Era una fría tarde de otoño, en aquél lago de la pareja ahogada, el cual estaba lleno de hojas cafés, amarillas y rojas flotando, el césped verde y exuberante, mas la ligera neblina húmeda del lugar que ocultaba algunas pequeñas flores las cuales nunca se marchitaban, le daban un aspecto mágico y espiritual.
A Sasuke le alegraba verlo así, tan vivo y lleno de colores.
-Estoy seguro que si pudieran ver este lugar, sonreirían, no todo el mundo puede tener una tumba tan bella-ttebayou…-
Un joven de alborotados cabellos rubios se le unió, sonriéndole con esa maravillosa sonrisa que tanto había cautivado al antes frío y muerto Uchiha Sasuke. Cuando se tropezó con él en ése mercado, a la mitad de la plaza.
-En eso tienes razón mi dobe- Sasuke tomó suavemente la mano de Naruto y lo guió a la orilla.
-Espero que los girasoles les gusten- Naruto se hincó mientras sacaba una larga pero hermosa flor de su túnica. -¿Cuánto tiempo ya ha pasado? –miró de reojo a Sasuke quien seguía de pie.
-Cuatro años… y me alegro al fin de haber vuelto-
-Parece que ellos también te extrañaron-
Sasuke lo miró extrañado y enarcó una ceja por unos segundos, pero después decidió unirse a él, dejando el girasol en el agua, lo empujaron y lentamente una suave corriente se llevó aquella flor hacia partes cada vez más profundas…
Él aún podía recordar ése día en que se conocieron… ambos eran almas perdidas deambulando por una senda marchitada, con un futuro incierto y con un pasado manchado con el color de las lágrimas, al igual que él, Naruto tuvo un amor platónico, que murió con su ser amado en circunstancias parecidas a Itachi y Deidara.
Iruka era un hombre joven de piel morena y cabellos castaños, sirviente de su padrastro Kakashi, quien era un hombre rico, peligris, rayando a lo plateado. Un mercader muy rico.
Naruto siempre vió a Iruka como algo parecido a una madre, al menos eso fue hasta su pubertad, en que lo quiso para él solamente. De todas maneras, él era un “simple sirviente” que por su buen trabajo seguía viviendo en su casa, no habría forma en que se lo negaran. Pero una noche, accidentalmente lo encontró con su padrastro teniendo arrumacos en una gran cama de seda. Naruto no emitió ningún sonido. Decidió callar, con un corazón roto pero aún vivo prefirió el sufrimiento silencioso a la separación de un amor tan real… Él y Kakashi eran de casa fina e Iruka era un huérfano adoptado por la familia para acompañar al alguna vez joven Kakashi y ahora para cuidar al pequeño Naruto, ¿de qué otra forma podrían estar juntos? Al cumplir 14, escuchando a un hombre, de alto puesto gubernamental hablando en plena calle, habló sobre el hombre y la mujer y que sólo podía existir el amor entre ellos, pero no entre dos mujeres ni entre dos hombres entendió que una relación así estaba prohibida, tan prohibida que se pagaba con muerte.
Una noche los descubrieron en “pleno acto” o al menos así fue como dijeron, porque él no se encontraba en esos instantes, los amarraron a un par de estacas en una plaza pública y cortaron sus cabezas. Naruto, el niño de cabellos rubios como el sol, y ojos tan bellos y puros como el mar huyó de su hogar arábigo, hacia climas fríos, buscando una escapatoria al dolor de la pérdida y el miedo que le provocó el tan sólo pensar con un futuro igual para él…
Una mañana sin rumbo fijo en una ciudad a la que hacía poco había llegado, con el cansancio de una noche en vela llorando, y todo un día sin comer nada, salió a un mercado, queriendo comprar algo para apaciguar su estómago, por el sueño caminaba sin poner mucha atención a lo que pasaba a su alrededor, la capucha que siempre usaba para salir no le ayudaba en nada y entonces golpeó contra alguien.
“Gomen, no estaba viendo por dónde iba-ttebayou…”
Eso fue lo que le dijo a ése extraño hombre… pero entonces, al ver esos ojos, tan diferentes y parecidos a los suyos, sintió toda una revolución en su corazón… los siguientes eventos ocurrieron no mucho después, nacieron bellos sentimientos, sentimientos que no podían existir en lugares como esos, donde el miedo y la moral son más importantes que los deseos y pensamientos propios. Esta vez la misma tragedia no se repetiría, huyeron juntos, por muchos pueblos, bosques, costas y ciudades tratando de encontrar un lugar donde amar no fuera un crimen…
Habían decidido regresar, sólo porque tenían que decirles algo, algo muy importante, probablemente no volverían a ése lugar nunca…
Kanateru merodii no raretsu
(Juguemos con la secuencia de las melodías)
Uta koe wa doko made mo tooku hibi de
(La voz cantando siempre es distante)
Gunjou no sora wa azatoku warau yo
(El cielo azul no siente afecto y se burla)
Saa yorokobi no
(Vamos, animémonos)
Uta o uta wo
(Cantemos una canción)
Nagaku tsudui ta yoru ga ake tano dakara
(Espera un largo tiempo, porque el mañana se quebrantó)
Iki tohi ikeru mono no
(Cada persona que vive)
Yorokobi no uta wo Kiko ou
(Escuchen la canción de la alegría de vivir)
Sorega daichi wo furuwa su sanbika tonari
(Este es el himno que hace que la tierra se sacuda)
Hajimari wo asa wo mukaeru
(Saluda al comienzo del mañana)
Nakashi tan amida to chi wa súbete ni hitoshiku
(La sangre y las lágrimas fluyen de la misma forma)
Marube gensou geki ga akumu no you ou ni
(La ilusión parece una pesadilla)
Kanashimi mo yorokobi mo subete ga itoshiku
(La tsisteza, la alegría también, todas son iguales)
Majiri au mafuru no sekai
(En este mundo mixto de mármol)
Subarashi no sekai maku ga akeru
(El telón se abre para un mundo maravilloso)
-Nii-san… Deidara… He vuelto con Naruto…- Susurraba. –Ya lo recuerdan… el dobe idiota con el que me tropecé-
-¡Oye! ¡No hables así de mí teme!-
Sasuke rió, tomándolo de la barbilla y obligándolo a que le diera un ruidoso beso.
-Yo hablaré de ti como me plazca, idiota y lindo usuratonkachi-
-¡Ya cállate! ¡Itachi te regañaría si te escuchara hablar así!-
Sasuke volvió a reír sonoramente y lo siguió besando aún contra la voluntad de Naruto.
-Itachi, no hace mucho, encontramos una aldea de nombre Konoha, parece ser un buen lugar, nos acabamos de asentar y parece que a la gente no le importa lo que seamos-
-Además ahí hacen una sopa increíblemente buena, ¿saben cómo se llama? ¡Ramen! ¡Es lo más delicioso que haya probado!-
-Dobe no vinimos aquí a hablar de comida…-
-¡Cállate teme! ¡Sólo estás amargado porque tocaron a la puerta cuando tú querías hacerlo!-
-¡¿Tenías que hacerme recordar eso?! ¡Esa maldita señora de la limpieza! ¡Estuve así de poco de hacerte mío otra vez!-
Ellos dos estaban acostumbrados a peleas de éste tipo, quién iba arriba, quién abajo, que la interrupción aquella, y muchas veces no les importaba gritárselo al mundo.
-¡Ya deja de hablar así Sasuke que estamos frente a tu hermano y a su pareja!-
-¡Ya me cansaste usuratonkachi, ahora te hago mío aquí!-
El pelinegro se le aventó al rubio-
-¡Waaaaaaa! ¡Sácate de encima! ¡No, no me quites la ropa…! ¡Temeeeeee!-
¿Final Felíz?