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cuento de hadas. por barbie

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Notas del fanfic:

adoro al creed psicopata acosador.....lo amoooooooooooooooooooooo dios viola a train de una vez!! xD

 

Notas del capitulo:

porque  con lo devotamente loko k estaba creed merecia tener un momento con train...

La debilidad es despreciable, sucia y molesta, solo pensarlo le hace querer gritar, asqueado y horrorizado…pero cuando es el….cuando es el.

Solo el,

Únicamente el.

 

Es perfecto.

Cuando abre los ojos el castaño esta en frente solo puede pensar eso. Perfecto, perfecto. El pensamiento es tan repetitivo que roza lo doloroso, aun así solo sonríe y se despereza en la cama intentando no mirarle tan fijamente, intentado no presionar hasta quebrarlo…no por ahora.

Afuera la tormenta resuena furiosa mientras los rayos iluminan sus ojos dorados, la sola visión le oprime el pecho y le quita el aliento, pero solo sonríe…sonríe.

-¿Ocurre algo…Train?- saborea el nombre como un gemido deslizándose por su lengua.

Pero la pregunta logra ser casual, amable. El aludido solo le mira serio y tranquilo.

-Quizá…tu me odies por eso.- escandalizado se incorpora de un brinco  acercándose al chico tomándole de los hombros apenas pudiendo imaginar que locura podría llevarle a odiar a Train…a su dios.

Por un segundo le mira fijamente antes de que un nuevo rayo ilumine la habitación…el cuerpo del menor se tensa casi imperceptiblemente bajo sus manos mientras sus pupilas se dilatan un poco…solo un poco. Imposible de notar para nadie…menos el.

Debería sentirse asqueado de la idea de que su Train pudiera tan siquiera sentir…

-Tienes miedo.- la frase no es ni siquiera un pregunta, solo una afirmación, Train solo ladea un poco la cabeza antes de que un nuevo rayo rompa el cielo y los deslumbre.

 

Black Cat tiene miedo…pero eso es solo algo que el sabrá.

 

Una parte de el quiere gritar que es imposible y ridículo, la otra solo delira ante una nueva faceta de su persona mas importante, una parte única, intima y privada que solo le es permitida a el conocer. El solo tomar consciencia de ello le acelera el pulso hasta la arritmia.

Esta bien, esta perfectamente bien. Porque es Train y Train es perfecto, y solo el tiene derecho a conocerlo y tenerlo, poseerlo hasta su mas pequeño detalle.

Incluso algo tan vago e irracional como temerle a los rayos es precioso en el.

 

Quizá tu me odies por esto.”

 

Ridículo, ¿quien es el para juzgar a su dios?

 

Son compañeros, no necesitan las palabras, a Creed siempre se le desbordan y atoran, a Train siempre se le escapan y esfuman. Mejor solo estar.

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-¿Así que crees que puedes arruinarlo? Llevártelo de mi lado…- la bruja le mira con extrañeza antes de intentar hechizarle de la misma forma en que le encanto y embrujo a el…a su compañero, a su alma gemela. No la perdonaría. Nunca.

-¿Eres amigo de Train cierto?- la joven del kimono sonríe con un aspecto frágil y dulce capaz de asquearlo. –El debe de estar por llegar…-Saya solo siente el primer disparo atravesándole un hombro, quemándole. -¿Qué estas!...-

El príncipe debe asesinar al dragón malvado antes que este encarcele y a aprisione a la princesa, aun que Train no es una princesa pero el igual desea ser su príncipe...o su esclavo, cualquiera estaría bien. Pero primero.

-Debes morir.- la odia, la odia, la odia tan profundamente que apenas puede respirar. –Debo matarte…por Train.- para liberarlo, para capturarlo, para amarlo.

Es lo correcto.

Saya sangra y grita, después es incapaz de gritar pero todavía sangra, se rompe. Por un momento incluso podría gustarle, podría aguantarla…pero eso es solo un hechizo. Debe ser fuerte para liberarlo, a su amado.

Es lo correcto, la asesina con toda la determinación posible, porque tenia que hacerlo.

Tenia. Tenia. Tenia.

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Creed sonríe con algo de torpeza como siempre que le tiene solo para si mismo, una torpeza nacida de la atormentadora felicidad. Acostados en la cama, juntos.

Como debe ser.

Si fuera capaz de sentir de una manera normal entonces esa seria la definición perfecta de felicidad, pero el no es así. Esta torcido, retorcido. Así que la felicidad se tiñe de obsesión y necesidad. De locura.

Así es como debe ser.

Cuando están frente a frente con sus cabellos mezclándose y sus alientos confundiéndose lo entiende, vivir solo vale la pena junto a el. Lo demás es solo basura. Basura, basura. El los exterminara, el paraíso esta cada vez mas cerca. El paraíso esta bajo esas sabanas, en los labios del contrario.

Pero aun así esta bien, porque muy pronto ese paraíso se extendería, lo abarcaría todo.

Tomare este mundo, lo limpiare y te lo regalare”

A esas palabras Train solo asiente con una pequeña sonrisa. “no me importa el mundo” ambos lo saben pero es el regalo que Creed desea darle y seria cruel el no aceptarlo. Solo por eso.

 

El albino deja que sus dedos jueguen un rato con el cabello castaño antes de acariciar sus labios, cuando el próximo rayo cae estos se abren y le acarician con su aliento.

Entonces cae en picada, cae, cae, cae. Deliciosamente.

 

-Las tormentas siempre me la recuerdan, a Saya- el castaño comenta casi con apatía.

Y entonces el sigue cayendo, cayendo, cayendo. Cruelmente.

¡Maldita bruja! Quiere gritar, pero eso es solo parte del hechizo que se niega a desvanecerse, si gritara alejaría a su Train y la bruja hubiese ganado. Incluso desde su tumba…no, no, no. Por eso abraza a su compañero y besa su frente, no dejara que ninguna maldición los parte. Ganara. Y gana. Cuando el aparentemente desdeñoso chico le abraza con el doble de fuerza sabe que ha ganado.

Por ahora.

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No es una mentira, solo una pequeña y necesaria distorsión de la realidad.

No es como si fuera un traidor o algo similar, un guerrero hace lo que debe hacer. Todo por amor, amor, amor…esa maravillosamente espeluznante palabra.

Este es su amor.

Retorcido y enloquecido.

Pero es amor. Eso es todo lo que importa.

 

-Jamás los perdonare…a Saya, ellos me la arrebataron. ¡Chronos!- las palabras de Black Cat son duras y filosas. Asesinas. Las ama, son perfectas como todo el, porque jamás podrá perdonar a la bruja malvada, por ser la causa de esas palabras…si pudiera la reviviría solo para volverla a torturar y asesinar.

Train yace sentado en el suelo del balcón lleno de frustración y odio, el solo se mantiene cerca apoyándolo como el compañero que es. Sosteniéndolo silenciosamente.

No es una mentira…pero tampoco es una exacta verdad.

-Train….- murmura el nombre con devoción. El aludido solo alza su mirada dorada y fiera.

-Ha sido un number…¿cierto?- no es una mentira, no lo es. Por eso asiente con lentitud mirándole a los ojos. El asesino ha sido un number de Chronos.

Verdad.

Innegable

Train suspira lleno de enojo. Antes de volver a su actitud pasiva y peligrosa. Odia verle así que intenta hacer su mejor esfuerzo por ayudar.

-Quizá estudiando las heridas podríamos saber quien….- el castaño niega repetidamente.

-La despedazaron…-responde sin aliento.- no  quedo nada en ella para reconocer o estudiar…la destrozaron…apenas parecía humana.- le explica el numero XIII, aun que el ya lo sabe, lo sabe muy bien, pero igual asiente y permanece en silencio mientras el otro parece recordar el dantesco espectáculo que si única amiga se convertiría después de muerta.- jamás perdonare la forma en que la asesinaron…-

La afirmación hace que el mayor tenga que morderse la lengua para no maldecir, ese estúpido hechizo…!bruja, bruja, bruja! Tan solo oírlo hablar de ella es tan doloroso…tan monstruoso.

Entonces Train se incorpora y camina hasta el, coloca ambas manos en sus hombros y le mira a los ojos con la misma determinación como si le fuera a disparar…!hermoso, perfecto, mi dios!

-Al menos tu estas a salvo…- la frase es vaga y corta. Letal, le apuñala el alma y le roba la poca cordura que podría haber tenido. Cuando el oxigeno amenaza con desaparecer y el con desfallecer se obliga a esperar al ver a su amado abrir nuevamente los labios. –Ellos ya me quitaron a una de mis dos personas mas importantes…pero al menos a ti, no dejare que te hieran. Al menos solo a ti te protegeré…porque eres lo único que me queda.-

Nunca había pronunciado tantas palabras seguidas por placer, y nunca lo hubiera hecho. Pero ella, Saya se lo ha hecho entender…a veces nunca tendrás otra oportunidad de decirlo. Saya no pudo ser protegida, fallo. Pero con Creed seria diferente. No cometería el mismo error dos veces.

A esa extravagante y cruel persona frente a el, la protegería. Porque al fin y al cabo el albino era el único que siempre estuvo con el. Porque Creed lo defendería, sobre todo y todos. El aprendería a corresponder ese sentimiento. Saya seguramente estaría orgullosa…y divertida.

Sobre todo si hubiera visto la cara de sorpresa en el rostro de su compañero…de Creed. Debería recordárselo, Creed es su único aliado. Su única persona…debería aprender a hablar.

-Train…-solo puede gemir su nombre, tontamente una y otra vez.

-Saya…me hubiese gustado que la conocieras.- el mas joven murmura antes de dejar caer un cabeza contra el pecho del contrario. –Solo puedo confiar en ti…¿cierto?-

El otro solo responde abrazándole hasta hacerle doler los huesos. Alzando su rostro y besándole con devoción y casi temor. El menor responde con calma.

Creed…un día se descubriría amando a ese hombre.

 

Y cuando el beso termina y este le sonríe con amabilidad y alegría lo nota, “yo ya lo amo

 

-¿Como me decías que se llamaba ese nuevo proyecto…?-

-Los apóstoles de las estrellas. ¿Te gusta?-

Un asentimiento, una sonrisa.

Los apóstoles de las estrellas….

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Black Cat corre rápidamente entre los pasillos de lo que alguna vez fuera su casa, hogar y cárcel…Chronos arde desde los cimientos, pero eso no importa.

No ahora.

Venganza.

Venganza

Venganza.

Las únicas heridas apenas reconocibles en el cadáver de su amiga eran cortantes, de espada… así que corre con todas sus fuerzas mientras le busca, para vengarse para hacerle pagar.

Porque alguna vez le respeto. Alguna vez hace mucho tiempo…

-¡Tu!- aprieta los dientes con furia y anticipación lanzándose de lleno a la pelea.

La number I moriría ese mismo día, ardería con la institución y dogma que tanto amaría.

Ardería hasta los cimientos.

Como el mismo mundo.

Mientras el mundo colapsa mas tarde solo recordaría de ese día el como Creed le quitaría a Hades de las manos liberándole de su peso, recostándole y obligándole a cerrar los parpados a base de caricias hasta hacerle dormir.

-Descansa mi Train, parece que se acerca una tormenta. Nuestro nuevo mundo se purifica.-

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Train y el yacen tranquilamente, mirándose a los ojos con esa muda complicidad que los años como asesinos de Chronos, como revolucionarios y mandatarios les darían. Esa perfeccionada capacidad para poder entenderse sin las más mínimas palabras.

La tormenta sigue azotando la noche, pero ellos están a salvo. Siempre lo han estado, ya no hay nada que temer. Su paraíso había sido alcanzado.

-¿Tienes miedo..?- pregunta el mayor solo por curiosidad mórbida.

-Ya no.- responde Black con una sonrisa ligeramente cínica.

Alguna vez bajo una tormenta compartieron un momento parecido, pero eran distintos.

Aquel era un Train más frágil.

Aquel era un Creed mas inestable.

 

Ahora habían logrado equilibrarse tan espléndidamente como hace años el albino predicaría, quizá incluso un poco mejor.

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Le observa recoger las margaritas marchitas para dejarlas a un lado y colocar las nuevas.

Margaritas, vulgares margaritas.

Sencillas, básicas, crecen sin querer, y tardan tanto en marchitarse.

Algún día las desaparecería de la faz de la tierra, de esa tierra que ahora les pertenecía. Solo un poco mas. “Espera un poco mas, te regalare este mundo puro y digno para que ya jamás tengas que pensar en esas margaritas”

 

Creed permanece a una respetuosa distancia de la lapida a estilo japonés donde el castaño lleva acabo mecánicamente una pequeña ceremonia. Odia que su Train le dedique tiempo y esfuerzo a ese trozo de mármol, lo odia. A veces piensa que es puro masoquismo el acompañarle cada dos meses allí, pero es solo que debe cuidar lo suyo. Como Train lo cuidaría a el.

Porque dejarlo solo con la bruja es inaceptable.

 

Así que cada tanto van allí, a ese pequeño y retirado espacio al fondo del área sur de uno de los jardines que rodean la propiedad. Entre los miles de kilómetros de rosas extravagantes y perfumadas se encuentra ese pequeño mausoleo de margaritas con una única tumba.

Pensaría en morir solo para ir donde esa zorra se encuentre para poderle dar lo que se merece. pero el ya es un dios, el y Train no morirán, esa mujer y su Train jamás volverán a estar en el mismo mundo.

Pero no dice nada, porque es la única petición que la persona frente a el le hiciera, y el es incapaz de negarle nada a su amado, nada, nada, nada. Ni siquiera esto.

Se permite interrumpir cuando el aroma del incienso llega a el, sabiendo el final del ritual.

 

El joven castaño toma las flores secas y se pone de pie antes de girar hacia el.

 

-Así que tendremos visitas.-

-Oui, los representantes de Rusia llegaran a cenar. Quieren llegar a un acuerdo con nosotros.-

-No hay ningún acuerdo posible.-caminan fuera de ese pequeño e intimo santuario y solo entonces el albino se puede sentir mas tranquilo, mientras el castaño tira el ramillete seco a un rincón caminando tranquilamente entre los rosales.-Ellos son una de las ultimas resistencias, si los dejamos vivir entonces las de América e Inglaterra lo tomaran como una carta blanca.-

El otro asiente, es realmente claro. El pensar que un grupo de rebeldes irían a la boca del lobo solo para “negociar” era tan absurdo.

-Seguramente esperan que al tenernos cerca podrán encontrar la manera de matarnos.- comenta el mayor complacido de ver el ramo de margaritas abandonado y marchito.-es una idea suicida. Las reservas que queden deben estar en muy malas condiciones, los rebeldes comienzan a escasear. Una táctica agresiva es su única oportunidad.

-Creed, deberíamos aniquilarlos antes de siquiera dejarles pisar nuestros dominios.-

El nombrado se detiene antes de sonreír con complacencia y malicia.

-Oh Train, es que el mundo entero son nuestros dominios…somos dioses- el contrario suspira pero se deba besar como única respuesta.

Si, el mayor lo logro, es un dios. Aunque el no se sienta como tal puede aceptar a su compañero como uno. Uno al que le es leal hasta la muerte.

-Bien, entonces manejaras las “negociaciones” de hoy?- creed solo asiente disfrutando todavía de los restos del beso.- entonces déjame cuidar tu espalda…dios.-

Hades hace aparición en su mano, dispuesto a defender a su mundo y a su dios.

 

“me hubiese gustado tanto que ustedes se conocieran…Saya hubiese podido ver como uso mi arma para defender…para proteger”

 

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-Oye…-

Los ojos violetas le miran con la misma atención absoluta de siempre, con el mismo amor devoto y corrosivo que a terminado por adorar.

-Tu…mataste a Saya…¿cierto?- hace la pregunta una mañana normal mientras oye a creed tocar el piano para el. El albino detiene sus dedos en la teclas por un microsegundo antes de comenzarlas a golpear eufórico y desesperado.

Termina la canción desgarrándola. Rompiéndola, de la misma forma en la que hace muchos años rompiera a una cierta bruja que se niega incluso muerta a dejarlo en paz.

Se mantiene en silencio un rato. Antes de dejarse ir.

-Ah si, lo siento.- se excusa con una sonrisa jovial mirándole directo a los ojos dorados y profundos. –Tenia que hacerlo.- comenta.

Train solo asiente con lentitud.

-Bien…ahora, ¿podrías matarme lentamente?…por favor. Asi podre estar mas tiempo contigo. No me importa si me haces sufrir.- esta hablando muy en serio, ambos lo saben aunque quizá un tercero no pudiera diferenciar el tono juguetón del real.

Train solo suspira.

-Te amo demasiado para eso…imbécil.-

Los ojos violetas se abren con sorpresa.

-No te perdonare, pero tendremos toda la eternidad para intentarlo. –

-¿No estas furioso?-

-Si, pero se que esa es la forma que tienes de amar…y la he aceptado.-

 

Entonces el castaño se levanta son pereza y abandona la habitación.

Creed solo sonríe:

Mío.

Mío.

Mío.

Train es solo mío.

 

El príncipe debe matar a la bruja malvada para poder rescatar a su princesa. Pero el no es tan hipócrita. El príncipe es un asesino, la bruja solo estaba en el lugar y momento equivocado, la princesa es un dios apático y distante.

No era un cuento de hadas, pero en lo que a el concernía era mas que perfecto.

 

Tu hechizo… se ha roto.

Notas finales:

lo escribi volando, y sin mucha trama, solamente necesitaba ponerlos juntos. (la desesperacion de creed  me traumo, )


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