La Visita
Un automóvil corría a toda velocidad por la autopista, dejando solo nubarrones de polvo a su paso.
Era una calurosa tarde de verano, el pavimento dejaba escapar la poca humedad que le quedaba, creando ilusiones.
Los jóvenes, dos amantes disfrutaban del viento en sus cabellos y debes en cuando se robaban besos.
-Te amo- grito uno al viento.
- yo te amo mas- grito el conductor.
Con eso comenzó la lucha por quien gritaba un te amo más alto que el otro.
Los jóvenes disfrutaban de la libertad, decirse que se aman sin miradas curiosas o reprobatorias.
Iban enfrascados en su lucha.
Ninguno de los dos se dio cuenta del trailer que venía en la otra dirección.
No ninguno se dio cuenta de nada hasta que sintieron el metal enterrarse en sus cuerpo, ambos perdieron la conciencia.
El sonido de los aparatos médicos inundaban la habitación, un Joven tendido en una camilla de pulcras sabanas blancas estaba envuelto en vendajes ensangrentadas.
Nadie había muerto en el accidente, pero dos salieron gravemente heridos, el copiloto y el chofer del trailer, duras penas habían logrado salir con vida.
-No te mueras Kibum, no puedes dejarme- lloraba un joven alto de grandes ojos, sobre la camilla de su novio.
Unas cuantas raspaduras en sus brazos, una pierna rota, era lo daños que había recibido del accidente.
-por favor, no me dejes, por favor- lloraba mojando las pulcras sabanas-
-Minho- susurro el mal herido, sus palabras eran débiles,
-¡Key! Aquí estoy amor- Minho levanto su cabeza al escuchar su nombre.
-te amo, - susurraba con sus ultimas fuerzas.
- yo también te amo, No te esfuerces, descansa, tienes que ponerte bien,- le decía con lagrimas en los ojos.
Kibum sabía que no sobreviviría lo sentía, pero no quería verlo llorar mas.
Solo negó con la cabeza
- Minho canta, - le pidió y le suplico con la mirada.
El alto comenzó a cantar una nana, su voz era suave, en momentos se quebraba por las lagrimas, pero aun así siguió cantando, con su cabeza apoyada en el regazo de su novio mientras este le acariciaba el cabello, canto hasta que se tranquilizó, los aparatos médicos sonaban en un pitido rítmico indicando que el paciente esta estable.
Key pensaba en como sería el cielo, lo que abría en el, al mismo tiempo tenía miedo de dejar a Minho solo
¿Lo volvería a ver? Y ¿sino había nada después de esta vida?
Muchas dudas asaltaban la cabeza del de mirada felina, el mido se apoderaba de el, la desesperanza.
-Minho, prométeme que serás feliz, que vivirás a plenitud aun que yo no este, - dijo mientras le seguía acariciando el cabello.
Minho se levando y miro a su novio de forma intensa.
- no digas eso, te pondrás bien, aparte yo no puedo vivir si tu no estas aquí- le reclamo.
- Tu tienes un futuro por delante, tienes que vivir, por los dos, Por favor promételo- tomo la cara de su novio y lo obligaba a verle a los ojos, que estaban llenándose de lagrimas al igual que los suyos.
- lo prometo, pero es una promesa que no cumpliré, por que tu estarás bien- aun había un pequeño rayo de esperanza en los ojos del alto
Se besaron dejando así el tema atrás.
El beso era suave, lleno de amor, un lento, disfrutando del momento.
Minho se volvió a recostar y seguí cantando para su novio hasta que se quedo dormido.
A Kibum le encantaba verlo dormir, se moría de ganas por besarlo, pero sus costillas rotas no se lo permitían.
De pronto una esfera de luz apareció en la habitación, metamorfandose hasta formar una figura humana.
Un chico de cabellos castaños de mirada dulce y pacifica, se acerco hasta la cama de Kibum.
- Es hora de irse- dijo con una voz angelical.
Pero el corazón de Key aun tenía muchos miedos como para dejar este mundo.
El ángel se sentó a su lado, lo calmo y le explico lo que pasaría.
- solo un último favor- pidió antes de tomar la mano del ángel.
El ángel aguardo en silencio.
-¿será feliz?- pregunto
La imagen de la luna que se veía por la ventana del hospital, se fragmento y miles de fragmentos lumínicos se propagaron por la habitación.
Key sonrío, ahora sabia que podía ir en paz.
Tomó la mano que el ángel le tendía.
Al mismo tiempo los aparatos médicos comenzaron a sonar como locos, despertando a Minho que llamaba desesperado a los doctores.
Pero ya era Tarde Kibum estaba lejos, volando hacía el cielo de la mano del ángel.
~10 años después
Parado frente a una lapida dos personas se tomaban de la mano.
-Key te quiero presentar a Taemin.-
-Mucho gusto en conocerlo.- dijo el joven de cabellos rubios, dejando unas flores sobre la lapida.
- El me hace feliz, sabes, es difícil encontrar alguien como tu, pero yo realmente lo amo y también es único al igual que tu- Taemin apretaba la mano de su novio, las palabras que este habían dicho, le llegaban hasta el corazón por que sabía que eran ciertas.
Les había costado estar juntos, mas por que el alto se negaba dejar ir el recuerdo el otro, pero al fin lo habían logrado.
- he cumplido mi promesa, espero que tu también seas feliz- dijo Minho abrazando a su ahora novio.
Recostado al lado de un estanque observando en el reflejo Key observaba enternecido la escena.
- de verdad so lindos ¿no? Amor,- pregunto Key ala persona que lo acompañaba.
- lo son, pero no mas que tú- respondió el ángel.
-ahora que unimos a estos dos ¿que haremos Jong?- pregunto inocentemente el ángel Key.
- lo que mejor sabemos hacer, baby- respondió Jong antes de besar los labios del otro.