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Antifaz por shun_sora

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Notas del fanfic:

Saint Seiya  pertenece a Kuruada y a Toei. Y no a mi lastimosamente u_u

el que si me pertenece es Camus ♥ 

Notas del capitulo:

Es mi segundo intento de lemon plis no me maten u_u

Detuvo el auto frente la entrada, descendió y le entregó la llave a uno de los chicos del valet parking.

 

-que no tenga una sola raya- le advirtió y se encaminó a la entrada.

 

Esa noche se celebraba una reunión en el uno de los clubes de la ciudad y solo la gente importante había sido invitada. Subió los escalones de piedra y se paro a observar el lugar. Una bella entrada adornada con columnas de piedra al estilo griego e iluminadas con luces de colores. Ingreso al lugar y se encontró con un amplio pasillo decorado con hermosas mesas de vidrio y jarrones llenos de flores de distintos tonos y colores. Se dirigió al salón principal pero antes de entrar una muchacha rubia lo detuvo.

 

-disculpe señor- dijo con amabilidad

 

-que sucede?-

 

-no se puede entrar al salón sin una mascara- explico y le extendió. Él solo se limitó a asentir, lo agarro y se lo colocó. El antifaz de color azul mar y detalles en verde esmeralda se mezclaban con su cabello y sus ojos de un color azul oscuro. Su saco era de un azul petróleo, su camisa blanca y sus pantalones de un azul oscuro casi negro. 

 

Al ingresar se quedo parado a un costado mirando el lugar, a la reunión habían acudido muchas personas. Las mujeres vestían hermosos vestidos de diversos colores (rojos, salmón, blanco, verde agua, etc) y los hombre elegantes trajes en la mayoría negros, aunque había alguno que otro con un traje de color llamativo, por supuesto todos llevaban puesto un antifaz. Una suave pero alegre música sonaba en el lugar, venía de la orquesta que estaba en el escenario.

 

Había mucha gente nueva, que él no conocía, esto se debía a la muerte del antiguo dueño y que ahora su hijo se hacía cargo de aquello.

 

No acostumbraba ir a ese tipo de reuniones, no eran de su interés, pero esta vez había diversos motivos para ir. Por un lado se sentía obligado a darle sus condolencias a su amigo, que ahora era dueño de todo eso. Y por el otro las ganas de volver a ver a ese hermoso joven con el que había hablado en ocasiones anteriores.  

 

Se acercó a la mesa central, agarró un vaso y se sirvió un poco de ponche.

 

-buenas noches monsieur Saga- saludo alguien tras de si. Volteó para ver quien era. Un hombre de pelo azul Francia y ojos del mismo tono, vestido con un hermoso traje de color verde azulado lo miraba con una copa en la mano.

 

-buenas noches señor Camus- lo saludo. Camus era un joven francés heredero de una de las importantes industrias de vino del mundo. Sus padres habían decido retirarse del negocio y dejarle todo a él. A sus 22 años ya tenía toda su vida solucionada y estaba casado. Su pareja se encontraba a su lado, Milo, un hermoso joven de cabello azul oscuro y ojos turquesas, también vestido con un hermoso traje de color azul perlado.

 

-no esperaba encontrarlo esta noche- comento el francés

 

-yo tampoco-

 

-supongo que ha de tener sus motivos-

 

Saga solamente asintió

 

-amor porque no vamos a ver las pinturas- inquirió Milo, a la vez que lo tomaba del brazo.

 

-claro. Bueno monsieur Saga no le quitamos mas tiempo- se despidieron y fueron al salón contiguo.

 

Saga seguía recorriendo el lugar con la vista, tratando de no saltearse ningún detalle, buscando a aquel hermoso joven. Al fin lo encontró, creía que era él, pero no estaba seguro, por culpa del antifaz no podía ver su rostro. Decidió acercarse a saludar cuando reconoció a los dos hombres que estaban con él. Uno alto de tez blanca,  con una larga cabellera de color dorado, llevaba puesto un traje hindú de color blanco y un antifaz rosado con piedras negras. El otro un poco mas bajo y un poco mas pálido, sus cabellos lilas atados con una cinta llegaban hasta su cintura, y sus ojos violetas contrastaban con aquel antifaz negro que llevaba puesto.

 

-buenas noches señores- saludo cortésmente a los tres hombres

 

-buenas noches señor Saga- lo saludaron Mu y Shaka.

 

-buenas noches señor- lo saludo el joven de cabello castaño claro que estaba con ellos. Llevaba puesto una camisa blanca con un saco en un rojo pasión y unos pantalones de traje negro. Un antifaz en color dorado con detalles en rojo escarlata.

 

-Saga, te presento a Aioria- comento Shaka- el es uno de los hijos del antiguo dueño, es hermano de Aioros quien ahora es el actual dueño-

 

-lamento mucho lo de tu padre- dijo apenado.

 

El castaño solo se limito a sonreír –supongo que así las cosas son mejores, no se sentía muy bien últimamente y ahora ha de estar mejor allá arriba-

 

Si bien ellos dos ya se conocían nunca habían abordado esos temas. Fue toda una sororal enterarse de aquello, había muchas cosas que no conocía del joven y viceversa.

 

Los cuatro se mantuvieron en silencio. Saga observaba detenidamente al castaño, ahora si estaba seguro que era el, esos ojos y esa mirada eran iguales a las de aquel joven.

 

-Aioria, el es Saga- dijo el pelivioleta señalando al peliazul- es el dueño de la franquicia de restaurantes Aqua, uno de los más importantes en el mundo-

 

-si, los conozco, he ido varias veces. En mi opinión es la mejor comida que he probado hasta ahora. Felicidades-  comento Aioria estrechando la mano de Saga

 

-muchas gracias-

 

Charlaron durante un rato, hasta que la música empezó a hacerse más fuerte.

 

-es hora del baile- dijo Shaka a la vez que tomaba la mano de Mu para ir al centro del salón –fue un placer hablar con ustedes- se despidió.

 

-le gustaría bailar?- preguntó Saga extendiendo una mano y pudo ver como las mejillas del joven se ruborizaban levemente

 

-si, claro- contesto tomando la mano del otro y se dirigieron al medio del salón. Una vez allí Saga tomo de la cintura a Aioria y luego sujeto su mano, este último puso su mano libre en su hombro y empezó el baile.

 

Aioria lo miraba embelesado, había algo en él que lo hacía sentir diferente. Sin que ninguno se diera cuenta la distancia entre si se empezó a acortar, hasta el punto en sus respiraciones chocaban y sus labios casi se rozaban.

 

-lo siento- dijo Saga volviendo en si y girando su rostro –aquí no-

 

Una expresión de tristeza y desconcierto se dibujo en el rostro de Aioria, para luego dar paso a una resplandeciente sonrisa...

 

-sígueme- dijo tomándolo de la mano

 

-a donde vamos?- pregunto un sorprendido peliazul. El castaño no contesto, solamente lo agarro de la mano y lo llevo escaleras arriba.

 

Ante ellos se extendía un largo pasillo cubierto por una alfombra de color peltre, con blancas paredes y adornado con todo tipo de cuadros y mesas de mármol con flores y retratos sobre ellas y varias puertas a lo largo. El castaño abrió la segunda puerta que estaba delante ellos, se adentro en la habitación y le hizo una seña para que lo siguiera. Ambos entraron y Aioria cerró la puerta con llave. Era una habitación bastante grande, pintada de bordo, tenía su propio baño, un enorme ventanal que daba a la calle desde el cual se podía observar el parque y la luna cuya luz se filtraba entre las cortinas de ceda blanca. También había una cajonera pintada de color caoba tallada a mano. Una cama de dos plazas colocada contra la pared, con un espaldar pintado en blanco y dorado, con dos ángeles en la parte superior.

 

-y aquí?- pregunto Aioria con un tono de inocencia. Saga sonrió de lado y lo tomo por la cintura para acercarlo más a él. Se miraron por unos instantes y decir nada más, el mayor aprisiono los labios del castaño.  Las caricias no se hicieron en esperar por parte de ambos, las manos se deslizaban por el cuerpo del otro sin dejar ningún lugar sin recorrer empezando a quitar todo aquello que obstruía el contacto directo de los cuerpos. Saga tomo a Aioria en brazos y lo recostó en la cama, colocándose sobre él.

 

Sus labios y lenguas se unieron nuevamente en una danza. Saga hizo un conteo exacto de las cotillas del menor por sobre sus ropas, acto seguido desabotonó la camisa del menor y la quito, tirándola a un costado. Descendió hasta su cuello para luego bajar hasta su pecho besando y mordiendo, dejando pequeñas marca en el cuerpo del joven.

 

Se mordió el labio inferior para ahogar aquellos gemidos que escapan de su garganta. Ya no pudo contenerse cuando sintió la lengua del mayor lamiendo sus pezones y pecho, y el rose de sus miembros a través de la ropa.

 

Con un rápido movimiento quito el pantalón y la ropa interior del castaño, liberando de una vez su hinchado miembro. Empezó a lamerlo y chuparlo provocando completa excitación en el menor que se retorcía de placer

 

-ah… saga- lo tomo de sus cabellos para hacer más placentero aquello.

 

Saga lamía y succionaba aquel hinchado miembro a la vez que pellizcaba sus pezones.

 

Cuando ya no pudo aguantar más, se vino en la boca del mayor.

 

-lo siento…- se disculpo con la respiración agitada

 

-no tienes que disculparte- lo beso para compartir aquel amargo pero a la vez dulce sabor. Se separaron dejando entre sus labios un pequeño hilo de baba. Saga llevo dos de sus dedos a la boca del menor para que este los chupara. Una vez mojados los llevo a su entrada, metiendo primero uno y luego el otro y empezando a moverlos lentamente, dilatando y preparando aquella zona.

 

Se quito los pantalones y la ropa interior y se acomodo entre las piernas del castaño y lo tomo de las caderas, para hacer mas cómoda la penetración. Poco a poco fue adentrándose en el interior del menor, ya una vez adentro se quedo quieto unos instantes, hasta que el joven se acostumbrara a  aquello.

 

Arqueó su espalda al sentir ese duro y grande miembro penetrándolo y se aferro fuertemente a las sabanas de la cama.

 

Cuando el menor se relajo empezó con el vaivén, al principio despacio. Lo abrazo por la espalda y lo sentó sobre sus piernas, para volver a besarlo. Los gemidos de ambos inundaban la habitación, dejando ver el placer que ambos sentían.

 

No tenía control de su cuerpo, la excitación lo había invadido completamente. Cuando el mayor aumento la velocidad y la fuerza de las embestidas no puedo evitar un fuerte gemido y clavo sus uñas en su espalda.

 

-mmm…ah-

 

Saga empezó a masturbarlo nuevamente al ritmo de las estocadas.

 

-ya… ya no aguanto más- dijo el menor luego de unos momentos.

 

Aioria se corrió en la mano del peliazul y entre sus vientres y Saga se vino dentro de él.

 

Lo recostó nuevamente y salió de él despacio, viendo como de su interior salía una mezcla de semen y sangre, el joven era virgen, limpio aquello con un pañuelo que encontró por ahí y se acostó a su lado, acercándolo más a el y abrazándolo, tapándolos con las sabanas.

 

El menor lo miro fijamente, en su cara había una mezcla de satisfacción y duda que Saga interpreto de inmediato

 

-no es lo que tu crees- le dijo

 

-ah no?-

 

-claro que no, no pienso dejarte- dijo besando su frente. El castaño solo sonrió y se acurruco en su pecho.

 

Detrás de la puerta alguien había estado escuchando todo aquello –bien echo hermano- sonrió y bajo nuevamente para reunirse con los invitados de la fiesta…

 

 

 

 

 

~Fin~

Notas finales:

Espero les haya gustado n.n 

Dejen review me gusta saber lo que opinan, me ayuda a crecer como escritora.


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