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Si yo tan solo fuera tú por Bbo

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaaa *3* 

Antes de nada, peeerdón! Siento haber tardado tanto pero es que ni tenía tiempo ni inspiración, pero bueno bueno aquí esta *^* espero que os guste >.< Y jkashdakjsdhaksd que mañana son los MAMA -rueda como croqueta- en fin. Ojalá hayais votado a nuestros Babys porque se lo merecen más que nadie <3 

Sin más lean :3 ~

El cielo tenía un color a vómito de gato, empezaba a amanecer pero él se había pasado toda la noche mirándole dormir, no le importaban las ojeras que pudiera tener, ni los bostezos que se le escapaban cada dos por tres, solo quería verle.  JongUp estaba recostado en el respaldo de la cama mientras Himchan dormía de cualquier manera a su lado. Se revolvió un poco entre las sábanas como si intuyera que el menor tenía su dulce mirada clavada en él y poco a poco comenzó a despertarse fastidioso. La cabeza le dolía y sus oídos retumbaban como si estuviera debajo del agua, maldita resaca, el beber le pasaba factura una vez más.

-Buenos días –JongUp le sonrió nada más verle pero Himchan no respondió, tan solo se limitó a bostezar y desperezarse –Has dormido bien?

-Y tú? –le miró sin ninguna expresión  –Parece que no hubieras dormido…

-…Tienes hambre?

-No… creo que debería irme…-se levantó rascándose la cabeza, aunque se hubiera hundido en alcohol la noche anterior recordaba perfectamente todo lo que había sucedido.

-Himchan…-susurró como si le suplicara que no, que no se fuera. El mayor se giró resignado sobándose la frente.

-Café…-sonrió de lado con la chaqueta en el hombro -…sin azúcar -JongUp al escuchar aquello sonrió levantándose y preparándole el desayuno al mayor.

-Gracias –sonrió sin ganas mirando la taza.

-Te dije que no bebieras…-dio un sorbo e hizo un gesto de dolor porque se quemó la lengua.

-Eres tú quien no sabe beber… –respondió gracioso más relajado. –Duele?

-No…-se mordió la lengua y se llevó consigo una galleta. Arrugó el entrecejo porque le molestó la sensación que aquello le provoco. Y Himchan volvió a sonreír de nuevo.

-Uppie… lo de ayer…

-Fue todo una ilusión verdad?... Ahora me dirás que eso solo fue cosa de la borrachera y que no lo decías enserio…-murmuró resignándose.

-Lo decía enserio…-le miró fijamente a los ojos. JongUp le sostuvo la mirada- Que quería besarte? Sí, no deseaba nada más en el mundo. Que si tu sonrisa me ilumina los días? También…

-Pero…

-Pero estoy confundido… no quiero hacerte daño Uppie…

-Terminaré por hacerte daño yo a ti…-bajó la mirada, anoche era todo tan perfecto y hoy, hoy todo aquello se había quedado en aquello… Anoche.

- Lo siento …-sí, estaba confundido,  JongUp le alegraba el corazón pero Zelo… Él era distinto.

-Te dije que no te disculparas. –Volvió a dar otro sorbo sosteniéndole la mirada de nuevo, ninguno de los dos cedería… de momento.

 

Abrió los ojos y lo vio, y es que él era la razón por la que se despertaba cada día y la razón por la que no quería levantarse. Era como dormir con sirenas. Repasó con las yemas de los dedos sus brazos aferrados a su cintura erizándole la piel. Yongguk al sentir el contacto del pequeño empezó tontamente a despertar también. Vaya que si estaba guapo pensó Zelo, no podía imaginarse estar en otro lugar que no fuera aquél.

-Hola…-susurró soltando una pequeña sonrisa de esas que enamoran. Su corazón latía de la alegría, nunca había tenido más claro que Zelo era solo para él cuando al verlo éste le devolvió la sonrisa con ese exceso de luz en sus ojos.

-Has dormido bien?

-Como nunca… -le abrazó e inmediatamente supo que abandonaría todo por tan solo poder tocarle. No quería irse a casa, no quería volver a la realidad, tan solo quería saborear ese momento y respirar su respiración porque tarde o temprano aquellos buenos instantes acabarían y ambos en el fondo lo sabían.

 

-Tengo que volveeeeer! –sonreía intentando levantarse pero Daehyun no lo soltaba.

-Solo un poquito máaaas –hizo un puchero acurrucándose en él.

-Llevas diciéndome eso desde hace una hora –rió ‘resignandose’ a los brazos del mayor.

-No haberte quedado a dormir! –le reprochó.

-Lo tendré en cuenta la próxima vez…

-La próxima vez. –afirmó con una sonrisa de medio lado.

Después de pasarse así casi otra hora más llenos de docenas de besos y caricias  decidieron levantarse y al final después de tanto dejó marchar a YoungJae.

Mientras YoungJae salía a su vez Himchan entraba por la puerta con cara de pocos amigos encerrándose en la habitación sin decir nada.

Por otro lado Daehyun volvió a ponerse al día con su investigación, adentrándose en la pantalla del ordenador y perdiendo la noción del tiempo. Perdiéndose tanto que cuando quiso darse cuenta eran las cinco de la tarde. El ruido de las zapatillas deslizarse por el suelo le sacó de su trance viendo como Himchan se movía por el salón en bata buscando una aspirina.

-Están en el armario. –el menor se levantó dirigiéndose a la cocina, abriendo un cajón y sacando una pastilla.

-Gracias –dijo llevándosela a la boca con un trago de agua.

-Una mala noche? –abrió una bolsa de panecillos comiendo uno.

-No…-le robó un panecillo para fastidiarle, sabía que el menor odiaba aquello de la misma manera que amaba la comida.

-Yah! –se quejó divertido. Mientras ambos charlaban, comían y bromeaban el sonido de la puerta les avisó que Yongguk estaba de vuelta. El silencio reinó por segundos que para los tres se hacían terriblemente eternos, como si fuera inmortal. Daehyun bajó la mirada apenado pues se sentía aún culpable por lo que le había dicho al mayor y Himchan sencillamente dirigió su vista hacia el balcón. No odiaba a Yongguk, eso jamás, de hecho era su mejor amigo, siempre lo había sido, desde que le conoció en aquel orfanato y ambos se brindaron amistad protegiéndose el uno al otro de los demás. Himchan era su guardaespaldas y Yongguk el suyo. Siempre guardándole del peligro y metiéndose en peleas por defenderlo. La vida que habían tenido había sido dura y hasta ahora lo era, cada vez que alguien lo menospreciaba por el hecho de no tener padres ahí estaba Yongguk, siempre que se saltaba las clases o no estudiaba ahí estaba Yongguk para salvarle, siempre que los niños del orfanato se metían con él robándole la comida en el patio ahí estaba Yongguk y siempre que lloraba por las noches por sentirse solo ahí estaba Yongguk para recordarle que le tenía a él. Cuando Yongguk decidió escaparse de aquel infierno Himchan se fue con él y así hasta ahora. Siempre era Yongguk el que estaba ahí y eso no cambiaría por nada del mundo, jamás permitía que cambiara.

-Son rellenos de chocolate? –dijo el mayor de los tres como si nada hubiera pasado, esa era la peculiaridad de Yongguk. Cuando discutía con alguien que le importaba de verdad y percibía  esa tensión sencillamente actuaba como si nada hubiese pasado, como si aquella pelea hubiese sido un paréntesis sin importancia. Y Himchan y Daehyun sabían perfectamente que esa era la manera que tenía el mayor de disculparse y también de perdonar.

-De crema, los de chocolate se los comió Daehyun –sonrió mirándolo.

-Porque no engordas? –se quejó divertido  sacándose la chaqueta.

-Tengo el don de comer y no engordar –sonrió sacándole la lengua. -De dónde vienes? –preguntó Daehyun curioso. Que no dijera que venía de ver a Zelo, rogaba Himchan, que no lo dijera porque eso confirmaría sus sospechas, y confirmarlo le partiría el corazón una vez más. Pensar que su pequeño y su mejor amigo pudieran ser algo más le hacía ya pedazos. No quería saber a ciencia exacta que aquello era cierto. Prefería intentar mantenerse en esa nube que estúpidamente había construido a base de que tal vez y solo tal vez Zelo pudiera darle una oportunidad, una nube que hace tiempo se había evaporado y lo había hecho estamparse contra el asfalto pero aun así como un maldito testarudo seguía aferrándose a aquella posibilidad, no quería pensar que era imposible que el pequeño se enamorara de él, improbable tal vez, pero no imposible. Los sentimientos no se fundan en una razón prudente, que David ganara a Goliat era improbable pero sucedió, que un afroamericano habitara la casa blanca y se hiciera presidente también lo era pero una vez más sucedió. ¿Porque Zelo no podía fijarse en él? Que pasase era improbable pero por definición existía una posibilidad de que aquello pasara y mientras hubiera una, aunque fuera una posibilidad entre un millón valía la pena intentarlo.

-De la calle, de donde si no? –caminó hacia la sala prendiendo el calefactor para darse calor. Daehyun iba a seguir insistiendo si no fuera porque una llamada lo interrumpió.

-Sí? -Se lanzó cogiendo el móvil y acomodándose en el sofá con Yongguk al lado sobándose las manos por el frío. –Está bien, ahora vamos. –colgó y miró serio al mayor mientras Himchan se sentaba acompañándolos.

-Quién era?

-Los de la policía científica. El forense ha determinado la muerte de la tía de YounJae.

-Y se lo vas a decir?

-Supongo…-no sonó muy seguro de aquellas palabras.

-Supongo?

-Está bien, está bien… se lo diré.

 

-Mamá seguro que no recuerdas esa canción? –el pequeño pelirosa estaba sentado en la alfombra del salón con el teléfono en la oreja, el portátil en la mesilla y un sándwich a medio comer, papeles y libretas esparcidas por el suelo mientras cruzado de piernas observaba los apuntes del colegio.

-Junhong nunca te he cantado una canción de cuna.

-Seguro? –no sabía porque pero necesitaba saber dónde la había escuchado antes, y no pararía hasta saberlo.

-A lo mejor tu abuela te la cantaba.

-A lo mejor…-repitió no muy convencido, ni él mismo entendía el porque tanta exigencia por recordar aquello, sentía un vacío horroroso dentro de su pecho y no sabía porque, su cabeza involuntariamente le hacía preguntas que no encontraban respuestas y su maldita consciencia no paraba de torturarlo a medida que pasaba el tiempo.

-Pronto volveremos vale cariño? Estas comiendo bien?

-Sí mamá, no te preocupes

-Y como esta YoungJae?

-Bien, bien, ahora está destrozándote la cocina –sonrió observando al mayor cubierto de harina por todas partes. –Que sí… Adiós.

-Esto ya está! –YoungJae sonrió victorioso observando su creación.

-Pero eso es comestible?

-Calla! –acató el mayor cogiendo el tigger de felpa dispuesto a lanzárselo al pequeño.

-No lo ensucies –se lo robó quitándole el polvo blanco con delicadeza –ve a bañarte!  

-Que siiiii! –suspiro divertido caminando por el pasillo.

-YoungJae tonto…-susurró mirando con ternura el peluche, pero al verlo sintió otra vez esa sensación indescriptible por sus venas, como si estuvieras soñando con algo, te levantas de golpe y se te olvida pero aun así sientes que lo supieras y a la vez no pudieras recordarlo. Algo caótico e irritable. Y después de comerse por más tiempo las pocas neuronas que le quedaban algo le sacó de su trance, el móvil sonaba y vibraba molestoso encima de la mesa.

-Sí?

-Zelo, esta YoungJae?

-Esta en la ducha… Pasa algo Daehyun?

-Dile que me llame, es importante. –Justo en ese momento el mencionado salía del baño secándose el pelo con una toalla.

-Espera, acaba de salir. Hyung es Daehyun.

-Sí? –escuchaba atento lo que el mayor le decía al otro lado sin apartar la vista de Zelo que lo miraba con intriga. Al colgar salió embalado por la puerta seguido por el pequeño pelirosa contándole que tenía que ir a identificar el cuerpo de un familiar con el corazón en la garganta y la voz quebrada por tener que revivir aquel pesar.

-Dae! –gritó acercándose a los tres mayores que esperaban sentados en aquél frio pasillo.

-YoungJae cálmate –dijo intentando tranquilizarlo sin éxito.

-Dónde está? Llévame con ella –suplicó. Daehyun lo miró con pena y asintió adentrándolo en la habitación. Zelo tan solo se sentó en una de las sillas mirando con pesadez a Yongguk que estaba parado al lado de la puerta recostado en la pared con los brazos cruzados y Himchan mirando a Zelo. El ambiente que se respiraba no era ni incómodo ni agradable pues ninguno decía nada y tan solo se limitaban a esperar en silencio. Silencio que rompió los gritos de Daehyun al otro lado de la puerta. Los tres restantes preocupados entraron viendo la escena, pues YoungJae se había desmayado en los brazos de Daehyun y éste desesperadamente clamaba una y otra vez su nombre intentando que reaccionara.

 

-Cálmate Daehyun! –exclamó Yongguk cansado de ver como el menor se paseaba por todo el pasillo con las manos en la nuca y el corazón arrugado.

-No puedo! –lo miró desesperado, pues habían pasado ya 10 minutos desde que habían llegado con YoungJae entre brazos rezando para que no le pasara nada.

-Estará bien –susurró Himchan.

-Como puedes saber eso?!

-Basta Dae! Estamos en un hospital. Estas asustando a Zelo! –dijo con un tono elevado pero sin gritar y seguido miró al pequeño pelirosa que estaba encogido en una esquina con la mirada en blanco mientras se mordía las uñas por la preocupación. Se iba acercar a él pero el médico se acercó avisando del estado del mayor y permitiendo que solo una persona pudiera pasar a verlo.

-Iré yo –sentenció Daehyun entrando. Zelo cogió aire pesadamente escuchando las noticias que traía el doctor. Su hyung tenía bajas las defensas y padecía de anemia. Una bajada de tensión había provocado su desmayo por tanto estrés que estaba viviendo. Y lo que le quedaba por vivir.

-Eh…-Yongguk se acercó y le agarró de la mano intentando consolarle –no puedes derrumbarte vale? Yo no lo permitiré.- Zelo tan solo asintió pasándole la mano por la cintura y se sentó junto con Yongguk en uno de los asientos siendo observado por la triste y destruida mirada de Himchan.

-Necesito un café –dijo apartando la mirada y escapando de ahí. Le dolía el hecho de no ser él quien estuviera ahí, le dolía el sentir que sobraba en esos momentos y le dolía no poder controlar ese doloroso sentimiento que lo iba deshaciendo poco a poco por dentro. Le estaba destrozando y podía soportarlo. Llegó y se sintió morir cuando vio a JongUp sentado en una de las mesas de la cafetería mirando el móvil. Se acercó a él y Uppie le levantó la mirada sorprendido.

-Y tú de dónde sales?

-Y tú que haces aquí?

-YoungJae…-musitó sentándose- se desmayó pero por suerte no es nada.

-Cómo?!

-Tranquilo, solo fue una bajada de tensión.

-Pero esta bien verdad? –Himchan asintió y le miró esperando una respuesta- Bueno… Yo… Mm… vine a buscar unos exámenes.

Le miró con ironía, aquel pequeño no sabía fingir. -Porque siento que me mientes?

-No sé lo que sientes, ese es el problema.

-Puede ser…-habló para sí triste.

-Pasa algo?

-Tal vez…

-Himchan –el mayor levantó la mirada encontrándose con aquellos ojos marrones que tanto había echado de menos aun sin ser consciente de ello. –Tienes miedo, miedo a enamorarte… tanto que no puedas volver atrás, eso es lo que te pasa.

-Y tú? Tienes miedo?

-No si me enamoro de ti.

-Quieres irte de aquí? Irte conmigo? Es que… odio los hospitales. –Ambos se levantaron dispuestos a salir sin antes mandarle un mensaje a Yongguk de que volvía a casa porque no se sentía bien. Caminaron durante toda la noche sin mencionar palabra, no hacían falta.

-Hace frío –dijo el castaño sentándose en el césped.

-Mejor? –le rodeó con los brazos reposando su cabeza en la contraria.

-Cuando me dejaras quererte Channie? –susurró como si de una canción infantil se tratase.

-Se suponía que no tenías que existir tú… se supone que yo no tengo que enamorarme de ti –se separó un poco mirándole a los ojos que reflejaban los suyos- Ahora no quiero que te vayas… Nunca.

-No lo haré si tú tampoco lo haces. –Se acercó uniendo sus labios a los ajenos. No quería pensar en mañana, no quería existir por el día, revivía por las noches al encontrar en la oscura mirada de Himchan su mundo y se desmoronaba cada madrugada por no tenerle cerca, tan cerca como para respirar su último aliento. Separó su boca casi con pesar, aborreciendo el hecho de necesitar aire y relamiéndose los labios acarició la mejilla del mayor con suma delicadeza.

-Quiero quererte. –susurró Himchan intentando convencerse a sí mismo de que eso era lo que quería.

-Las pesadillas siguen atormentándote verdad?

-Sabes que sí.

-Entonces yo seré tu atrapasueños. –Himchan sonrió ante aquello. Él amaba los atrapasueños, según las creencias los malos sueños que no recuerdas se deslizan lentamente por las plumas dejándolos atrapados y quemándolos con la luz de una nueva mañana para que no se cumplan. Y él ya estaba cansado de sufrir. Había tomado una decisión justo antes de que el sonido pudiese deslizarse por sus labios. Había decidido olvidarse de Zelo. Había decidido querer a JongUp. 

Notas finales:

Ojojoj y bien? Les gusta? Pues si os gusta hacedmelo saber que a veces siento que no me leéis y si no lo hacéis pues nada, veré como hago para terminarlo pronto, porque si a la gente no le gusta pues náh XD =__=

Goooooooodbye :3333333333333 


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