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Three is better than two por Delie

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Notas del fanfic:

Bueno, en realidad este one shoot originalmente no surgió como una idea para el cumpleaños de Key; pero debido a que ya falta poquisimo para ese dia, ahora si tiene ese fin: celebrar a nuestra diva favorita!

Notas del capitulo:

Espero que les guste!

Como cada viernes; Kibum estaba puntual en casa de Taemin con la intención de compartir, por lo menos una vez a la semana, una comida con el pelirrojo; y es que sus apretadas agendas no les permitían reunirse con más frecuencia. Además, ese día era importante pues necesitaban hablar de los últimos detalles de la fiesta que el mayor estaba organizando, evento que tendría lugar al día siguiente. El desagradable aroma que la cocina de su amigo emanaba, sólo significaba que este había intentado hacer la cena otra vez. El ensordecedor grito que pegó Key con seguridad se escuchó a 10 Km. a la redonda.

-Taemin, ya te había dicho que no es necesario que cocines, ¿para qué crees que existen los restaurantes? – ganas no le faltaron a Kibum de responder su propia pregunta con su habitual mordacidad; para gente inútil en la cocina, le hubiera dicho a otra persona, pero este era su adorado Minnie, a él jamás le diría algo que lo hiriera.

-Están hechos para cuando Key hyung no pueda darme de comer, como ahora. Pero es que quería darte una sorpresa – ¿cómo era posible que Taemin siguiera siendo así de tierno, lindo e inocente si ya tenía 19 años?, ni el mismo Key lo sabía; y claro que se había llevado una gran sorpresa, de eso no había duda, el rubio tuvo un susto de muerte imaginando a Taem quemándose con el fuego de la estufa.

-Cenaremos fuera, coge una chaqueta que hace frío, te espero en la sala – ordenó el mayor viendo como Taemin iba directo a su habitación en búsqueda de algo abrigador.

Cuando estuvo en la sala notó la nueva decoración, con el apuro y preocupación del incidente de la cena quemada, ni siquiera se había dado cuenta de la remodelación de ese ambiente. Pero definitivamente lo que llamó la atención de sus ojos perfectamente delineados, fue una fotografía nunca antes vista: el hermano mayor de Taemin, Jinki, abrazaba con una enorme sonrisa dibujada en su rostro a un muchacho castaño con mirada de cachorro. Lo curioso fue que el joven se le hacía raramente conocido; el timbre de su móvil anunciando un llamada entrante lo sacó de su ensimismamiento.

-Hola cariño, estoy en casa de Taem – esas palabras sólo se las diría a alguien más aparte del pequeño pelirrojo: a Choi Minho, el novio perfecto; guapo, cariñoso, sexy, comprensivo y detallista eran sólo algunos de los adjetivos que se amoldaban a la personalidad del novio de Key – saldremos a cenar, puedes pasar por mí dentro de un par de horas; ok, te esperaré aquí; ya sabes su dirección ¿verdad?; recuerda que te amo – un sonoro beso puso fin a la conversación de la pareja.

-Ya estoy listo – anunció el menor ya en la sala

- Dime Minnie, ¿quién es el muchacho de la fotografía? el que está junto a tu hermano – cuestionó el rubio no pudiendo ocultar su curiosidad.

-Oh, es Jonghyun, el nuevo novio de Jinki hyung; van a la misma universidad, ahí se conocieron – sin saber el porqué, Key se sintió decepcionado; si bien Onew, así era como llamaban cariñosamente al mayor, sería la pareja perfecta para cualquier persona, no creía que fuera el indicado para ese joven de mirada penetrante. Pero lo que Kibum no sabía era que Taemin mentía, Jjong y Jinki no eran más que amigos.

-Entonces si es así, asegúrate de que Jinki lo lleve a la fiesta de mañana – pronto recordó de donde era que conocía al castaño.

 

 

-Babe, espera un poco – decía entre jadeos Kibum mientras se separaba de los deliciosos labios de su novio. El beso que acababan de compartir le había dejado literalmente la mente en blanco, no necesitaba más que tener los labios ajenos sobre los suyos para que una infinidad de sensaciones le recorrieran el cuerpo completamente.

-¿Qué tengo que esperar Bummie? ¿Acaso no quieres que me quede esta noche y la pasemos fantástico? – preguntó el muchacho de los grandes ojos mientras dirigía sus manos a la estrecha cintura del rubio. Claro que quería, hace más de una semana que no intimaban y moría por tener a Minho dentro de él, pero mañana temprano debía preparar los últimos detalles para la fiesta  que estaba organizando y si dejaba que el alto se quedase, no sería capaz de levantarse por dos razones: en primer lugar, tendría un lacerante dolor en el trasero que no lo dejaría caminar por lo menos por todo el fin de semana, pues sabía que su novio no se quedaría contento con una sola sesión de sexo ardiente, ellos no pararían hasta quedar con cada músculo del cuerpo agarrotado; además, si despertaba al lado de Minho lo único que haría sería quedarse al lado de este contemplándolo mientras dormía.

-Sabes perfectamente que mañana será la fiesta que estoy organizando y estaré ocupado todo el día, necesito concentrarme, no puedo darme el lujo de dejar que tú y tu maravilloso cuerpo me distraigan – dijo en un susurro mientras con ambas manos recorría el pecho de Minho.

-Si deseas puedo ayudarte, sabes que… – Kibum lo interrumpió.

-No cariño, he tomado una decisión y me gustaría que la respetes, ahora ve a casa que se hace tarde – sin más que decir Minho aceptó – quiero que descanses, verás que mañana nos divertiremos mucho, te necesito desbordando energía para todo lo que pienso hacer – una insinuante mirada se pudo vislumbrar en los rasgados ojos del rubio.

-Ok, pero espero que lo último que dijiste signifique: te necesito desbordando energía para que toda la noche nos la pasemos en mi habitación desnudos gimiendo al unísono mientras los invitados se divierten sin nosotros – el mayor no pudo más que ahogar un suspiro imaginando la sugerente escena que describía su novio – quiero un último beso y juro que me voy.

Sin esperar una respuesta afirmativa de parte de su gatito, como cariñosamente llamaba a Kibum, Minho dirigió sus carnosos labios a los rosados del rubio. Cada vez que sus bocas se juntaban un remolino se apoderaba del cuerpo de ambos jóvenes y hacía que los deseos más escondidos de cada uno afloraran sin ningún tipo de cohibiciones. Las blancas manos de Key recorrían expertas la amplia espalda del castaño, yendo desde su cuello y enredándose en los cabellos de este hasta posarse justo antes de donde esta pierde su nombre.

Por su parte Minho había empezado a acariciar el plano y lechoso abdomen del mayor con la diestra adentrándola bajo su polera, mientras su mano izquierda lentamente se posaba en el redondo trasero acercando aún más el cuerpo de Kibum al suyo.

Lo que sucedía dentro de sus bocas era demasiado excitante, los labios abultados del alto succionaban el delgado labio inferior del rubio como pidiendo permiso para utilizar la lengua dentro de su delicada cavidad, y este sin ningún problema le abrió paso. Poco a poco los besos se dirigieron al níveo cuello liberando por fin la boca pequeña de esa maravillosa tortura, dándoles tiempo para respirar.

Kibum podía sentir cerca de su despierta entrepierna como el bulto en los pantalones de Minho empezaba a crecer y endurecerse  y decidió que era momento de dejar ahí “el último beso” al que se refería su novio. El alto también sintió que si no se detenían pronto terminaría sobre Key embistiéndolo salvajemente y lo último que quería era lastimarlo.

-Basta – más que una palabra entendible eso salió como un gemido de la boca del rubio.

-Bummie, ¿viste lo rápido que haces que me excite? Con un solo beso logras encenderme. Dios, me tienes realmente mal – una sonrisa de satisfacción y orgullo se dibujó en el bonito rostro del rubio por tener ese efecto en el cuerpo del menor – si no me voy ahora mismo, no podrás deshacerte mí en toda la noche – dijo dirigiéndose a la puerta.

-Nos vemos mañana – se despidió el mayor.

-Recuerda que te amo – un casto beso, por iniciativa del de ojos grandes, dio por terminada la visita de Minho a la casa de Key.

Casi inmediatamente después de que Minho se fuera Kibum fue a la cama, necesitaba descansar, el día siguiente prometía estar lleno de sorpresas.

 

 

Las fuertes luces del local poco a poco hacían menos clara su visión; se sentía mareado, y no era para menos, había bebido como nunca antes. Estaba seguro de que sólo hace unos minutos Minho y él habían estado bailando desenfrenadamente, dando un maravilloso espectáculo, desbordando sensualidad; pero cuando estaban a punto de irse a la habitación del rubio, el alto desapareció.

Trataba de buscar a su novio en medio de esa multitud sudorosa que se movía en la pista de baile, pero le era casi imposible, estuvo a punto de caerse, pero unos fuertes brazos lo cogieron por la cintura evitando su doloroso encuentro con el suelo.

-¿Te encuentras bien? – una melodiosa pero desconocida voz le hizo reaccionar.

-Claro que sí, ahora quita tus manos de mí – todo esto lo dijo aún de espaldas al chico que le hablaba. Debido a que su cintura aún no era liberada por las manos de aquel extraño, tuvo que girar y encarar a ese aprovechador – ¿qué parte de saca tus… – y no pudo terminar de formular la pregunta, unos curiosos ojos marrones le dejaron sin habla.

Aquel muchacho era el mismo que sonreía junto a Onew en la fotografía que vio en casa de Taemin, quiso disculparse por haberle hablado tan descortésmente pero el otro se le adelantó.

- ¿Kibum? ¿Eres tú? – Si, ahora el rubio recordaba perfectamente de donde era que conocía al tal Jonghyun – Soy Kim Jonghyun, ¿me recuerdas? Estudiamos juntos toda la primaria – Si, era Jongie, uno de sus mejores amigos en la escuela elemental. Key no pudo más que regalarle una enorme y hermosa sonrisa al castaño, así este entendió que Bummie, como solía llamarle cuando eran pequeños, lo recordaba.

-Jonghyun… ha pasado tanto tiempo – ahora que lo pensaba bien, el mayor había sido su primer amor, claro que nunca lo confesó, eran muy pequeños en ese entonces. Además su amigo se hubiera escandalizado, lo que Key desconocía era que Jonghyun también guardaba ese tipo de sentimientos hacia él.

-No pensé que serías el mismo Kibum del que Jinki hyung me hablaba, ahora le agradezco por obligarme a venir – no lo mencionaba de la manera en la que él hubiera hablado de Minho, no sentía ese rasgo de amor de pareja en sus palabras.

-Tu novio, ¿verdad? – cuestionó, no quería quedarse con la duda.

-¿Hyung y yo pareja? Eso es ridículo, en todo caso soy su pañuelo de lágrimas; el pobre está obsesionado con una linda alumna de intercambio, Emily aún no le hace caso.

Lo único que ambos muchachos atinaron a hacer fue envolverse en un cálido abrazo que Key deshizo al instante por temor a ser visto por su novio, aunque no era celoso podría malinterpretar tal cercanía. Después de todo aún era consciente de sus actos, había bebido mucho, pero no lo suficiente como para olvidar la presencia de Minho en su fiesta, aun cuando no supiera su ubicación exacta.

Se dirigieron a la barra, Jonghyun aún estaba totalmente sobrio y Key sólo quería seguir embriagándose hasta encontrar a Minho. Poco a poco y entre copas se pusieron al corriente de la vida del otro, hacía más de 10 años que no se veían, pero en menos de una hora ya se comportaban como los mejores amigos que una vez fueron.

-Oye Bummie, amo esa canción, bailemos, ¿sí? – se encontraban sentados, pero inmediatamente el castaño hizo que Key se parara, automáticamente las manos de Jonghyun aprisionaron la cintura ajena, Kibum quiso negarse, pero de todas formas era su fiesta y tenía que divertirse; el alcohol realmente había hecho efecto en él, pues en otra circunstancia se habría rehusado totalmente, preocupándose primero en su anterior búsqueda, una de la que ya su mente no encontraba rastro.

Se había olvidado de que hace menos de un par de horas estaba desesperado tratando de encontrar a su novio, que haya perdido la noción de eso, ya era otro nivel; Jonghyun en verdad estaba removiendo sus más profundos sentimientos, hasta el punto de hacerle adquirir una momentánea amnesia.

-Tonto puppy, ni siquiera me has dejado contestarte si quería bailar o no – y ese tierno apodo surgió tan natural de los labios rosas que a Jonghyun le dio la sensación de haberle escuchado llamarle de esa manera apenas ayer y no hace tanto tiempo como en realidad era.

Resultaba bastante claro que el reclamo de Key no tenía ningún rasgo de seriedad, pues al instante en que el mayor prácticamente lo obligó a ponerse de pie para bailar, el rubio colocó sus delgadas manos alrededor del cuello de Jjong y empezaron a moverse al ritmo de la música.

-¿Sabes? Los años te han asentado bien, te ves más lindo de lo que recordaba – susurró el castaño en el oído de Kibum.

-He sido así de bello toda mi vida… tu comentario no tiene sentido – replicó el de boca acorazonada.

-En serio no cambias, sigues tan arrogante como siempre; pero, en ti eso queda bien… cuando éramos pequeños mi único objetivo era cumplir todos tus caprichos, ah… y también defenderte de esos que te molestaban.

- Defenderme tus pelotas… ¿acaso yo era una niña indefensa y desvalida?

-Pues sí lo parecías – murmuró, tratando de controlar una fuerte risotada que amenazaba con escapar de su garganta al ver a Kibum formando un adorable puchero con sus labios, signo de que su comentario no le había gustado; antes de que este pudiera decir algo, Jonghyun levanto su diestra, que hace instantes descansaba en la cadera del rubio, y la posó sobre su boca – dejemos de hablar y concentrémonos en disfrutar, en sentir, ¿ok? 

-¿Te refieres a esto? – dijo provocativamente Key mientras giraba y pegaba su espalda al torso ajeno.

Era más que obvio que alguien había rebasado sus límites en cuanto a tolerancia al alcohol, sino de ninguna manera habría sido tan atrevido de no dejar ni siquiera un centímetro de espacio entre sus cuerpos; es que el rubio tomó ese “concentrémonos en sentir” como una invitación al paraíso del deseo.

-¿Qué estás haciendo? – jadeó Jonghyun al sentir el redondo trasero de Kibum restregarse en su entrepierna al ritmo de la música, no sabía a dónde dirigir sus manos, esa acción del rubio lo había dejado pasmado; nunca pensó que su Bummie se había vuelto así de desinhibido, ciertamente los cambios le gustaban.

-Me dijiste que sienta, y créeme, ahora te estoy sintiendo muy bien – toda la extensión del miembro de su amigo estaba siendo recibida con gusto por esa parte de su anatomía – estás empezando a crecer ¿verdad?... sigue haciéndolo se siente maravilloso… ah – no pudo contener ese gemido, era demasiado notaria la palpitante erección del castaño.

-Es algo involuntario, tú estás provocándolo; tu suavidad, tu delicioso trasero hacen contraste con mi dureza – dijo esto simulando envestidas a las sensibles nalgas; ya había reaccionado, ahora sus manos recorrían con devoción el plano abdomen de su compañero.

El ambiente se había calentado muy rápido para ellos, ya formaban parte de esos hambrientos de placer presentes en la fiesta. Necesitaban un lugar más privado, al ritmo que iban terminarían haciéndolo en frente de todos; incluso delante de unos grandes ojos que miraban atentos la escena. Si, Choi Minho los estaba observando, y más allá del inicial enojo que había sentido, ver el rostro sonrojado y absorto en excitación de su gatito lo había excitado sobremanera.

 

 

-No pensé que lo aceptarías honey; pero no te arrepentirás, ¿verdad Jongie? – hablaba con voz melosa, sabía que a su novio le encantaba, así lo convencía de cumplir todos sus caprichos; su voz sonaba un poco entrecortada pues estaba concentrado en succionar esos carnosos labios.

-Bueno Minho, también es la primera vez que haré esto, no he podido resistirme al poder de convencimiento de  Kibum, creo que la pasaremos bien; además siempre podemos echarle la culpa al alcohol, y al apetecible cuerpo de tu novio –el rubio se sonrojó; realmente quedaba fuera de lugar pues uno lo veía desnudo con frecuencia y ya había tenido un contacto bastante íntimo con el otro.

La escena que se dibujaba en la oscura habitación era digna de una película para adultos; mientras Minho y Key devoraban con pasión sus labios un entretenido Jonghyun se dedicaba a dar continuas lamidas a la delicada piel del níveo cuello del rubio. Los tres pares de manos estaban cumpliendo sus funciones a cabalidad, las del más alto viajaban del firme trasero de Kibum a sus caderas e involuntariamente también se posaban en la ya despierta entrepierna del mayor.

Las manos de Jjong estaban básicamente en el vientre liso de Key, jugando con su ombligo, pero de vez en cuando bajaban para acariciar la intimidad de su amigo, tener ese bultito entre sus manos lo estaba calentando aún más. Kibum ya no sabía ni a quien tocar, ambos estaban haciendo añicos su cordura; por un lado se dedicaba a acariciar por debajo de la polera de Minho esos marcados abdominales, le prestaba atención a cada uno de esos perfectos relieves; cuando reparaba en que el cuerpo de su puppy también necesitaba atención restregaba descaradamente su trasero en el bajo vientre del castaño sintiendo cada centímetro de ese creciente sexo arremeter contra sus ajustados pantalones.

Todo esto sucedía mientras aún tenían puesta la ropa; estaban tan necesitados de sentir el contacto piel contra piel que en un abrir y cerrar de ojos los tres habían quedado sin la parte superior de sus atuendos; si hubieran tenido las luces encendidas habrían podido apreciar el contraste, en color y forma, de sus torsos: ambos castaños tenían un tono de piel algo más tostado que el de Kibum, que podría competir con la porcelana por su palidez; la complexión del rubio era delgada, a diferencia de su novio y su amigo, quienes mostraban un abdomen sumamente marcado, exactamente seis cuadros se contaban en cada uno, además de la notable anchura de sus hombros.

-Kibum eres realmente hermoso – jadeaba Jonghyun en el oído del aludido.

-Totalmente de acuerdo con el cara cachorro, babe; no puedo esperar por que tu boquita traviesa engulla completamente toda mi extensión – una mueca de deseo se dibujó en su rostro de tan sólo imaginarlo.

-Ok, les daré la mejor  mamada que les han dado en sus vidas, juro que le tendrán que hacer un altar a mi cavidad; en recompensa sólo espero que sean cuidadosos y permitan que me levante sin dolor mañana.

-No prometo nada Bummie, ahora lo único que quiero es introducirme en ti y sentir como tu estrechez me hace delirar de placer – definitivamente todos los sentidos de Jjong se habían ido al traste por el alcohol.

-Si, quiero sentirlos a ambos…

Sin decir más Kibum no pudo resistir más y bajo los pantalones de su novio con todo y ropa interior. Sin lugar a dudas, ese maravilloso miembro era el más grande que jamás había visto, y así de excitado como andaba batía su propia marca. La única explicación coherente que encontraba era que Minho era un Choi, familia que tenía una larga tradición de varones muy bien dotados. La tentación la tenía en frente, sin ningún titubeo dirigió el sexo de su novio a su boca. Mientras el pene del alto era envuelto por esos rosados labios, Jonghyun tampoco pudo esperar más y se quitó los jeans que llevaba, luego hizo que el rubio se quitara sus ceñidos pantalones, necesitaba arremeter contra esa entrada.

 

-Dios, quiero que entre toda; corazón abre más tu boquita – rugía Minho.

-Eres un bruto, la tienes demasiado grande como para que entre toda, pero me esforzaré – succionaba toda la extensión, repartía besos, lamía y mordisqueaba ligeramente; si seguía así dentro unos cuantos minutos el alto se correría.

-¿Bummie, ya puedo poseerte? – preguntó un ansioso Jonghyun, observando ese perfecto trasero sin ningún tipo de barreras, su miembro estaba desesperado por ser recibido entre sus nalgas.

-Sí, pero prepárame, ¿ok? – casi suplicó, el deseo en la mirada de cachorro fue demasiado notorio. Dos dedos fueron dirigidos a los carnosos labios de Jjong, trató de ensalivarlos bien para evitarle todo el dolor posible a Key, pero sabía que igual algún rasgo de molestia iba a sentir. Empezó a introducir sus dedos en la rosada entrada, abriéndose paso en sus apretadas paredes, imaginar que dentro de unos minutos su pene sería encarcelado deliciosamente por su carne lo hizo querer apresurar su labor, pero no, tenía que pensar primero en el rubio – Ah… Jongie, saca tus dedos ya quiero tenerte dentro – gemía Kibum sobre el miembro de su novio,  aun no terminaba con el orgullo de Minho.

La imagen que regalaban era demasiado excitante: Jonghyun a punto de envestir a Key, mientras este le daba el mejor blowjob a Minho. Antes de que la dilatada entrada del rubio volviera a su estado normal el mayor aprovecho para cogerlo de las caderas y posicionar su urgido miembro entre sus nalgas; poco a poco sentía como esa entrada caliente lo iba recibiendo, y lo aprisionaba, aun no se introducía por completo, sentía que si lo hacía lastimaría a su Bummie.

-Ahhh… ¿puedo enterrarte toda mi hombría? – gemidos y más gemidos.

-Tu, también la tienes grande; ahhh… duele como la mierda, dame un respiro por favor – las palabrotas no eran costumbre de Kibum, pero parecía que ahora su boca había sido diseñada para decir obscenidades, no podría controlarse – ya, poséeme por completo.

Ahora si, la entrada de Key había engullido por completo el sexo de Jonghyun; todas las emociones contenidas estaban concentradas en esos instantes en ese centro de placer, la sensación de su miembro estuviera atrapado en esa deliciosa prisión bastaba para que se corriera; y no sólo él, sino también el por ahora espectador Choi. Dio la primera estocada sabiendo que el rubio ya se había acostumbrado a la intromisión, ese sordo sonido de sus testículos chocando con ese respingado trasero lo estaba transportando a un mundo de ensoñación, en el que solo Kibum y él existían,  sin la molesta presencia del alto de ojos grandes. Lo envidiaba, sí, pero por el momento se conformaría con esto. Quería ver el rostro deformado de placer de su Bummie, así que sin salir de ese lugar que era su morada perfecta, lo giró, haciendo que se enterrara aún más, llegando a rozar la próstata contraria.

Teniendo por fin la vista de las mejillas sonrosadas y las hebras rubias pegándose en la frente nívea, siguió arremetiendo hasta alcanzar el punto de goce máximo, sabía que su amigo también lo había alcanzado por las contracciones que sentía apretar aún más a su pene. Habían alcanzado el paraíso en la tierra. Sobra decir que una sinfonía de gemidos había inundado la habitación

-Puppy, fue maravilloso… – otra vez se había olvidado de su novio, esperaba una respuesta de parte de Jonghyun, pero esta no llegó, en vez de lo esperado un sonido peculiar se hizo audible para Kibum…

¿No era el tono de su alarma?

Maldita sea, la mejor noche de su vida había sido nada más que un sueño húmedo; pero aún cabía la posibilidad de hacerlo realidad; solo tendría que convencer a Minho y engatusar a Jonghyun.

 

Notas finales:

Gracias, esperare reviews!


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