Solo podía observar como ese par de glúteos se paseaban al compas de la música que sonaba de la tele. Tendría que estar prestándole atención a la presentación de su amado, pero ese contoneo de caderas lo empezaban a calentar. Ya llegaría la hora en que Kibum cediera antes el poderoso Choi Minho. De repente la puerta de su apartamento azoto dejando ver a un pequeño corriendo muy feliz. Diviso a Minho quien se paro para recibirlo y se lanzo a sus brazos.
-amor ¿lo has visto?- pregunto sonriente mientras le besaba. Minho sonrió entre el beso y asintió.
-como era de esperarse, eres el mejor bailarín de todo el mundo. –volvió a juntar sus labios mientras este no desistía en soltarse.
-aigoo, venia subiendo cuando la vecina me dijo que me veía muy bien en la tele y me mostro que lo estaban transmitiendo, me felicito por todo.
-claro que si, hoy iremos a cenar ¿te parece? Para celebrar que mi esposo es una estrella.-Taemin se sonrojo y se bajo.
-aigoo, hyung, no soy tan bueno, podemos cenar aquí, aparte no hay que celebrar, solo es un preview, aun no me han dado el sí de verdad.
-pero te lo darán ¿sabes porque?- le apretó su trasero mientras lo pegaba a su cuerpo. Taemin se apeno más.- porque eres el mejor.
-buenos días Tae…-interrumpió Kibum con la escena un tanto subida de tono. El de cabellos naranjas se avergonzó y se soltó para luego abrazar al rubio y saludarlo de la misma manera.
-¿todo bien hyung?- el rubio asintió. Taemin se dirigió hacia la cocina a revisar que todo estuviera en perfecto orden. –wow, usted sí que sabe quitar la suciedad.- el otro mostro una sonrisa obvia.
-lo sé, por algo me llaman el todopoderoso. – el de cabellos castaños entro a la pieza y abrazo a Taemin por atrás, pero su mirada era dirigida al rubio, quien al percatarse solo bufo irónico. Desde que llego al apartamento de esos dos, solo podía sentir las miradas de Minho cuando Taemin salía al trabajo. No era que el alto era un vago, si no que era ejecutivo de una importante empresa y podía ir al trabajo cuando se le antojara. Por obvias razones no iba y esas eran Kibum. Le encantaba observarlo. Desde que Taemin lo trajo a la casa para anunciarle que el se encargaría del ase de su casa y de la cocina, Minho no dudo ni un segundo que tal vez podría jugar con el cuerpo de aquel chico de mirada felina.
-bueno, creo que cenaremos aquí. Kibum hyung ¿puede hacer una cena para tres?-Este se sorprendió, por primera vez lo invitaban a cenar. Solo pudo asentir mientras que Minho no le quitaba la mirada.
-¿Qué se te antoja pequeño?- el de cabellos naranjas se quedo pensativo.
-mmm, lo que sea mientras que tenga carne…-el rubio corrió hacia el refrigerador, pero al no encontrar su ingrediente principal, hizo anuncio de ir a comprarlo, por lo que el pequeño le dijo que ya era bastante y que el iría. Al quedarse solo comenzó a inquietarse; era cierto que ya se había quedado solo con Minho desde hace mas de un mes, pero esas miradas acosadoras ya eran constantes y vivía con el temor de que el alto hiciera algo que el no quería, o tal vez si…
-así que, te has esforzado en la casa…-con cada palabra, Minho se acercaba peligrosamente hacia Kibum, quien de los nervios solo podía retroceder sintió como su cuerpo se tensaba al sentir el tacto de su piel con la fría pared. No tenía escapatoria.
-¿sabes? Mientras Tae no viene, ¿Por qué no me ayudas a poner la mesa?- Minho rio irónico y se acerco a su oreja.
-la pondría si tu te pusieras encima de esta…-le lamio la oreja mientras descendía con su lengua probando el níveo cuello que se estremecía ante el contacto. Kibum trataba de zafarse, pero sus intentos eran nulos ya que Minho lo tenia aprisionado de las caderas, restregando su cuerpo con el ajeno… extrañamente se sentía tan bien… quería mas, aquel chico que lo tenia lamiendo su cuello lo hacia tan jodidamente bien, que por un momento se le olvido que estaba casado. Como pudo, paso sus manos por la espalda para hacer estremecer al alto.
Subió su camiseta rosada y se dedico a chupar los pezones que ya se encontraban erectos. El rubio bajo su mano, acariciando los abdominales tan marcados y deliciosos, siguió por su recorrido hasta encontrarse con el inicio de sus pantalones. Metió su mano para seguir estimulando su miembro que ya comenzaba a despertar.
Minho soltó un gruñido y azoto al rubio contra la pared. Sin pensárselo comenzó a besar esa boca que ya tenia tiempo en querer probarlo. Lamia sus labios y los delineaba con la lengua. Poco a poco introducía su lengua en esa cavidad tan húmeda y caliente, que se sentía muy bien besarla. Las caricias se tornaron un poco mas subidas de tono. El rubio pasó sus piernas por las caderas del alto, quien al contacto solo pudo dirigir su mano a tan hermosos y firmes glúteos. Los estrujaba a su antojo y con la fricción que sus cuerpos causaban, solo conseguían calentarlo más. Con cada movimientos de cadera que Kibum le proporcionaba, Minho se imaginaba las incontables veces que había hecho suyo a Taemin. Como el pequeño se movía de una manera tan provocadora que ni siquiera llegaban a la cama.
Tenían tantos lugares donde lo habían hecho. Donde le había hecho el amor. Porque lo amaba, lo amaba como nadie en la vida. Ese pequeño había llegado para hacerlo feliz.
Y ni siquiera ese rubio que se le encimaba tan deliciosamente se comparaba con su pequeño. Solo era un juego, algo que Minho no veía como un engaño, era su capricho personal y luego de tirárselo, las cosas seguirían como si nada.
Pero para la cabeza del rubio, todo era diferente. Con cada roce, sentía que algo comenzaba a nacer en su corazón. Quería que Minho dejara a Taemin y se fuera a vivir con el.
Pero para nada el alto tenia planeado hacer algo así…
Los besos y las caricias seguían, cuando escucho un pequeño saludo que le pareció muy conocido. Sin ninguna amabilidad, retiro al rubio de su cuerpo y trato de calmar su respiración, fingiendo que seguía poniendo la mesa. Kibum se sorprendió pero trato de calmarse, ya que el pequeño hacia su aparición tras esa puerta.
-lo siento, iba camino al súper, pero una viejecita tenia su puesto aquí cerca. Estaba vendiendo Kimchi y pues…quise ayudarla y le compre dos raciones. Perdón hyung, se que querías una cena un poco mas decente…-Minho se acerco a el acariciando sus cabellos y le deposito un leve beso.
-eres todo un ángel querido…no importa, ven-le tomo de las manos- comamos eso. Kibum se arreglo un poco el cabello y comenzó a servir. Su camiseta era tan holgada que su cuello enrojecido llego a la vista de Taemin, quien sonrió algo burlón.
-hyung, quien sabe que te hacen tus novios que te dejan marcas muy grandes jejejeje- sonrió de nuevo y le apunto a Kibum lo que le parecía tan divertido. El otro se sonrojo mientras que Minho lo miraba divertido, quería ver como reaccionaba el otro.
Terminada la cena, ambos se fueron a su cuarto, dejando a Kibum a cargo de la limpieza de la cocina.
-oye precioso, ¿Qué tal si nos duchamos juntos?- Taemin se sonrojo al escuchar la voz ronca y sensual de su marido.
-no hyung, mañana tengo una presentación, necesito moverme bien…-parecía que el alto no le hizo caso, pues ya tenia al pequeño abrazado de sus cadera, mientras besaba su hermoso cuello. –mmm…hyung no~- comenzó a inducirlo moviendo sus caderas… lamiendo toda su piel, acariciando su trasero.
-Tae~ ya lo hemos hecho muchas veces… debes estar acostumbrado~- siguió besándolo mientras lo depositaba suavemente en su cama. El pequeño paso sus manos por su cuello, correspondiendo el beso tan pasional que su esposo le daba.
Kibum quien pasaba por allá para dirigirse a su habitación, escucho los fuertes suspiros que salían de la habitación de los esposos. Con sumo cuidado, abrió la puerta, observando como el alto de deshacía de la ropa de Taemin… como lo acariciaba y con un suave tacto lo hacia estremecer. Casi como hace rato hizo con el. Sin darse cuenta, se sentó en el piso, y su mano comenzó a tocar su vientre. Miraba como Minho lamia, chupaba y tocaba cada parte del cuerpo tan hermoso de Taemin.
Aaaaah~ Hyung…~- Taemin gemía de placer al sentir como la lengua tan húmeda penetraba su entrada. Kibum seguía observando, se lamia los dedos para seguir tocando su miembro que ya estaba más que despierto.
Minho seguía besando su entrada, mientras su mano se daba a la tarea de masturbar el miembro de Taemin. Termino de sacarse la ropa para friccionar sus cuerpos ya calientes y deseosos de más.
Kibum no podía soportarlo, quería que el alto le embistiese a el, que lo tocara, que le haga gemir, que… le estuviera haciendo el amor…
-aaah~ Tae… tan… estrecho… mmm~- por fin había metido su gran miembro y comenzaba a embestirlo de una forma muy lenta. Taemin se doblaba del gran placer que su novio le brindaba. El alto ya se había dado cuenta de aquel intruso que lo miraba en la puerta, por lo que quiso provocarlo mas, haciendo que Tae delirara de placer.
Por la mente de Minho, pasaba solo una cosa, definitivamente, cuando Taemin saliera… terminaría lo que esa tarde empezó.