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Bloody Kisses por Junjou_Panic

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Notas del capitulo:

Muchisimas gracias a todos por sus reviews, en serio lo agradezco jajajaja bueno, aqui les dejo la continuacion.

Estaba sediento, su vista se nublaba y su respiración estaba agitada, caminaba tropezando, cansado. Se sostenía de la pared para no caer. La lluvia caía con fuerza pero no se preocupaba por atrapar un resfriado. ¿Había escuchado antes de un vampiro con gripe? Por Dios, los vampiros no existían. ¿Entonces qué era él? Un fenómeno de circo, un experimento fallido, una maldita deformidad de la naturaleza.

-¿Qué diablos me pasa?- susurró con furia, cerrando el puño con fuerza y golpeando la pared.

Su garganta ardía y podía sentir un sudor helado bajar por su frente. Cayó al piso, incapaz de moverse, dejando que la lluvia mojara su rostro. En ese momento pudo sentir como alguien se acercaba, le escuchó aunque aquella persona no hablara, podía escuchar sus pensamientos, lo hacía, sabía lo que quería. Un vago de mediana edad, afroamericano, un delincuente, quería aprovechar que estaba tirado, lo que él consideraba “ebrio” para revisar en sus bolsillos y robar su cartera. Se acercó al rubio y comenzó a revisar apurado en su pantalón y chaqueta, quería correr antes de que una patrulla pasara. El rubio no se movió ni un segundo, ignorando su presencia y mirando el techo, intentando controlar aquel instinto asesino.

-No traes nada…- se quejó el vago, para después observar el rostro del chico –Pero no estas nada mal, supongo que no te molestara si me divierto un rato contigo-

 Una risa enferma lleno el callejón y la mano de aquel hombre se dirigió a la entrepierna del rubio, apretándola un poco, divertido. Pero no tenía idea de que aquella acción le costaría la vida. En un movimiento inhumano, el rubio tomó la nuca de aquel hombre y lo jalo hasta donde se encontraba, clavando sus dientes en el cuello de este, directo en la yugular, comenzando a succionar aquel jugoso y cálido liquido carmesí. El hombre gritó con fuerza, en su mirada el pánico era evidente, sus ojos estaban muy abiertos, queriendo salirse de sus orbes. Su boca abierta, temblando. Bebía rápido, estaba sediento, sentía como la calidez se apoderaba de su cuerpo conforme bebía, el hombre luchaba por su vida pero le era imposible separarse, hasta que sus movimientos se hicieron más lentos, cansado por la pérdida de sangre. Pero no era suficiente, quería más, no dejaría de beber hasta dejar ese maldito y sucio cuerpo sin una gota de sangre. A través de la vena sentía el palpitar de aquel corazón, el cual estaba casi muerto a causa de las drogas y todo lo que ese vago se había metido, pero de igual manera le parecía jugoso, exquisito. El corazón dejo de palpitar pero siguió bebiendo, lo dejaría seco.

-¡Es suficiente!- gritó una voz conocida, separando con fuerza el cuerpo inerte de aquel desdichado, pero la sed había cegado al rubio y como un animal atacó lo primero que encontró, atrapando entre sus manos la mano del castaño y clavando los dientes en su muñeca, comenzando a succionar la sangre que pudiera. Escuchó un leve quejido pero lo pasó por alto. El castaño se limitaba a observarlo, dejándole beber su sangre, pensativo, de esa manera el rubio le parecía una pequeña fiera, apretaba su mano con fuerza y vaciaba la sangre que el castaño había recolectado esa noche –Ya basta…- susurró acariciando la cabellera dorada del neófito, pero el aludido le ignoró –Dije que basta, Chan Hee- tomó con fuerza la cabellera del rubio y lo jaló hacia atrás de manera brusca, separando sus dientes de su mano. El rubio respiraba agitado y observó de manera desafiante a su creador, su barbilla estaba llena de sangre, al igual que su camisa. Se sentía sucio, despreciable.

-¿Estas satisfecho?- preguntó con una sonrisa burlona el castaño, arrodillándose a su altura.

-Déjame en paz- el rubio se puso de pie y le dio la espalda, caminando por aquel callejón, haciendo caso omiso de la lluvia.  Niel se acercó al cuerpo del vago y con las uñas rasgo el cuello de este, desapareciendo los dos orificios de los colmillos de su creación  y dejando tres grandes heridas en el cuello, como si se tratase de un asalto o ajuste de cuentas.

-Hey Chan Hee, debes limpiar la escena del crimen al terminar. No quieres que descubran nuestra existencia ¿o sí?- una risa suave y cantarina escapó de sus labios, dando pasos rápidos para alcanzar al rubio.

-¿Te estas burlando de mí?- Chunji le encaró, dándose la vuelta y viéndole fijo. –Acabo de matar a ese hombre- su voz era desesperada mientras señalaba el cuerpo del vago.

-No te preocupes, no le hará mucha falta a la sociedad su existencia- rió un poco –Intentó violarte ¿lo hiciste en defensa propia, no?-

-¿Desde cuándo me estabas siguiendo?- preguntó irónico el rubio, observando extrañado al castaño.

-Llevas 5 días sin pararte en mi departamento ¿Creíste que no me preocuparía?- el castaño sonrió ladino, observando al neófito.

-Déjame en paz- volvió a darle la espalda el rubio, caminando en la dirección contraria.

-¿Y a dónde iras con esas fachas? Parece que acabas de cometer un asesinato- el castaño se cruzó de brazos, viéndole divertido de lejos.

-¡Es lo que hice! ¡Soy un maldito asesino! ¡Mira lo que le hice a ese tipo, Daniel! ¡Somos unos malditos monstruos!- se dejó caer de rodillas, cubriendo su rostro mientras sollozaba, Niel rodó los ojos y se acercó a donde estaba, arrodillándose frente a él y abrazándole.

-Lo lamento- susurró a su oído mientras acariciaba su espalda para consolarle, sin emociones, mirando a la nada.

-¿Por qué lo hiciste Daniel? ¿Por qué me convertiste en esto?- sollozó el rubio.

 

 

 

Se sentía fresco después de ese baño, ahora vestía ropa limpia, sin manchas de sangre. La anterior la había lanzado Niel al fuego y ahora ardía en la chimenea. Chunji se limitaba a observar el fuego, sentado en el sofá, en silencio. Niel había logrado convencerlo de regresar a su departamento, necesitaba ropa nueva y en cierta manera, necesitaba del castaño. Ahora se había resignado a lo que era y necesitaba aprender que era lo que debía hacer y lo que no. Niel se había perdido en la cocina, no entendía que estaba haciendo, puesto que ahora solo se alimentaban de sangre, pero no le importó el averiguar.

 

-¿Ya estas mejor?- preguntó el castaño, sentándose en el sillón frente a él y observándole un poco preocupado.

-¿Por qué te ataque?- preguntó el rubio, observando el vendaje en la muñeca de Niel, recordando un poco lo que había sucedido.

-Estabas sediento, desde que te convertí no habías probado ni una gota de sangre ¿o sí?- el rubio negó.

-Eso no explica que te haya atacado-

-La sangre muerta nos enloquece Chan Hee, debes dejar de beber la sangre antes de que se detenga el corazón. Por eso me atacaste, querías más, el corazón se detuvo y seguiste bebiendo, esa fue la razón-

-¿Por qué no me detuviste? ¿Tu sangre no me hace daño?- preguntó el rubio, observándolo fijamente, una ligera risa escapó de sus labios y negó.

-No te preocupes Chan Hee, mi sangre no te mataría, si tanto te preocupa eso-

-¿Y no te mata a ti?- los ojos del castaño se abrieron de par en par y negó leve mientras sonreía.

-Soy tu creador, tengo casi 300 años, un par de gotas menos no me matarían- Al rubio le sorprendió aquella confesión, había notado lo poco que hablaba de si el castaño, pero hasta el momento no tenía idea de que esa edad tuviera.

-¿Cómo haces para soportar de manera tan natural la sed?-

-Con el tiempo tus poderes se incrementan, llega el momento en el que la sangre no es tan necesaria, no enloqueces por ella, puedes durar semanas o meses sin beber-

-¿Cuál es tu máximo?- preguntó un poco curioso.

-Dos meses, pude haber durado más pero tu aroma me enloqueció- sonrió de lado, provocando un ligero sonrojo en las mejillas del rubio –En cambio mi creador no necesitaba de sangre ya, me dijo que en una ocasión duro 10 años viviendo entre humanos sin probar ni una gota de sangre. Él solo bebía por placer-

-¿Dónde está tu creador? ¿No deberías estar con él?- Niel se encogió de hombros, como si le importara poco el tema de donde se encontrara.

-Al año de que me convirtiera desapareció- dijo sonriendo y revolviendo un poco su cabello.

-¿Esta muerto?- preguntó aún más interesado el rubio -¿No puedes sentirlo de alguna manera?-

-Era un vampiro muy antiguo y poderoso, tan poderoso que podía ocultar su presencia-

-¿Y no has intentado buscarle?- Niel negó, observando el fuego, pensativo. En ese momento Chunji deseo poder leer su mente, saber la razón de esa mirada tan nostálgica.

-No importa realmente, ahora tengo a Chan Hee- el castaño sonrió amplio, observando fijo los ojos del rubio, provocando que el calor se concentrara en las mejillas de Chunji y desviara la mirada avergonzado.

-¿A cuántos has convertido?-

-Solo a ti- respondió Niel con simpleza, sentándose en el sofá y cruzando la pierna, recargando su rostro en la palma de su mano –No soy como esos vampiros con complejo de científicos que se la pasan creando cuanta persona vean a su paso, haciendo experimentos sobre su transformación o cosas así. Para después de unos meses o años asesinar a sus creaciones y seguir con sus experimentos. En busca de una respuesta que nos explique lo que somos-

-¿Has conocido vampiros así?- Niel asintió, con una mueca de repulsión.

-El último que encontré yo mismo lo asesine- respondió inexpresivo, aunque podía notarse el odio en su voz. Algo hizo que un escalofrío corriera por la espalda de Chunji, se dio cuenta que sería malo, incluso letal, el hacer enojar a Niel.

-¿Cuántas personas has asesinado?-

-He vivido trescientos años Chan Hee, después de mis 50 años perdí la cuenta. Pero, con el paso del tiempo me di cuenta que puedes alimentarte sin asesinar a nadie-

-¿Bancos de sangre?- Niel soltó una carcajada al escucharle, risa melodiosa que aceleró el corazón del rubio.

-Besos- respondió el mayor con una media sonrisa –Besos sangrientos, como una pluma. Seduces a una mujer, o a un hombre, y besas su cuello. Delicadamente, muerdes un poco, y bebes lento, saboreando, como si degustaras un buen vino. Unas 5 personas por noche y quedas satisfecho. Y nadie muere-

-¿Ellos no lo recuerdan?- preguntó interesado el rubio. Niel negó.

-¿No te has preguntado que otros poderes tenemos? Claro, aparte de la inmortalidad y leer la mente- Chunji negó como respuesta y Niel continuó –Tenemos el poder de manipular la mente humana, borrar sus recuerdos, editarlos a nuestro gusto. Lo único que hacemos es lamer la herida al terminar y borrar su memoria. Se levantaran con dolor de cabeza y lo atribuirán a una fuerte resaca, observaran su cuello y creerán que son piquetes de mosquito-

-¿Mosquitos?- Chunji comenzó a reír por la palabra del castaño –Ahora que lo pienso, no somos muy diferentes a ellos-

-¿Quieres intentarlo? ¿Un beso sangriento?- preguntó Niel, sonriendo con los ojos y esperando curioso la respuesta del mayor.

-¿Practicare contigo?- De una manera u otra, a pesar de que Niel le había transformado en esa cosa, había algo que le hacía coquetear de manera inconsciente con el castaño. Niel volvió a soltar una carcajada, recargando su cabeza en el respaldo del sofá y poniendo una mano elegantemente sobre su pecho. Para después levantarse y caminar a su habitación.

-Ponte ropa decente Chan Hee, iremos a un bar. “De cacería”- utilizó la expresión que algunos jóvenes solían utilizar cuando iban a ligar, pero al entender el significado literal del asunto hizo pensar a Chunji que su creador realmente estaba loco y tenía muy mal gusto para los chistes.

Notas finales:

Trick or Treat?


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