Shelter
Capítulo 8
- Traje una película para que te distrajeras un poco del malestar- le comenté a KyungSoo, poniendo el CD en el reproductor de DVD. Él sonrió -Comedia romántica... No sabía qué género te gusta así que... No sé... agarré lo primero que vi de la colección de mis papás... “El diario de Bridget Jones”- él soltó una breve carcajada.
- Muchas gracias- me sonrió cuando me acerqué a él para sentarme a su lado en el sillón. Mientras el menú de la película terminaba de aparecer, nos miramos a los ojos unos segundos antes de que ambos nos empezáramos a acercar lentamente al rostro ajeno.
- ¡Bridget Jones!- exclamó una ronca voz entrando a la sala, haciéndonos separar del susto antes de siquiera poder rozar nuestros labios -¡Me encanta esa película!- agregó BaekHyun -Vení, Channie, vamos a verla con los chicos- los dos chicos enfermos ya se sentían bastante bien, según decían, aunque sus voces seguían estropeadas. Era gracioso ver los tiernos rostros de BaekHyun y KyungSoo, y que al hablar saliera una voz ronca y más gruesa de lo normal. BaekHyun se sentó a mi lado, abrazándose las rodillas que había levantado y puesto contra su pecho; y ChanYeol a su lado, colocando un brazo sobre sus hombros, empezando a acariciar el pelo detrás de su oreja, llegando a ésta de vez en cuando para seguir repartiendo mimos a un BaekHyun que no parecía molestarle para nada -Pongan, pongan, que quiero verla- sonrió, inclinando de manera inconsciente su cabeza hacia la mano de mi mejor amigo. Puse play, para después mirar disimuladamente a KyungSoo, sentado a mi lado pero sin rozar siquiera un poco de nuestra ropa suelta de entre casa.
La primera mitad de la película la pasé desviando mi mirada de KyungSoo a la casi pareja a mi otro lado, donde ChanYeol cada vez se aprovechaba más de lo compenetrado que estaba BaekHyun en lo que miraba. El más alto estaba ahora más o menos encima del bajito, el cual en vez de molestarse se aferraba a él inmerso en una parte triste de la película. En ese momento sentí un brazo enredarse con el mío, una mano aferrarse a la mía, y una respiración cerca de mi oreja.
- Sé que querías hacerlo. ¿Por qué no lo hiciste y listo?- susurró KyungSoo. Su cálido aliento provocándome un escalofrío.
- ¿De qué hablás?- respondí bajito, para después mirarlo.
- Me cansé de esperar a que tomaras el valor de aunque sea darme la mano- dijo simplemente, y apoyó su cabeza en mi hombro. Sonreí bobamente, acariciando con mi pulgar su mano y finalmente pudiéndome concentrar en la aburrida, a mí parecer, película.
***
Mientras ChanYeol cocinaba y KyungSoo dormía un poco, aproveché para sacar de mi mochila la copia de la foto de ChanYeol. Escribí una corta nota, explicando que un día estaba hablando con ChanYeol de BaekHyun, cuando dijo "Yo le pagaría sólo por verlo sonreír..." (Sí, me acordaba sus palabras exactas) y entonces le tomé esa foto. Captando esa mirada de profundo cariño (Había intentado suavizar la situación no queriendo poner lo que a mí realmente me parecía: Una sonrisa y mirada de enamorado) No firmé la nota, ya que no lo creía necesario: era obvio que yo era el único con el que ChanYeol hablaría de eso además de Sehun, que no se encontraba ni siquiera en la ciudad en ese momento.
Caminé de puntitas hasta la habitación de BaekHyun y apoyé el folio en el suelo, golpeé la puerta y me metí en el baño para espiar su reacción desde adentro sin ser visto.
Cuando abrió la puerta, frunció el ceño y miró para todos lados, descubriendo así mi "regalo". Lo levantó y demoró su mirada en el papel unos segundos en lo que supuse leía la nota, y luego una enorme sonrisa de felicidad iluminó su rostro mientras abrazaba la foto, entraba en su cuarto y cerraba la puerta detrás de él. Sonreí, saliendo de mi escondite y cruzando el pasillo para entrar en la habitación de KyungSoo. Él ya estaba despierto, sentado en la cama leyendo un libro. Amplié mi sonrisa antes de corretear como nene chiquito y saltar a la cama para recostar mi cabeza en sus piernas y contarle lo que acababa de hacer.
- Eso fue lindo de tu parte- opinó cuando terminé mi relato, tirando mi flequillo para atrás, acariciando mi pelo en el proceso. Acomodé mi cabeza en sus muslos para estar más cómodo.
- Quería hacer algo... BaekHyun se ve tan... atado a ChanYeol y al negarlo lo está lastimando- cerré mis ojos, sintiendo la caricia bajar por el costado de mi rostro al cuello.
- Ahora sólo queda esperar- asentí levemente.
- Kyung... ¿Y LuHan?- pregunté algo que me tenía intrigado desde el día anterior. ¿Cómo había podido dejar a sus amigos enfermos y sin ayuda?
- Está de viaje en China, visitando unos parientes- un dedo recorrió mi nariz.
- Qué curioso...- comenté adormilado por sus atenciones. Incluso su voz, aunque ronca, me relajaba -Sehun está en China también, visitando unos...- abrí mis ojos de golpe, encontrándome con la mirada de KyungSoo adornada con una ceja levantada.
- Sabés que se escaparon juntos... ¿No? Digo, ahora entiendo todo... En el trabajo vi a su papá antes de ayer... no tenía tanto sentido ya que LuHan nunca va solo allá. Creo que es porque su abuela es algo complicada de manejar, y sólo el padre sabe hacerlo bien.
- Sí, si son novios es lógico que quieran escapar a un lugar juntos y tranquilos de vez en cuando- me senté, sintiendo un leve mareo por el repentino movimiento -Aunque seguro que no se fueron a China... Una vez Sehun, estando borracho, me dijo que siempre había querido darse un beso con su "amorcito" en Japón, bajo un árbol de cerezo. Así como en los mangas... Apuesto a que fueron a Japón para cumplir el ridículo deseo de Sehun- él me miró unos segundos antes de estallar ambos en carcajadas.
***
Unas semanas después, volvía a estar en lo de KyungSoo. Estábamos en su habitación, yo haciendo mi tarea y él leyendo, cuando se escuchó la puerta de entrada abrirse de manera muy fuerte. Ambos giramos la cabeza hacia la puerta de la habitación, escuchando unos gritos provenientes de afuera, haciéndose fuertes mientras se acercaban y aún más fuertes cuando se encerraron en la habitación de al lado. ChanYeol y BaekHyun estaban enfrascados en una muy fuerte discusión, de la cual no llegaba a captar casi nada.
- Jongin, vamos a salir un rato- me dijo KyungSoo, levantándose y poniéndose su abrigo -Mejor darles algo de privacidad- lo imité, tomando mi mochila y siguiéndolo fuera de la habitación.
Lo último que escuché antes de salir del departamento, fue un pedido de BaekHyun con la voz estrangulada:
- No me dejes...
***
[BaekHyun POV]
- No me dejes...- pedí angustiado. ChanYeol siempre insistía en que no pasara nada mucho más que algún beso, pero ese día su rechazo me había terminado de romper. Estábamos sentados en una cafetería, cuando quise robarle un beso, y él descaradamente me había corrido la cara. Segundos después descubrí que era porque unos compañeros suyos del colegio estaban sentados cerca nuestro. Malinterpretando todo, sin poder evitar que mi vena de mal humor y orgullo surgiera, monté una escena de celos, acusándolo de que le gustaba uno de esos chicos. Su respuesta había sido que no éramos nada para que yo le anduviera reclamando. Claro que no éramos nada porque yo me negaba, pero no podía seguir controlando mis sentimientos sólo porque trabajaba de eso. Y siempre estaba presente en mi mente de que por culpa de mi empleo, le diera asco, impresión, o lo que fuera acostarse conmigo -No quiero perder lo que sea que tenemos. Lo que mierda sea que tenemos- ni chanyeol ni nadie podía entender lo que era tener que entregarse a alguien más, Chanyeol pretendía discutir conmigo sin siquiera saber que mi pecho se retraía, se resquebrajaba cada vez que me daba vuelta la cara o me detenía con las manos en mis hombros.
Esas manos que, en vez de alejarme, deberían abrazarme siempre. Porque yo estaba dispuesto a ser suyo si él era sólo mío.
- ¿De qué hablás?- frunció el ceño, sin despegar sus ojos de los míos.
- ¿Cómo que "de qué hablo"? Mirame, mirate... Miranos, ChanYeol. ¿Qué somos? No me podes decir que somos solo amigos... porque ni vos mismo te crees eso...- noté un brillo fugaz en sus ojos, como si fuera un león a punto de atacar, antes de sentir su cuerpo apretar violentamente el mío contra la pared más cercana. Cerré los ojos al creer que me iba a pegar, sabiendo que por mucho que intentara defenderme mi fuerza era menor a la del enorme chico que tenía enfrente mío. Su espalda estaba encorvada hacia adelante para lograr que su rostro estuviera apoyado en el espacio entre mi hombro y mi cuello. Su respiración casi tan agitada como la mía golpeó contra mi mejilla cuando levantó levemente la cabeza para volver a hablar.
- ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?- abrí mis ojos, esperando a que continuara, sin moverme ni queriendo salir de la prisión que era ChanYeol en ese momento -Vos sos el que supuestamente no quiere nada serio, y sos el primero en hacerme una escena porque no quiero que mis compañeros del colegio sepan de vos, porque quiero que seas sólo mío- mi corazón se salteó un latido y mi respiración, antes agitada, se cortó unos segundos antes de retomar su curso a una velocidad aún mayor -No te das cuenta de nada, ¿No?
- ¿Qué...?
- No te voy a dejar. Te amo, idiota... ¿Qué tengo que hacer para que te des cuenta? ¿Para que me creas? ¿Cogerte?- pasé mi lengua por mis resecos labios. Mis ojos estaban algo húmedos por la situación, aunque me negaba rotundamente a derramar una lágrima. Como también a aceptar tan fácilmente esas palabras: “Te amo”. Deslicé mis manos por debajo de sus axilas, rasguñando con mis uñas lentamente la zona, llegando a los omóplatos y subiendo hasta su nuca -¿Cómo te lo hago más claro?- susurró en mi oído cuando terminé de abrazarlo. Tiré del pelo de su nuca suavemente. Una acción que lo dejaba rendido, casi como un punto débil para ChanYeol.
- El lubricante es claro... Transparente- dije en un susurro también sobre su cuello, al que llegaba gracias a que él seguía encorvado.
***
- ¿Dónde está el lubricante?
- En el último cajón de la mesita de noche- respondí agitado, sin dejar que ChanYeol se separara de mí, frotándome contra él antes de besarlo con hambre, con la boca abierta y utilizando la lengua mucho más de lo que alguna vez lo había hecho con él. Mientras ChanYeol movía sus caderas para profundizar el roce de ambas erecciones a través de la tela de los boxers, estiró un brazo y tanteó el mueble a mi derecha, hasta el último cajón. Aproveché para apoderarme de su cuello con fuerza, mordiendo, succionando y lamiendo al finalizar cada marca que gustosamente iba dejando; disfrutando de los gruñiditos que emitía gracias a mí. Se sentó en sus talones y, sin dejar de observarme con algo que no me animaba a reconocer como admiración, posó sus manos temblorosas en el elástico de mi bóxer y lo deslizó lentamente hacia abajo. Sin dejar de admirar su largo torso, el sudor perlando la piel, el pelo totalmente despeinado por mi culpa y el notorio bulto en su ropa interior (Que muy contento y orgulloso estaba de haberlo creado yo), abrí mis piernas para darle espacio, colocando cada una a un lado suyo. Con ayuda de mis manos me acerqué y me senté a medias para alcanzar sus labios y besarlo intensamente, disfrutando de su inmediata respuesta. Me separé y le di una lamida a su labio inferior para cortar un hilo de saliva que amenazaba con alargarse y mantenernos conectados. Tomé su mano derecha entre las mías y me llevé tres dedos a la boca, lamiéndolos y chupándolos sin dejar de mirarlo a los ojos de la manera más seductora que podía estando en esa posición, viendo su nuez subir y bajar cuando tragó saliva pesadamente. Sonreí antes de alejar su mano de mi boca, dando un último beso y sacarle el lubricante, para abrirlo y dejar caer una buena cantidad sobre los dedos ensalivados. Embadurnándolos bien antes de hacerle una señal para que procediera solo, y acomodarme de nuevo en la cama para estar un poco más relajado. No importaba cuantas veces lo hubiera hecho. Siempre se sentía algo incómodo.
No despegué mis ojos de los de ChanYeol mientras empezaba a prepararme de una manera bastante dulce para lo que esperaba de él. No dejaba de mirarlo, no sólo porque me veía incapaz, sino también porque no quería dejar de ver sus hermosos ojos marrones, que se veían algo vidriosos, como si no creyera lo que estaba viviendo. Como si pensara que era un sueño. Sus pupilas se movían por mi rostro en busca de algún indicio de que esto no era la realidad... o tal vez en busca de algún signo de dolor en mi rostro que mantenía una leve sonrisa, en verdad no tenía forma de saberlo con seguridad. En algún momento tomó un poco más las riendas y al sentir por sí mismo que ya estaba listo, sacó sus dedos y, después de deshacerse de su ropa interior, se acomodó entre mis piernas.
Y se quedó ahí, simplemente mirándome por largos minutos, impacientándome. Llevaba meses queriendo esto.
- ¿Y...?- pregunté con una sonrisita de lado.
- Nada... Sólo... te miro- respondió sonrojado.
- Estás nervioso.
- No te das una idea de cuánto... Perdón si no soy lo suficientemente bueno- susurró, concentrando su mirada en mi cuello.
- No tenés que...- dejé de hablar para aferrarme a su espalda cuando ingresó su miembro de una sola vez en mi cuerpo. En algún momento se había puesto en posición y yo, siendo distraído por él, no lo había notado. Se quedó quieto un buen rato antes de comenzar a hacer pequeños y casi imperceptibles movimientos circulares de cadera. Me gustaba dejarlo elegir a él cómo seguir: Se veía inseguro de lo que hacía, pero a la vez que sabía cómo era la cosa. No era virgen, eso me lo había dicho varias veces, pero me había dejado bien en claro que no era muy largo su repertorio de ex-amantes. Y entonces se salió, para volver a ponerse lubricante, y enseguida volvió a introducirse. Se estaba preocupando más por mí que por sentirse bien él, y eso hacía que lo que sentía por él siguiera aumentando, si era posible, más. Enterró su rostro en mi cuello al comenzar el vaivén y me abracé al suyo con mucha fuerza. La necesidad de tenerlo cerca me asfixiaba.
Sentía sus suspiros, gruñidos y respiración en la piel de mi cuello, alternando todo eso con ocasionales besos o mordidas. Y cuando finalmente localizó ese lugar de mi cuerpo, apreté más el abrazo en su cuello, aprisionando mi miembro entre ambos cuerpos, gimiendo su nombre mil veces, repitiendo sin parar “ChanYeol” o “Channie” entre suspiros, gemidos y súplicas. Puso su rostro frente al mío para besarme (siendo un beso muy descoordinado gracias al movimiento), pero sin perder el toque placentero, sensual y especial que sólo le daba ChanYeol a los besos. Él aumentó considerablemente la rapidez de sus embestidas, haciendo a propósito más fuerza con el abdomen para estimular más mi miembro.
Terminé por tirarle del pelo con fuerza y dejar escapar un gemido un poco más alto en sus labios cuando acabé entre ambos cuerpos. La sensación fue diferente esta vez a las miles de veces anteriores en las que había intimado con alguien (Sea por trabajo o no). Más que una liberación, por así decirlo, había llegado a sentir... algo similar a paz. Mi cuerpo se sentía en paz conmigo, con ChanYeol, con todo. Mi alma y corazón poniéndose del lado del cuerpo, complotándose para hacerme sentir que no podía amar más a la persona que seguía sobre mí, llegando a su propio final con su nariz casi rozando la mía y sus ojos fijos en los míos. Prácticamente haciéndome ahogar en mis propios sentimientos. ChanYeol acabó, acompañando su orgasmo con una mordida en mi mentón que me trajo de nuevo a la realidad.
- Auch...- susurré mientras él apoyaba su frente en mi pecho y se quedaba ahí, intentando recuperar la respiración. Sin mirar, levantó su mano y acarició donde me había mordido segundos antes.
- Entonces... Es cierto- murmuré unos minutos después, asegurando lo que decía: Ahora estaba convencido. ChanYeol, que estaba recostado de frente a mí, observándome, se acercó hasta apoyar su frente en la mía y una mano en mi mejilla.
- ¿Qué cosa?- tomé su antebrazo y acaricié la piel con la yema de los dedos -¿Que estoy loco por vos? ¿Que sin vos me muero?- me mordí el labio inferior y desvié la mirada -¿Que te amo?- agregó más bajito, provocando que volviera a mirarlo -Sí, todo eso es verdad... aunque no es ni la mitad de lo que siento por vos- sonrió para después darme un superficial beso.
- También te amo, Channie- confesé sobre sus labios con los ojos apenas abiertos -Ya estoy listo para decirlo y para aceptarlo... tanto mis sentimientos como los tuyos- sonreí al ver su enorme sonrisa -Quiero algo serio con vos, ChanYeol... Y duradero... Pero entiendo si no querés, o si más adelante querés terminarlo. No tengo mucho que dar, y ya sabés de qué va mi trabajo. Así que...- apoyó con delicadeza su mano en mis labios para callarme.
- No me importa nada de eso. Sólo quiero estar con vos, Baek. De todas las maneras posibles, por el máximo tiempo posible- dio un rápido beso en mi nariz -Y, de todos modos, no vas a estar mucho tiempo más en ese trabajo- lo miré con el ceño fruncido mientras se alejaba para volver a recostarse más cómodamente en la cama -Con Kai ya estamos viendo qué hacer- explicó al ver mi expresión de confundido -Ya estamos cerrando una idea de hecho... Pero por ahora no puedo decir nada- guiñó un ojo.
- No nos van a contratar fácilmente- le avisé.
- Lo sé- llevó su mano a mi rostro para acariciarlo -Pero a veces no necesitás que te contraten- levantó ambas cejas a la vez, haciéndose el misterioso. Me trepé sobre él hasta sentarme en su abdomen.
- Ahora, ya que no me querés contar eso, tengo ganas de probar algo diferente- admití, mirándolo con una sonrisa de costado.
- ¿Qué...? ¿Qué cosa? Baek no me asust...- me incliné hacia adelante para callarlo con un beso.
- Qué se siente hacerlo con mi novio. Con mi primer novio- susurré sobre sus labios, antes de volver a unirlos; sintiendo una sonrisa y un “te amo” en mi boca.
Y por primera vez entendí que está bien tener miedo a amar, siempre y cuando seas capaz de abrirte cuando sea el momento indicado.