Entre las entrañas de las ruinas de lo que era un lugar muy visitado por los humanos en el pasado, se encontraba una lujosa mansión no vista por ellos. En ella vivían seres de la noche, seres que bebían sangre de las víctimas que merodeaban por ese lugar. A pesar de ser vistos como una leyenda, ellos viven en nuestra actualidad, sin embargo, “sus vidas” no son solo el de “satisfacer su sed” si no que va mas allá de lo que pensamos.
Capítulo 1: Reencuentro.
En la sala principal de la mansión estaban tres seres, uno de ellos se encontraba sentado en una gran silla como de esas que usan los reyes, llevaba puesta una capa roja con muchos adornos en ella, así como unas largas botas negras, a su lado derecho se encontraba uno de sus más fieles sirvientes, de cabello gris y vestimentas blancas, igual con muchos adornos en ellas. El tercer ser se encontraba enfrente de los dos antes mencionados, sus vestimentas eran negras y se podía notar un gran odio en su mirada, realmente detestaba estar en ese lugar.
-¿Qué es lo que quieres ahora? -Dijo disgustado.-
-Te tengo una sorpresa. –Rió.-
-¿Qué clase de sorpresa? Dímelo que no estoy para juegos. –Dijo desafiante.-
-Pues mira, Sakito, quiero que alojes en tu ciudad a cinco vampiros que se quedaron sin lugar para vivir al tener que abandonar la suya por casi ser descubiertos.
-Y ¿Por qué he de aceptarlos? ¿A mí qué me importa lo que les halla pasado? ¡Me niego!
-No se trata de si estas de acuerdo o no, no te lo estoy pidiendo como tu tío que soy, te lo estoy pidiendo como el líder de la OMV. -Dijo levantando una ceja.-
-No me interesa Kamijo, ya te lo dije. –Desvió la mirada-
-Dirígete a mi con más respeto bastardo! –Se levantó molesto de su silla.-
-Discúlpeme, Kamijo-sama. –Dijo sarcástico.-
-Mira, no vamos a discutir. –Se sentó.- La decisión ya se tomó, ahora te presentaré a los chicos. Teru, hazlos pasar por favor.
Teru, el sirviente de Kamijo hizo pasar a los chicos que se encontraban del otro lado de la puerta, mientras que Sakito, con odio, no quitaba los ojos de esta, pues quería ver quienes eran esos vampiros a los que tendría que alimentar, pero su enojo cambió a una cara de sorpresa al ver entrar a esa persona que creyó nunca volver a ver.
-K. . . Kai –dijo sorprendido.-
-Hola Sakito-san, es un placer volver a verte después de tanto tiempo. –Dijo amablemente.-
Sakito no apartaba la mirada de Kai, no podía creer que aquel amor de hace tiempo estuviera frente a sus ojos, siendo sinceros, Sakito lo daba por muerto después de la traición que le jugó.
Mientras tanto los ojos de otro de los vampiros no dejaban de ver a Sakito, por fin había logrado dar con él, por fin estaría de nuevo a su lado, aunque no entendía como Sakito y Kai se conocían, debía admitirlo, tenía celos, pues su amado no lo veía a él, si no a su líder.
Por otro lado, Kamijo no podía evitar sonreír malévolamente, pues por fin podría vengarse de su fallecido hermano mediante Sakito, haciéndolo sufrir a través de sus sentimientos. Sabía que el menor aparentaba ser muy fuerte pero en verdad no lo era y lo acababa de comprobar.
-Bueno parece que ya se conocen, eso es algo muy bueno. –Decía sarcástico, a lo que Sakito no pudo evitar voltear a verlo con odio.-
-El que lo conozca no cambiará mi opinión, no quiero tener estorbos en mi ciudad.–
Dicho esto, Sakito se dirigió a la puerta para retirarse pero al hacer esto, pudo reconocer a uno más de los que acompañaban a Kai, ese chico de cabellos rubios no le quitaba la vista de encima, pero esto pareció no importarle y se fue sin decir nada más.
Un mes después. . .
Estaba a 15 minutos de amanecer, pero a un joven vampiro no parecía importarle, no se iría a refugiar hasta que no viera a su niño lindo, a pesar de que su compañero le exigiera que se fueran de una vez, el chico hizo caso omiso como siempre.
-¡Ruka! ¡Vámonos ya! El sol está a punto de salir, además, si sakito se entera que andas detrás de un humano nos irá muy mal.
-Cálmate Niya, ¿acaso te lo tengo que repetir todos los días? No tienes por qué acompañarme, y si Sakito se entera, asumiré toda la responsabilidad, no te preocupes.
-¡No se trata de eso! Sakito nos castigaría a los dos por. . . -Fue interrumpido.-
-Shh, mira ahí esta, ya salió, ¿no crees que es muy lindo? – Dijo emocionado.-
-Bueno, ya lo viste, ya vámonos ¿no? –Dijo molesto.-
-Hay, pero que amargado eres Ni~ya, consíguete a un chico de una buena vez.
–Ni~ya lo miró molesto.- ¿A tí qué te importa eso? Mejor ya vámonos o nos quemaremos.
-Vale, vámonos ya, además, ya tengo mucho sueño. –Bostezó.-
-Tú siempre tienes sueño. –Dijo indiferente.-
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En otro lugar no muy lejano de la ciudad donde Sakito gobernaba a los no humanos, se encontraba un joven desgastado, con las vestimentas semi rotas, así como con unas heridas en su cuerpo, parecía que había sido atacado por alguna bestia o quizá por otros seres.
-Debo apresurarme y encontrar un lugar en donde pueda esconderme del sol, aunque tengo hambre, mi estómago puede esperar hasta la noche.-
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Por otra parte, cerca del palacio donde vivía Sakito y sus sirvientes, se encontraba una pequeña casa donde vivían otros seres, los cuales no se llevaban bien con Sakito debido a que eran una carga, una molestia, unos arrimados, o bueno, eso decía él. Ahí estaban dos de esos seres, uno de ellos devorando la sangre de una presa, se le podía ver muy hambriento.
-Si Sakito descubre que mataste a esa mujer para alimentarte de ella sin su permiso, nos meterás en problemas Aoi. -Dijo temeroso.-
-No me molestes Uruha, tengo hambre. La poca basura que nos da Sakito para alimentarnos no es suficiente, además de que siempre nos da una sangre que sabe horrible.
-Vale vale, tienes razón en ese punto, pero le debemos respeto ya que estamos viviendo en su ciudad.
Aoi al oír esto, se levantó enseguida de donde estaba, y enojado le respondió.
-¡Yo no le debo respeto a ese miserable! No sé porqué lo defiendes tanto Uruha, desde que llegamos aquí te portas muy raro, acuérdate que al único que le debemos respeto es a Kai-sama.-
-Discúlpame aoi, no te enojes, no debí decir eso, no volverá a pasar, te lo prometo. –Decía tímido, si no es que con miedo.-
-Eso espero Uruha, y vámonos a dormir que ya amaneció.-
Dicho esto, la pareja se dirigió a su cuarto para dormir.
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Ya eran las 2:00pm de viernes, y tres jóvenes amigos salían de su escuela rumbo a sus casas.
-¡Hey chicos! Es viernes, ¿a dónde iremos hoy en la noche?
-mmm, pues no lo sé Shin.
-Pues vamos a los videojuegos como siempre ¿no?
-¡Hay no Yomi! Siempre vamos ahí, debemos cambiar.
-Mmm, entonces ¿a donde vamos?
-Escuché que algunos del salón iran a la feria, ¿qué les parece si nosotros también vamos?
-¡Es una buena idea Shin! ¿Tú qué opinas Yomi?
-Estoy de acuerdo Shou.
-Entonces, ¿paso por ustedes o nos vemos directamente allá?
-Mmm, yo los veo allá.
-Ok Yomi, y tú Shou?
-Pasa por mí, yo no quiero ir solito, luego me roban. –Abrazó a Shin-
-Ok. -Sonrió y le correspondió el abrazo.- Yo paso por ti Shou. Y yomi, entonces nos vemos allá como a las 6:00pm, ¿ok?
-Ok, allá los veo chicos.
Cada joven se dirigió a su casa para cambiarse de ropa, arreglarse o lo que se quisieran hacer.
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Mientras tanto en el palacio de Sakito.
-Sakito-sama, ¿qué debo hacer con él?
-Esperemos a que llegue a la ciudad y se alimente, el pobre debe estar sediento y en mal estado. –Bufó.-
-Pero Sakito-sama, él debería ser… -Fue interrumpido.-
-Hitsugi… Yo sé lo que hago, no me contradigas, confía en mi. -Sonrió.-
-Sí Sakito-sama, discúlpeme. -Hizo una reverencia.-
Sakito no era el único que se había percatado de la presencia de un ser foráneo, en otro lugar, alguién más lo había detectado.
-Y ¿qué hará Kai-sama? -Preguntaba curioso.-
-Nada, no haré nada. -Dijo tranquilamente.-
-¡Pero Kai-sama! Es un foráneo que no tiene el permiso de la OMV para estar en esta ciudad.-
-Eso ya lo sé mi querido Ruki, pero yo no soy el encargado de tomar las decisiones en esta ciudad, dejémoslo a Sakito, el sabrá qué hacer. -Sonrió.-
-Pero no podemos confiar en el, ¿acaso no recuerda lo que le hizo a usted aquel di. . . -Fue interrumpido.-
-Tranquilo Reita, no hace falta recordar lo que sucedió aquella vez, yo tampoco confío en él, pero no puedo darles la orden para que vayan a detener al foráneo, si lo hiciera nos meteríamos en problemas. Solo confíen en mi, ¿si? – Sonrió.- Bueno, iré a dormir que ya es muy tarde, deberían hacer lo mismo chicos.
A pesar de que eran las dos de la tarde, Kai se retiró rumbo a su habitación, no estaba acostumbrado a dormir durante el día y despertar en la noche, él tenía un horario muy diferente, mientras tanto Ruki y Reita, quienes se quedaron en la pequeña sala, solo se quedaban viendo como si se estuvieran poniendo de acuerdo para hacer algo.
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Ya eran las 9:30 de la noche. El tiempo se había pasado volando para los tres jóvenes amigos, quienes se divirtieron mucho en la feria junto con sus compañeros de clase. Sin embargo, Shou se tenía que ir ya que él trabajaba los fines de semana y en la mañana, por eso no quería ir a su trabajo con ojeras, ya que él decía que lo hacían ver mal, aunque no fuera así.
-¡Hay! ¡Ándale Shin! ¡Llévame a mi casa! ¡No me quiero ir solito! ¡Me robarán! –Empezó a hacer berrinche.-
-¡No seas un niño Shou! Nada malo te pasara, además, yo aun no me quiero ir, dile a Yomi que te acompañe.
-Shou volteo a ver a Yomi. -Yomi, ¿me acompañas?
-¿Qué? No no no, tú vives bien lejos de mi casa, además debo de pasar a otro lugar.
-¿Y ese otro lugar es más importante que yo? –Hizo mas berrinche.-
-Perdóname Shou.-
-¡Vale! ¡Pues me voy solo! Pero si algo me pasa, será culpa de ustedes.–
Se fue molesto, no solo porque no lo acompañaron si no porque sus encantos no habían funcionado y esto preocupó al pobre chico, quien sin darse cuenta, se metió por un callejón muy oscuro.
-¡Me metí por el lado equivocado! Todo por culpa de ellos, estúpido Shin, estúpido Yomi que no cayeron en mis encantos. –Pensó mientras pateaba una piedra que se perdió en la obscuridad del callejón.- Pero esta me la pagaran... ¡Waaa! ¡Tengo miedo! Debí tomar un taxi aunque también fuera inseguro. –Shou escuchó un ruido extraño que lo sacó de sus pensamientos y que por supuesto, lo asustó más de lo que ya estaba.
-Etto… qui.. ¿Quién esta ahí? –Dijo temeroso. –¡Sal de una vez que tengo miedo!
Shou tenía los ojos cerrados por el miedo, pero enseguida los abrió al sentir como “alguien” lo tenía tomado de la cabeza al mismo tiempo que olía su tan delicioso cuello.
-Hueles bien niño…
Shou estaba paralizado, podía sentir unas garras que lo tomaban de la cabeza, pero no entendía bien lo que pasaba, el sujeto movió a un lado el cabello de shou con una de sus manos para oler más claramente ese cuello tan delicioso que tenía, Shou seguía sin moverse, el chico “extraño” se dispuso a manosear el cuerpo de este, mientras que sacaba la lengua para ponerla en el cuello del chico, y así saborear esa piel antes de perforarla.
-¿Qui… Quién eres?... y… que… ¿Qué…estas…haci…haciendo? Te…tengo ..,dine..ro, te lo do … doy, pe… pero deja…me ir…no…me hagas… daño, po…por..Favor. –
Solo una lagrima recorrió la mejilla del chico, quien no podía creer que aquellas leyendas fueran ciertas, nunca se imaginó que moriría en manos de un. . .Vampiro.