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Si yo tan solo fuera tú por Bbo

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Notas del capitulo:

^________^ Veo que esperabais mi regreso *reparte besos* XDDDD Bueno, siento no haber actualizado antes pero es que con tanto insti, me tiene agobiada ;w;

 

El pelinegro salía de la habitación tiritando, era una mañana muy fría.

- Buenos días –dijo Himchan en pleno bostezo hablando ballenocaminando hasta la cocina como si nada pasara.

Yongguk solo lo observaba con la boca abierta. Dejó su colacao en la mesa despacito y se acercó lentamente al rostro del dormido. Pero que demonios hacia ese niño durmiendo en el sofá de su casa y porque él era el último en enterarse? Justo en ese momento el pequeño se dio la vuelta aún dormido abrazando al mayor posesivamente haciendo un leve puchero como si estuviera enfadado. Yongguk seguía sin reaccionar y al ver como el pelirosa fruncía el ceño como si estuviera teniendo una pesadilla puso su dedo índice en éste borrando su expresión de angustia. Channie se acercó con un vaso de naranja en la mano contemplando la ‘tierna’ escena.

-Ejém… -aclaró su garganta llamando la atención del otro que le pedía explicaciones con la mirada –pensé que no estabas – cogiendo los cereales tranquilamente.

-Eh…. Channie –dijo deshaciendo delicadamente el abrazo del menor para no despertarlo y sentarse bien- no tienes nada que contarme?

-Contarte? –decía sentándose en otro sillón cruzándose de piernas –ah! Sisi… emh… se llama Zelo –dijo tranquilamente.

-Y?–viendo la mano vendada del pelinegro

-Y? –dijo Channie levantando una ceja.

-Y que te ha pasado? Que hace aquí? –susurró molesto por que la verdad lo que quería era gritarle para que le contara las cosas bien.

-Ah!... eso, tuvimos un pequeño incidente anoche y tal… -se levantó intentando despertar al pequeño –Yah! Zelo –dijo cariñosamente.

Yongguk se levantó bruscamente al ver que Zelo se despertaba de golpe.

-Que hora es? –dijo el pequeño asustado, al parecer no se había acordado de que era sábado y que no estaba en su casa precisamente. Pestañeó de nuevo y se quedó mirando a los mayores fijamente.

-Tranquilidad que estamos a sábado –dijo Himchan con una sonrisa –quieres desayunar?

-Ehmm… -el pequeño había tardado en asimilar lo que estaba sucediendo y cuando al fin lo hizo sintió una vergüenza terrible.

-Haré tostadas con chocolate caliente! –dijo Himchan alegre volviendo a la cocina.

Yongguk aun seguía de pie parado sin decir nada, solo podía contemplar como el menor se acomodaba en el sofá envolviéndose en la manta. Zelo se había dado cuenta de que lo estaba viendo y la verdad le incomodaba sentir esa mirada penetrante así que intentaba disimular su nerviosismo.

-Tu… -dijo Yongguk roncamente. Zelo solo pudo mirarlo a los ojos, no sabía porque pero aquella persona lo hacia sentir raro, tenia algo diferente –ese es mi sitio –dijo el mayor volviendo a sentarse empujándolo un poco para que le hiciera hueco mientras encendía la tv empezando a desayunar.

Zelo se apartó mirando de reojo constantemente al mayor que parecía enfadado, el ambiente cada vez era mas tenso, Yongguk se había dado cuenta y también empezaba a observar disimuladamente al menor hasta que ambas miradas se cruzaron por unos instantes, instantes fugaces que para ellos parecían siglos mientras un sentimiento dentro de ambos se despertaba.

Himchan llegó con una bandeja sentándose en medio de ellos y acomodándose. Había notado el ambiente que se respiraba y no le había gustado para nada.

- Bien~ A desayunaaaaaar –dijo dándole una taza a Zelo que rápidamente bajo la mirada.

- Gracias –fue lo único que pudo articular.

Todos comían sin mirarse y con tan solo el ruido del telediario.

Yongguk se levantó y se dirigió a la cocina dejando su colacao en la encimera.

-Y… piensas ir a trabajar? –dijo refiriéndose a Himchan que mordía su tostada untada en mermelada.

-Uhm?… Empezaba hoy? –gritó alarmado. Con tanto alboroto se le había olvidado, su primer día y ya llegaba tarde, dejo su desayuno a medio acabar y corrió rápido al dormitorio.

Yongguk volvió a sentarse en el sillón, Zelo se levantó y dejo la bandeja en la cocina, tenia que irse, odiaba sentir que estorbaba. Se acercó a la silla donde había puesto su ropa y cuando iba al baño Himchan entró directamente empujándolo pidiéndole perdón. Zelo volvió resignado al sofá poniéndose los zapatos, ya se cambiaria en casa.

- Tu pelo es así o es que soy daltónico? –dijo fríamente sin apartar la vista de la tv.

Zelo solo lo miro molesto, se puede saber que pasaba con su pelo? A él le gustaba, le parecía original y porque negarlo? se veía muy guapo a si mismo. Solo sonrió irónicamente ante aquel comentario de ese chico con el pelo lila…lila…Osea, hola? Él tenia el pelo lila y no pasaba nada?… Vale.

-…no eres el menos indicada para hablar…-dijo el menor de mala manera volviendo a ver la tele.

-Ts… arrogante respeta a tus mayores –levantó la voz y por segunda vez sus miradas se volvían a encontrar, sensaciones extrañas invadían el cuerpo de Yongguk…esos ojos… ¿los había visto antes o es que ya había perdido la razón? Ante aquello Zelo volvió a desviar su mirada.

-Me llamo Yongguk –dijo recobrando la compostura. El pelirosa sencillamente no respondió –tengo entendido que es de buena educación presentarse- no le gustó para nada la actitud de aquel enano.

- Zelo –contesto secamente.

- Zelo? … y tu nombre de verdad? –soltó burlándose.

-Para que quieres saberlo? Te servirá de algo? Cambiará tu vida? No? Pues ya esta! –sentenció el menor, lo reconocía, aquel chico con la voz grave no gustaba para nada. Ironía, que si cambiaria su vida después de saberlo? Seguramente.

Himchan que ya se había duchado, vestido y peinado, salió disparado hasta la puerta –Zelo, vienes? Gukkie, me llevo tu moto –dijo poniéndose la chaqueta. Zelo solo se levantó dejando al mayor con la palabra en la boca. No estaba dispuesto a permitir las burlas de alguien a quien apenas conocía.

Yongguk tan solo pudo reprimir las malas palabras que le quería decir a aquel mocoso engreído mientras escuchaba la puerta cerrarse observando la ropa que el menor se había olvidado.

 

-No te ha caído bien? –decía Channie saliendo del ascensor. Zelo tan solo infló sus mofletes– lo suponía –solo rio ante el gesto del pequeño, como podía verse incluso mas adorable enfadado?

-No tenias prisas? –dijo Zelo examinando su alrededor para saber por donde ir.

-Hyung… llámame hyung peque –dijo acercándose a la moto y subiéndose – vamos, te llevo –se puso el casco dándole el otro al menor.

-Llegas tarde –respondió el pelirosa con una sonrisa cogiéndolo.

-Báh… pondré mi sonrisa de conquistador y solucionado –le guiñó el ojo provocando un sonrojo en Zelo que rápidamente se puso el casco intentado ocultarlo. Se montó agarrando fuerte la cintura del pelinegro que sonrió al sentir los  brazos de un tímido Zelo muy distinto al de la noche anterior.

 

Llegaron y el pequeño se despidió rápidamente casi huyendo.

-Feliz cumpleaños retrasado– gritó Himchan con una blanca sonrisa arrancando de nuevo la moto –Zelo tan solo siguió caminando sin mirar atrás pero una leve sonrisa se le dibujaba en el rostro.

Una sonrisa que se borró porque detrás de esa puerta se encontraba una mujer histérica preocupada por su pequeñín que no había llegado a dormir. Lo suponía, ella misma le dijo que se quedara a dormir fuera y ahora mírala...

 

 

Xx

 

Tecleaba las letras del portátil a toda velocidad sobreviviendo a punte de café, se restregó los ojos y suspiro cansado, que hora era? Que importaba, había amanecido y como de costumbre aquel chico de cabello dorado pasaba otra noche en vela.

Observó aquella fotografía con nostalgia, cuanto había pasado? Recordar su sonrisa era lo único que lo animaba a seguir investigando cuando las fuerzas le flaqueaban.

Bajó la tapa del ordenador y miro el móvil, una llamada perdida, como siempre de la misma persona. Báh, ya lo llamaría luego, ahora lo único que necesitaba era dormir, dormir y que al despertase las cosas volvieran a ser como hace unos años.

 

Estaba acostado en el sofá mirando con resignación como aquel hombre se paseaba dando vueltas hablando por teléfono molesto. Ya había perdido la cuenta de las veces que lo había visto en esa situación: desesperado. No lo aguantó más y cuando vio que colgaba mientras se rascaba la cabeza enfadado se levantó y salió de aquella habitación, sabia el carácter que tenia y que en momentos como esos pagaba su ira con cualquier ser que se le cruzara de por medio. Daehyun no le culpaba, es mas comprendía perfectamente su frustración, cada día de cada mes veía como malgastaba su vida en aquella investigación que hace mucho tiempo perdió el sentido, veía como aquel hombre que solía ser su padre estaba cada vez mas demacrado, sus ojeras mas acentuadas y había perdido tanto peso que parecía un esqueleto andante. ¿Dónde estaba aquel policía orgulloso y triunfador al que tanto admiraba?

Y esas malditas preguntas volvían aparecer como si se tratase de una estúpida rutina. ¿Que era tan importante como para que su padre estuviera al borde de la locura?

Estaba cansado de esa situación, se sentía inútil por no poder ayudarle en su trabajo, siempre había querido seguir sus pasos, convertirse en un investigador de gran prestigio y que se sintiera orgulloso de él, fácil no sería, sobretodo porque aquel hombre hace mucho tiempo que se había aislado del mundo exterior, solo vivía por y para atrapar aquel desgraciado con el cual Daehyun muy pronto también se obsesionaría.

 

Después de tanto insistir milagrosamente había conseguido que lo dejara intervenir, no sabia como lo había hecho pero lo importante era que al fin podría servirle de ayuda y con suerte acabar con sus dolores de cabeza. Lo primero era una formación básica, pero eso no seria un problema ya que desde pequeño había hecho artes marciales, defensa personal y karate, lo único que debía perfeccionar era su puntería con un poco de maña y mucha práctica.

 

Habían pasado alrededor de 6 meses, aunque Daehyun no sabia la información del caso al cien por cien ya que padre se había encargado de ocultarla lo hacia muy bien inclusive resolvía muchos mas casos, sentía que había heredado el talento de la familia y eso lo hacia seguir adelante. El caso dio un giro de 180º gracias a él, al parecer lo único que hacia falta era una persona con la mente más juvenil y despejada. Habían encontrado el paradero de aquel tipo. Según investigaciones había entrado al país hace solo unas semanas, era la oportunidad perfecta para cerrar el caso para siempre. O eso pensaba Daehyun, porque las intenciones de su padre no eran solamente atraparlo y que se pudriera en la cárcel, había mucho más que un simple delito por fraude.

 

 

--

Miraba por la ventana de aquel auto cuidadosamente, no debían llamar la atención. Daehyun con los ojos cerrados sentado en el asiento del copiloto tan solo recordaba la sonrisa que le había dedicado su padre cuando le comunicó que habían encontrado la mansión de aquel hombre, la primera sonrisa que había nacido en su rostro desde hace años, nada mas saberlo se inició un operativo, solo ellos dos, no debían levantar sospechas de que lo estaban vigilando.

 

No soportaba la espera, vio como un coche se acercaba y entraba a la mansión, sin pensarlo dos veces abrió la puerta y salió corriendo en cuclillas, pero que hacía este hombre? Ese no era el plan. Daehyun preocupado fue detrás de su padre y juntos consiguieron infiltrarse.

-Ve al garaje –ordenó, necesitaba asegurarse de quienes eran las personas del coche.

Daehyun tan solo obedeció no muy convencido, pues algo en su interior le decía que las cosas no irían bien.

 

Forcejeó un rato con la cerradura pero consiguió entrar por la puerta de la cocina, todo parecía estar en calma, explorando cada rincón llegó hasta las escaleras, iba a subir pero su cuerpo se congeló al escuchar su nombre por aquella voz, esa voz que hacia años que no escuchaba. Su rostro empalidecía por momentos, se giró y ahí estaba aquel hombre con una sonrisa sínica en los labios.  

 

 

Avanzaba cautelosamente hacia el garaje con la pistola y una linterna en la mano. Escuchó ruidos y quejas de una señora que salía del coche, se acercó y  escondido detrás de unas cajas  observaba una silueta de alguien que seguía dentro del auto.

-Será mejor que te levantes –gritaba la mujer adentrándose en la casa.

Ahj con lo a gustito que se estaba, ya se le había quitado el sueño, que remedio. Salió del coche con pereza, notó que algo se movía, se giró pero no vio nada. Imaginaciones suyas, pensó el chico y bostezando entró también.

Búf! por poco, esos dos no parecían peligrosos así que regresó a buscar a su padre.

 

 

-Vaya… veo que sigues siendo policía – sus pasos lentos se iban acercando mientras guardaba su pañuelo rojo.

-Bastardo! –y tras escupir esas palabras le apunto directamente con la pistola.

-Vaya, veo que aún no la has olvidado…

-Cállate, cállate – el odio ardía por sus venas nada más verle.

-Shh! Mi mujer y mi sobrino pronto llegarán –tenia esa misma mirada despiadada de siempre.

-Tú… me arrebataste lo más importante para mi! –tantas veces soñando con encontrarlo para estrangularlo con sus propias manos, bajó el arma, dispararle seria demasiado fácil, se abalanzó sobre él y en segundos aquello se convertía en una lucha por arrebatarle la pistola, sus cuerpos estaban demasiado juntos, golpes e insultos se escapaban acompañados de un disparo seco y escalofriante que calló el ruido del momento. Sus piernas se dormían y perdía la fuerza de su cuerpo desplomándose en el frio cemento.

-Lastima, eras un buen policía –sentenció con una sonrisa en sus asquerosos labios siendo observado por una mujer y un chico adolescente que estaba es shock por la escena que había presenciado, tanto que recuperaron el sentido una vez dentro del coche mientras este se alejaba dejando atrás un cuerpo casi sin vida y a un Daehyun que corría hacia él inundándose en su propio llanto.

-Papá! –sollozaba descontroladamente, su alma se desvanecía por momentos y un dolor punzante en el pecho no lo dejaba respirar.

-N-no te preocupes… d-debes encontrarlo… sé que vive –susurraba con dificultad, su boca sabia a sangre y empezaba a sentir frio.

-No por favor… no me dejes –suplicaba apretándolo tan fuerte que hasta hacerle daño, pero ya no importaba.

-Perdóname por haberte i-gnorado.. –cada palabra dolía, su voz se quebraba y su vista se nublaba. Daehyun por otro lado se aferraba a su mano pero sin encontrar ya respuesta, había dejado de respirar. Le invadió la ira y el dolor que lo hacia deshacerse por dentro, se desplomó sobre su cadáver ahogando su garganta con gritos pues esa herida donde antes tenía el corazón no volvería a curarse.”

 

El sonido de una llamada lo despertó, siempre la misma pesadilla, parecía que dormir tan solo lo había agotado más.

-Sí… Ah… bueno esta bien… y Yongguk, no llegues tarde como siempre-. Tiró el móvil a la cama y tras estirar sus músculos entumecidos volvió a sentarse delante de la pantalla del ordenador comenzando de nuevo con su investigación. 

 

Xx

Se duchó y se arregló, sabia lo mucho que Daehyun odiaba esperar, pero… mierda! La moto se la llevo el estúpido de Himchan, para dárselas de interesante, quien se creía que era? Por favor y Zelo… ese mocoso maleducado, mira que dejarse embobar por las tonterías del otro… Báh, que asco, tenía que ir en metro.

 

Llamarón a la puerta, se podía intuir que hacia días que no dormía, sus ojeras eran testigos de aquello. La abrió y dejó pasar al mayor con cara de pocos amigos.

- Y bien? Tienes algo nuevo? –dijo Yongguk sin saludar ni nada.

- Hola a ti también –decía Daehyun cerrando la puerta y tumbándose en aquel sofá.

- Perdona -le decía serio sentándose también con los codos apoyados en las rodillas mirando al suelo -Sabes lo importante que es esto para mi…

- Lo sé, yo también quiero encontrar a tu hermano –decía intentando consolarle, aunque era difícil ya que su hyung era muy arisco y no soportaba el contacto físico.

- Siento presionarte tanto, tu también tienes tus problemas con lo de tu padr…-no pudo continuar la frase porque notó la tristeza del menor.

- Alguno de tus contactos ha averiguado algo? –preguntaba entre susurros deseando que la respuesta fuera un ‘sí’

- Ya sabes, siguen intentándolo pero hasta ahora no hay mucho.

- Teníamos un trato, lo recuerdas? Tu me ayudabas a encontrar a ese tipo y yo daría con el paradero de tu hermano- estaba harto de no encontrar respuestas.

- No lo he olvidado –dijo Yongguk sin la más mínima expresión en su cara.

 

---

 

-  Hola –saludaba un sonriente Zelo al ver el rostro de YoungJae.

- Como estas? Oh! que te ha pasado en el brazo? –se podía ver en su rostro la preocupación.

- Ah, no es nada –intentando evitar el tema –Wow, tienes una casa genial –decía asombrado entrando.

- Hay una piscina fuera, te apetece ir?

- Si –gritó entusiasmado mientras juntos se dirigían al jardín- pues por poco mi madre no me deja venir –le explicaba mientras se sentaban en unos de los bancos.

- Tan tarde llegaste? –“si supieras” pensó Zelo tan solo sonriéndole.

Charlaban animadamente mientras disfrutaban de unos batidos y chapoteaban ligeramente con los pies el agua sin parar de reír. Aunque el buen ambiente que se respiraba no duró mucho puesto que un señor con traje y un pañuelo de seda rojo en la mano se dirigía a ellos, YoungJae nada mas ver a su tío cambió su cara, pasó de estar contento a que su cuerpo temblara del miedo y de nervios.

-Buenos días –decía con una sonrisa –Jae no piensas presentarme a tu nuevo amigo?

-Me llamo JunHong, encantado señor –dijo haciendo una reverencia.

-El placer es todo mio –decía mientras Jae lo observaba atento, si las miradas matasen su tío ya hubiese estado enterrado.

-Vamos Zelo –dijo secamente dándose la vuelta. No soportaba estar más tiempo al lado que aquel hombre.

Zelo se inclinó nuevamente siguiendo al rubio mientras le proponía ir a ver a JongUp que seguramente estaría bailando en la calle como siempre.

Y como lo suponían, allí estaba el castaño dando giros y volteretas dignas de ver dejando a todo el mundo que pasaba por su lado hipnotizado.

Los recibió con su sonrisa de conejo tan dulce mientras daban una vuelta los tres juntos entreteniéndose en una maquinita de juegos.

 

 

 

 

Bajó la ventanilla de aquel auto en el cual se había mantenido estacionado espiando a los tres chicos –interesante… arranca –ordenó mientras doblaba su delicado pañuelo rojo con una sonrisa de lado.  

 

 

Xx

 

Miraba atentamente el reloj. Las ocho de la tarde, solo quedaban tres minutos, no tardaría en llegar el metro. Suspiraba una y otra vez mientras recordaba la conversación con Daehyun, quería volver a casa. Aunque aún era temprano había sido uno de esos días en los que era mejor no levantarse. Se subió; bien, un sitio libre, con los cascos puestos y el volumen de su mp3 a tope se perdió en sus fantasías.

Volvió a abrir los ojos cuando la música se paró; sin batería, bueno solo quedaban dos paradas. Pudo ver como una señora ya mayor subía con dificultad cargada de bolsas de la compra, se paró cediéndole el sitio mientras la ayuda a mantener el equilibrio por culpa de los vagones que se movían como terremoto. Tras escuchar un gracias por parte de ésta sonrió y se dio la vuelta tropezando con alguien abrazándolo por instinto.

Sus miradas se encontraron nuevamente, como si ya se tratase de una rutina, sus rostros estaban tan cerca el uno del otro que hasta podían sentir la respiración del contrario chocando contra sus labios mientras sus narices se rozaban ligeramente. Lo único que escuchaba Zelo eran los ruidos lejanos de la gente y una voz que indicaba la próxima estación. Y Yongguk… para que negarlo, hace rato que se había perdido entre esos intensos ojos oscuros.

- Ten cuidado –decía el pelirosa bajando la mirada, no quería que el mayor notara su nerviosismo.

- Lo siento –tartamudeaba Yongguk que aprisionaba con sus brazos al menor entre él y la pared del vagón mirando a todos lados.

El metro se paró y bajaron, caminaban juntos sin dirigirse la palabra hasta salir al exterior. El menor nervioso adelantó su paso, día que sale, día que se encuentra con él, estaba empezando a maldecir no haberse quedado con JongUp y Jae más tiempo, pero su madre ya se lo había advertido, Yongguk tan solo lo ignoró y siguió caminando. El pelirosa lo miraba por encima del hombro, porque seguía ahí? No lo soportó más y se detuvo de golpe sorprendiendo al otro.

- Me estas siguiendo? –dijo algo enfadado.

- Eh? –respondióYongguk. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se había enterado de nada.

- Que porque me estas siguiendo! –volvió a preguntar cruzándose de brazos.

- Que culpa tengo yo de ir en la misma dirección que tú… mocoso! –continuó andando mientras guardaba sus manos en los bolsillos. Zelo solo lo miró y siguió caminando a su lado.

Tras un rato andando en el más profundo e incomodo silencio que se podía imaginar, uno de los dos dio ese paso tan complicado: sacar un tema de conversación.

- Te olvidaste la ropa –dijo el mayor sin más llamando la atención de Zelo.

Es verdad, su ropa, la había dejado encima del sofá y encima tenía el chándal de Himchan…  Himchan, quería volverle a ver, para devolverle el chándal, claro.

-Ah sisi… -tan solo musito estúpidamente, sisi? Ahora si que era incomodo, que le decía para continuar con esa absurda charla? Pensar, pensar, pensar… definitivamente aquel silencio era cada vez más molesto. Lo único que se escuchó fue el rugido de su estomago, si, hacia horas que no comía, perfecto, mas embarazoso imposible.

- Tienes hambre? –dijo Yongguk mirándolo de reojo.

- No! –respondió de inmediato.

- Tsk… ya claro –sonrió ante la reacción del pelirosa, realmente aquel enano era muy orgulloso. Que mas podía hacer, siguieron caminando hasta que se encontraron un puesto de perritos calientes. Yongguk se detuvo mientras Zelo lo miraba a lo lejos, pudo ver como le pedía dos perritos a la señora con una sonrisa, idiota, que parte de que no tenia hambre no entendía? Bueno, si que tenía hambre pero… ni él sabia porque se comportaba así, como un niño mimado.

Nada mas regresar el mayor cambió su cara antes amable a unade ‘no me des las gracias’. Como si le hubiese salvado de morir de hambre, sabes? Pensaba el pequeño. Aunque sus tripas rugían como leones tenía su dignidad, así que lo cogió indiferente.

Tal y como lo había pensado, aquel mocoso era orgulloso y mucho. Otra vez el mismo silencio, no tan incomodo ya que se limitaban a saborear cada uno su hotdog. Hasta que se escuchó una voz a lo lejos, se dieron la vuelta y allí estaba Himchan, corriendo sonriente mientras movía la mano es señal de saludo.

-Huff! –suspiraba intentando recuperar el aliento –Zelo? Que casualidad!

Sí, claro, “casualidad” pensaba Yongguk molesto.

-Hyung! –se limitó a decir el menor con una sonrisa en su rostro. Era cierto que quería volver a verlo, pero no en ese preciso momento.

- Como así estáis juntos? –preguntaba sorprendido mientras continuaban los tres caminando.

- Nos encontramos en el metro –soltó el mayor de los tres con fastidio. Lo había escuchado bien? HYUNG? Desde cuando lo conocía que se tomaba la confianza de llamarlo hyung?

Llegaron hasta el piso de los mayores, Zelo no estaba seguro de querer a entrar, no quería molestar más a Yonggukcon su presencia, pero Himchan ignoró totalmente sus negaciones arrastrándolo hasta la sala.

Yongguk se dirigió hasta la cocina a por algo de picar mientras detrás le seguían los dos restantes.

- Y que tal el trabajo? –pregunto Zelo sentándose en la silla del comedor.

- Horrible –se quejaba sentándose también –mi turno comienza dentro de 35 minutos, otra vez! … Odio ser camarero y solo es mi primer día–decía enojado.

- Entonces, te hago algo de comer? –intervino Gukkie, no le gustaba ser ignorado.

- Será mejor que me vaya –dijo Zelo mirando al reloj, estaba cada vez mas convencido de que no pintaba nada ahí.

- Te llevo –dijo Himchan nada más oír aquello ignorando a Yongguk.

- Que va… te quedan… 30 minutos –decía levantándose y acomodándose la chaqueta.

- Te llevo, te dejo, ceno y seguro que me sobra tiempo –el pelirosa solo pudo sonreír ante aquel comentario.

- Que no te da tiempo idiota! –replicó Gukkie –ya lo llevo yo –sentenció sorprendiéndolo a ambos –vamos- dijo dejando el ramen a medio hacer poniéndose la chaqueta.

- Pero... p… -intentaba decir el menor sin salir aun de su asombro, podía ir solo, no estaba cojo ni nada por el estilo!

- Nada, nada… -Y dicho esto Gukkie lo cogió de la mano dirección a la puerta.

- Déjalo Bang, ya lo llevo yo! –dijo Himchan cogiendo la otra mano que le quedaba libre al menor siendo estirado por ambos como si fuera un muñeco de tela.

- Que no, pesado, vete a comer!

- Oye, yo se lo he prepuesto y yo lo llevo! –Zelo solo iba de un lado a otro siendo jalado por los dos. Aquella escena realmente era muy cómica.

- Pues esto tiene arreglo –dijo Channie soltando la mano de Zelo, por fin, casi lo deja sin hombro, pensó el pelirosa sin soltar la mano de Yongguk.

Los dos le miraron curiosos esperando la respuesta del pelinegro –Que decida Zelo –al final dijo.

- Eh?… Yo?… mmh…ehh… -solo decía estúpidos monosílabos mientras miraba a los dos mayores nervioso.

Notas finales:

Piedras? Zapatos? Tomates? Se acepta de todo XDDDDD A las que ya leeistes este cap w_w esperad please ♥


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