-Kibummie… ¡¡Bummie por favor no me hagas esto!! Te necesito a mi lado… por favor… quédate conmigo.
Trato de abrir mis ojos pero no lo consigo, intento mover mi cuerpo más me es imposible lograrlo, es como si no me perteneciera, como si solo fuera un títere que debe ser movido por otros para poder funcionar y brillar. Pero la realidad es cruel, y puedo sentir una presión en mi pecho, en el músculo que me diferencia de un títere. Y la sensación es de alguien tomando mi corazón y exprimiéndolo a tal grado que estoy seguro mis sentimientos saldrán disparados a través de mi cuerpo. Y duele… escuchar tu voz y no poder responder duele.
-Por favor… por favor abre tus ojos… Bummie.
Siento que soy rodeado por el calor de tu cuerpo y por unos minutos olvido el dolor y esta extraña situación, para concentrarme en el aroma que llega a mis fosas nasales, masculino, embriagante pero a la vez dulce y protector, el que me tranquiliza dejando en mi mente solo espacio para escuchar el latir de tu corazón. Siempre me ha gustado apoyarme en tu pecho para escuchar tus latidos, me hace pensar que sí estas junto a mí y que no eres producto de un hermoso pero cruel sueño.
La humedad en mi mejilla me hace volver a la realidad, ya no escucho tu voz, y sé que son tus lagrimas las que caen en mi rostro y se pierden por mi cuello… duele.
Duele no poder mover mi cuerpo, estirar mi brazo y posar mi mano en tu mejilla, borrando todo rastro de tristeza de tu cara, mientras te sonrió dando a entender sin palabras que todo estará bien, que juntos saldremos adelante como tantas veces, y tú como siempre sonreirás para sellar nuestra promesa en un dulce beso…duele. Duele saber que soy el causante de tu dolor y llanto.
Y me doy cuenta que no eres la única persona junto a mí, ya que puedo escuchar el llanto del pequeño Tae siendo consolado por Jjong quien por todos los medios trata de tranquilizarlo diciendo que todo estará bien, que yo estaré bien, y me angustia el pensar que por mi culpa sus voces están cargadas de tristeza, mas no sabes cómo deseo que mi amigo tenga razón y que pronto salgamos de esta pesadilla, pero las cosas no son tan fáciles.
Siento los pasos de alguien acercarse y como la temblorosa voz de Jinki te dice que ya vienen, que están cerca, que la ambulancia llegará en cualquier minuto para llevarme… duele.
Duele sentir como te aferras a mi cuerpo, mientras una de tus manos delinea mi rostro en un tacto suave, pasando por mis ojos, perfilando mi nariz y llegando a mis labios, como si trataras de grabar mi rostro en tus palmas para no olvidarlo y es ahí cuando mi corazón duele más que antes al escuchar tus palabras… -te amo… ¿lo sabes?- Tus labios chocan contra los míos, suaves y húmedos, como si trataras de apaciguar nuestro dolor en esa simple pero significativa caricia. Pero duele más y no es sólo el corazón, es mi alma que clama desesperada transmitir mi amor, porque sé que me amas, siempre me lo demostraste y aunque no lo hubieses hecho tus ojos y sonrisas me lo decían día a día, y no sabes cómo espero haber logrado lo mismo en ti, que con mis gestos te diera a entender que mi amor por ti es infinito y que te necesito, si hasta hay veces que llegué a pensar que eras igual de esencial que el aire que necesito para respirar, ya que gracias a ti tenía todo para vivir feliz.
Te amo pero siento que la desesperación y angustia han comenzado a ganar terreno en mi mente, ahogándome en ellas; y de un minuto a otro soy arrancado de tus brazos y el calor que dejó tu tacto en mi cuerpo se va desvaneciendo dando paso al frío y ya no hay más sollozos, no hay más voces, sólo queda el eco de un te amo desgarrado… y el camino de tu última lágrima al recorrer mi mejilla…duele, pero el dolor es llevado por la oscuridad.
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Oscuridad y silencio, es todo lo que puedo percibir en estos minutos. Solo el tacto suave y húmedo bajo mi piel me hace saber que estoy recostado sobre el césped, porque jamás podría olvidar la sensación de recostarse sobre la hierba, lo relajante que puede llegar a ser compartir ese minuto con alguien especial, con esa sonrisa encantadora… duele
-Por favor… por favor abre tus ojos… Bummie.
No sé quién es, quien me lo pide pero escuchar esa voz cargada de angustia me hace abrir mis ojos y lo primero que veo me deslumbra, son los cerezos en flor los que me reciben en mi despertar, me incorporo quedando sentado para apreciar mejor como hermosos y suaves bailan con el viento que los mece repentinamente, dejando un rastro de pétalos que me envuelven con la brisa y ese aroma dulce llega a mis fosas nasales, haciendo que mi pecho se contraiga, cierro mi ojos y llevo mi mano a mi pecho, en un intento de aplacar esta angustia… Bummie y sólo escuchar esa voz hace que todo se vuelva tranquilidad.
-¿Piensas quedarte aquí sentado para siempre?- abro mis ojos de golpe buscando al dueño de esa voz, sorprendiéndome por el rostro sonriente que se encuentra a escasa distancia del mío.
-¿Qué quieres?- contesto tratando de sonar firme pero fallando en el intento y moviéndome unos centímetros para mantener las distancias.
-¿Cómo es que no me reconoces?– hace un ademán con su mano restándole importancia al asunto y se sienta junto a mi mirándome directamente a los ojos antes de contestar -Soy Key, ¿te suena ese nombre?- dice mientras ríe -Vamos Kibum es hora de despertar ¿No crees que ya ha pasado mucho tiempo?- me cuestiona poniéndose serio -Debes encontrarlo ¿Sabes?, debes recuperar lo que perdimos.
-¿Lo que perdimos? ¿Por qué hablas así?- realmente me siento en un poso, como si me ahogara en las dudas que están surgiendo, Key ¿Quién se supone que eres? ¿Qué perdimos? Y a mi mente nuevamente llega la imagen de esa sonrisa…Duele
-Realmente ¿no te das cuenta?- Se levanta de golpe y toma firme mi muñeca arrastrándome junto a él -Esto te hará entender, míranos kibum, mira nuestro reflejo- realmente me sorprendo por lo que veo en el agua, él y yo somos iguales. Llevo mis manos a mi rostro y mis lágrimas comienzan a salir sin entender por qué y mi cuerpo se siente débil y flaquea.
-yo… yo… no- trato de hablar pero el llanto me lo impide y siento como tus brazos me rodean dándome fuerza antes de caer -No entiendo que pasa- digo con voz ahogada.
Tus manos toman mi rostro entre ellas acunándolo y con tus pulgares secas mis lágrimas, me sonríes y no puedo evitar copiar tu sonrisa y abrazarme a ti. Aún hay muchas cosas que no entiendo pero en estos minutos me siento seguro en tus brazos.
-Tranquilo… tu y yo somos la misma persona- susurras en mi oído- Tan sólo he venido a despertarte sino perderemos lo más importante para los dos- me abrazas más fuerte al pronunciar esas palabras -Por favor kibum no te rindas es importante encontrar lo perdido, es importante para volver a ser uno y sentirnos completos- posas tu mano en mi pecho, en mi corazón- es importante para sanar tu corazón- mis ojos se han vuelto pesados y cada vez escucho más lejos tu voz- No será fácil pero sé que lo harás-
Mi cuerpo ya no responde, mis parpados están pesados y no puedo abrir mis ojos, siento como tus labios se posan sobre mi frente sellando nuestra muda promesa y una calidez envuelve mi corazón que antes dolía.
Lo último que escucho antes de ser envuelto por la oscuridad es una voz ronca y cálida voz llamándome… Bummie, búscame
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-Dr. lee por favor venga rápido, es el joven Kim parece que ha despertado.