Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A tu lado siempre estaré... por koru-chan

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

 

Mi vientre crecía cada día, estaba feliz y a la vez triste. La persona que tanto amaba me dijo que nunca me quiso, que solo estaba conmigo porque se quería acercar a mi mejor amigo, y que por desgracia terminó siendo mi novio. Jamás creí lo que articulaban aquellos labios…

 Ese día no lloré estaba como ido con lo que me había dicho. – Jamás te quise, nunca te amé. – pero ahora, cada vez que pienso en él mis ojos se llenan de lagrimas, no puedo evitar llorar porque aunque ya hayan pasado cuatro meses y siga con mi vida normal, él aun ronda en mis pensamientos.

¿Cuánto tiempo estuve inmerso en esta mentira?

¿Cómo pudo decir tan descaradamente “te amo” si ni siquiera lo sentía?

 

Cada abrazo, cada caricia, cada beso fue mentira, y aun, después del año que estuvimos juntos, después que compartimos tantas cosas… aun, no creo nada lo que pasó…

Duele enormemente sentir que no eres nada para la persona que amas.

Recuerdo que hace  tres meses atrás le iba a decir a Akira que me acompañara a medico, tenía la leve sensación que algo hermoso estaba creciendo dentro de mí, estaba feliz de solo pensarlo, el embarazo masculino se da muy pocas veces, por ello era de alto riesgo pero yo estaba emocionado y feliz de seguir con ello si era así lo que me estaba pasando.

Aquella tarde había pedido hora para hacerme los exámenes pertinentes, tenia hora a las seis, y ese día me iba a juntar con Akira para almorzar, ese día… aquel día donde todo terminó. Perdí la hora del médico, lo suspendí, no estaba anímicamente bien, para asistir, estaba destrozado.

Las semanas transcurrieron, y con ello los malestares continuaron, asiéndose presente con mas entereza, me desmayé en el trabajo, preocupando en demasía a mis colegas y jefes, Kai quien por esos días no me hablaba producto de mi quiebre con mi novio y porque… la verdad no tenía idea porque no me hablaba, pensé que quizá se sentía culpable porque Akira gustaba de él después de todo… si, y nunca vi los “sutiles coqueteos” que mantenía mi novio por aquellos tiempos, cuando estábamos juntos. Akira solo aparecía cuando Kai me venía  a visitar, nunca sospeché ¿por qué lo haría? Era mi mejor amigo, mi hermano de toda la vida, mas no sabía lo que ambos sentían y quizá mantuvieron cuando yo y Akira salíamos.

Decidí ir al hospital ese mismo día, me hicieron los exámenes de rigor y luego de mucho esperar y con los nervios carcomiéndome, me dieron los exámenes, exactamente una semana después.

—Señor Takanori Matsumoto, usted está embarazado, tiene siete semanas de gestación, felicidades. – me dijo el hombre de una impecable apariencia, mientras me sonreía. Una lágrima cayó por mi rostro perdiéndose inevitablemente en la comisura de mis labios, suspiré. No estaba triste por tenerte, bebé, No, te anhelaba incluso cuando recién estaba saliendo con tu padre, pero ahora, estaba solo, completamente solo, ni siquiera tenía el apoyo de mi mejor amigo, nada.

Sentí, inevitablemente que caería en una depresión, lo que menos quería era eso pero desde que era muy pequeño tenia la facilidad de deprimirme con cosas menores que me ocurrían, pero ahora no me podía dar ese lujo, no, debía estar fuerte para ti bebé.

Aun así no puedo evitar llorar, siento pena pero debo olvidarme de todo y seguir adelante, tu eres mi pequeño soporte, tu eres quien me va a sacara de esto.

-------------**-------------------    -------------**-------------------   -------------**-------------------

 

 

Con más de cuatro meses y aun nadie sabía de ti. Intentaba usar ropa ancha, chaquetas  y ropa por el estilo, pero al ser delgado la pancita se notaba más  e inevitablemente recibía comentarios de mis colegas.” –uh, Matsumoto, estas subiendo de peso. – Es mi idea o ¿estás mas gordito?—“ todos  hacían sus comentarios en la oficina, todos menos Kai, quien solo me observaba en silencio.

Los días pasaban y hoy, justo cuando empezaba el otoño y con ello un día precioso y caluroso, para mi desgracia, porque con aquel polerón ancho moría de calor, y en la oficina no era buena idea andar con tanta ropa ya que el calor se atenuaba más y me sofocaba rápidamente.

 Me daba envidia ver a todos en polerita y yo asándome. Acaricié mi vientre por debajo de mi escritorio y me levanté de mi puesto de trabajo dirigiéndome al baño de aquella oficina.

Entré a aquel fresco cuarto y divinamente no había nadie, esbocé una sonrisa y me mojé la cara, se sentía exquisito, refrescante. Posteriormente me quité el polerón, andaba con una polera negra un tanto ancha pero igual de me marcaba la pancita.

—Takanori, ¡estas embarazado!—Uruha entró asustándome y descubriendo mi pequeño secreto el cual intentaba guardar el mayor tiempo posible, ya que si mi jefe se enteraba me echaría del trabajo y eso, era lo que menos debía pasar, debía juntar el dinero suficiente para mi bebé.

—Uruha, yo… esto… y-yo— Tartamudeaba nervioso cubriéndome mi pequeño y abultado vientre con mi polerón que sostenía entre mis manos.

Mi compañero de trabajo de acercó y posó su mano sobre mi pequeña pancita sonriéndome, lo cual hizo que me sonrojara avergonzado, nadie me había tocado mi barriga, menos con tanto cariño.

— ¿aun no sabes cuál es el sexo del bebé? – preguntó mientras me acariciaba dulcemente el vientre. – n-no, en unos días más me toca una ecografía, y ahí sabré… —hablé bajito con las mejillas teñidas de un suave color rojo.

­­­­­­­­­—con Aoi queremos tener un pequeñito pero… creo que no soy fértil. – dijo con una sonrisa triste. – ¿Aoi -san? – se rumoreaba que Uruha tenía una relación “clandestina” con Aoi, mi jefe debo decir, clandestina puesto que él moreno tiene esposa, o por lo menos eso se dice, con claridad no se sabe. – sí, somos pareja, hace más de un año y… sé lo que estas pensando, y no, no es casado. – sonrió tímido mientras sus mejillas se tornaban un color carmesí.

— ¿por qué no le has dicho a Aoi de tu embarazo?, de seguro no te daría tanto trabajo y tendría más consideración contigo, pequeño. – nunca había hablando con Uruha, mas que saludos y un “como estas” típico, jamás pensé que fuera una persona tan adorable, por primea vez no me sentí tan solo, de hecho me sentí bien, con él me desahogué y le conté el miedo que tenia si todos se enteraban de mi estado, no quería favoritismo, aun era capaz de trabajar bien, de hecho los tres primeros meses más difícil había pasado y ahora sólo me sentía cansado, producto del embarazo pero nada grave.

—Taka, voy a hablar con Aoi, si no quieres que los demás sepan, bien, pero el debe saber, es tu jefe. –me dio a entender y claramente tenía razón.

Uru se hizo mucho más cercano a mí, me ayudaba en todo, era muy bueno conmigo y Kai me seguía observando, como queriendo leer cada uno de mis pasos, pero aun así no me hablaba.

Un día cuando fui a la oficina a hablar con Aoi-san, sobre mi embarazo, escuché a Kai hablar cariñosamente con alguien, sabía exactamente de quien se trataba y supuse que estaban saliendo…

No sé cómo llamarle a lo que estoy haciendo pero a veces hago como que nada me importa, como que nada me interesa, referente a Akira, cuando escucho a hablar a Kai por celular y me queda observando esperando alguna reacción de mi parte,  pero yo me comporto frio quitándole importancia, mostrando total indiferencia, cuando por dentro me siento tan usado, tan mal, triste y solo…

Desearía estar junto a él, aun sabiendo que él no me quiere… patético, ¿no?

 

 

-------------**-------------------        -------------**-------------------    -------------**-------------------

 

 

Era principio de octubre, hoy es el día en que sabría si serías niño o niña, mi peque. Estaba tan nervioso…

—tranquilo, amor, que la pancita se te puso dura. – Uru me acariciaba la espalda para relajarme, pero ¿cómo podría? Estaba muy ansioso mientras esperábamos en aquella sala de maternidad de color blanco decorada con afiches de bebes y futuras madres.

Cuando entré a la sala me recosté en la camilla por orden del médico, me revisó y luego pasamos a una pequeña salita cubierta con una cortina donde me iban a hacer la ecografía, me recosté mientras Uru me subía mi polera y la enfermera me echaba un gel en mi vientre, aun pequeño y abultado. El médico comenzó a pasar una maquinita  esparciendo el gel, pasaron unos minutos mientras el doctor hablaba y Uru y yo mirábamos la pantallita donde aparecía mi bebé.

—Que tenemos aquí… —revisó un par de veces más concentrado. – felicidades, su bebé es una niñita. – no quité los ojos de la pantalla mientras lagrimas corrían por mis mejillas, estaba tan feliz que fue inevitable no llorar.

-------------**-------------------   -------------**-------------------   -------------**-------------------

 

 

Caminaba por la calle en dirección a mi hogar después de un agotador día de trabajo, lo único que quería era ir a dormir y… comer pastel de piña, si, andaba con ese antojo desde que me levanté hoy  asique inevitablemente pasé por una linda cafetería y entré. Pedí mi preciado pastel con una tacita de té. – hubiera sido lindo comer con alguien. – pensé. Después de mi quiebre me lo pasaba siempre solo, eso no quiere decir que pasaba mucho tiempo con Akira pero por lo menos estaba con Kai… al decir verdad siempre tuve una vida solitaria.

Me sirvieron mi trozo de pastel, estaba riquísimo, dulce pero no tanto, era un manjar celestial de los dioses… ok,  ¿se nota demasiado que deseaba comer esto? – me reí como tonto mirando hacia el frente, grave error. Mis ojos chocaron directo hacia una pareja que estaban entrando al local. En ese momento, mis sospechas fueron aclaradas…

 Akira y Kai estaban parados, tomados de las manos justo en la entrada del local mirándome. Mi rubio ex novio me miró con una mueca de tristeza he incomodidad yo solo suspiré y miré hacia mi plato avergonzado como si hubiera cometido una barbaridad.

Vi como se sentaron en unas mesas que estaban cerca del gran ventanal de la entrada. Estaba muy incomodo asique decidí irme, pedí que me envolvieran mi pastel y me fui hacia la salida cabizbajo.

—Taka…—

 Escuché su grave voz. Me giré y antes de abrir aquella puerta de vidrio, lo observé con los ojos ya inundados en lágrimas. Vi como Akira se paraba con una mirada sorprendido, se veía pálido mientras se acercaba a mí, la vista se me nubló e insistentemente con el dorso de mi brazo me sequé las lagrimas para enfocar mejor mi vista, pero todo, poco a poco se volvió negro junto con un fuerte dolor en mi vientre.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).