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Si yo tan solo fuera tú por Bbo

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Notas del capitulo:

 

 Comeback de B.A.P ajdhajksdhasd -rueda por media ciudad- en fín, solo quería compartir mi alegria XDDDDDDDDD Lean e__é

Iba a su casa sin ánimos de nada cuando una piedrita chocó contra sus pies. Levantó la mirada, se disculpó y continuó inmerso en su música. Había elegido el camino más largo, sus pasos eran cada vez más lentos, intentaba tardar lo máximo posible.

Abrió la puerta despacito con los dedos cruzados rezando para que no estuviera despierto. Esa noche no. Con las luces apagadas y los brazos extendidos para saber por dónde pisar consiguió llegar a su habitación. Suspiró. Estaba a salvo o por lo menos eso creía.

-Crees que estas son horas de llegar?

Su voz era firme y espeluznante tanto que YoungJae sintió como si le hubiesen tirado un cubo de agua helada. Se giró y aquel hombre encendió las luces. La sangre se le había bajado a los pies, no, aquella noche no.

-Yo…

-Silencio! –se levantó del escritorio y camino hacia él con una sonrisa macabra.

-Por favor tío… Estoy cansado –tenía la mirada centrada en el suelo.

-Sabes lo preocupado que me tenías, no podía dormir sabiendo que no llegabas –era tan hipócrita que le daban ganas de vomitar.

-Lo siento.

-No todo se soluciona con un simple lo siento, ya deberías saberlo. –se quitó el cinturón del pantalón.

-No por favor… mi tía…

-Tuve que darle pastillas ya sabes lo que le cuesta dormir. -sin duda estaba perdido – Vamos!

YoungJae caminaba detrás de ese maldito personaje. Sentía repulsión y asco pero también pánico. Cruzaron la piscina entrando en el sótano. Ese lugar que tanto detestaba. Escuchó la puerta cerrarse tras de él. Sabía que había llegado el momento.

 

Sentía como esas ásperas manos recorrían su cuerpo, se había convertido por fuerza, en el dueño de su vida. El odio y el asco le ardían por las venas cada vez que lo tocaba. Como un cazador se acercó y le sujetó la barbilla clavándole sus uñas en la piel, lo intoxico con el aliento de su boca, sus ojos estaban fijos en él mientras se desabrochaba los botones de su camisa y apagaba la luz. No gritó, ni tan siquiera gimió, no le daría ese gusto, no esta vez. Solo dejaba que sus mejillas se inundaran de heladas y punzantes lágrimas que reflejaban todo su sufrimiento. Se pegó contra la pared como si tontamente pudiera huir de él pero una bofetada en la cara le obligó a mirarle, lo acorraló apretando su cuerpo contra él y arañándole la piel.

-Has sido un niño malo –le mordió el lóbulo de la oreja hasta dejarlo rojo, pero YoungJae lo único que podía hacer era cerrar con fuerza sus ojos esperando a que aquello pasara rápido. Esa sensación era devastadora cada vez que aquel individuo sin compasión lo destrozaba una y otra vez…

 

 

-Jae… Jae…-un adorable Zelo le hacía gestos para que volviera a la realidad.

-Perdona… de que estabas hablando?

-Te preguntaba por la fiesta de la semana que viene.

-Eh? –seguía adentrado en sus pensamientos.

-Ya sabes, la cena de navidad que organiza el colegio, dicen que es muy lujosa.

-Ah, sí, el año pasado hubo tanta gente que tuvieron que contratar camareros.

-Enserio? –guardó su carpeta en la mochila.

-Sí, vinieron profesores, alumnos y padres… bueno también intrusos buscando comida.

-Pero habrá sido muy caro.

-Zelo, esto es un colegio de pago, lo que gastan en esa fiesta no es ni la milésima de lo que pagamos por la matricula.

-Tienes razón… Vendrás?

-Supongo.–cerró el libro.

-Estas bien?

-Sí, solo que no he dormido bien últimamente.

-Shhhhh! Que entienden por lectura silenciosa? –preguntaba la profesora con cara de amargada.

 

 

-Que te pasa… -Yongguk entraba cansado por la puerta. No soportaba cuando Daehyun lo llamaba arruinando sus planes porque siempre se ponía histérico por nada.

-Necesito que me ayudes. –estaba pálido. Aunque ya habían pasado unos días después de encontrarse con aquel rubio seguía sin asimilarlo. Se había pasado investigando, siguiéndolo y en las noches no pegaba ojo por culpa de sus  pesadillas.

-Estas bien? –Yongguk nada más ver las pintas del menor se alarmó.

-No, por eso tienes que ayudarme.

El chico del pelo lila tan solo escuchaba atento a todo lo que le decía el menor. Se pasó unos segundos en silencio pensando.

-Te ha reconocido? -sentando en el sofá con la mirada perdida.

-Creo que no.

-Bien, dices que sabes donde estudia, deberíamos ir.

-Y como me acerco sin que sospeche?

-Lo pensaremos de camino. –se paró poniéndose la chaqueta.

 

 

-Sabes algo de JongUp? –el rubio tenía las manos en los bolsillos.

-No, ya hace días que no viene.

-Crees que deberíamos ir a verlo? –intentaba esquivar los adolescentes que corrían por los pasillos.

-Cómo? No sabemos dónde vive…-se encogió de hombros abriendo la puerta principal.

-Es verdad…

-Eish… No imprimí el trabajo. –Zelo soltó un suspiro.

-Trabajo?

-El de química, no lo has hecho?

-Se me olvidó –Zelo lo miró confuso, YoungJae siempre hacia los trabajos incluso antes de que los mandaran. Eso era raro en él.

-Que piensas hacer?

-Báh… da igual. –sí, ya todo le daba igual, estaba cansado de fingir siempre que no pasaba nada.

-Pe…

-Vamos, te acompaño a la papelería –le dio la sonrisa más falsa jamás vista.

 

 

-Lo ves?

-No, todos visten igual… -decía Daehyun bajándose un poco las gafas de sol.

-A lo mejor no ha salido.

-Ya saben que van a pedir –una chica amable se paraba frente ellos con una libretita en la mano.

-Sí… dos coca colas, por favor -Y tras ello la chica volvió a entrar en la cafetería.

-Creo que es el! –Yongguk se giró nada más escucharlo.

-Cuál, cuál?

-Ese! El que lleva la mochila.

-Todos llevan mochila idiota! –tan solo logró distinguir a alguien entre la multitud.

-Ves al del pelo de color rosa? –A Yongguk se le paró el corazón al instante. –Pues el que está a su lado… el rubio.

Lo volvió a mirar, quería estrangular a Daehyun, por poco le daba un infarto. Pero, estudiaba Zelo ahí? Que mono se veía con el uniforme. No, no. El rubio, debía centrarse en el rubio.

-Venga, ves –lo empujaba por el hombro.

-Qué? Yo?

-Si venga! Que se te escapa!

-Porque yo?

-Quieres que vaya yo? Me puede reconocer!

-Per…

-BangYongguk!

Es verdad que Daehyun era menor que él pero cuando le hablaba así de tajante daba miedo.  Resignado se puso las gafas de sol y volvió a recuperar esa actitud de ‘soy el mejor’ mientras que por dentro se comía la cabeza pensando que decirles.

 

-Crees que esta fórmula está bien?

-Haber… -los menores estaban parados frente a la puerta principal, casi era la hora de entrar. –Sí, el tiempo de ebullición es de 120.

-Que alivio… - se arrodilló para abrir la mochila y guardar el trabajo. La cerró y vio como unos pies se acercaban a él. Levantó lentamente la cabeza, no podía creer lo que estaba viendo, era Yongguk de verdad o un espejismo? Rápido se paró aún sorprendido.

-Hola. -sonó serio, como si más bien saludara por obligación.

-Que haces aquí? –YoungJae tan solo los miraba callado.

-Estaba dando una vuelta.

-Zelo, entro ya. –estaba cansado y todavía tenía unos 5 minutos de tomarse un café.

-Vale –seguía sin apartar la vista del mayor.

-Espe…-como se suponía que se acercaría al rubio si no se presentaba ni nada?

-Me estas siguiendo… de nuevo? –se cruzó de brazos.

-Oye, tengo cosas mejores que hacer que estarte siguiendo. –bueno esta vez sí que lo estaba siguiendo.

-Acosador…-susurró poniéndose la mochila.

-Qué? –lo cogió del brazo, debía conocer al chico rubio y sería Zelo quien lo ayudaría en eso así que debía tratarlo bien. –Quiero decir… haces algo hoy?

-Eh?

-Que si haces algo hoy…-cada vez se irritaba más, no soportaba ser amable con nadie.

-Con hacer algo te refieres ah…?

-Que salgas conmigo hoy! –miró a todos lados menos al pelirrosa, si lo hacía seguramente lo asesinaría con la mirada.

-Si me dices un motivo por el que debería salir contigo. –aunque el pelirrosa se mostraba firme sus piernas temblaban como gelatina.

-Está bien, y porque no deberías?

-Te he preguntado primero. –no soportaba esa actitud aunque en el fondo había algo en Yongguk que le atraía.

-Quieres o no?–el pequeño dudó durante unos segundos mirándole desafiante. Sonó el timbre. Salvado por la campana. –A qué hora sales?

-A las cuatro.

-Te recogeré a las cuatro. -Le soltó y volvió a ponerse las gafas.

-No te he dicho que sí.

-Tampoco has dicho que no. –y Yongguk se perdió dirección contraria a estudiantes que entraban a clase.

 

 

-Pero si se ha ido! –se quejaba Daehyun que lo había observado todo.

-Tengo un plan, confía en mí.

-Le conoces? –dio un sorbo a su coca cola.

-A quién?

-Al chico del pelo rosa.

-Se podría decir que sí… -sonrió dando también un sorbito a su bebida.

 

 

 

-Quién podría decirme que es una resolución de una imagen? Nadie? YoungJae-sshi?

-Eh? –se había pasado todo lo que quedaba de clase mirando por la ventana. Zelo se dio cuenta y levantó la mano velozmente.

-Sí Zelo-sshi.

-La resolución es la capacidad de una tecnología para reflejar los detalles de una imagen.

-Bien… veo que ha revisado los apuntes.

-Se puede saber que te pasa? –susurró Zelo nada más ver que la profe continuaba explicando.

-Nada.

-Si claro… -Sonó el timbre.

A Zelo en ese instante se le mesclaron todas las sensaciones, Yongguk no estaría esperándolo, o si?

Junto con YoungJae fue pasando ese largo pasillo que no parecía tener fin. Quería correr para asegurarse de que ese idiota no estaría esperándolo, no quería asumir que en el fondo se había ilusionado con el hecho de que tal vez sí que estaba ahí, solo tal vez.

Como lo suponía, no había nadie. Suspiró.

-Que pereza volver a casa… –decía un cada vez más deprimido YoungJae. Juntos estaban a punto de irse cuando escucharon un pequeño silbido detrás de ellos. Yongguk estaba apoyado en la pared con los cascos puestos, después de convencer a Daehyun que se fuera al hospital porque no podía continuar así no se había movido de allí en ningún momento.

El corazón del pequeño casi se le sale por la boca al verlo pero tan solo se limitó a revirarle los ojos. 

-No pensabas esperarme o qué? –caminaba los tres hacia ningún lado. Zelo no respondió.

-Hola, soy Yongguk –dijo dejando a los dos menores con la boca abierta por su cambio de actitud. Pasó de ser incordioso a parecer un angelito caído del cielo en 3 segundos.

-Yo-YoungJae –logró musitar.

-Quieres un refresco?

-Eh? –Zelo cada vez más confuso, que pasa? Solo lo trataba mal a él o qué?

-Yo invito –se acercó a una máquina a por dos bebidas. –Toma.

-Gracias –YoungJae sentado en el banco, sencillamentemiraba a ninguna parte.

-Y yo? – el pelirrosa estaba enfadado.

-Pensé que te molestaba que te comprara cosas… -abrió la lata. Zelo lo miró amargamente dirigiéndose hasta la máquina.

-Te gusta Tera? –dijo el mayor viendo un poster que tenía YoungJae pegado a la carpeta. Un videojuego oline de batallas y monstruos.

-Juegas a Tera? –su rostro volvía a tener el mismo resplandor de siempre al encontrar a alguien que compartía sus gustos.

-Sí, estoy en el nivel 176. –perfecto, ya tenía de un hilillo del que tirar.

-En serio? yo solo he llegado al 150. El servidor de internet no me deja llegar a más.

-Pues yo tengo el juego comprado, si quieres podemos quedar para echar una partida!

-De verdad? –Zelo se acercó, pero que le había hecho a YoungJae que estaba tan contento?

-Sí, será genial. –al parecer pasarse los días enchufado a ese videojuego había servido para algo, ya se lo restregaría a Daehyun que siempre que lo veía lo llamaba inmaduro.

-De que habláis? –se sentó siendo ignorado por los otros dos que continuaban hablando de sus cosas, Zelo los miraba con cara rara, no entendía nada de lo que decían.

Sonó el móvil y YoungJae volvió a poner la misma cara de tristeza que tenía antes, quién más podía ser, su tío ni más ni menos.

-Tengo que irme.

-Quieres que te acompañe? –decía preocupado Zelo al ver su cara.

-No hace falta, gracias por la bebida –hizo una reverencia y se fue.

-Ya me dirás para quedar! –le gritó Yongguk a lo que el rubio tan solo le sonrió a lo lejos.

Sin duda algo le pasaba pero, había escuchado bien? Quedar? Solo cinco minutos y ya se habían hecho tan amiguitos? Pues nada. No estaba dispuesto a quedarse más tiempo con él.

-A dónde vas? –le sujetó la muñeca y se levantó para estar a la misma altura.

-A ti que te parece, me voy a casa…–estaba vez no fingía estar molesto.

-Pensé que ibas a salir conmigo.

-Y hemos salido –se soltó.

-Pero… -lo volvió a agarrar.

-Qué?

-Me apetece estar contigo. –Zelo se quedó unos segundos en silencio.

-… A mí me apetece un helado…-sí, todo el enfado se le había ido.

 

 

JongUp observaba cada rasgo de su pálida cara, aun así seguía viéndose igual de hermosa. Dormía de tal manera que parecía que nada malo pasaría. Su pecho se oprimía por momentos humedeciéndole los ojos, no soportaba verla así.

-Ei –su voz apenas se escuchaba.

-Buenos días preciosa. –tenía una mirada triste que ocultaba detrás de su sonrisa.

-Cuanto tiempo llevas aquí? –el ruidito de la maquinita a la que estaba conectada era lo único que se escuchaba.

-No mucho…-mentía, se había pasado 3 días en esa misma habitación del hospital esperando a que despertara.

-Y el instituto?

-Va bien… -cogió su mano.

-Oppa no quiero que descuides tus estudios.

-Te he dicho que va bien…-acarició dulcemente su mejilla – Tengo algo para ti.

-Y esto? –sus ojos se iluminaron nada más verla. Era la trilogía de su novela favorita.

-Bueno, sé que nunca acabaste de leerla –mostró sus dientes blancos.

-Enserio? Pero… de donde sacaste el dinero? –pasaba sus manos por la perfecta tapa de uno de los libros.

-Ah… bueno ahora podrás disfrutar de tus fantasmas.

-Son vampiroooos –volvía a sonreír como una niña pequeña.- dime de donde sacaste el dinero?

-Las cosas me van bien… -bajó la mirada, ella era a la única a la que no quería mentir.

-Bailando?

-Sí, ya sabes, nadie se puede resistir a mis encantos –le guiñó un ojo divertido.

Se escuchó una gran carcajada por parte de los dos llenándose el ambiente de alegría.

-Me lo lees? –con una enorme sonrisa y las mejillas de un color más natural.

-Está bien -lo abrió y se acomodó con ella en la cama- Era el primer día de colegio, y eso quería decir que era mi última oportunidad de huir…

 

 

Sonreía al ver como aquel mocoso tenía toda la cara llena de chocolate, cualquiera que lo viese pensaría que tenía 4 años.

-No sabes comer o qué? –otra vez esa estúpida actitud insoportable.

-Déjame –se intentaba limpiar con la servilleta como podía.

-Trae… -se la quitó bruscamente y empezó a limpiarle la punta de la nariz.

-Acosador…

-No me llames así o si no…

-O si no… qué? –levantó una ceja.

-Te perseguiré hasta hacerte la vida imposible.

-Y después de esto pretendes que no te llame acosador?

-Que te calles! – a veces Yongguk podía ser muy irritable.

-Acosador…-susurró mirando a otro lado. Y cuando volvió a girar su cara para ver al mayor éste le estampo su helado de fresa en toda la cara.

 

-Idiota! –Se frotaba con rabia las mejillas –tengo la cara pegajosa.

Yongguk tan solo se reía sentado en la fuente. –Te dije que no me llamaras así. –pero Zelo más enfadado le tiró un poco de agua.

-Yah!

-Dame mi helado…

-No, no este me lo quedo yo. –empezaba a huir de él.

-Es mío! Tú desperdiciaste el tuyo.

-Quien lo pago?

-Que me lo des- Yongguk alzó sus manos intentado que Zelo no alcanzara el helado pero el pelirrosa era inclusive más alto que él.

-Pareces una jirafa –bromeaba pero sonó de tal manera que parecía que lo dijera con desprecio.

-Quédatelo. –le miró serio.

-Toma, toma. –parecía el típico niño metiéndose con su hermano pequeño.

-Ya no lo quiero.

-Te lo estoy dando!

-Que no lo quiero! –y ahora se peleaban por quién se quedaba con él. Al final el menor lo aceptó, pero molesto.

 

-Sigues enfadado? –sentados de nuevo en aquel banco viendo como la gente iba y venía.

-Eres frío… Como un helado… –decía inocentemente el pelirrosa mientras lo chupeteaba.

-Los helados también son dulces…no? -Yongguk por primera vez sonreía de una manera que robaba el corazón a todo aquel que lo mirara…

 

Y así fue.

 


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