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Love that can´t leave the dark por alemy

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Notas del fanfic:

Siempre he tenido esta idea en mi cabeza... ¿y como no ponerlo en puño y tecla como un 2min? jeje 

Que lo disfruten~~

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Criaturas bellas ya regresé :)

Y mi estilo de escribir cambió de una forma en la que...no tenia tantas falta de ortografía

Es que por dios niñas... Como no me dijeorn nada en en los reviews. Y todo por no checar antes de publicar -.-

Pero bueno corregí todo eso y ya es mas entendible :)

Que lo disfruten chicas.

Notas del capitulo:

Espero que les guste >.<

Lo hice con amor... asi que no esperen mucho de el prólogo porque recuerden que es una introduccion.

Prólogo

 

Suspiró con pesadez al ver a la gran mansión asomarse entre el gran muro de piedra, lleno de enredaderas de ramas cubiertas de hojas verdes y flores de muchos colores. Era un lugar completamente hermoso con tan solo ver el muro que separaba a la mansión de la insignificante calle... Toda una belleza de casa.

Picó el botón con rojo, con su dedo índice, entre tantos del aparato que se situaba justo al lado de la gran reja negra y lustrosa, con una gran letra “C” al centro de esta, la letra de color oro.

<< ¿Que desea joven?>> contestó una voz distorsionada por el aparato.

- Buenos días. - sonrió levemente el muchacho - Vengo para ocupar el puesto de trabajo de mi madre...

<< Su nombre>> pregunto... más bien ordenó aquella voz.

- Lee Taemin - contestó el chico con el cabello largo y con tono rojizo.

Resonaron las rejas negras que le hacían paso a un camino empedrado, el cual caminó sin problema, aunque con muchas prisas por la hora de su llegada.

Desde que su madre sufrió aquel accidente en el cual casi pierde la vida, dejándolo a él y sus seis hermanos pequeños en el abismo de la desesperación y tristeza. Taemin debía de hacer algo por sus hermanos menores, ya que ninguno estaba en la edad necesaria para trabajar. Hasta que sucedió un milagro. Por cortesía del gran empresario y admirable... el señor Choi, por quien su madre trabajaba de mucama, gracias a eso, ahora el suplantará a su madre en la gran mansión para pagar los gastos del hospital.

"Lo haces por mamá... tranquilo Taemin" se repetía en su mente. Cada paso que daba hacia que sus nervios estuvieran a flote, su corazón palpitaba a mil por hora y empezaba a transpirar como un enfermo. Había conocido al señor Choi cuando este le ofreció su ayuda para la recuperación de su madre... pero aun así, algo hacia que su nivel de autoestima bajara a cero cuando estaban en el mismo lugar, simplemente ese hombre era muy intimidante. "no te des por vencido... ¡fighting!" se apoyaba mentalmente.

Había bastante vegetación en los alrededores, todavía estaba impresionado del tiempo que estaba invirtiendo en llegar a la mansión... ya fueron tres minutos y aun ve la copa de la casa... era como si estuviera a millas de ahí.

Su ropa bien presentable se estaba estropeando por el sudor que empezaba a emanar de su cuerpo, ya no aguantaba, así que se quitó el saco y lo colgó en su hombro, aun sujetado con su mano. Corrió más rápido hasta llegar por fin en la entrada.

- cinco minutos... mas - suspiró al ver su reloj. No podía creer que tuvieran un bosque como jardín. Solo esperaba no perderse al regresar a casa.

Tocó la puerta lo más fuerte que pudo, fue recibido al instante por el mayordomo, un hombre de mediana edad, buena postura, buena vestimenta, pero eso no cambiaba su envejecimiento. Se notaba muy bien sus canas en su cabello y barba, también las verrugas marcadas en su rostro.

- ¿Joven Lee? - preguntó con voz ronca, tomándolo desprevenido.

"Las cosas no son como parecen" pensó Taemin.

- S-si - asintió con nerviosismo - Buenos días.

- Buenos días. - respondió el anciano secamente, para luego darse media vuelta y entrar a la mansión, dejando la puerta abierta para que Taemin entrara, lo que el rápidamente acató para luego cerrarla cuidadosamente detrás de él - Me sorprende que aun los jóvenes de hoy tengan modales... Es muy obvio que teniendo a su madre como ejemplo ha sido muy bien educado. - murmuró el hombre más para sí mismo. – Sígame. - ordenó.

El menor asintió timidamente, un gesto muy tierno a los ojos del mayordomo.

"Será una muy buena compañía para el joven amo Minho" pensó el mayordomo mientras sonreía con entusiasmo.

Taemin veía asombrado por todos lados. El lugar era mil veces más grande que su casa, como él lo esperaba de un hombre tan importante y con un gran puesto de trabajo como el señor Choi.

La mansión tenía un estilo de decoración muy refinado que hacía que todo espacio visto por los grandes y curiosos ojos de Taemin se viera como si él estuviera en un palacio, tenían un GRAN jardín trasero con un ventanal enorme que daba paso a un hermoso balcón con enredaderas de muchas ramas de diferentes tonos verdes, estos siendo decorados con pequeñas rosas rojas. En la GRAN sala de estar estaban situados unos muebles de color dorado con muchos detalles costurados a mano que debieron de costar una fortuna, había también una hermosa chimenea. Corredores dispersos al abrir cualquier puerta, todo un laberinto de cosas sin conocer, a lo que Taemin le daba aun más curiosidad.

- Este es el lugar más concurrido de todo miembro de servició – le enseñó el mayordomo la GRAN cocina, en donde solo alcanzaba a ver a un chico en el fondo donde estaba la estufa, el horno (que estos contaban con tecnología muy actualizada), utensilios de cocina con muchos ingredientes en la mesa de hierro que también se situaba en el fondo de aquel lugar.

Había una mesa larga y no tan ancha, de madera que partía a la mitad el ancho de la cocina, ahí suponía que los miembros de servicio se alimentaban y socializaban los unos con los otros. En el lado derecho había puertas de hierro que se extendían hasta la mesa en donde estaba el chico rubio, y del otro lado había una puerta acompañada con ventanas que tenían la altura de toda la pared, de cristal que hace que llegues al jardín trasero.

- ¡Kibum! – al gritar ese nombre, el chico rubio se sobresaltó y se volteó dando a conocer sus ojos rasgados y su cara manchada de harina. - ¡Ven a conocer al recién llegado! - su voz hacía eco en el lugar.

El chico llamado Kibum golpeó con molestia la mesa con ambas manos, lanzando los utensilios que tenía en mano hacia ella de mala gana,  y se fue hasta las dos personas aun en la entrada de la cocina que lo miraban venir.

- Enséñale lo que tiene que hacer... lo que hacía su madre aquí. - le dijo al rubio que ya se encontraba al frente de Taemin, inspeccionándolo con la mirada, barriéndolo y tirándolo a la basura con esos felinos ojos. - si me disculpan, me retiro. – dicho ya eso, dejo a los menores con un extraño silencio.

- ¿Y? - rompió el silencio Kibum.

- ¿Q-que?

- ¿No te presentaras? - levantó una ceja poniendo sus manos sobre sus caderas.

- soy L-lee Taemin - dio una reverencia con mucho respeto.

- Kim Kibum... pero me puedes decir Key - Key suavizó la mirada para luego sonreírle. - ¡¿que son esas fachas?! - preguntó haciendo un gran escandalo.

- Corrí al llegar aquí... - dijo el menor en voz baja, completamente apenado.

- No se diga más. – aplaudió una vez, como haciendo un cierre a la conversación que acababan de empezar - Te va a encantar el uniforme, lo diseñé yo mismo - se limpió la mejilla en donde tenía la mancha de harina con el torso de su mano, y le sonrió.

~.~.~.~

- ¡Aigo! Te queda muy bien - le aplaudió a Taemin, quien se abuzaba a si mismo por timidez, era la primera vez que le prestaban mucha atención, nadie lo trataba así... solo su madre.

 

"Creo que Key hyung será una gran umma" pensó.

Notas finales:

¿Les gustó?

Si es asi no se arrepentiran de seguir de leer el fic... les aseguro que les gustará... solo no se dejen llevar por lo primero.... se los digo por experiencia :D


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