El espejo- Maná
“La curiosidad mató al gato”
Mitos y leyendas, que si duendes y hadas, espíritus y fantasmas, no creo en ellos por simple y mera razón de que nada nunca me ha pasado a mí; ningún suceso paranormal o extraño que revelen que sí existe un mundo oculto ante nuestros ojos. Mi nombre es Ricardo y como todos los días me levanto a las 3 de la madrugada sin sueño.
Muchos de mis amigos me dicen “son duendes o algún ente te vigila y tu cuerpo reacciona a ello” pero no, pura palabrería que no es cierta porque nunca veo nada ni siento nada; les mentiría si no les dijera que en un principio mi insomnio me dio miedo porque fue así de repente, una noche me levanté a esas horas y al día siguiente pasó lo mismo y ya nunca he podido dormir tranquilamente.
Todo comenzó cuando me mudé de apartamento, me estaba independizando de mis padres y pues, con una muy buena oferta de alquiler en el periódico emprendí mi camino. Reitero que no creo en cosas distintas a las que mis ojos no han visto pero no por ello soy ateo, si creo en la religión pero pienso que eso es una cosa muy distinta.
Mi insomnio ya me empezaba a molestar, pero por más consultas médicas que realizara y visitas al psiquiatra mi situación no mejoraba y todos los malditos días me levantaba a las 3 de la madrugada. Como no podía resolver mi situación me acostumbré a que en las noches me recostaba en el cabecero de la cama con una novela entre las manos, esta vez era una de suspenso y misterio, no recuerdo el nombre pero se trataba de una vieja que iba asesinando en distintos lugares o algo así no lo sé y tampoco me acuerdo del final porque a poco tiempo de empezar con la lectura se fue la luz en mi urbanización.
Con un gran bufido de frustración me volví a acomodar entre las sábanas para ver si conciliaba el sueño, pero nada; seguía sin poder dormir. No se a ciencia cierta cuanto tiempo había pasado pero yo seguía acostado boca arriba en la cama observando el techo, o mejor dicho la oscurana que había en la habitación y en eso sentí unos fuertes pálpitos y me levanté de prisa pensando que me podía dar un infarto o algo.
Bajé de la cama y entre tropiezos me dirigí a lo que era la peinadora donde siempre depositaba el celular, los pálpitos eran cada vez más fuertes y ya empezaba a sudar, realmente temía que algo malo me estuviese sucediendo; rápidamente revolví la peinadora y algunas cosas cayeron al suelo, algunas de ellas de vidrio lo cual ocasionó que miles de pedacitos se esparcieran por el frío piso ocasionando un campo minado que no duró en explotar.
Me quejé de dolor al sentir como uno de los trozos se incrustaban en mi pie izquierdo, maldije mi suerte cuando de pronto una luz iluminó tenuemente el cuarto; pensé que era el celular; grave error.
El espejo de la peinadora brillaba de un intenso azul y yo me había quedado inmóvil frente a él. Miles de preguntas asaltaron mi cabeza, pero ninguna tenía respuesta, pensé en tocarlo pero un miedo profundo me invadió cada célula de mi cuerpo.
-Con duda yo pensaba si lo haría
Si era de ida y de regreso-
Pasé el dorso de mi mano derecha por la madera a su alrededor, sintiendo la dureza y la textura que regalaban al tacto.
-El espejo seductor en su reflejo lo tenía que cruzar-
Le rodeaba, pero mi vista de él no se despegaba, me atraía, me tentaba; el pánico helaba mis huesos pero fácilmente me arrastraba en ese misterioso enigma.
-Lo toco con la punta mi miedo
Que se hunde en el mercurio, del cristal-
Rápidamente succionado por el vidrio singular, no pude parar, todo en mi gritaba DETENTE pero me dejé llevar.
-Lo cruzo y lo dejo a mis espaldas
No hay regreso esta fatal-
Mi cuerpo entero fue transportado, no sentí nada más que vacío al pisar un territorio desconocido, intenté inútilmente regresar por donde había entrado pero el espejo, no estaba en ese lugar.
-Quede atrapado
En un espejo azul
Que voy a hacer dios mio
Estoy perdiendo la razón-
Ante mis ojos algo desconocido se plantaba, inmensas construcciones de tiempo antiguos, imágenes que solo podían ser vislumbradas a través de dibujos en libros y los restos de ellas era lo que en mi época yo había conocido.
-Quede atrapado
Quede fundido
En otro tiempo
En otra dimensión-
Rápidamente emprendí camino para conocer mejor el lugar donde me encontraba, quería pasar desapercibido pues un sujeto como yo levantaría muchas sospechas y más con mis vestimentas que obviamente se les tendría que hacer raras, llevaba un jersey vino-tinto y una playera de Metallica además de que los pies me sangraban de las cortadas anteriores.
Me ocultaba como podía hasta que un sujeto un poco más bajo que yo tropezó absurdamente conmigo. Primero me miró horrorizado y luego antes de que pudiese vociferar alguna palabra le hice callar con un beso, había quedado mudo dé la impresión lo que me dio chance a poder explicar mi situación; no se lo creía pero por mi forma de hablar tan anormal y mi vestuario le impulsó a confiar en mí.
Se ofreció a ocultarme en su hogareña casa mientras me ayudaba buscar una salida pero el tiempo pasó antes de que eso se pudiese lograr, ya no tenía esperanza de volver a mi hogar de natalidad, mi realidad.
3 años transcurrieron y no fueron en vano pues aquel hombre de nombre Gabriel se convirtió en mi pareja a escondidas de todo, pues eso no se consideraba bien visto en la sociedad; nuestras noches eran ardientes en pasión y deseo. Nos consumábamos el uno al otro profesando nuestro amor, ya ni ganas me quedaba de volver a mi lugar, mi vida marginada estaba mejor en aquel lugar desconocido, pues mi vida tenía un rumbo junto a aquel hombre de hermosos ojos azabaches.
Yo ya era un homosexual declarado a mis 15 años, mis padres con sabia inteligencia lo supieron aceptar pero nunca había tenido pareja estable hasta ese momento de mi vida y a mis 27años nada me hacía más feliz que estar junto a mi amor errante, pero la alegría no perduró otros años más pues la iglesia había descubierto mi estadía en aquel lugar, para mi suerte Gabriel no se encontraba en casa.
Conjuntos de guardias se aproximaron a la pequeña casa en donde me alojaba, me apresaron y como mero esclavo me trasladaron hacia el lugar indicado.
-Voy caminando por el hall
Del monasterio medieval-
Las construcciones y diseños eran únicos, tupidos y elaborados a mano alzada por distintos obreros pero mi gran admiración terminó cuando frente a mí se postró el hombre que arruinaría todo
-El padre Aurelio me instruyo bienvenido pase ya-
Como fiel siervo del señor portando su máscara ante la sociedad me dio la oportunidad para confesar dónde había ocultado al otro pecador y si lo hacía obtendría una basta recompensa
-Todo lo que vea es de usted se lo voy a regalar
Me dijo el cura sin piedad, usted pudo llegar hasta aquí y jamás podrá escapar-
Ofreciendo una gran fortuna de oro que era lo resultante de los sacrificios de la población y que ellos disfrutaban sin remordimiento alguno, con el ceño fruncido le lancé un escupitajo a los pies, pues los guardias me tenían agarrados de los brazos para evitar que me escapara del sitio.
-Uooohhh uooohh
Por pecar y blasfemar
Uooohhh uooohh
Con la vida pagaran-
Mi pecado considerado por la iglesia era el haber mantenido una relación con otro hombre, se me había olvidado que ese problema se había solucionado para mi tiempo, realmente me daba igual lo que me sucediera a mí, pero no podía tolerar que por mi error Gabriel también cargara con la culpa, si vida si valía oro para mí.
Como pude me zafé del agarre de los guardias y entre la multitud del pueblo hui en busca de mi amor prohibido; nunca hubiera imaginado lo que me hubiese deparado el destino sino hubiese cruzado el portal.
-Quede atrapado
En un espejo azul
Que voy a hacer dios mio
Estoy perdiendo la razón
Quede atrapado
Quede fundido
En otro tiempo
En otra dimensión-
Puro e inocente a todo lo que pasaba, encontré a mi hombre de castaños cabellos cogiendo agua de una posa, y sin poderle explicar lo que pasaba me eché a correr con él agarrados de las manos
-Cayendo huyendo
Están equivocados-
Sin mirar muy bien por donde iba me aproximé a adentrarme en un espeso bosque, Gabriel con la respiración agitaba me preguntaba qué pasaba pero yo no le ofrecía respuesta alguna.
-Maligno mezquino me grita un fraile bizantino-
Pronto llegamos a una desembocadura de aguas, era o cruzar, o morir en el intento.
-Y en el rio
La jauría de los frailes me seguía-
Pero Gabriel no quiso cruzar, lo que les dio tiempo a los perseguidores a dar con nuestra localización.
-Me atraparon me golpearon
De regreso a la abadía-
Nos separaron, le vi romper en llanto por comprender la situación y se me partió el corazón en miles de pedazo, me había perdido en su mar de lágrimas.
-Y en el patio del convento exorcistas me gritaban
No hay remedio a la hoguera no lo hagan-
Como Juana de Arco, me ataron entre un montón de maderas, como si fuese el mismísimo demonio, una bruja disfrazada con piel de oveja pero mis ojos solo miraban las lágrimas de Gabriel que era sujetado por los guardias y forzado a observar mi muerte, tenía miedo y sin quererlo empecé a suplicar por mi vida.
-No me maten por piedad "no, no lo hagan no"
No me maten por piedad " no, no lo hagan no"
No me maten por favor " no, no lo hagan no"
No por piedad "nooooo"
Piedad dios mio-
Con el corazón acelerado y desbocado en un latir incesante me levanté como todos los días, a las 3 de la madrugada, estaba en mi cuarto, mi cama, mi insomnio y el espejo.