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Si yo tan solo fuera tú por Bbo

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaaaaaaaaaaa :33333 Como estáis mis queridas ♥ o queridos (??) XDDD Bueno antes que nada, y sé que es un poco tarde, pero FELIZZZZZ NAVIDAD! HO HO HOOO! Os a traido algo Santa? Carbón? A mi ni eso e__é xD Bueno que aquí os traigo mi regalito y por último deciros que gracias por los reviews y por tomaros el tiempo de leerme! <3

Después de que Yongguk se fuera sin más a JunHong las horas se le hacían cada vez más pesadas tratando de olvidarle. Pero a cada intentó imaginaba el sonido de su sonrisa y volvía a recordarle. Así cayendo en un círculo vicioso imposible de romper.

Los días pasaban demasiado rápidos y a la vez demasiado lentos. Casi tres semanas y la cosa seguía sin mejorar.

No tenía instituto, pues estaba de vacaciones, y curiosamente odiaba estarlo. Por lo menos en el colegio podría perderse y dejar la mente en blanco. Entre trabajos y exámenes seguro que no tendría tiempo ni para respirar. Pero la suerte nunca estaba de su parte. Solo se resignaba a pasarse las 24h encerrado en su habitación viendo alguna que otra película a oscuras con YoungJae y saliendo de su madriguera a por comida cuando sus padres no estaban para no verlos.

Salió y para su pesar sus padres entraban por la puerta. Quien lo diría. Tenía ojeras, iba vestido como un vagabundo y su pelo parecía un arbusto sin podar. Al tenerlos delante nunca estuvo más decidido. Entró a su habitación y comenzó a meter todas sus cosas en una maleta bajo la preocupada mirada de YoungJae.

-Zelo que haces…

-No quiero estar aquí hyung. –La cerró y se paso la chaqueta por el hombro.

-Y a dónde piensas ir?

-No lo sé… solo sé que no me quedaré... Vienes conmigo? –le miró suplicando que dijera que sí. Sin YoungJae prácticamente no tenía nada. YoungJae rebuscó en el armario e imitó al pequeño. ¿Qué más podía hacer? Sin Zelo quedarse ahí no servía de nada. Esa no era su casa.

Terminaron de empacar y salieron. Con un ‘Me voy de casa’ Zelo cerró la puerta sin ser detenido por sus padres. No serviría de nada. Quedaba un día para navidad y ellos deambulaban por la ciudad.

-Se te ocurre un sitio dónde podamos ir? –YoungJae se restregaba los brazos por el frío.

-No quiero molestar a JongUp –susurró el menor.

-A mi se me ocurre un lugar… -Zelo lo miró esperando una respuesta- Pero no te va a gustar…

 

JongUp salía de la habitación vigilando no despertarla. Suspiró y salió a las afueras del hospital. Tomó aire y marcó ese número.

-No, no… escucha…No lo voy a hacer, vale? –soltó aire pesadamente mientras daba vueltas por la carretera– ¿Qué parte de que no quiero no entiendes? No…Pues se lo contaré todo, así que no lo haré! –colgó y dejó a la persona con la que hablaba con la palabra en la boca. Se había cansado de ser su títere. Se rascó la nuca y llamó a YoungJae.

-Hyung, hola…Sí, estoy bien… escucha, tengo que hablar contigo. Sí esta bien… Mañana en la mañana me paso por ahí.

 

-¿Quién era? –Daehyun le miraba desde el otro lado de la habitación acomodando la ropa del pequeño.

-JongUp –susurró sonriéndole. Estaba contento de dormir con Daehyun. Aunque no tanto, pues Zelo seguramente no estaba cómodo, salió y entró en la habitación de Yongguk que ahora se convertiría en la de JunHong. No había más remedio, él dormiría con Daehyun y Himchan estaba en el otro cuarto. La única cama vacía que quedaba era la de Yongguk.

-¿Necesitas ayuda? –vio como el pequeño con la mirada triste recorría con los ojos la habitación.

-No, no hace falta –se sonó la nariz y comenzó a doblar su ropa.

 -Zelo si no estas cómodo puedo pedirle a Daehyun dormir aquí.

-No, de verdad hyung, estoy bien –dijo intentando sonreír.

-Como quieras –dijo cálidamente saliendo y cerrando la puerta tras sí.

El pelirosa continuó sacando cosas de la maleta hasta encontrarse con el peluche de tigger que el mayor le había regalado. Sonrió con pena y lo colocó con cuidado encima de la cama. Le echaba tanto de menos... Y el estar encerrado en su habitación no ayudaba. ¿Dónde estaría? ¿Estaría bien? Suspiró y abrió el armario, puso toda la ropa ordenadamente sin antes encontrar una de las tantas camisas que tenía Yongguk, se la puso y se rió de cómo se veía, le quedaba enorme. Se tumbó en la cama abrazando con fuerza una de las almohadas. Olían a su perfume y eso le hizo llorar. Llorar hasta quedarse profundamente dormido.

Se despertó asustado y a oscuras. Había anochecido y él se había pasado toda la tarde durmiendo.  Con cuidado de no tropezar con algo se levantó y salió en busca de comida. ¿Qué hora era? Al parecer tarde. Porque ya Daehyun y YoungJae estaban encerrados durmiendo. Se acercó a la cocina y vio en el sartén comida. El bueno de su hyung le había guardado la cena. La calentó y se sentó en la encimera bebiendo un vaso de leche mirando como el microondas daba vueltas con su amado ramen hasta que el ruido de la puerta cerrarse llamó su atención.

Himchan entraba cabizbajo y cansado, levantó la mirada y vio como el menor le saludaba con una sonrisa.

-¿Qué haces aquí? –dijo sacándose la chaqueta y tirando las llaves en la mesa.

-Me he ido de casa… Daehyun dijo que podíamos quedarnos.

-¿Podíamos? –se acercó y tomo su vaso dando un trago.

-YoungJae…

-¿Eso es ramen? –Zelo asintió y justo el microondas anunció que ya estaba listo.

-¿Quieres un poco? –se levantó y comenzó a servirlo bajo la atenta mirada de el mayor. Se sentaron y ambos empezaron a comer en silencio.

-¿Cómo estas? –preguntó Himchan revolviendo los fideos sin dejar de mirarle.

-Bien…Con gripe…y me duele la garganta…

-No me refería a eso –dijo sonriendo con pena, sabía perfectamente que Zelo intentaba evitar aquella conversación.

- Odio el invierno…

-¿Sabes algo de Yongguk? –el pelirosa absorbió con ruido los espaguetis tras escuchar esa pregunta.

-¿Has terminado? –se levantó recogiendo los platos.

-Zelo…-le llamó pero el menor le dio la espalda mientras lavaba los platos nervioso. –Zelo… -se acercó más y apoyó su barbilla en el hombro del menor.

-Hyung… –su cuerpo comenzó a temblar mientras las lágrimas volvían a deslizarse por sus mejillas– por favor… déjame solo…

-Zelo…–le dio la vuelta y le abrazó con fuerza– Yongguk te quiere, y si te quiere, volverá.

-SI me quisiera nunca se hubiese ido –susurró arrugándole la camisa y hundiendo la cabeza en su pecho. Necesitaba tanto alguien en quien apoyarse… Necesitaba tanto a Yongguk…

-Verte llorar me destroza… -se acercó aún más aspirando su aroma, olía tan bien que podía emborracharse sin problemas. Le acarició el cuello con la nariz y fue buscando sus labios.

-Hyung… no…-bajó la cabeza y suspiró pesadamente.

-Zelo di que sí, por favor…-suplicó apegándolo más y rodeando su cintura. Le tenía más cerca que nunca y no iba a desperdiciar el momento. Ronroneó buscando los ojos del pequeño hasta dar con sus labios. JunHong solo se dejó hacer. Frunció el ceño y se entregó a las caricias del mayor desesperadamente.

El beso a cada segundo se hacía más y más necesitado, tropezando con todo de por medio y con sus propios pies consiguieron llegar hasta el cuarto de Himchan. Cerró la puerta y arrinconó a Zelo entre ella y su cuerpo. Se mordió el labio inferior y comenzó a mimar el cuello del pequeño. Zelo mientras se entretenía acariciando toda su espalda comenzó a quitarle la camisa y con la ayuda de Himchan lo hizo. Le empujó levemente hasta llevarlo a la cama y se subió encima de sus caderas. Su consciencia le pedía parar pero una parte de él se negaba a escucharla. Agresivamente repasaba el pecho del mayor hasta llegar a su cuello. Himchan se levantó un poco quitándole la camisa de Yongguk y colocándose encima de él. Le mordió la barbilla y fue bajando hasta encontrarse con el pantalón, mientras tanto Zelo le arañaba la espalda furtivamente intentando no pensar, no pensar que tal vez aquello era un error. Negó varias veces con la cabeza y el rostro enfadado mientras veía como Himchan atendía su parte inferior.  Himchan terminó por quitarle el pantalón y aprovechó para besar una vez más sus labios. Con violencia y molestia. Tal vez quería encontrar en Zelo algo que solo tenía JongUp. Y eso le hirvió la sangre. Ninguno quería aquello. Y a la vez los dos buscaban en el otro algo que les hiciera sentir vivos. Algo que les quitara la pena que les consumía… Zelo enredó sus piernas en sus caderas y le atrajo más a él deslizando las manos hasta el cinturón del mayor. Mañana seguramente se arrepentiría... Pero eso ya mañana… Respiró espesamente inundando el odio del mayor y éste se terminó por quitar el pantalón. Pasó los brazos por su cuello cruzando sus miradas. Veía a Himchan pero tan solo se imaginaba a Yongguk. Quería perder el poco juicio que le quedaba pero algo le retenía. Maldita culpabilidad que lo atormentaba!

Se aferró al cuerpo de su hyung y con desesperación se fundió en otro beso, esta vez más ardiente y fogoso que el anterior. Quería sacarse a Yongguk de la cabeza como fuera. Pero Himchan estaba igual o peor. Delineó las costillas del pelirosa aruñando su piel dejando marca. Ese no era el cuerpo que quería tener. Esos no eran los labios que tanto deseaba y esa no era la persona a la que tanto amaba. Ya no quería a Zelo. Su corazón pedía a gritos la sonrisa de JongUp.

Es curioso como es el comportamiento humano; cuando no puedes tener algo luchas hasta obtenerlo y cuando lo consigues ya no te interesa, pierde el valor y se hace nada. Lo mismo le había pasado a Himchan que intentaba borrar la imagen de JongUp gimiendo del placer el día en el que lo hizo suyo. Si tan solo tuviera una máquina del tiempo... Hizo una mueca de dolor al sentir como Zelo le clavaba las uñas en las caderas y volvió a dominar su boca pidiendo a la vez permiso para su lengua. Respirar le costaba, tanto como le costaba concentrarse en Zelo. Si ese momento hubiese llegado antes tal vez aquellas dudas que flotaban por su cabeza no existirían. Tal vez hubiese disfrutado de aquello en vez de desgarrarse el corazón probando unos labios que no le llenaban. Que no llenan ni a un vegetariano que hace años que no prueba la carne. Puede intentar substituirla por tofu o algo parecido. Pero nunca es suficiente. Siempre querrá más.

 Cerró los ojos y siguió bebiendo de la boca del pequeño hasta sentir un dulce sabor salado. Abrió los ojos dejando las caricias a un lado y mirándole por primera vez. Zelo lloraba tanto como lo hacía él por dentro. Le limpió las lágrimas con las yemas de los dedos mientras intentaba callarlo.

-Shh! –le meció como un bebé y besó su frente sudada.

-Hyung no puedo, te juro que lo intento pero es que no…no consigo sacarlo de mi cabeza –susurró entre llantos. Y no le culpaba. Era difícil cuando tu mente te dice que sí pero tu corazón no quiere ceder.

-Hey… no pasa nada peque –le sonrió cálidamente quitándose de encima. –Esto no está bien… -se puso nuevamente el pantalón dispuesto a salir pero un tirón leve lo detuvo. Junhong retenía su mano con tristeza.

-Quédate conmigo esta noche… -Himchan se enterneció al escuchar aquello y volvió a la cama enrollándolo con los brazos.

-Ponte el pijama, hace frío… -el pelirosa obedeció, se lo puso y volvió a abrazarle arropándose con las sábanas.

-Hyung… Lo siento… -cogió aire y cerró los ojos escuchando el murmullo que hacía la respiración de Himchan. Aún estaba agitada y eso extrañamente le causó tranquilidad.

-Duerme –musitó mirando por la ventana. Caía la nieve y eso en cierto modo hizo más triste aquella noche de navidad. Ojalá esos copos blancos le hubiesen traído de vuelta a Uppie.

 

-Zelo todavía no se despierta? –Daehyun mojaba su galleta en la leche mientras veía como YoungJae preparaba zumo.

-No lo sé, por lo menos ha comido –se sentó y dio palmaditas antes de untar su tostada. –Has sabido algo de Yongguk?

-No...No responde a mis llamadas –suspiró con fastidio.

-Y has encontrado algo nuevo? –miró a su novio y negó con la cabeza. Desde todo aquel lio, Daehyun intentaba saber más acerca de la relación familiar que tenían Yongguk y Zelo. Que tan solo sus nombres coincidieran no aclaraba nada. Si por lo menos tuvieran una prueba refutable que les confirmará que realmente eran hermanos…

-Está mejor?

-Dice que sí pero no lo está –Jae masticó y dio un sorbo a su bebida. En ese momento el timbre sonó y se levantó para abrir.

-JongUp! –sonrió abrazándole, el pequeño ya le había avisado de que se pasaría a visitarlo en la mañana pero aún así no pudo evitar sorprenderse. Hacía mucho que no lo veía.

-Hyung no puedo respirar –dijo divertido sacándoselo de encima.

-Exagerado! Pasa, pasa –cerró la puerta y ambos caminaron hasta la cocina.

-Hola –saludó a Daehyun que tan solo le devolvió la sonrisa. –Hyung tengo que hablar contigo.

-Pero siéntate, has desayunado? –parecía que Jae no tenía ninguna preocupación pero a JongUp se le notaba nervioso, cosa que no pasó desapercibida por Daehyun.

-Gracias hyung pero vine comiendo. Zelo, dónde esta Zelo? –y como si le invocaran el pequeño salió de la habitación restregándose los ojos.

-Buenos días! –dijo YoungJae extrañado de que saliera del cuarto de Channie.  Y Himchan... Himchan también salía bostezando detrás del menor.

-No pueden hacer menos ruido? –replicó Channie que ni se había enterado de la presencia de JongUp ya que en parte seguía dormido.

-Lo si-siento –dijo JongUp bajando la mirada y con la voz quebrada. Aquello le había dolido. Como mil cuchillos clavados a la vez. Jamás se imaginó que Himchan y Zelo... ¿Habían pasado la noche juntos? ¿La otra persona de la que Himchan estaba enamorado era… Zelo? Su corazón se encogió a la misma velocidad a la que Himchan reaccionaba y se quedaba sin habla. ¿Ese, ese era JongUp? ¿Pero cómo…? Sus pulmones se congelaron evitando que pasara aire por ellos y con los ojos fuera de órbita. El sueño se le había quitado al instante.

-Hyung! –dijo Zelo que no se enteraba de nada -¿Qué haces aquí a estas horas? –se acercó hasta Daehyun y robó una de sus galletas. Pero JongUp no respondió. Tenía la mirada clavada en Himchan. Una dolorosa mirada que no hacía nada más que reprocharle.

-Dijo que quería decirnos algo…-YoungJae aún miraba a Uppie buscando una respuesta.

-Ah... sí eso…Solo pasaba a saludar y a preguntarte los deberes de vacaciones Jae –dijo nervioso intentado ocultar su daño.

  -Ah! Espera! –dijo el rubio adentrándose en la habitación y buscando en su mochila.

-Como has estado hyung? –Zelo se sentó encima de la encimera viéndole infantilmente. El castaño desvió los ojos hasta el pequeño y lo miró con algo de… odio?

-Bien… ya sabes… bailando –miraba de reojo a Himchan que aún seguía quieto en el mismo sitio culpándose mentalmente de todo aquello. Es verdad que se moría por ver a JongUp pero ahora se moría por tenerle delante y de esa manera. ¿JongUp habría malinterpretado las cosas?

-Toma, lo tengo todo apuntado en la agenda –YoungJae regresó entregándole la libreta.

-Gracias… –susurró intentando no derrumbarse –Hasta otra –dijo apenas dándoles tiempo a los demás de reaccionar. Quería huir de allí. Quería quitarse de encima la mirada fija de Himchan y quería mentirse para intentar olvidar aquello que había visto. Se marchó casi corriendo y desmoronándose una vez dentro del ascensor. ¿Por qué Himchan le hacía eso? ¿Acaso no le había demostrado lo suficiente lo mucho que lo quería? ¿Dónde estaban los reproches que le hizo en el hospital la última vez? ¿Tan fácil había sido para él pasar página? Prácticamente había cambiado de libro y eso le hería en lo más profundo. Todo el amor que decía sentir Himchan había sido nada más que eso. Mentiras.

 Y como si se tratara de un impulso en dónde antes tenía el corazón ahora solo reinaba la ira, la furia y las ganas de vengarse de todo y de todos. Uno de sus mejores amigos y la persona a la que más quería se estaban burlando de él de la peor manera. Enfureció nada más darse cuenta de aquella traición y sin pensar marcó nuevamente ese número limpiándose de mala manera las lágrimas de sus mejillas. La rabia lo cegaba y no le dejaba ver que lo que estaba apunto de hacer era una locura. La más grande y espantosa locura.

-Soy yo…Lo he pensado mejor…Sí, esta noche…Me da igual lo que le pase a él pero te lo advierto, no le pongas las manos encima a YoungJae!

 

-Que raro…-Daehyun fue el primero en romper el silencio que se había esparcido después de que JongUp saliera casi volando del departamento.

-Muy raro –dijo Jae aún mirando la puerta. Himchan no lo soportó más y volvió a encerrarse en la habitación.

-¿Esta nevando? –Zelo se levantó y pegó su mejilla en el cristal. Todas las calles estaban teñidas de oro blanco.

-Toda la noche –Jae se sentó de nuevo a desayunar.

-Podemos ir a patinar? Por faaaaaaa! –decía el pelirosa infantilmente mientras pataleaba emocionado.

-Esta noche abrirán las pistas –Daehyun ya se preparaba para salir.

-Perfecto! Entonces hacemos los deberes ahora y en la noche vamos, vale Zelo? –pero el pequeño quería ir ahora, aunque claro…haber quien le explica luego al profe de historia porque no hizo el trabajo de ochocientas mil paginas que les había mandado.

-Esta bien…-resignándose fue en busca de sus apuntes y libros.

-A que hora vienes? –Jae acompañaba hasta la puerta a Dae que se ponía la bufanda.

-No lo sé, te llamo vale? –le besó la frente y salió subiéndose el cierre.

Y por arte de magia se pasaron ambos encerrados en la sala explotando su cabeza hasta el límite con la segunda guerra mundial. Con la estufa en la alfombra y unos cuantos bocadillos ambos leían concentradamente las paginas y el único ruido que se oía eran las hojas y el lápiz escribir encima.

-Ah! No creo que pueda hacer mas por hoy! –Junhong lanzó todo por el suelo.

-Yo tampoco…-Jae se levantó estirando los músculos entumecidos.

-Hyung! Ya es de noche! –dijo dejándole claro que la pista de patinaje los esperaba.

-Vale, voy a por los zapatos –y justo en ese momento salía Himchan de su cueva con los ojos rojizos.

-Hyung vienes con nosotros? –el pelirosa estaba ya casi listo para salir.

-A dónde?

-A patinar! Venga di que sí! –le rogó con esa sonrisa a la que era imposible resistirse ni aún con los ánimos por el suelo.

-Esta bien…

Y antes de que pudiera darse cuenta el pequeño pelirosa tiraba de él para que se deslizara por el hielo. YoungJae a su vez iba agarrado al borde de las esquinas para no caerse y Zelo tan solo se reía de sus dos hyungs ya que parecía que en cualquier momento se fueran a ir de boca.

-Venga! No es tan difícil! –se burlaba dando piruetas orgulloso de las horas que dedicaba a su monopatín ya que le había servido de práctica.

-Claro como tu te la pasas subido a ese chisme! –replicó Jae antes de resbalarse pero sin llegar a caerse.

-Vete por ahí con tus volteretas! –sonreía Himchan mientras lo echaba intentando mantener el equilibrio. Ojala Zelo se cayera para que dejara de presumir tanto, pensaba con una sonrisa malévola pero dulce en el rostro.

-Esta bien, esta bieeeen –dijo el menor patinando hacía atrás como todo un experto y sacándole la lengua a sus dos hyungs mientras se alejaba para dar vueltas por toda la pista.

-Que niño! –ambos mayores sonrieron y se pasaron el tiempo ayudándose el uno al otro a mantener el equilibrio en esa dichosa pista.

-Oye y Zelo? –Himchan se acomodaba el gorro mientras buscada al pequeño entre la gente. Hacía bastante tiempo que se había ido y no había vuelto.

-No lo sé –entonces YoungJae comenzó a preocuparse, miró el reloj y hacía exactamente una hora que el pequeño había desaparecido. Los dos comenzaron a buscarle ya que en unos minutos más cerrarían las pistas. Y esos minutos no se hicieron esperar. Los dos hyungs ya habían salido y ahora buscaban como locos a JunHong sin encontrar rastro del pelirosa. Era como si el hielo se lo hubiese tragado. Cogió aire y se temió lo peor. Y si su tio…? No. No lo pensó dos veces y con los dedos envueltos en unos guantes azules comenzó a marcar el número de Daehyun.

 -Dae, Zelo ha desaparecido…

 

Notas finales:

 

Que pasará???? En plena navidad y a Zelo lo secuestra Rudolf y Papa noel se lo lleva lejos? Y Yongguk volverá o se quedará allá donde esté? shgdasjda y mi pobre JongUp que tontería a cometido? Todo y maaaaaaaaaaaaás!.... En el próximo capitulo ^^ XDDDD

Felices Fiestas!!! ♥ :)


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