertido juego… Que infantil…

– Espero siga pensando que se divertirá después de tenerme como su editor… Tal vez sea joven, pero le aseguro, que no por eso se puede confiar… No me subestime… – Me fue imposible contener el impulso de regresarle su mirada llena de desafío.

Esta persona… No me está tomando en serio….

– ¡Realmente interesante! – Comenzó a reír a carcajadas. –  Estoy ansioso por trabajar contigo, en serio… Ah, por cierto… – Me miró detenidamente a los ojos para luego pasar su mano en mi cabello. – Tenías algo en el cabello… – Mencionó, al sonreírme provocativamente, para terminar de acariciar mis mejillas, y mostrarme la pelusa que tenía en el cabello. – ¿…Ves? Ah, Y… Es verdad… Aun no me has dicho que piensas de mí fuera de lo laboral. –

¿Una… Pelusa…? No tengo que prestarle importancia entonces… Este Mangaka… Es extraño…

–…Yo… –                      

– Disculpen por la tardanza – Sin embargo, llegó la mesera, interrumpiendo lo que estaba a punto de decir.

Dejó las tazas de café en la mesa, mientras le dedicaba a mi acompañante una coqueta sonrisa, y a mí me miraba con cierta molestia…

Me he conseguido otra amiga… Que emoción…

– Ya le había dicho que prefería guardármela para mí. – Declaré, indiferente, y seguido de esto le di un sorbo a la taza de café.

–…Eso es algo injusto ¿No crees?, Lo dejare pasar por ahora. Pero, eso no significa que se me haya olvidado, y… – Se detuvo así mismo, mirándome confundido. –… ¿Te estás tomando el café sin haberle puesto crema ni azúcar? – Preguntó, desconcertado.

– Así me gusta el café. Me desagradan las cosas dulces. – Dije, sin darle mucho interés al asunto… No era gran cosa.

–…Dudo que ese café tenga buen sabor así. Ha de saber por demás amargo, pero creo que eso va contigo. – Sonrió, divertido, a la expectativa por mi reacción ante su comentario, sin embargo, no me inmuté ante ello, y continúe degustando del café. – También me gustaría preguntar ¿Por qué decidiste trabajar en editorial Marukawa? – Me miraba con interés a los ojos…

¿Por qué todos tienen que preguntarme eso?

– No tengo un motivo en especial. – Contesté, carente de interés.

– Oh, ¡Vamos! Debes de tener alguna razón para querer haber entrado en Marukawa. Eres joven y tienes ambiciones. De seguro hubo algo que te motivó a querer entrar en la empresa. –

…Esto… Se está tornando… Molesto…

– Esta bien… Le diré, si usted me responde a otra pregunta, ¿Le parece? – Observé como la duda se asomaba por su rostro por escasos segundos, para después cambiar su semblante a uno divertido… Puedo sacar algo de provecho a la situación…

– Adelante… Pregúntame lo que quieras… Shizuku-Kun. – Me sonrió interesado en lo que le diría, mientras se acomodaba en su silla.

– ¿Cuál es exactamente la relación que usted tiene con “Takahashi Misaki”? – Pregunté con firmeza en la voz, a la vez que lo miraba con decisión a los ojos…

Tal vez no haya venido aquí de la mejor forma… Tal vez esta persona no es de mi agrado… Y tal vez ya me he ganado su repudio… Pero, sin lugar a dudas tengo que saber… ¿Qué es lo que Takahashi Misaki significa para él?…

Al parecer el día que nunca creí capaz que llegaría, ha tocado por fin a mi puerta, trayendo consigo ese temario deseo por desafiar a la caprichosa e inclemente corriente llamada “destino”…

¿Qué será lo que este suceso desate en el curso de mi monótona vida?… ¿Podre nadar en contra de su voluntad y llegar a tierra firme?, ¿O simplemente su fuerza me arrastrara sin piedad, impactándome en las duras rocas, y trayéndome así de regreso a la oscura y fría realidad a la que pertenezco?… Sea cual sea el desenlace…

Ya no hay vuelta atrás…

 

Continuara……

Notas finales:

Eso ha sido todo por ahora, esperamos les haya gustado, Tenemos muchas sorpresas preparadas para el curso de este fic,  también nos gustaría saber sus opiniones sobre esta pareja, así que si les gusto, dejen sus comentarios con opiniones respecto al fic, que son muy importantes para nosotros *0*! saludos!

 

PD: La idea de este fic nacio de los roleos que hacemos en las paginas de estos personajes en facebook.... Les dejo las paginas de facebook... (Hay fanservice LOOL)

http://www.facebook.com/IjuuinKyousensei

http://www.facebook.com/pages/Shizuku-Ishi


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).