Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un Sueño Perdido por HinakoLaian

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como prometí a la semana ya teneís el segundo capitulo, espero que os gusté.

 

Siguemé en:

https://twitter.com/HinakoLaian

 

Y para hacer preguntas del fanfic en:

http://ask.fm/hinakolaian

Me acababa de despertar en aquel sitio el cual no reconocía, estaba algo desorientado al no ser en donde estaba o que era lo que había pasado, así que que simplemente intenté sentarme en aquel césped verde el cual me rodeaba. Cerré mis ojos para así poder tranquilizarme e intentar pensar en que podría haber pasado para que yo estuviera de esta forma, o al menos en este lugar. Lo último que recordaba era haber estado de fiesta con Elías por mi cumpleaños, haber bebido en aquella discoteca de la ciudad, pues nos habíamos desplazado en su coche... ¿Quizás esto podría ser efecto de mi borrachera? No lo creía apenas había tomado una o dos cervezas... no se me podría haber subido tanto a la cabeza... Suspiré abriendo otra vez los ojos, para darme cuenta como si era cierto que no estaba en mi cuarto, en mi cama como yo lo creía sino que por el contrario seguía en aquel campo extraño alejado de todo lo que mi mente pudiera recordar como normal o real... pero se me había olvidado una cosa... Alguien me miraba.

 

-¿Quién eres?-

 

Desde el otro lado del claro podía apreciar como un chico, quizás unos años mayor que yo, pero no demasiados, me estaba observando. Sus penetrantes ojos negros se clavaban en los míos color miel haciendo que por alguna extraña razón yo me estremeciera, logrando dejarme sin habla, cortando mi respiración aunque no sabía el motivo. El chico se acercó a mi con cuidado, como temiendo que por alguna extraña razón yo desapareciera, o que decidiera irme asustado de su presencia al estar ahora tan quieto... lo que no sabía él que mi actitud no era de miedo... sino de asombro y ahora, por fin, de tranquilidad. Mientras caminaba acortando el camino entre ambos, sin dejar que mi cuerpo reaccionase para de esta forma poder levantarme, logré ver aquellos reflejos de su cabello, pues si sus penetrantes ojos negros me habían llamado la atención, el color caoba que bañaba su cabellera no era menos.

 

-Me llamo Gael, y parece que he llegado a este sitio unas horas antes que tu-

 

-¿Esto no es un sueño?-

 

-Bueno... a mi me parece muy real, pero creo que si, pues lo último que recuerdo es estar en mi cama a punto de dormirme, por cierto ¿Cual es tu nombre?-

 

-¡Valla! Lo siento... pregunté el tuyo y yo no me presenté. Soy Allen y parece que como tu estoy algo perdido... creía que estaba en mi cuarto-

 

-Al parecer nos ha pasado lo mismo, pero no te preocupes... podemos mirar el lugar juntos, al menos no estoy solo. ¿Qué te parece si te levantas y vemos en donde estamos? Desde que he llegado apenas he logrado avanzar y por alguna razón siempre he acabado aquí, es como si fuera un laberinto...-

 

Fue en ese momento cuando me di cuenta de que efectivamente aún estaba sentado en el césped y que no me había movido para nada, solo me había sentado. Algo avergonzado me levanté del sitio, sacudiendo el césped que se me hubiera podido quedar adherido en los pantalones, pero sin mirar a Gael, pues sabía que de hacerlo el leve sonrojo que había adquirido ahora mi rostro seria mucho mayor, al hacer esto me di cuenta de que aún tenía puesta la ropa de la noche anterior, pues ni me acosté con el pijama de lo cansado que estaba del día anterior. Miré al chico el cual parecía serio, pero no enfadado, era como si estuviera valorando las opciones que teníamos para salir de aquel extraño lugar.

 

Estuvimos sin hablar o decir nada durante algún tiempo, aunque los dos comenzamos a andar por uno de los senderos que rodeaban el claro. Por alguna razón no podía de dejar de mirar a Gael, su forma física era envidiable, notándose algo musculoso, pero para nada exagerado. Me sacaba cerca de poco más de una cabeza en altura, sus cabellos caían de forma elegante por su cabeza pues no eran demasiado cortos, pero a la vez no llegaban ni tan siquiera a rozar las orejas... Su compostura parecía recta firme, y aun así me trasmitía una extraña y rara confianza, la cual me hacía querer seguir a su lado. Pero lo que más me llamaba la atención eran aquellos ojos negros, demasiados oscuros en su tez clara, demasiado misteriosos para su enjoyado cabello caoba, el cual parecía puro cobre... Quizás lo estuviera viendo cual príncipe encantado por el alcohol el cual aún debería de estar en mi casi borracho cuerpo.

 

El camino parecía no acabarse nunca, no llevar a ningún lado... se demasiado largo ¿Y si nos habíamos equivocado de camino? Ante aquella idea, el pánico recorrió mi cuerpo, pues no quería pasarme toda mi vida, aunque fuera exagerar, en un lugar desconocido para mi... y por lo que parecía para mi atractivo acompañante.

 

Por mucho, o poco, tiempo que pasara parecía que no avanzamos nada, que todo el camino era igual, como cuando te subes a una maquina de esas del gimnasio para correr que corre, que crees que avanzas pero todo a tu alrededor sigue estático sin moverse... así era como me sentía en aquel momento. La angustia del no saber, el miedo a perderme y no volver se comenzaban ha hacer latentes en mi cuerpo.

 

-No te preocupes, no estás solo-

 

Miré a mi derecha en donde se encontraba el chico, este no me miraba para nada solo seguía andando hacía delante, sin estar preocupado por nada, o por lo menos eso era lo que me estaba pareciendo a mi ante mis ojos. Aunque me había intentado dar ánimos y animarme no lo había conseguido, porque si era cierto de que no estaba solo... también era cierto que no lo conocía para nada... ¿Quién era en verdad?

 

De repente, casi sin pensarlo, dejé de caminar, me quedé parado en el sitio de forma estática mirando al suelo, no quería seguir andando, no podía seguir andando... me estaba dando cuenta de una cosa, de una que había pasado por alto y que era demasiado importante, por lo menos en este momento, no sabía el porque había estado tan ciego.

 

-Voy a regresar a donde desperté-

 

Miraba al suelo con los puños cerrados, apretándolos todo lo que podía, era cierto que me trasmita aquella rara y extraña confianza, pero no sabía nada de Gael, solo que era un chico increíblemente atractivo para alguien como yo y que había aparecido de la nada... no podía seguir andando por donde él quisiera, sin saber a donde íbamos o si la confianza que me transmitía solo era producto de mi imaginación. Al hacer yo esto, el pararme de aquella forma, escuché como los pasos de mi acompañante también cesaban en su intento por ir a cualquier lado, por lo que levanté de forma tímida mi cabeza.

 

-No se nada de ti, y me he dejado llevar por el pánico... solo se como te llamas y que cuando desperté estabas al lado de un árbol observándome ¿Cómo se que no has sido tu el que me ha traído aquí?

 

-Ya te lo he dicho... cuando llegué estaba solo, no había nada, luego vi una luz, pero no muy fuerte, sino más bien como si el Sol comenzara a brillar más en esta parte... a la misma vez que sentí un fuerte deseo por ir a ese lugar.. y al girarme... te vi. Estabas dormido, pero te removías un poco, no sabía si era seguro acercarme a ti, por lo cual me quedé parado. Inmóvil... al menos hasta que lograste despertar...-

 

-Aún así...-

 

-Se que no puedes confiar en un extraño, pero créeme que no te voy ha hacer nada, estoy tan perdido como tu... no se nada de este lugar ni de como ni porqué llegué a este sitio, solo recuerdo que estaba durmiendo, que me fui a dormir, después sentí como caía... y estaba en ese claro...-

 

-¿Caías? ¿Estabas dormido? … Eso es lo mismo que me pasó a mi, de echo ayer fue mi cumpleaños, y llegué totalmente agotado-

 

Me rasqué la cabeza ahora más confuso aún si podía que antes, lo que describía era exactamente lo que me había pasado a mi al irme a dormir, sabía que se me olvidaba algo, que había algo, un punto exacto y demasiado importante el cual se escapaba a mi entendimiento, algo que había estado pensando y soñando durante muchos años... pero a la misma vez era como si mi mente lo hubiera borrado por completo.

 

Me senté en el suelo, abrazando mis piernas y poniendo entre ellas mi cabeza, intentando así aclarar mis ideas. Gael hizo lo mismo, pero posó una de sus manos en mi cabeza, poniendo sus dedos entre mi cabello y de esta forma acariciándome. Me sonrojé. No podía verme pero sabía que me había sonrojado, no era algo extraño ya que siempre me pasaba cuando alguien atractivo me tocaba.

 

-Parece que si estamos aquí es por algún motivo Allen, ya se que te lo he dicho antes pero no te preocupes, pareces un buen chico y a los buenos chicos nunca le pasa nada-

 

-Eso es al revés... pero estoy asustado... estoy demasiado asustado, no entiendo nada...-

 

A punto de ponerme a llorar, de dejar que las lagrimas bañasen la totalidad de mi rostro, noté como retiraba su mano de mi cabeza y me abraza en silencio, no decía nada pero aquello era más reconfortante que cualquier otra cosa. Su aroma me había embriagado pro completo, había llenado mis fosas nasales llegando a mis pulmones, dejando en mi cuerpo un remanso de paz y de tranquilidad. Creo que estuvimos a´si sin hacer nada más durante unos cinco minutos, hasta que mi mente se dio cuenta de lo que estaba haciendo y me obligó a separarme de forma rápida.

 

-Siento ser tan débil...-

 

Tomando mucho aire y después soltándolo de manera brusca, me levanté del sitio ofreciéndole la mano a Gael, el cual la tomó para levantarse luego mirar el lugar. Seguíamos rodeados como de árboles, como en un sendero científicamente echo, como si alguien hubiera plantado árbol por árbol y esperado a que crezcan de esta forma... lo peor es que no distinguías a un árbol del otro. Tenían el mismo color, la misma forma, las mismas hojas, el tronco salía de la misma forma hacia la copa... y en el suelo, a sus pies, todos tenían dos hojas, una al lado de la otra, una verde oscura mientras que la otra era más pequeñita como si recién estuviera empezando a crecer y alguien la hubiera arrancado, esta era de un color verde claro, pero intenso quizás con algunas moas amarillentas.

 

-No lo eres, solo estás asustado de estar en un sitio el cual no conoces, no es nada extraño que eso pase... pero mejor seguir caminando, debemos de encontrar a alguien, o alguna señal de en donde estamos... Porque móvil no tienes ¿Verdad?-

 

Negué con la cabeza mientras que miraba los bolsillos de mi pantalón vaquero, pero recordaba haberlo dejado en la entrada de la casa junto con las llaves al llegar. Aún así me extrañó encontrar allí mi anillo, el que mi abuela me había regalado. Podría estar confuso, pero creía que no me lo había quitado de la mano en toda la noche y que por lo tanto me fui a dormir con él puesto.

 

-Solo tengo el anillo que me regalaron... no creo que nos valla a ser de mucha ayuda...-

 

Se lo enseñé... solo para ver como su cara palidecía, tomó el anillo de mis manos y comenzó a mirarlo fijo. Lo miró por todos lados, parecía algo así como asustado, intentaba decir algo, pero mis palabras no salían, se quedaban atascadas en mi garganta siendo así imposible que me llegara a comunicar. Al final me dí cuenta de que a mi no me pasaba nada y necesitaba sacar al otro del estado en el cual se encontraba.

 

-¿Gael? ¿Estás bien? Cuando has visto mi anillo te has quedado mirándome de forma rara, pero no apartas ahora tu vista de él ¿Acaso ya lo has visto antes?-

 

Parecía que no me escuchaba y esto me estaba poniendo aún más nervioso que ele cho de no saber en donde estaba o que era lo que estaba pasando aquí. Al final opté por alzar mi mano, con cuidado, y tomar el anillo que ahora posaba en la palma de su mano. Al hacer eso salió como de su estado en trance para mirarme parpadeando.

 

-Si... estoy bien Allen no te preocupes podemos irnos-

 

-No has respondido a la última pregunta ¿Lo has visto antes? Sino no tiene sentido el como te has puesto nada más que yo te lo he enseñado-

 

-Me parecía conocido eso es todo, pero no es nada en verdad... no es lo que yo creía que era...-

 

Sabiendo que mentía, alejándome ahora un poco más de él mientras que apretaba con fuerza el anillo hacía mi pecho, el cual estaba oculto entre mis dos manos... comenzaba a pensar que seguramente mi abuela sabía que era esto ¿Pero porqué yo no era capaz de acordarme de que pasaba? ¿Qué era lo que yo había olvidado? ¿Sería tan importante como lo creía? ¿O me ayudaría a salir de aquí? Estaba seguro de que la respuesta a las dos últimas preguntas era afirmativa.

 

La tensión que se había instalado en nosotros desde que le enseñé el anillo aún no se había ido, se negaba a abandonarnos y lo peor era que ni yo ni Gael estábamos por la labor de eliminarla... Cada segundo me sentía peor por esto.

 

-Gael... siento si te molestó algo que he echo, de verdad no quería que te enfadaras o estuvieras molesto, te lo prometo...-

 

-No has echo nada Allen, no te preocupes ¿Vale? Anda no camines por detrás de mi, da mal rollo-

 

Se giro para sonreírme, aquella sonrisa me encandiló por completo, era perfecto en cualquiera de sus formas, y aunque lo conocía de poco veía que empezaba a gustarme, quizás no de una forma amorosa, pero al menos si que se me veía ser buen tipo en estas circunstancias. Medio ido me voy a su lado, regresando a pegarme un poco a este.

 

-¿Qué es eso?-

 

Ambos corrimos para acercarnos a ver un árbol caído en medio de toda aquella asustante perfección simétrica que nos rodeaba. Nada más llegar pudimos observar como solamente por allí el árbol caído daba lugar a una especie de puente. Dicho árbol era más grande que el resto y mucho más viejo, pues no solo se veía desde el perfecto camino de árboles y llegaba al otro lado de lo que parecía algo así como un precipicio, sino que que estaba viejo y blanco, como totalmente seco. En el centro de este parecía como si muchas personas lo hubieran cruzado, pues había un pequeño surco de uno veinte centímetros como máximo el cual no atravesaba.

 

-Ven, vamos a pasar por aquí... parece que todo esto es igual...-

 

-¿Estás seguro?-

 

-Claro... sino siempre podemos regresar hacía atrás-

 

Sin más me ayudó a subirme en el tronco después de que él se hubiera subido... pero había un problema: Le tengo miedo a las alturas, por lo cual no podía llegar al otro lado. Me senté al borde del tronco, pegado al suelo y negué con la cabeza. Gael por su parte comenzó a pasar con cuidado el tranco, pues aunque parecía estaba, también era viejo y seco. Al poco, cual tenía la mitad se dió cuenta de que yo no lo seguía por lo cual regresó a por mi.

 

-¿Allen? Debemos de seguir por aquí delante, es lo que hemos decidido-

 

-No, es lo que tú has decidido, no puedo, no pienso pasar por allí-

 

-¿Y porque no? No esta tan mal y parece seguro mientras que yo seguía no se ha movido ni una sola vez-

 

-...Tengo miedo a las alturas... no puedo si tengo miedo a las alturas, me resulta imposible-

 

Desvié la mirada para no ver el rostro del otro, seguro que se estaría riendo e mi, o por otro lado pensando que era un estúpido por algo así, no quería ver ese rostro, al meno no en alguien que acababa de conocer y que comenzaba a caerme bien. Pero para mi sorpresa, tomó mis manos y me levantó... abrazándome. Regresé a sonrojarme como cuando lo hizo la otra vez... si lo pensaba ya era la segunda vez que me mostraba así de débil y con miedo delante de Gael, esto era estúpido.

 

-Te voy a ayudar a pasar al otro lado, confía en mi-

 

El problema era que yo ya confiaba en él, así que dejé que me pegara a su cuerpo y que así me obligase a andar. Intentaba no mirar hacía abajo o el pánico y el terror me intimidarían del todo, para tranquilizarme y pensar en cosas más abstractas y sin sentido, comencé a contar mentalmente en mi cabeza, si servía para dormir tenía que servir para relajarse. Tras haber contado despacio hasta 183, Gael me informó de que ya podía abrir mis ojos pues habíamos llegado al otro lado del árbol. Me bajó con cuidado y me senté para sentir el suelo firme debajo de mi.

 

-Por esto no puedo viajar en avión-

 

-Pero lo has superado, estoy seguro de que podrás hacerlo tu solo-

 

-Yo no... Pero mejor sigamos, quiero saber algo más de este sitio-

 

Me levanté y seguimos con nuestra travesía, que esta vez antes de haber andado mucho ya había acabado. Ante nosotros se hayan tres pozos, pero cada uno era diferente al anterior. El primero era de piedra oscura, todo en tonos marrones, tenía una cuerda amarrada a una piedra al lado. El de la derecha también era de piedra, pero más bien de un mármol cobrizo parecido al cabello de Gael y era la primera vez que veía un mármol de este color, este si tenía una especie de techo en donde estaba la cuerda amarrada para sacar el agua. El tercero, el de la izquierda, era el que pasaba totalmente desapercibido al lado de los otros dos... era totalmente de madera, se notaba que era vieja y que aunque se habían esforzado en ponerlo no estaba bien echo... tenía algo de moho por el echo de haber sacado el agua.

 

-Que raro... ¿Por qué están los tres juntos?-

 

-No lo se... pero es como si significasen algo... ¿sabes me gusta el de madera?-

 

-¿El de madera? Pero si es el más usado y viejo... que gustos más raros tienes Gael... aunque la verdad es que tengo mucha sed...-

 

-Entonces sacaré agua de los tres, así podemos ver si están en condiciones-

 

No dijo nada más, solo se limitó a sacar el agua, dejándola en los cubos, no tardó mucho, por lo que pude ver que lo de los músculos que me había parecido antes si que era cierto, yo hubiera tardado más del doble en hacer aquello. Una vez con los tres fuera me acerqué para ver que el agua parecía la misma y a la vez totalmente diferente, no lo pensé mucho y en el cubo que había menos agua eché la de los otros dos, tras lo cual bebí un poco.

 

-No está nada mal...-

 

Para comprobarlo Gael también bebió y después dejó el cubo en el suelo sentándose y mirándome desde allí abajo con una sonrisa.

 

-¿Por qué sonríes?

 

-Tuve un día de perros... y luego fui arrastrado aquí, estaba de mal humor, pero de repente apareces tu desorientado y no se me ocurre otra cosa que ayudarte aunque yo soy el primero que no sabe que está pasando... ¿Sabes? Me caes bien, y eso en mi es raro, normalmente todos me caen horrible-

 

-A mi no me pareces mala persona... por eso he podido confiar en ti tan rápido-

-Lo que pasa... es que eres un chico demasiado sensible y confiado, por eso has podido ver esta parte de mi... aunque me alegro de caerte bien-

 

Iba a decir algo, pero comenzaba a entrarme mucho sueño, tanto que caí al suelo, noté como Gael se ponía a mi lado y me hacía preguntas pero no lo escuchaba, solo creía que estaba pronunciando su nombre intentando comunicarme con él preguntándome que era lo que me estaba pasando... pero no veía nada, no sentía nada... hasta que regresé a notar aquel espanto en mi pecho, aquella angustia y aquella caída libre de cuando llegué a aquel extraño lugar... no quería irme y dejar solo a Gael, no sería justo... pero entonces fue cuando me di cuenta de todo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).