Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Si yo tan solo fuera tú por Bbo

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa *______*

Bueno antes que nada... sdhakjsdhaksjdhaskjd RAIN SOUND ES Kjahdkasjhdahsdkajsdashdasdhasdk OGH! ♥

Bueno. A lo que iba (???) u__ú 

Aqui otro capitulo! :D Y bueno espero que uyuyuyuy les guste el final *3333333* 

Muchas gracias por los RW y siento no haberlos contestado pero es que no tenía tiempo.

Más encima me llega la semana de examenes DDDD_: LLORO! Osea. HORRIBLE u_u 

Bueno me dejo ya de penas y espero que les guste  ♥ ^^

Abrió los ojos con dificultad intentando recuperar el sentido. ¿Dónde estaba? No tenía ni idea. En aquella habitación lo único que se hacía presente eran las gotas rebotar contra la ventana, la lluvia caía mojando las aceras y el viento soplaba amenazando entrar por alguna rejilla abierta.

Pero dónde él se encontraba no hacia frio. Ya no. Suspiró algo confuso hundiéndose en aquella almohada intentado sacar fuerzas de donde no tenía. Intentó levantarse pero solo se quedó en eso, un intento. Soltó un quejido y alguien en la oscura habitación encendió las luces.

-Zelo! –Himchan se acercó hasta él tocándole la frente. Tenía las manos heladas y eso fue un alivio para el pelirosa ya que sudaba por culpa de la fiebre. -¿Estas bien?

-Hyung. ¿Dónde estoy? –su corazón estaba alterado y revoloteaba como un pajarillo enjaulado pidiendo libertad.

-Tranquilízate y acuéstate –le tumbó de nuevo en la cama acariciándole tan suave como nunca lo había hecho. –Llamaré al doctor.

Recorrió la habitación con los ojos. Flores en una mesilla a la izquierda, un gotero con suero a su derecha y un sofá blanco delante de él. Antes de que pudiera tan siquiera ser consciente de que todo había terminado el doctor estaba sentado al pie de la cama revisando con una molesta linternita sus pupilas.

-¿Cómo está?

-Parece que el golpe no ha sido tan grave –se levantó y se guardó las manos en los bolsillos de la bata. –En la mañana pasaré a ver como estas, mientras intenta dormir.

Tras escuchar la puerta cerrarse Himchan se acercó hasta él. Se sentó a su lado y le apartó varios mechones rosas.

-Menos mal que no te ha pasado nada.

-Hyung. ¿Q-qué ha pasado? ¿Dónde esta YoungJae?

-Cálmate, está bien.

-Y ¿Y-Yongguk? –tragó saliva con pesadez. Le frustraba no recordar nada. Para él las horas estaba en blanco como ese maldito sofá y eso le provocaba una angustia interminable.

-También lo está–sonrió tranquilizándole. El pequeño al fin encontró aliento y se rindió sobre la almohada. Quería ver a Yongguk pero por lo menos saber que estaba a salvo calmaba su pecho.

-¿Me contarás que es lo que ha sucedido?

-Todo ha terminado, eso es lo que ha sucedido.

-Menos mal que no ha pasado nada grave.

-Bueno. –tosió un poco y Zelo le miró- eso no es del todo cierto.

-¿Qué?

-Es Daehyun.

 

Inútilmente abría y cerraba los ojos. Sus parpados pesaban como una tonelada de elefantes y el solo hecho de pestañear le cansaba. Veía siluetas borrosas y escuchaba voces turbias a lo lejos. Tan lejos que podría decirse que estaba en un mundo paralelo. Dormía por la mañana e intentaba despertar en la oscuridad. Sentía como una mujer cada medía hora entraba a regular su suero y torpemente pretendía mantenerse consciente.

Pestañeos que duraban horas, su respiración espesa y ese constante ruido de una maquina cerca era lo único que taladraba su cabeza. Estaba entre despierto y dormido. Sentía el dolor en cada parte de su cuerpo pero a la vez era como si flotara. Drogado se le podía llamar. Le habían chutado tantos tranquilizantes que su realidad se veía distorsionada confundiendo las horas con minutos. Sentía angustia y un agujero negro dentro de él que se expandía y lo absorbía. Lo único que podía darle luz era la sonrisa de YoungJae. Pero Daehyun tan inconsciente de que su amor tan solo se encontraba a cuatro pasos de su cama seguía esclavo de su cansancio.  

El rubio jugaba con sus dedos matando el tiempo, sin ser consciente de que el tiempo sería el encargado de matarlo a él. Levantaba la mirada a cada dos segundos esperando ver despertar a Daehyun pero eso no pasaba. En los dos días que había estado en la misma silla no había encontrado respuesta de él. Todo lo que podía hacer era eso, esperar, esperar mientras se autodestruía mentalmente.

Ese disparo aún seguía retumbando en sus neuronas.

Si no le hubiese dicho que soltara la pistola. Si no le hubiese obligado a tirarla a lo mejor aquello no hubiese pasado. Si no hubiese sido tan testarudo seguramente aquel individuo no hubiese cogido el arma y disparado a bocajarro a Daehyun por la espalda.

Todo era culpa suya, esa vocecita imaginaria se encargaba de decirle a gritos que aquello había sido culpa suya. Por su error ahora Daehyun estaba postrado en una cama con un disparo en el hombro y sin poder despertar.

-Daehyun baja la pistola! –si no hubiese dicho aquello, tal vez, solo tal vez… -Suelta la pistola Daehyun! –arrugó con sus manos el pantalón viendo como una gotas caían sobre el. Cerró con fuerzas los ojos provocando así que las lágrimas escaparan recorriendo sus mejillas y desembocando en su nariz. Ese sabor salado inundó su lengua y lloró aún más cuando escuchó un gemido. Daehyun al fin había despertado.

Levantó la mirada y se sobó los ojos para poder verle como si fuera la primera vez.

-Te he echado tanto de menos -¿Ese sonido era el que le hablaba? ¿Era su voz? Idiota. ¿Como podía decirle que lo echaba de menos cuando por su culpa estuvo a punto de morir?

-Daehyun! –se acercó pero no demasiado. Sentía que si le tocaba podría destruirlo aunque se muriese de las ganas de abrazarlo.

-¿Cómo estas? –sonrió tan tontamente, tan precioso, tan él.

 -Eso debería preguntarlo yo. Eres tú el que esta en una cama.

-Estoy bien – tenía el brazo derecho vendado. Intentó sentarse pero algo en su hombro le dio un pinchazo, un dolor punzante pero no lo suficiente para impedirle levantarse.

-¿Qué haces? Acuéstate! –ordenó aún con lágrimas en el rostro.

-Jae estoy bien –se llevó la mano al hombro y soltó un leve quejido.

-No, no lo estas y todo por mi culpa! Así que acuéstate idiota! –gritó rompiendo en llanto.

-YoungJae…

-No! –intentó retroceder pero Daehyun ya rodeaba su cintura con su brazo izquierdo.

-Shh! Deja de llorar –susurraba en su oído intentando tranquilizarle.

-Lo siento –arrugó su bata y se aferró a su pecho. ¿Cómo era posible que inclusive el olor a hospital a él le sentara tan bien? –Lo siento.

-Cállate –acarició su mejilla limpiando el rastro de sus lloros y le miró con ternura.

-Todo ha sido por mi culpa.

-He dicho que te calles.

-Pero podías estar muerto por mi culpa –repitió con la voz hecha trizas.

-Pero no lo estoy.

-Pero si lo estuvieras…

-Jae cállate y bésame de una vez! –sin dejar respuesta para el pequeño ya movía sus labios con necesidad sobre los contrarios. No mentía cuando le había dicho que lo extrañaba. Solo habían pasado dos días. Dos días en los que no pudo abrir los ojos, ni acariciarle ni sentir su aroma. ¿Cómo no iba a extrañarle durante esos dos malditos días?

-¿Es que no te das cuenta de lo que te he hecho? –YoungJae se alejó con remordimientos de él. No podía fingir que nada había pasado. Parecía que necesitaba escuchar los reproches de Daehyun para poder quitar esa carga de su corazón.

-No me has hecho nada Jae.

-¿No? ¿Por eso estas aquí? ¿Por no haberte hecho nada?

-No fuiste tú quien disparó.

-Pero fui yo quien le dio prácticamente el arma! –retrocedió aun más casi rozando la puerta. No merecía que Daehyun le mirara con esa sonrisa de amor sintiéndose él tan prisionero de su error.

-Jae! Jae! A dónde v…-pero antes de que pudiera completar la frase el rubio había huido ya del cuarto.

 

-Entonces está bien? –preguntó Zelo.

-Esta estable. Por suerte la bala le dio en el hombro y no en otro sitio.

-Hyung…Y JongUp…? –murmuró casi arrepintiéndose de haberlo mencionado.

-Será mejor que duermas –intentó sonreír inútilmente saliendo de la habitación.

¿Y JongUp?

Suspiró pesadamente llevándose las manos a la boca. Se sentó en una de las sillas de ese frío pasillo recordando una vez más…

Le odiaba.

Como nunca había odiado a nadie en su vida…

-Estas bien, pensé que te había perdido.

Después de que aquel individuo les pegara la paliza de su vida JongUp con el labio roto y moretones y rasguños por los brazos cargó con él por media carretera desierta alejándolo de esa maldita fábrica. Himchan había sido golpeado y todo por su culpa. Por sus malditos celos.

-Detente –susurró roncamente Himchan mientras se zafaba de los brazos del menor. –Zelo y Yongguk aún están ahí.

-No dejaré que te pase nada Channie, lo entiendes? –JongUp dolorosamente volvió a rodear su cintura. Tenía el cuerpo entumecido y apenas podía con su alma pero ahora lo que importaba era poner a salvo a Himchan. No importaba nada más.

-No puedo dejarlos tirados! –retrocedió limpiándose la sangre de la comisura de los labios. –Vete tú.

-¿Cómo?

-Por favor JongUp –le miró con los ojos suplicante –Debes huir. Si la policía te atrapa me moriré de pena. Por favor.

-No voy a dejarte aquí!

-Y yo no quiero verte detrás de una celda!

-Pero…

-Por favor. Hazlo por mí –imploró con los ojos cristalinos. JongUp se reflejó incapaz de apartar su mirada de aquellas pupilas tan hermosas por su manera de brillar. Himchan lloraba y él era el causante una vez más.

Se hundió en su pecho y antes de que pudiera darse cuenta de lo que hacía ya lo estaba besando, degustando con ansias el sabor salado de su boca… Lo que daría por helar el tiempo y vivir de su aliento tan fuerte como un hechizo… Maldecía sus besos, sus caricias y esas ganas de quedarse a su lado para siempre. Arrastró las manos congeladas a sus mejillas y con angustia frunció el seño.

Tal vez el frío solo quería que ellos se abrazaran. Tal vez…

Pensar que aquel era su último beso le quemaba por dentro. Le destruía y aruñaba sin contemplación.

 Le llevó consigo hasta un lado de la carretera, debajo de un árbol y tontamente se sentaron sin deshacer ese beso. Si iba a ser el último que fuera eterno.

-JongUp… -gimió en su boca intentando separarse.

-No… Cállate –atrapó una vez más sus labios como si fuera lo más obvio del mundo y comenzó a deshacerse de su chaqueta.

-Para… Tienes que marcharte.

-El mundo puede acabarse mañana, puede que no te vuelva a ver y pides que me vaya?

-Te quiero. –le miró por unos instantes a los ojos y solo pudo encontrar dolor. Dolor y un “no te marches de mi lado” que se quedaba anclado en su garganta. Era débil y se había cansado de hacer siempre lo correcto. Sonrió tristemente y volvió a besarle. Impactó otra vez contra su boca con el temor de que aquello no fuera real. Con el miedo inyectado en los huesos de no volver a ver su sonrisa nunca más. De no volver a olerle ni volver a acariciarle. ¿Qué haría él sin JongUp? Empezó a mover su lengua dentro y a deshacerse de su camisa. Hacía frío y le daba igual. Alguien podría pasar por ahí y verlos pero le daba igual. Se subió encima de sus caderas y comenzó a acariciarle con entusiasmo. Que las penas se las llevara el viento mientras la luna era testigo de lo mucho que ambos se amaban.

Desde el principio le tuvo en el lado izquierdo de su corazón y ahora solo quedarían fragmentos rotos de sus besos marcados rasgando cada parte de su alma.

Las hojas de los arboles se imponían ahogando los gemidos que poco a poco iba robando de los labios del menor.

¡Le odiaba!

¡Odiaba a ese bastardo por haberlo enamorado de esa manera y no poder retenerlo a su lado!

JongUp se abrazó con desespero a su cintura atrayéndolo más. Le miró por encima y volvió a cerrar los ojos sintiendo como Himchan devoraba su cuello. Respiró en su boca y lo recostó en la hierba subiéndose encima de él. Se lo quedó observando unos segundos como si estúpidamente pudiera sacarle una foto mentalmente y depositó un casto beso en su frente.

-Te deseo. –susurró en su oído para después perderse en su cuello, saboreándolo lentamente y seduciéndolo con todas sus armas.

Llevó los dedos hasta el cinturón del mayor terminando de rasgarle ropa de forma casi animal. Su piel blanca como la leche estaba llena de golpes pero extrañamente era lo más suave que había tocado jamás. Delineó las formas de su cuerpo repartiendo besos por todo su abdomen y subiendo hasta sus labios.

-Himchan…

Pero Himchan apenas le escuchaba, se había perdido entre sus propios suspiros y su cuerpo reaccionaba automáticamente. Estaba tan cansado de luchar que tan solo se dejó envolver por JongUp.

-Himchan… si no quieres hacerlo no pasa nad…-apenas le dejó terminar la frase cuando sus labios buscaron desesperadamente callar la voz del otro. Le molestaba tanto escucharle hablar. ¿Cómo podía preguntarle si no quería hacerlo? ¡No deseaba nada más en el mundo joder!

Sus manos se aferraron a su nuca tirando de él para después gruñir dentro de otro beso y JongUp comenzó a mover las caderas tan desesperado, tan necesitado que no se hizo esperar mucho el momento en el que el pequeño introducía su miembro dentro de él.

Himchan soltó un sonoro gemido al sentirlo de nuevo tan suyo que comenzó un vaivén por instinto intentando seguir las embestidas del menor. Quería decirle que no se fuera, pero no podía, no solo porque si JongUp se quedaba seguramente tanto Yongguk como Daehyun lo matarían a palos si no también por el placer que nublaba su mente. Sus palabras habían sido atropelladas junto con miradas de nerviosismo y desespero para después convertirse en gemidos ahogados y párpados cerrados.

Perdió el sentido de las veces que JongUp se movía frenéticamente dentro de él sin ninguna suavidad. JongUp entrelazó sus manos con las contarías enterrándolo más en la hierba con fuerza. No había tiempo para ser cariñoso. Le necesitaba, le necesitaba más que el aire que respiraba. La lujuria y sus caricias lo dejaban claro.

Aruñó su espalda y le clavó las uñas en la cadera pidiéndole más movimiento. Más rápido JongUp. Más. Más. Más. Repetía una y otra vez mezclando sus quejidos con jadeos de dolor y sin poder controlar esa corriente eléctrica que arrasó con su espina dorsal al sentir que todo se desvanecía lentamente. Fue entonces cuando JongUp bajó el ritmo de las embestidas a la vez que intentaba recuperar la respiración. Con sus ojos totalmente enganchados a la mirada ajena salió de su interior y se rindió a su lado con la frente sudada.

Himchan se relamió los labios rojizos y un poco hinchados mirándole de reojo, desvió la mirada hacía el cielo y no vio nada más que nubes ocultar las estrellas. ¿Ahora de dónde sacaba fuerzas para dejarle marchar?

-Todas mis mangas se tiñen de rojo de toda la verdad que has dicho. –reprochó poniéndose la ropa.

-Sabes que te quiero verdad? –susurró JongUp.

-No pienso decirte que te echaré de menos.

-Imaginaré que lo haces.

-JongUp! –reprochó algo molesto de ver como el pequeño sonreía.

-Himchan! –imitó divertido su voz y se colocó bien la chaqueta.

-No te entiendo. ¿Por qué sonríes de esa manera si te vas de mi lado? Haces que me sienta tan solo…

-Himchan… -se acercó arreglándose el cuello y agarrando sus manos para después besarlas suavemente-Yo siempre me he sentido solo, siempre… Hasta que empezaste a quererme.

Himchan bajó la mirada intentando torpemente ocultar sus lágrimas. Aquello sonaba a despedida y una vez más odió a JongUp por hacerle sufrir de esa manera.

Compartieron un último beso y aquél niño con sonrisa de ángel desapareció con un suave aleteo.

Un “no te vayas” se quedó atorado en la garganta de Himchan. No quería perderle, pero era lo mejor que podía hacer. Se había acostumbrado tanto a amarle que ahora un agujero negro lo jalaba hacía dentro. -No te vayas –sollozó.

Un portazo lo sacó de sus pensamientos mientras observaba como YoungJae con lágrimas en los ojos salía de la habitación en dónde estaba Daehyun. Se levantó y entró. Observó como Dae estaba estático en un rincón con una bata color verde vómito.

-¿Estás mejor?

-Voy a buscarle –exclamó de camino a la puerta.

-Déjalo solo. Lo necesita –respondió Channie agarrándole por el brazo. –Necesita escapar un poco de esto.

-Claro… -chasqueó la lengua con ironía –Tú eres mucho de dejar escapar a las personas o me equivoco?

Himchan tan solo fijó su mirada en la contraria intentando no inmutarse por sus palabras. Sabía perfectamente que había dejado huir a JongUp. Daehyun no se había creído en ningún momento lo que Himchan declaró ante la policía… Que JongUp le hubiese golpeado y escapado sin él poder hacer nada? Sí, ya.

-No sé de que me hablas.

-Fingiré que te creo Channie –dio unas palmaditas en su hombro y volvió a la cama. –Has hablado con Yongguk?

-Todavía no.

-¿Está en la comisaría?

-Supongo.

-Por lo menos ese hijo de puta está entre rejas. –dijo acomodándose con dolor sobre las sabanas.

-Sí. –respondió acercándose.

-Me hubiese gustado atraparlo yo –ladeó la cabeza con una sonrisa- Pero Yongguk se adelantó. –volvió a sonreír aún más, con algo de orgullo. Orgullo y admiración hacía Yongguk. Sin ser consciente de que algo más fuerte les unía. Algo que les había enlazado desde el principio con cadenas invisibles.

-Sí. Estabas tú como para atrapar a nadie –rió Himchan.

-Eh!

-¿Qué? Mírate! Esa bata es espantosa! –se burlo picando al menor.

-Lo dices porque me tienes envidia. Sabes que todo me sienta bien, lo sabes hyung.

-Calla! –y antes de que pudiera asfixiarlo con un cojín su móvil vibró en el bolsillo su pantalón. –Dime Yongguk.

 

-¿Cómo esta todo por ahí? ¿Daehyun esta bien? –hablaba caminando por los pasillos de la comisaría. Aunque fuera ya de noche nadie allí dormía. El ruido de teléfonos sonar, papeles ser arrugados y el café recién hecho inundaba todo el edificio.

-Sí esta justo a mi lado. ¿Te lo paso?

-No! –exclamó parándose en seco y los nervios hicieron mella en él -¿Cómo está Zelo? –preguntó recuperando la postura.

-Ha preguntado por ti.

Se le dibujó una sonrisa sin querer al escuchar eso. Millones de pensamientos se le vinieron a la cabeza y por un segundo se sintió feliz. Sólo por un segundo ya que su rostro se endureció al ver como llevaban esposado a ese maldito a la sala de interrogatorios.

-Tengo que colgar –y antes de escuchar un “adiós” al otro lado del móvil ya había finalizado la llamada. Inspiró profundamente con el rostro enfadado. No pararía hasta que se pudriera en la cárcel. Se lo debía a su padre, a Daehyun, a Zelo y sobretodo a su madre. Había jurado proteger a Junhong y parecía que hasta ahora lo único que había hecho era romper esa promesa una y otra vez.

Hasta ahora.

Aquel desgraciado había firmado su sentencia de muerte al apuntar a Zelo con una pistola. Al haberlo secuestrado y al haberlo herido de esa manera. Por suerte antes de que apretara el gatillo entró de una patada y sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre él golpeándole las costillas hasta esposarlo y sacar a un inconsciente Junhong de allí.

Sintió como se le envenenaban las venas mientras arrugaba el vasito de plástico en su mano que antes contenía café. Lo tiró a la papelera y como un perro de presa entró a la sala dispuesto a sacarle hasta el nombre de su tatarabuela.

-¿Qué te ha dicho?

-Me ha colgado –dijo indignado el mayor. Daehyun tan solo rió. -¿Cómo esta tu hombro?

-Bien, supongo.

-Llamaré al médico.

-No hace falta! –habló alto para detenerlo pero Himchan ya se había ido. Afuera el sonido de la lluvia resonaba cada vez más fuerte. Daehyun se quedó mirando una farola del exterior preocupado por YoungJae. Con lo dramático que era a veces seguramente acabaría caminando bajo la lluvia para reforzar sus penas como en los doramas. Sonrió para sí y negó con la cabeza. Seguramente estaría ya en casa y después de mucho llorar se habría quedado dormido con la tele encendida. Sí, eso debe estar haciendo, se dijo divertido convencido de que pronto se le pasaría esa rabieta.

Y nada más lejos de lo que pensaba Daehyun. YoungJae reposaba en la cama con los ojos hinchados y la boca semiabierta. Su brazo derecho colgaba mientras la televisión iluminaba su cara dormida. Estaba tan adorable y no había nadie allí para verlo…

 El sonido de su canción favorita en el móvil lo despertó y tras maldecir en silenció Yongguk contestó quitándose la hoja pegada a la mejilla. Se había quedado dormido en la oficina de la comisaría.

-Sí? –bostezó y escuchó esa voz. El sueño se le fue al instante mientras encontraba el modo de colgarle –Bueno. Está bien. Te espero en mi casa. –Se levantó y miró la hora. Seguramente no habría nadie en casa y respiró aliviado saliendo del edificio.

-Ey ey! ¿Qué haces? –Himchan entraba con el desayuno al cuarto de Zelo, pero lo dejó de lado cuando vio que el pequeño estaba vestido y listo para abandonar el hospital.

-He pedido el alta –le miró por encima del hombro con una sonrisa. Estaba aún cansado pero radiante. Sin duda no aguantaría ni un día más sin ver a Yongguk.

-¿Qué? Eso es lo más estúpido que te he escuchado decir, acuéstate y come algo.

-Pero si estoy bien! Estoy harto de estar acostado todo el día! –miró la bandeja e hizo una mueca de asco mientras se preguntaba mentalmente si eso era comestible.

-Pero…

-Y Daehyun? ¿En que habitación esta?

-La 201 –suspiró y también miró la comida. Sí, daba asco. Seguramente la mayoría de los pacientes estarían todavía allí por alimentarse de eso.

-Voy a verle –dijo saliendo y Himchan le imitó.

-Hola! –sonrió radiante al ver a Dae.

-Hola! Veo que estas mejor –sonrió sentándose.

-Sí, he pedido ya el alta.

-Irresponsable! –se quejo Himchan.

-Calla! –ordenó Dae. -¿Vas a casa ahora?

-Sí.

-Dile a YoungJae que venga a verme y se deje de tonterías –sonrió al ver la cara rara que hizo Junhong.

Y tras quedarse unos cuantos minutos más hablando Junhong y Himchan salieron de camino a casa. El mayor le había insistido para a comer en alguna cafetería pero Zelo no le hizo caso. Solo quería llegar y quitarse ese olor a enfermo.

Abrieron la puerta y nada más entrar supieron que había alguien más. Seguramente YoungJae… Pero el rubio aún no se había despertado de su sueño.

-Te haré algo de comida –dijo Himchan nada más llegar y entró a la cocina.

Zelo que se moría por ver a YoungJae fue hasta su habitación pero justo en el momento de entrar escuchó la puerta del baño abrirse.

Así que YoungJae estaba en el baño…No?

Se acercó pero no pudo moverse cuando le tuvo parado delante. En pocos segundos se había deshecho como un cubito de hielo y en su estómago revoloteaban mariposas. Las mismas mariposas que con un simple aleteo en Londres desatan una tormenta en Hong Kong. Tenía a Yongguk a escasos centímetros de él y su respiración se había detenido. Su corazón bombeaba sangre a más no poder y amenazaba con escapar de su pecho. Era como si fuera la primera vez que lo veía… Y le había echado tanto de menos que el simple “Hola” por parte del mayor le hizo estremecerse.

-H-hola –titubeó nervioso pestañeando tres veces seguidas.

Yongguk sonrió estúpidamente al notar ese gesto. Amaba ese pestañeo de sus ojos… Era tan adictivo que lo volvía loco.

Pero antes de que ninguno de los dos pudiera seguir con esa patética y pobre charla Himchan apareció anunciando el desayuno.

El pelinegro saludó con un abrazo al mayor mientras los tres decidían ponerse a comer.

Yongguk no podía dejar de mirar a Zelo. Estaba tan precioso que se podía considerar un pecado desviar la vista a algún lado que no fueran sus pupilas negras. Tenía tanto que decirle, quería tanto abrazarlo y decirle lo mucho que lo sentía. O simplemente no decir nada y dejar que los gestos y los besos hablaran por sí solos. Estaba tan impaciente que perdió la noción del tiempo y aprovechando que habían llamado a la puerta y que Himchan fue abrir se acercó con ansias a Junhong.

Tanto que decir y ninguna palabra se hacía presente. Justo cuando encontró valor para hacerlo algo, o más bien alguien interrumpió el momento.

-Yongguk… te buscan –dijo un tanto incomodo Himchan. Y antes de que el mayor de todos pudiera reaccionar tenía a una chica colgada de su cuello llamándole oppa con una voz irritante.

-Oppa! Te extrañaba tanto! –se abalanzó sobre él y le comió toda la boca.

 

Pero. ¿Qué?...

 

 

 

Notas finales:

Les gusto el final???? (Del capitulo claro, no del fanfic XDDDD) 

Bueno. Pensaba ya terminarlo porque se hacia muy largo pero, bah con tanto misterio y de más apenas he hecho felices a mis babys así que diganme si quieren que lo siga o ya lo cierro foreváh (????)

Un besito y espero sus rw! *___________* <333


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).