Era un soleado día de primavera sobre la cuidad de Seúl y los pájaros cantaban, los niños corrían por las calles, los parques estaban llenos de gente, los abuelitos les daban de comer a las palomas sentados en los bancos de la cuidad y a los estudiantes, especialmente a mí, no nos apetecía hacer los deberes… bueno nunca nos apetecía, pero un día tan soleado no podía desaprovecharse estando encerrado en una habitación leyendo libros estúpidos con los que nunca llegaría a nada, porque yo iba a ser un Taekwondista de primera, de esos de los que van a las olimpiadas… eso o bailarín, pero de los que van a las olimpiadas no, de los que trabajan con los idols o son reconocidos mundialmente. Exacto… ¿para qué iban a servirme a mí las matemáticas? Bueno sé que más de uno dirá “pues las mates son muy importantes”… Sí, si yo no digo que no, sumar, restar, multiplicar y todas esas cosas están muy bien pero… ¿para qué me sirve saberme la fórmula de hallar el área de un triángulo? Que vamos a ver, yo no digo que no sea algo importante pero… no sé los demás, yo por lo menos no voy por la calle calculando áreas…
Bueno, que me desvío con las matemáticas, es que esto de tener el libro delante de mis narices me desconcentra. No me apetece estudiar… ¿A quién se le ocurrió poner el examen mañana? Dios… con lo feliz que soy yo jugando a la Play Station…
Bueno, os diré donde vivo, yo vivo en una residencia de estudiantes, comparto cuarto con cerebrito, ese siempre saca buenas notas… Es un tío simpático, pero me jode que me haga la competencia porque siempre me comparan con él, y odio que me comparen si es para dejarme como un tonto a mí. El chico se llama YoungJae, y a todo esto, os he dicho como se llama él pero yo no me he presentado, yo me llamo Moon JongUp ¿tengo un nombre guay eh? Pues sí, yo también lo pienso.
Mi compañero ahora está en la biblioteca porque dice que conmigo en la habitación no se concentra, encima va de listillo conmigo, a veces no lo soporto… ¡es tan maniático! Le tiraría un zapato a la cabeza para que dejara de funcionarle el coco un rato.
Mmm bueno pues creo que ya he estudiado lo suficiente, me he mirado la portada del libro, algo es algo, así que me voy a salir un ratito a la calle a tomar el sol.
-¿Te vas? –preguntó YoungJae cuando yo me disponía a coger mi móvil y él entraba en la habitación.
-Pues sí, ¿no lo ves? –le dije yo, ni que fuera tonto… ¿acaso no me veía preparado para salir?
-¿Y el examen? –preguntó él recordándome por milésima vez que mañana había un puto examen de mates.
-Ah bien, es mañana… ¿has estudiado? –le pregunté sonriente dirigiéndome a la puerta para irme a tomar el sol con mis amados cascos, pero el muy idiota me puso una mano en mi pecho… ¡mi pecho! ¿Y este porque me prohíbe la salida ahora? Le metía ahora con el zapato que dije antes y me quedaba tan a gusto.
-Yo ese me lo sé, pero dudo que tú hayas estudiado –me dijo el muy sabiondo. Claro, como él con leérselo entiende todas esas mierdas… Pues yo creo que el tío hace chuletas y copia en los exámenes, porque es imposible que alguien saque en todo tan buenas notas porque cada persona se especializa en algo… unos son de mates, otros son de lengua… y bueno… otros somos de gimnasia.
-Pues si he estudiado y ahora me voy a tomar un descansito –le dije yo al chico, que por cierto era más mayor que yo.
-No aprobarás, debes estudiar en condiciones –me insistió el pesado en que estudiara más.
-Hyung, ¿tú has visto la tarde que hace? Me voy a tomar el sol –dije señalándole la ventana mientras me disponía de nuevo a salir. El tonto por fin me dejó salir después de suspirarme y mirarme con cara de “no tienes remedio”, pero… ¿qué se le va a hacer? Yo soy así de genial, me miro la portada del libro y ya se me todo lo que entra en el examen.
Estuve toda la tarde fuera, paseando y tomando el sol en un parque, y cuando volví a la habitación YoungJae andaba estudiando de nuevo. Ese chico no se cansa nunca de estudiar, yo creo que es de otro planeta… Eso o es que yo soy de Marte…
-¿Aun con mates? –pregunté dejando mi móvil y mis cascos sobre la mesa.
-No, estudio biología para el examen de dentro de dos semanas –me respondió él sin levantar la mirada. Nosotros dormíamos en literas, yo tenía la de abajo y él dormía en la de arriba, así que me subí a su litera y me tumbé a su lado para ver que estaba estudiando.
-¿Y es complicado? –le pregunté hojeando la página que estaba estudiando él.
-Si lo estudias es fácil –me dijo él todo listillo, odiaba que se creyera superior a mí.
-Ah… eso es un… ¿qué es? –le pregunté señalando un dibujo extraño que había en el libro.
-Son los esquemas de las células procariotas y eucariotas –me respondió él. ¿Acaso el chico sabía chino? ¿Qué idioma era ese? Dios mío… si las mates de poco me servían lo de estudiar células extrañas ya sí que me desesperaba.
-Ahh… -dije yo tumbándome con la cabeza apoyada en su almohada.
-¿Te vas a quedar aquí? –me preguntó con un tono de voz con el que me sugería sutilmente que me largase de su cama. Le faltó decir “o te largas de mi cama o te tiro yo”.
-Pues sí, es que me siento superior estando tan alto –dije divertido para molestarlo.
-Ajá… -musitó el poniéndome una mala cara.
Me puse a picarle para que discutiéramos un rato, YoungJae enfadado era muy gracioso porque con lo pacífico que era y la paciencia que tenía, no era muy normal que se enfadara. Le estuve dando golpecitos con un dedo en el brazo hasta que cerró su libro y me miró muy mal, siempre solía quejarse antes de ponerse tan serio por lo que me pareció entraño que reaccionara así.
-Deja de actuar así, estamos cerca de los exámenes finales y tú estás tan tranquilo molestando a los que queremos aprobar –dijo YoungJae mirándome tan serio que yo ni me lo creía, me entraron ganas de reírme en su cara pero no me parecía ético desilusionar al pobre chaval, que parecía que se creía que era súper mega guay mirándome así.
-Oh… no quería molestar hyung –dije todo inocente y regalándole una de mis maravillosas sonrisas.
-Vete de mi cama –me dijo el muy estúpido, y como no me apetecía discutir pues me largué no sin antes ponerle una mala cara.
El resto del día lo pasé ignorándolo y él a mí, por lo que no volvimos a hablar hasta el “Buenas noches” que nos dijimos antes de dormir. Al día siguiente nos levantamos con nuestro “Buenos días” y nos vestimos en silencio, bajamos a desayunar al comedor y rápidamente entramos en clase, a la profesora no se le había ocurrido una idea mejor que poner el examen de mates a primera hora.
El examen fue una mierda, no sabía responder a nada, bueno sí, por lo menos le rellené el cuadrito donde había que poner el nombre y los apellidos, pero el resto del examen lo dejé lleno de garabatos y respuestas inventadas. Salí del examen cegándome en la madre que parió a mi profesora, aunque bien sabía que la culpa era mía por no estudiar, pero era más fácil echarle la culpa a otro de mi desdicha.
Cuando salí del examen me fui directo a la cafetería a tomarme una tostada, tenía mucha hambre a pesar de haber desayunado hacía un rato, aunque cuando bajé a la cafetería no sabía lo que me esperaba, mi padre, mi padre me esperaba en la cafetería. Pensaba que me había fumado algo pero al acercarme me di cuenta de que aquel hombre parecido a mi padre era ese señor que me miraba muy mal.
-¿Papá? –pregunté extrañado.
-Eres un inútil –me respondió él, como solía hacer siempre.
-Si vienes a insultar ya te puedes ir –le respondí de maña gana.
-Me iré después de advertirte, como no apruebes este curso con mínimo todo notable te irás a trabajar al campo de tus tíos –me dijo para luego dejarme con la palabra en la boca. No me dijo ni adiós el ca… ¿pero qué cojones quería? Recorrer muchos kilómetros para decirme dos cosas no lo veía yo muy lógico, me podía haber llamado por teléfono pero se ve que mi pobre padre andaba peor de la mente de lo que yo pensaba. El caso es que me había dejado una advertencia más que clara, si sacaba malas notas iría a trabajar con mis tíos, y eso no era un trabajo cualquiera, ese trabajo significaba cuidar del campo y cultivar todo tipo de cosas que mis señores tíos plantaban, cuidar de las vacas y los caballos y como no, limpiar sus… me voy a callar para no producir nauseas al que lo lea, debería limpiarles la casa y seguramente me tocaría cocinar, vamos, el trabajo de mis sueños. Ya tendría suspenso seguro el de mates así que más me valía ponerme las pilas para aprobar el resto de exámenes y con muy buena nota si no quería morir intoxicado en aquella casita de campo.
Me dirigí a mi habitación molesto y estaba YoungJae en el escritorio pasando unos apuntes a limpio, me tumbe en mi cama y me puse a meditar. Me gustaba escuchar música para relajarme, bueno, me gustaba y aun me gusta claro está, el caso es que me cogí los cascos y puse algunas canciones que me ayudasen a relajarme o que por lo menos me hicieran sentir bien.
La primera canción que escuche se llama “Without you”, de Chris Brown, pero me ponía triste porque en realidad sí que había alguien, una persona sin la que no podía vivir… pero ahora me había dejado y no quería escuchar esa canción porque no quería ponerme triste, quería animarme. Apagué la música y me quité los cascos resoplando demasiado sonoramente, cosas que al parecer le molestaban a mi querido compañero de cuarto, a pesar de que yo no lo hacía con la mala intención de molestarle, o por lo menos no ahora.
-¿Tan difícil te resulta dejar de hacer ruido? –preguntó YoungJae en tono molesto.
-¿Tan difícil te resulta dejar de estudiar por un rato y ser amable? –pregunté yo vacilón, no tenía ánimos para tonterías después del encontronazo con mi padre.
-Me resulta difícil cuando mañana tengo un examen que quiero aprobar –me respondió él sin mirarme ni una sola vez, solo miraba su libro.
-¿Examen? ¿Mañana? –pregunté, ahí sí que me había asustado… ¿¡Mañana tenía un examen!? ¿Y por qué soy el último en enterarme de ese tipo de cosas? Mierda… ¿de qué sería el examen…? Necesitaba aprobar para que mi padre no me obligase a ir al campo de mis tíos.
-Jong… el examen de inglés es mañana –me dijo YoungJae dejando notar en su voz que yo parecía un desordenado y un despreocupado, pero tenía razón, lo era.
-¿In… inglés…? –pregunté yo como un tonto, no se me daba del todo mal la asignatura, pero no estaba para notable porque yo era partidario del inglés americano y mi profesor le daba más al británico.
-¿No lo sabías? –preguntó YoungJae mirándome sorprendido y con cierta ironía en aquella mirada.
-N-no… -respondí yo, que ya solo se me venían a la cabeza las imágenes de mis tíos dándome una cálida bienvenida a su casa.
YoungJae se encogió de hombros sin importarle mi mal estar y volvió a mirar sus apuntes ignorándome por completo. Entoces me di cuenta de que él era mi solución, necesitaba que me ayudase con el examen o sería un fracaso total, me acerqué a él para pedirle amablemente su ayuda y me senté en el borde de la cama más próximo a él.
-Oye hyung… tu… ¿tú podrías ayudarme…? –pregunté resignándome a recibir ayuda, odiaba tener que depender de alguien y no poder hacer las cosas por mí mismo.
-¿A qué? –me preguntó el tonto… ¿¡Pues a qué va a ser!? O se hacía el tonto o no era tan inteligente como demostraba en los exámenes.
-A sacar un 10 en ese examen –le dije todo iluso, y el memo se empezó a reír.
-Vamos a ver Jong… los dieces no se sacan así, se sacan estudiando con antelación –me explicó, como si yo no lo supiera.
-Pero… es que necesito ese 10… por favor –le pedí arrastrándome por segunda vez ante el petardo de YoungJae, como se notaba que odiaba perder su valioso tiempo conmigo.
-¿Por qué te entraron esas ganas de sacar un 10 ahora? –preguntó mostrando algo más de interés.
-Porque sí, lo necesito y punto –le respondí bruscamente, cosa que no debía haber hecho.
-Pues estudia y déjame que saque yo mi 10 –me respondió él ante mi grosería, que en cierto modo me merecía.
-Por favor… lo necesito para que no me castiguen… -le supliqué arrastrándome por tercera vez, y no habría una cuarta.
-Está bien -dijo él tras hacerse de rogar 3 minutos contados de reloj para meditar si debía o no ayudarme.
-Gracias… -asentí, me cogí una silla y la mochila y me senté a su lado para comenzar a estudiar en ese mismo momento, pero el mayor me miró un poco raro y echó la silla para atrás, alejándose de la mesa.
-¿No pensarás estudiar ahora, verdad? –me preguntó mientras se levantaba de la silla y mirándome claramente con cara de “tú eres tonto”.
-Pues… yo pensaba que sí… pero contigo –dije sin comprender por qué narices no podíamos estudiar en ese momento, para una vez que era yo el que decía de estudiar algo y me dice que no. YoungJae era desesperante.
-Estudia tú si quieres, es la hora de comer –dijo él mientras miraba su reloj y después comenzaba a estirar su espalda.
-Pero… está tarde me ayudarás ¿no? –le pregunté comenzando a preocuparme y agobiarme por el examen que no llevaba estudiado.
-Sí, aunque no sé por qué necesitas la ayuda de un empollón friki como yo… ¿Por qué eso es lo que piensas cierto? –me dijo él con un tono irónico en la voz y mirándome un poco con repugnancia. ¿Qué mosca le ha picado? Yo no hice nada malo que yo supiera.
-Eh… Jae creo que te equivocas… -le respondí un poco cortado, ¿a qué venía esa reacción?
-El otro día te escuché hablando con tus amiguitos de mí “es un empollón, ojala te cambiaran a nuestra habitación porque lo de ser friki seguro que se pega, corres grave peligro con ese tal Jung Jae” –me dijo él repitiendo las mismas palabras que me dijeron mis amigos el otro día.
-Pero yo no dije esas cosas, las dijeron ellos –le respondí yo un poco a la defensiva, no quería que pensara que yo hablaba mal de él porque nunca lo había hecho.
-Dile a los idiotas de tus amigos que me llamo YoungJae y no Jung Jae, que aprendan a hablar y luego a insultar –me dijo mi compañero dirigiéndose al armario para coger algo, que yo suponía que sería una chaqueta o algo de abrigo.
-Oye Jae escúchame, yo no dije eso, te fuiste después de escucharlos porque si te hubieras quedado sabrías que yo te defendí –le dije preocupado y acercándome a él. Le agarré del brazo y le di un tirón para que me mirase a la cara, pero me asusté al ver que en realidad no fue a buscar nada al armario, si no que lo único que quería era evitar mi mirada para que no supiera que estaba llorando.
-No mientas… no tienes razones para defenderme a mí –me dijo soltándose de mi agarre y pegándome un empujón para apartarme de su camino. Me dejé empujar pero al ver que se disponía a salir de la habitación llorando descontroladamente lo agarré de nuevo y lo empotré con la puerta bruscamente para que no saliera, pero nos hicimos daño los dos, él por la hostia que se metió contra la puerta y yo por doblarme la muñeca al agarrarle tan de improvisto.
-¡Ahh! Déjame –me gritó el sin dejar de llorar y mirándome muy mal.
-No salgas así, ¿qué te pasa? –le pregunté abrazándolo muy fuerte de manera impulsiva, tan impulsiva que ni yo mismo me lo creía.
-Estoy cansado… nadie me respeta… -me dijo llorando sin corresponderme al abrazo, encima de que lo ayudo.
-¿Quién no te respeta Jae? –le pregunté preocupado.
-Tú, tus amigos y todos los que son como tú –me dijo empujándome y deshaciendo el abrazo. ¿Por qué actuaba así? Dios necesito un traductor de sentimientos para comprender a este pobre chico.
-Pero que me escuches, que te estoy diciendo que te defendí, ni se te ocurra salir así llorando de la habitación –le dije amenazante y empujándolo de nuevo contra la puerta pero sin brusquedad.
-¿Por qué no puedo salir así? –me preguntó mirándome muy mal y casi histérico.
-Porque se reirán de ti, tranquilízate… ¿Alguien se ha metido contigo? Si es así dímelo y te ayudare pero deja de meterte conmigo que no te he hecho nada –le dije muy tranquilamente para no parecer demasiado alterado y que encima me respondiera peor.
-Que más te dará quien se ría de mí o no –me dijo volviendo al tema, se notaba que quería discutir.
-Vamos a ver deja de tocarme los huevos que yo lo único que quiero es aprobar el puto examen de inglés –le dije cansado de escuchar gilipolleces.
-Eso es lo que te importo, a ti y a todos que solo me queréis para que os pase las respuestas de los exámenes y para los apuntes que no cogéis en clase –dijo él mirándome muy enfadado pero con un ápice de tristeza en los ojos.
-YoungJae… mira yo no sé los otros pero esta es la primera vez que te pido ayuda, eres tú quien me dice siempre que debo estudiar y no te hago caso, pero jamás te pedí apuntes y mucho menos copiarte un examen –le dije defendiéndome como bien sabía hacer yo, y era cierto lo que le dije, la única vez que le pedí ayuda fue esa misma tarde. YoungJae se quedó mirándome sin saber exactamente que decirme pero él sabía que yo llevaba razón.
-Perdón… -musitó agachando la mirada y secándose las lágrimas.
-Oye… ¿por qué no me dices lo que te pasa en realidad en vez de gritarme? –le dije amablemente al ver que se disculpaba.
-Tú tienes amigos… contigo no se mete nadie y… yo no me llevo bien con nadie –me dijo muy triste, entoces me di cuenta de que lo que le pasaba en realidad es que tenía envidia porque yo era genial y muy sociable y el era genial a secas.
-¿Y qué? Los amigos no son todas las personas con las que te llevas bien, si te digo la verdad en todo el instituto no tengo ni un solo amigo, tú tienes algo que yo no tengo y es que eres muy listo y siempre apruebas –le dije quitándole las lagrimas, me sentía emocionado porque yo ahora parecía el mayor, aunque parecíamos hermanos y yo con ese chico no tengo tanta confianza, pero bueno solo por esta vez y porque se siente solo, que si no ni de coña lo abrazo ni le digo cosas tan sabias.
-A veces hechas en falta alguien con quien hablar de los problemas y que te abrace cuando te encuentras solo –me dijo el dejando clara toda la tristeza que sentía.
-Pero hyung… me tienes a mí como ahora… -dijo inconscientemente y sin pensar lo que decía, cuando me escuché a mi mismo me entraron ganas de patearme a mí mismo por decir esa clase de cosas a una persona que realmente no me importaba tanto como para eso.
-¿En serio…? –me dijo sin creerse que yo hubiera dicho eso, normal, no me lo creía ni yo.
-¿Si? –dije yo confuso, quitándole la ilusión porque notó que yo mismo dudaba de mis palabras.
-No lo intentes… tú y yo somos 100% incompatibles, no podemos llevarnos bien porque somos demasiado diferentes, somos como el agua y el aceite –me dijo él suspirando al ver que no tenía el amigo que pensó que iba a tener.
-Oye… puede que seamos así pero tenemos algo en común, no tenemos esa persona que nos abrace y nos escuche –le dije queriendo patearme de nuevo a mí mismo.
-¿Me lo dices por el examen de inglés? –me preguntó desconfiado el tonto.
-No, te lo digo de verdad –le respondí y acto seguido lo abracé.