“¿Crees que la están pasando bien?” Pregunta Daniel a Minsoo.
Los otros cuatro salieron a la playa, mientras que ellos descansan en el refugio, leyendo o viendo televisión.
“Sí.” Respondió el mayor “Creo que están cómodos sin que yo los esté mandando o prohibiéndoles cosas.”
Daniel rió. Se sentó de rodillas en el sillón, mirando a su hyung por sobre el respaldo del asiento, quién leía un libro con más de 200 páginas.
“¿Sabes?...” El otro le miró “…he estado pensando…” Se detuvo al escucharlo reír.
“Aleluya.” Exclamó el mayor. Al ver la expresión de confusión en el rostro de Daniel, añadió “No sabía que pensabas.”
“¡Oye!” Gritó el menor, levantando de inmediato un cojín para aventárselo. Minsoo suelta rápidamente su libro y cubre su rostro con sus brazos. El pequeño ríe y suelta el objeto, haciendo que su compañero suspirara y se tranquilizara.
“Pero, ¿en qué has estado pensado?” Preguntó al tomar un vaso con jugo que tenía sobre la mesa.
“Creo que me gustas, hyung.” Respondió con simpleza.
El mayor agradeció ya haber tragado la pequeña cantidad que había tomado. Dejó el vaso en su lugar y miró a su dongsaeng.
Estuvieron con sus ojos clavados en los del otro por unos minutos. ‘Mal momento. Mal momento.’ –Se repetía Daniel en su cabeza.
Minsoo suspiró y se levantó de su silla, caminando lentamente hacia el sillón, sentándose al lado de su compañero, quién le miraba ansioso. Bajó la vista al suelo por un largo rato antes de mirar al menor.
“Repítelo, Daniel.” Pidió.
“Me gustas.” Dijo sin problemas.
Otro suspiro soltaron los labios de Minsoo. Se acomodó para quedar frente a frente con su dongsaeng. “¿Por qué?”.
“No lo sé.” Respondió éste “Sólo…me gustas…”
De un momento a otro, el mayor también se sintió nervioso y ansioso. Quizás a él también le gustaba el menor, pero no se había dado cuenta. Estuvieron en silencio por unos segundos, sin saber qué decir.
Sin nada más Minsoo tomó el control de la televisión y la encendió, dejando al menor con una intriga tremenda de saber su respuesta. Al poco rato llegan los demás, siendo recibidos por una gran sonrisa de parte del pequeño.
-Daniel-
Después de éste agotador día fuimos a la cama, pero yo no pude dormir pensando en el silencio que se mantuvo entre Minsoo y yo. Fue muy incómodo.
Al no poder ni cerrar mis ojos me levanté y salí con una de las frazadas a nuestra terraza. Me senté en una silla blanca que estaba al lado del florero, la cual tenía otro asiento al lado contrario.
Suspiré, y pude ver mi propia respiración en el vapor que salía constantemente de mi boca. Hacía frío, pero no tanto para congelarme allí afuera. Observé el cielo, dónde las estrellas se hacían notar con la oscuridad que había arriba. La luna era gigante, mucho más de lo que había visto antes. Era GIGANTE.
La miré, sin parpadear, por largos minutos. Pude saberlo al escuchar el gran ventanal abrirse detrás de mí; cerré los ojos por instinto y algunas lágrimas salieron involuntariamente.
“¿Daniel?”
Miré en dirección a la voz y, después de que mis ojos se adaptaran un poco a la oscuridad, le divisé; aunque de todas maneras ya sabía quién era.
“¿Qué haces aquí a estas horas?” Preguntó.
Yo le miré con la expresión más adorable que pude hacer “Yo sólo estaba… ¿acampando?” Pude notar un leve sonrojo de su parte y sonreí.
“¿No te das cuenta del frío que hace?” Negué con la cabeza. Suspiró y me miró nuevamente, levantando una ceja.
Luego entró y quedé solo…bueno, con la compañía de las estrellas.