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Si yo tan solo fuera tú por Bbo

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Notas del capitulo:

 

Holaaaaaaaaa >////< 

Siento haber tardado TAAAAAAAANTO! Sí, no soy yo, es el maldito colegio. La semana de exámenes y ahora me viene la semana de proyectos y trabajos.. Yuju... Bailen conmigo (????) Si viviera en Mato estas cosas no pasarían, un tiro y al rio... e__é (?) Ok. No.

Pero por lo menos os traigo un cap largo. (?) Os gusta que sea largo no? No? NO? -se tira por un puente-

...

Bueno que gracias por los reviews sois askdjasdasdasdasd kjasadhsd amóh! <333

Sin más les dejo que lean ^3^

 

-Oppa te echaba de menos! –sonrió dejando caer las maletas y abrazándose a su cuello. Yongguk intentó sacársela de encima sin éxito pero para ese entonces Zelo ya se había encerrado en la habitación.

-¿Cómo que te quedas? –preguntó Yongguk después de asimilar lo sucedido.

-Yo… pensé que… -susurró nerviosa. Estaba convencida que esas semanas que habían pasado juntos significaban lo mismo para él. Yongguk suspiró espesamente mirando como Himchan se metía a su cuarto, junto a Zelo. La frustración azotó sus venas y tan solo pudo llevarse las manos a la cara intentando pensar en alguna solución.

Himchan cerró despacio la puerta viendo la silueta de Junhong en el borde de la cama. Se acercó y sin decir ni una sola palabra le abrazó por la espalda. Le abrazó tan fuerte que parecía querer dejarlo sin aire. Y eso era exactamente lo que el pelirosa quería. Dejar de respirar.

El resto de la tarde fue de mal en peor. Yongguk intentando convencer a su invitada de que no había sitio para ella y para condena del mayor pensar que Himchan y Zelo llevaban todo el día encerrados en la habitación. Necesitaba entrar, ver lo que pasaba y abrazarse a Zelo hasta que el mundo llegara a su fin. Pero una maldita puerta y el destino lo separaba amargamente del amor de su vida. ¿Hasta cuándo?

Y para su salvación YoungJae se despertó haciendo que salieran al fin de su cueva. Le sonrió ásperamente desde el sofá y el rubio le interrogó con la mirada. ¿Quién era esa chica que estaba a su lado? Yongguk le lanzó una mirada de culpa y se pudo imaginar lo que habría ocurrido.

Tanto Himchan como Zelo salieron cuando escucharon la voz de YoungJae, acercándose  hasta la cocina saludándolo. Yongguk desde la sala seguía con los ojos a Zelo en busca de una mirada, algún gesto, algo que le hiciera creer que todo iba bien, pero no consiguió nada, tan solo un agrio rechazo. ¡Y vaya que si se lo merecía!

-Hyung! –se abrazó con todas sus fuerzas a YoungJae. Mientras él estuviera a su lado todo iría bien. En brazos de su hyung encontraba la protección que tanto necesitaba.

-¿Estas bien? –se alejó un poco sosteniéndole la cara entre sus manos y revisando que no le hubiese pasado nada. Por estar atormentado con Daehyun había olvidado por completo preocuparse de Zelo. Tras recibir un sí por parte del menor se lo llevó hasta su cuarto. Sabía perfectamente que las heridas de JunHong estaban por dentro, obstruyéndole el corazón. Con una leve reverencia se despidió de la chica y seguido cerró la puerta.

-Es tarde, habrá que ir haciendo la cena –dijo Himchan para romper el silencio que se había formado. –No hay arroz, Yongguk acompáñame a comprar.

El mencionado se levantó dirigiéndose hasta la puerta. Sabía perfectamente que lo que le esperaba; reproches y quejas por parte de su mejor amigo.

Y no se equivocó. Nada más entrar al ascensor Himchan comenzó a acuchillarlo a preguntas.

-¿En qué pensabas imbécil? –le dijo molesto.

-Cuida tus palabras Himchan. –contestó serio y con una mirada que prácticamente dejaba claro que si decía algo más le rompería la cara.

-No! Estoy harto de ver cómo destrozas la vida de Zelo!

-¡Cállate! – justo en ese momento las puertas se abrieron y salió del ascensor echando humos.

-Yongguk! –gritó; después de que el mayor se girara le propinó un puñetazo que lo hizo caer al suelo con el labio roto. –No quiero verte cerca de Zelo! –con el rostro enfadado continuó caminando dejando al mayor en medio portal.

 

-Zelo…

-Estoy bien hyung. –respondió dispuesto a callarlo. No quería hablar y no quería que le hablaran de Yongguk. Aún seguía sin creer lo que hace unas horas había visto. –Tengo hambre, le pediré a Channie que preparé la cena.

YoungJae siguió sus pasos inconforme. No soportaba ver como se guardaba su dolor fingiendo que no pasaba nada. ¿Hasta cuándo aguantaría con ese veneno dentro? Suspiró y se sorprendió al ver sola a aquella chica desconocida mirando una revista aburrida.

-¿Y Himchan y Yongguk?

-Salieron a comprar –dijo con una sonrisa de cortesía. –Soy BooHyung.

Zelo y YoungJae se miraron cómplices y se presentaron también. Ambos se quedaron acompañándola en lo que volvían hablando de alguna que otra tontería para romper el hielo.

Charla que se vio interrumpida cuando Yongguk enfadado entró por la puerta con el labio echando sangre.

-¿Qué diablos te ha pasado? –preguntó YoungJae. Tanto Zelo como Boo se alarmaron al ver al mayor así.

-Nada. –dijo limpiándose el labio de mala manera.

-¿Oppa que ha pasado? –se acercó acariciándole la cara pero Yongguk le apartó la mano con un leve golpe.

-He dicho que nada! –sentenció con todo el odio del mundo.

-Iré a por el botiquín –Zelo se levantó veloz y regresó queriendo curar al mayor.

-No te preocupes, lo haré yo. –intervino ella quitándole el algodón de los dedos. Lo mojó en alcohol y lo posó en la comisura de la boca. Yongguk se apartó bruscamente quejándose.

-Duele!

-Lo siento –se disculpó temerosa. Sentía miedo cada vez que Yongguk se enfadaba.

-¿Y Himchan? –preguntó YoungJae.

-No me hables de él.

-¿Dónde está?

-No s…Ay! Ten más cuidado! –gruñó quitándole el algodón.

-¿Dónde está?

-No lo sé! –gritó cansado de las preguntas.

YoungJae no dijo nada más y salió en busca de Channie. Por otra parte BooHyung se disculpó nuevamente y fue hasta el baño buscando tiritas, mientras que Zelo permanecía en el sillón con la mirada fija en el botiquín. Yongguk bastante irritado lanzó el pequeño algodón en la mesa y respiró pesadamente. El pelirosa sin decir palabra agarró el algodón y sentándose en el mismo sofá que Yongguk comenzó a curarle el labio.

-Gracias. –susurró con la voz quebrada.

Con un simple gesto por parte del pequeño la bestia que llevaba dentro amansó. Siempre era Zelo. Zelo era el único que podía quitarle esa rabia con tan solo ese misterio ciclo de su pestañeo. Zelo. Zelo. Zelo... ¡Que ganas de besarle tenía!

–No tienes porque…

-Se puede infectar –dijo sin atreverse a mirarle a los ojos.

-Entiendo que estés enfadado pero…

-Ya está –se levantó de golpe al terminar de curarle el labio y arrugó el algodón. No estaba dispuesto a escuchar explicaciones de alguien que solo lo hacía sufrir.

 -Zelo. –aún sentado se aferró a su mano con un deje de pena en el brillo de los ojos.

-Haber déjame curarte –justo en ese momento llegó la chica y se sentó a su lado despegando la tirita y poniéndosela en la mejilla. –No sé cómo me enamoré de ti.

Zelo nada más verla llegar se zafó de su agarre y apartó la vista cuando le escuchó decir aquello. Él tampoco sabía cómo demonios se había enamorado de ese idiota de labios rojizos y olor a ramen.

Cuando la escena no podía ser más incómoda llegaron Himchan y YoungJae. El rubio se lo había encontrado por la calle refunfuñando mientras se desquitaba con la bolsa de arroz que compró.

Himchan sin dirigirle ni la mirada al mayor de todos comenzó a preparar la cena.

-¿Te quedarás a dormir esta noche? –preguntó YoungJae.

-No.

-Sí –respondieron al mismo tiempo Yongguk y BooHyung. El mayor miró a YoungJae y asintió resignado.

-Entonces…

-Dormiré con oppa!

-Zelo tienes que sacar tus cosas –sugirió el rubio indeciso.

-¿Cosas? –Yongguk los miró de reojo mientras jugaba con el mando de la tele.

-Desde hace un tiempo que vivimos aquí y como tú no estabas Zelo…

-Iré ahora –el pelirosa se levantó y con la cabeza gacha se adentró en la habitación. Yongguk le siguió y pudo comprobar que sí, que el pequeño desde hacía ya semanas dormía en su cuarto. El skate en un rincón, su pijama en la silla, apuntes en la mesa y el tigger en la cama lo confirmaban.

Ver todo aquello por un instante lo hizo sonreír, eso era lo que quería desde siempre. Dormir a su lado y levantarse con ese olor a champú impregnado en la almohada. ¿Era demasiado pedir?

-No hace falta que hagas eso. –dijo desesperado al verlo recoger sus cosas.

-Este no es mi cuarto –siguió sacando camisas del armario.

-Sí que lo es, todo esto es tuyo –se acercó arrinconándole contra el espejo pero sin tocarle. Todavía no había tenido ese privilegio. –Todo, yo incluido.

-¿Zelo quieres que te ayude? –YoungJae que intentaba por todos los medios mantener alejada a BooHyung del cuarto del mayor no pudo evitarlo más y entró antes de que ella lo hiciera.

-Sí –titubeó estremeciéndose cuando Yongguk se apartó de su lado yéndose algo molesto. Inhaló aire y comenzó a recogerlo todo con la ayuda de su hyung.

-…Hyung –Zelo le miraba con algo de ternura mientras el rubio se peleaba con los pliegues de una caja de cartón.

-Mmh?

-Deberías ir a ver a Daehyun.

YoungJae alzó por unos instantes la mirada y volvió a bajarla continuando con su tarea. No había visto en todo el día a Daehyun. No era capaz después de todo lo ocurrido. ¿Y si Daehyun le odiaba? Aunque no se lo dijera seguramente lo hacía.

-Pásame esa camisa.

-Hyung.

-No Zelo! –alzó la voz algo quebrada -¿Cómo quieres que le mire sin sentirme culpable?

-Él no te culpa.

-Pero yo sí. Mírame, soy un inútil, un idiota…si no le hubiese dicho aquello.

-YoungJae! –gritó imponiéndose ante el mayor caminando de rodillas hasta llegar a él.  –¿Quieres saber lo que pienso? -preguntó sin ninguna intención de recibir una respuesta. -¿Qué si eres un idiota? Claro que lo eres, uno de los más grandes que he conocido. –gritó con el ceño arrugado. YoungJae lo miró sorprendido y dispuesto a protestar pero Zelo continuó con su discurso.

-¿Sabes lo que hace idiota a una persona? Lo que tú haces. Tienes a alguien que te quiere por encima de todo y lo único que haces es alejarlo. Apartarlo sin darte cuenta que lo único que consigues con eso es hacerle daño. ¿Le quieres? ¡Pues cómetelo a besos hyung! –sonrió tiernamente al ver como Jae se sonrojaba – Le tienes. Es tuyo y te quiere ¿Por qué no puedes sencillamente disfrutar y ser feliz?

-¿Crees que…?

-No lo creo. Lo sé –sonrió triunfante al haberlo convencido –¿Y sabes por qué a la gente le gusta estar enamorada? Porque cuando te enamoras te sientes vivo, alegre y eres…como un niño. Y a todo el mundo le gusta ser un niño.

-Estúpido mocoso! –le golpeó el hombro con cariño. Inclusive Zelo era más maduro que él, y eso en cierto modo era una molestia. Una adorable molestia.

-Yah! –gritó cuando Jae comenzó a lanzarle cajas a mares siguiéndole el juego y tirándole camisas, cojines y todo lo que encontrara de por medio feliz de ver a su hyung con una sonrisa otra vez.

Una sonrisa que no era para nada compartida con Yongguk, que había estado detrás de la pared en todo momento oculto y escuchando cada palabra de su pequeño. Palabras que le atravesaban la piel como alfileres.

Definitivamente él también era un idiota.

 

-Huele genial! –Boohyung se acercó hasta Himchan –quieres que ponga los platos.

-No hace falta –dijo pero al verla tan solo sonrió y dejó que lo hiciera.

-Siento las molestias –comenzó a decir escuchando a Zelo y YoungJae en la otra habitación.

-No te preocupes. Oye… -se giró mirándola con curiosidad –Tú y Yongguk… Desde cuándo?...Cómo?

-Ah –se sonrojó y dejó un vaso en la mesa –Pues le conocí una noche en un bar.

-Vaya –susurró bajito para sí con una cara de “típico” sirviendo la comida.

-Sí, no sé, estaba con unas amigas y le vi tan solo que me acerqué a hablar con él y…

-Estaba borracho –continuó Channie imaginándose la escena.

-¿Cómo lo sabes?

-Es de Yongguk de quien estamos hablando.

-Estaba triste, hablamos y…. pasó –dijo un tanto oprimida ya que le daba vergüenza entrar en detalles.

“Ya claro…que sufría por Zelo…sí, sí, ya veo como sufría” pensó irónicamente Himchan cada vez más molesto con Yongguk.

-Y…

-Ya está la cena? –entró Yongguk en la sala con lo que parecía los ojos rojos sentándose de mala manera.

-Falta un poco, quieres algo de beber? Un zumo?

-Café –propuso Himchan. –Lo único que toma es café. –Yongguk le miró con odio mientras apuñalaba la mesa con los dedos. Y aún más se enojó cuando al pasar Zelo con una pila de ropa que le impedía ver el paso Himchan se acercó para devolverle un calcetín que se le había caído y le revolvió el cabello.

-¿Dónde llevas todo eso?

-Estaba pensando dejarlo en a tu habitación. No te molesta verdad?

-Mmh… -se colocó la mano en la barbilla haciendo como que pensaba -¿Qué si me molesta que duermas conmigo? Mmh… -vaciló divertido al ver la cara de Yongguk.

-Pensaba dormir en el sofá –intervino Zelo inocentemente.

-No, duermes conmigo, que me has hecho pensar y no lo hago mucho. –gracioso pasó el brazo por el hombro del pequeño guiándole hasta su cuarto.

Una vez organizado todo y dejando los celos y riñas aparte comenzaron a comer. Yongguk enfrente de Zelo y BooHyung a su lado. El pelirosa estaba en medio de Himchan y YoungJae que parecían guardaespaldas con el pequeño. Aunque la comida estaba deliciosa todos daban bocados agrios. Himchan por culpa de Yongguk, Yongguk al ver a Zelo, Zelo al tener a Yongguk enfrente y YoungJae que lo veía todo desde lejos con resignación. Todos menos BooHyung que comía sin enterarse de nada.

-Zelo quieres algo de beber? –preguntó la voz femenina como agradecimiento por todas las molestias que estaba causándole al pequeño.

-Café, Zelo solo toma café –repitió YoungJae mágicamente las palabras.

-Oh! Como oppa! –sonrió –Os parecéis tanto!

Yongguk tosió y continuó comiendo. BooHyung miró a Zelo esperando una respuesta.

-No hace falta que…

-¿Quieres café con sacarina?

-Te ha dicho que no –habló serio Yongguk mientras le echaba kétchup a su plato.

-O un capuchino mejor?

-No hace falta que te molestes.

-No es molestia, oppa tú…?

-Te ha dicho que no! Calla y come! –sentenció el mayor de todos dejando lo que quedaba de la cena en un silencio incómodo.

 

-Ya fregaré yo los platos –sugirió YoungJae al ver como la chica deprimida recogía la mesa. Todos habían terminado de comer, Zelo y Himchan estaban en la habitación ordenando las cosas del pequeño, Yongguk en la ducha y YoungJae solo la miraba con algo de pena. Al principio no le caía bien, inclusive le cogió algo de odio por Zelo pero ahora que la veía solo podía compadecerse de ella. Después de todo no tenía la culpa de haberse fijado en alguien tan brusco y tosco como Yongguk.

-No te preocupes.

-Eres la invitada, no está bien que friegues los cacharros.

-Invitada…-repitió con una amarga sonrisa –más bien intrusa. –YoungJae no dijo nada al respecto. –Lo siento, yo…

-No, está bien. Yongguk siempre es así de insoportable.

-¿Siempre?

-Casi siempre.

-Con Zelo no lo es. –balbuceó llenado sus manos de jabón.

-Bueno eso es porque… eh…Créeme, a Zelo ha hecho llorar como al que más.

-¿A si? –se giró curiosa queriendo saber más pero justo Himchan salía del cuarto.

-¿A dónde vas? –preguntó YoungJae al verlo ponerse la chaqueta.

-Salgo un momento.

-Eso ya lo veo. Pero a dónde?

-Volveré enseguida –y sin más explicaciones cogió las llaves de la moto de Yongguk y cerró la puerta.

Zelo salió y miró a YoungJae como diciendo “tenemos que hablar”. El rubio lo captó enseguida y justos se encerraron en la habitación que compartía con Daehyun.

-¿Qué pasa con Himchan? ¿A dónde…?

-De eso quería hablarte.

 

BooHyung que aún seguía fregando los platos solo observó como YoungJae y Zelo se encerraban en el dormitorio, suspiró cansada y cuando terminó se sentó en el sofá a esperar a Yongguk. Espera que no se hizo muy larga ya que minutos después el mayor salía recién duchado, con una camisa negra sin mangas pegada al cuerpo y un chándal gris restregándose el pelo para secarlo cosa que hacía que se le marcaran más los bíceps.

-¿Dónde están todos?

-Durmiendo –susurró haciéndole un hueco en el sofá. Yongguk suspiró y se sentó reposando los codos en las rodillas. ¿Qué hacía ahora con ella?

-Oppa… yo… siento que estés molesto, no quería que te enfadaras conmigo –dijo al borde del llanto.

Yongguk giró la cabeza observándola, lagrimas acariciaban sus mejillas y eso le estrujó el corazón. La había hecho llorar y sin motivos. Estaba enfadado con él mismo y se desquitaba con ella. Era una persona horrible, pensó acercando su mano hasta limpiarle los ojos. Sonrió tiernamente y ella se emocionó. Nunca le había sonreído de esa manera. Era tan cálida y desprendía tanto afecto que se enamoró de esa sonrisa. Una sonrisa que Zelo de tantas veces que la había visto la tenía grabada en la mente con el mismo propósito: enamorarse más y más de Yongguk.

-Siento haberte gritado.

-No pasa nada… yo…

-Perdóname, sé que no mereces que te trate como lo hago pero es que… -bajó la mano y volvió su vista al suelo.

-Oppa, lo sé… -se acercó lentamente hasta su rostro para después robarle un pequeño e inocente beso. Tan efímero como una estrella fugaz.

-No hagas eso por favor –se apartó un poco de ella clavándole la mirada.

-Sé que no sientes lo mismo que yo –deslizó su mirada hasta un punto fijo. –Pero aun así, no quiero que te vayas de mi lado.

-¿Por qué no tienes un poco de dignidad y orgullo? –susurró sintiéndose lo peor del mundo. Persona que se acercaba a él, persona que destrozaba.

-El orgullo no significa nada contra algo que verdaderamente importa. Quiero estar contigo, no veo que hay de malo en eso.

-¿Y si yo no quiero estar a tu lado?

-Pues lucharé contra eso, lucharé hasta que me aceptes o hasta que me quede sin fuerzas.

-Soy difícil de vencer –dijo inocente y ese comentario la hizo sonreír.

-Ya me he dado cuenta.

-No quiero que hagas esto, solo conseguirás que te haga daño.

-No me importa, si eres tú eso no importa. –le agarró la cara entre sus manos intentando besarlo de nuevo pero Yongguk la esquivó.

-No… -bajó la mirada con los ojos rojizos –será mejor que te vayas a dormir.

-Y tú?

-Dormiré en el sofá.

-Pero…

-Ve a dormir –le ordenó cálidamente acompañado de un “buenas noches”.

Aunque de buenas no tenía nada. Zelo estaba encerrado en la habitación durmiendo con Himchan. ¡Fantástico!

 

Se despertó inquieto. Bueno, la verdad es que no había pegado ojo en toda la noche, y todo por culpa de tres cosas. La primera: había tormenta, la segunda: Himchan no volvía, y la tercera y la peor de todas: su cabeza no se callaba al pensar en Yongguk durmiendo con ella.

Se levantó viendo como YoungJae aún dormía y salió hacia la sala abrazándose por el frio. Supuso que no habría nadie por lo que decidió comer un yogurt esperando a que dejara de llover. Sin prender la luz arrastró las zapatillas hasta la cocina y bostezó.

Yongguk acostado en el sofá y con los ojos abiertos como platos voladores no paraba de mirar una y otra vez el reloj. ¿Por qué la noche era tan larga? ¿Y porque era Himchan el que dormía con Zelo y no él? Se ahogó en un suspiro jugando con los dedos de las manos. Los entrelazaba, los contaba, miraba sus uñas… todo para no pensar que con la lluvia Zelo se abrazaba más y más a Himchan.

-Lluvia te odio –dijo para sí con el rostro enfadado dispuesto a conciliar el sueño, pero el sonido de un bostezo hizo que se levantara.

Y cuando se asomó por encima del sofá no pudo hacer otra cosa que quedarse embobado viendo como su pequeño con el pelo revuelto y el pijama mal puesto buscaba algo en la cocina. Apenas podía verlo pero sabía que era Zelo por instinto. Pero, ¿no estaba durmiendo con Himchan? ¿Qué hacía saliendo del cuanto de Daehyun? Sonrió triunfante y aún más cuando el pequeño abrió la nevera pudiendo así contemplar su rostro recién levantado haciendo muecas de fastidio por la luz.

Se acercó por detrás y Zelo se dio la vuelta. ¿En qué momento Yongguk había llegado hasta ahí? Entrecerró la puerta de la nevera pero ésta aún emitía un filo de luz a su alrededor y se incorporó mirándolo a los ojos.

Le odiaba tanto en esos momentos que tenía ganas de lanzarle un ladrillo a la cabeza para que supiera el dolor que sentía. Aunque seguramente ni ese dolor se podía comparar al suyo.

-¿Tormentas? –se escuchó su voz más rasposa de lo normal y algo contenta. Zelo bajó las pestañas asintiendo. –Yo tampoco puedo dormir.

Zelo no dijo nada, cosa que incentivó más a Yongguk a acercarse a él.

Le tenía tan cerca como para que sus respiraciones se enredaran entre sí y ninguno se veía capaz a retroceder. Fue entonces cuando Yongguk recordó varias conversaciones del día.

Tienes a alguien que te quiere por encima de todo y lo único que haces es alejarlo.

Se acercó más arrinconándolo hasta cerrar por completo la puerta de la nevera.

¿Le quieres? ¡Pues cómetelo a besos!

La oscuridad se hizo presente y la lluvia era lo único que se escuchaba, eso y el corazón de ambos golpear contra su pecho.

Le tienes. Es tuyo y te quiere ¿Por qué no puedes sencillamente disfrutar y ser feliz?

¿Por qué esa frase no se aplicaba a ellos? ¿Por qué si los dos se querían no eran felices? Acercó su nariz aspirando ese olor a champú que ambos compartían y sin poder contenerlo comenzó a besarle el cuello. Lento. Tan lento que era una tortura para el pequeño.

Cuando te enamoras te sientes vivo, alegre y eres…como un niño. Y a todo el mundo le gusta ser un niño.

Subió hasta su mandíbula y la mordió con amor, Zelo cerró los ojos venciéndose a lo que sentía mientras acariciaba con las manos su espalda musculosa. Lo acarició con tanta delicadeza con el temor de que solo fuera un estúpido sueño y que el sentirse como un niño solo fuera eso, una ilusión.

El orgullo no significa nada contra algo que verdaderamente importa.

Besó su mejilla sintiendo como el pequeño se abrazaba a él y se estremecía al contacto. Sujetó su rostro entre sus manos y le besó. Por fin saboreaba aquello que tanto había echado de menos. Sus labios eran tan blandos como las nubes. Nunca había probado una nube pero seguramente eran casi tan dulces como Zelo. Pidió permiso e introdujo su lengua dentro de su boca. Le aferró más a él y con un pequeño empujón lo subió hasta sus caderas, Zelo rodeó su cintura con las piernas y envolvió su cuello con los brazos. Abrió los ojos y vio su rostro besándole. Sin duda mirar los gestos que hacía Yongguk cuando le besaba era lo más bonito que podía hacer. 

No me importa, si eres tú eso no importa.

¿Realmente no le importaba que Yongguk a cada acción le hiciera daño? Vio como después de haberla hecho llorar secaba sus lágrimas, vio como la besaba sentados en el sofá horas antes y aun así no importaba.

Haz que me rompa en pedazos con la eficacia de tus abrazos.

Yongguk suspiró en su boca y Zelo con el rostro tenso volvió a cerrar los ojos. Le temblaba el pulso, las manos recorrían el cuerpo del pequeño hasta hartarse y lo único que deseaba era que le doliera la piel de tanto tocarle. Le deseaba más que cualquier cosa en el mundo y por eso lo cargó hasta la mesa tirando al suelo el mantel y algún que otro vaso de plástico para después acostarlo con delicadeza y subirse encima de Zelo


Que si no me haces nada, yo quiero hacerte todo y así giramos juntos dentro de un caleidoscopio. 

Su respiración era imposible de contener, iba y venía agitada como el aleteo de una paloma, volvió a besar al pelirosa aplastándolo debajo de él. Zelo gimió en su odio y eso hizo que algo dentro de él despertara. Introdujo su mano fría dentro del pijama del menor e hizo que temblara por el contacto. Entonces tuvo claro que si tuviera que elegir un sitio en el que vivir, sería bajo su piel. En ella el mundo era tan pequeño hasta hacerse añicos cuando sentía el sube y baja de su abdomen. Escarbó entre su ombligo haciéndole cosquillas y repaso las formas de sus costillas. Sacó la mano y seguidamente se deshizo de su propia camisa con la ayuda de Zelo.

Zelo que acariciaba sus bien trabajados brazos con el compás de sus dedos y se deleitaba por el pequeño vaivén que Yongguk comenzaba a hacer por instinto. Besó su oreja arrancándole pequeños jadeos casi imperceptibles. Recorrió una vez más su espalda para luego acariciar su vientre. Le quitó la camisa y la voló a algún lugar de la sala para después seguir mimando su cadera. Bajó las manos hasta la hebilla del pantalón y lo desabrochó.

Yongguk se sentó encima de su regazo aprovechando para quitarle el pijama. Era curioso como desde que se habían encontrado en la cocina ninguno había dicho nada. No hacía falta, supuso. Quería dormir entre sus brazos. Era lo único que pedía.

Volvió a devorar su boca con algo más de desenfreno haciendo temblar la madera. Bajó hasta su pecho y se entretuvo lamiendo y mordiendo sus pezones rozados. Los gemidos y sollozos inundaron su boca y eso hizo que no se contuviera más. Sus miembros se rozaban casi por instinto haciéndoles daño. Estaban tan apretados que dolían insaciablemente.

Zelo abrió las piernas acomodando mejor su cuerpo y atrayéndolo más hacia él mordiendo su labio inferior. Le necesitaba dentro costara lo que costara. Terminó por despeinarle y dejarle la boca roja e hinchada por los besos para luego lamerle su largo cuello. Continuó así hasta que Yongguk volvió acostarlo casi violentamente y reteniendo sus manos para que no se moviera. Gruño en su boca y a cambio recibió un beso a medio acabar.

Se levantó y enrolló a Zelo entre sus brazos para luego llevarlo hasta el sofá. Zelo sin perder tiempo a la vez que se ahogaba en su aliento se deshizo al fin del pantalón del mayor y con ellos la ropa interior. Lo empujó haciéndolo sentar en el sofá y se subió encima de sus caderas.

En su mirada tan solo había lujuria. El amor hace tiempo que se había gastado entre caricias y ahora necesitaban más. Mucho más. Se subió hasta su regazo y lentamente se autopenetró con el miembro del mayor. Le besó la mandíbula y Yongguk se aferró a su espalda.

-Te necesito tanto. –su voz era tan rasposa como una piedra y eso lo hizo más sexy de lo que podía llegar a ser.

-No digas nada –le calló el menor robándole las palabras con un fogoso beso.

Zelo se movía lenta y profundamente encima de él no por mucho tiempo puesto que pronto ambos perdieron por completo el control haciéndose imparables.

Con la ayuda de los fuertes brazos de Yongguk Zelo se movía a un ritmo incontrolable encima de él, tan rápido que la respiración se perdía por momentos en algún lugar efímero. Movía sus brazos encima de los hombros del menor arañándolos y dejando huella que esa piel era suya. Los gemidos eran tales que en un momento, no se supo cuál, la lluvia había cesado y ese yogurt yacía en la encimera pidiendo a gritos un poco de atención.

Ojalá que las relaciones viniesen con fecha de caducidad, como los yogures. Así se sabría de antemano la fecha final y no se perdería el tiempo en sospechas, discusiones o inseguridades. Disfrutando cada momento hasta la última décima de segundo intentando conservar inútilmente ese yogurt para siempre fuera o dentro de la nevera.

 Aunque la auténtica realidad era que Zelo odiaba los yogures.

 

Notas finales:

 

*33* Y bien? Queja, duda comentario o zapatazo? No? Sí? Bueeeeh... Que pasará, que pasará? La chica después de todo no es tan mala, o sí ???? I don't know. Y lakdshas Mi Daehyun que en este cap ha sido invisible e___é y YoungJae con sus estúpidas inseguridades que pasaráaaa? *O* Y que ha pasado con Channie y Uppie oh oh oh!

Averiguenlo en el próximo capitulo e__ê 

Besoooooooooooooos <333333333


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