ROJO MUERTE
Ruka Hatake
*-------///*///-------*
"No..."
Amaba las flores rojas, amaba el cielo rojo y el incandescente sol que quemaba sus pupilas.
Amaba todo aquello porque le recordaban la existencia de su malhumorado jefe, su fuerza.
Y que estupido y patético se sentía amándolo con tal entrega, con tal deseo e incapaz siquiera de tocar su piel, mucho menos de decirle con palabras lo tanto que significaba ser parte de su mundo.
Superbi Squalo estaba atorado dentro de su propio tormento amando a un hombre que lo llamaba siempre "basura", sintiéndose maravillado al ver como aquellos ojos le miraban con soberbia y desdén, pero a fin de cuentas le miraban, le buscaban.
"...aún no"
Se convirtió en la persona que Xanxus necesitaba, en quien pudiera sostenerse a quien pusiera usar, él le había hecho una promesa a su amo y señor, la de quedarse ahí a su lado a convertirlo y llevarlo a ser el emperador, a que se cubriera con la gloria y sangre de todos.
"Todavía no, MALDICIÓN!!!"
-Eres asquerosamente persistente...-
Una nueva estocada en su abdomen que cubrió mas distancia del suelo con su sangre roja, como él.
Squalo sintió la ola de dolor partirlo por dentro, y aunque no quiso mirar hacía la herida el frío que entraba por ella le llevo a reiterar lo que ya sabía de antemano. No saldría vivo de esta.
"Demonios, tan cerca, tan patético"
-No me digas que estas llorando.-
Aquel hombre saco su espada de sus entrañas despacio, rebanando un poco más. Y entonces cuando creyó que ya no quedaba nada, cuando Squalo creyó que era todo, su promesa fue cortada... su largo cabello fue arrancado con tanta facilidad como la de su vida que estaba siendo extinguida.
-VOIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII MALDITO COMO TE ATREVESSS!!!!!!!!!!!-
Le grito con las fuerzas que ya no tenía, y con la rabia que le sobrepasaba.
-Así que todavía tienes la suficiente fuerza para gritar, de repente te pones divertido.-
La sonrisa que se ensanchaba más en la cara de aquel sujeto hasta casi deformarle el rostro por completo le pareció más asquerosa de lo que le pareció apenas unas horas atrás en la entrada de ese bosque.
Quien pudo pensar que ese hombre no era más que un carnicero y él ahora solo la carne que cortar.
( Lo repito para que la pág me permita subirlo)
ROJO MUERTE
Ruka Hatake
*-------///*///-------*
"No..."
Amaba las flores rojas, amaba el cielo rojo y el incandescente sol que quemaba sus pupilas.
Amaba todo aquello porque le recordaban la existencia de su malhumorado jefe, su fuerza.
Y que estupido y patético se sentía amándolo con tal entrega, con tal deseo e incapaz siquiera de tocar su piel, mucho menos de decirle con palabras lo tanto que significaba ser parte de su mundo.
Superbi Squalo estaba atorado dentro de su propio tormento amando a un hombre que lo llamaba siempre "basura", sintiéndose maravillado al ver como aquellos ojos le miraban con soberbia y desdén, pero a fin de cuentas le miraban, le buscaban.
"...aún no"
Se convirtió en la persona que Xanxus necesitaba, en quien pudiera sostenerse a quien pusiera usar, él le había hecho una promesa a su amo y señor, la de quedarse ahí a su lado a convertirlo y llevarlo a ser el emperador, a que se cubriera con la gloria y sangre de todos.
"Todavía no, MALDICIÓN!!!"
-Eres asquerosamente persistente...-
Una nueva estocada en su abdomen que cubrió mas distancia del suelo con su sangre roja, como él.
Squalo sintió la ola de dolor partirlo por dentro, y aunque no quiso mirar hacía la herida el frío que entraba por ella le llevo a reiterar lo que ya sabía de antemano. No saldría vivo de esta.
"Demonios, tan cerca, tan patético"
-No me digas que estas llorando.-
Aquel hombre saco su espada de sus entrañas despacio, rebanando un poco más. Y entonces cuando creyó que ya no quedaba nada, cuando Squalo creyó que era todo, su promesa fue cortada... su largo cabello fue arrancado con tanta facilidad como la de su vida que estaba siendo extinguida.
-VOIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII MALDITO COMO TE ATREVESSS!!!!!!!!!!!-
Le grito con las fuerzas que ya no tenía, y con la rabia que le sobrepasaba.
-Así que todavía tienes la suficiente fuerza para gritar, de repente te pones divertido.-
La sonrisa que se ensanchaba más en la cara de aquel sujeto hasta casi deformarle el rostro por completo le pareció más asquerosa de lo que le pareció apenas unas horas atrás en la entrada de ese bosque.
Quien pudo pensar que ese hombre no era más que un carnicero y él ahora solo la carne que cortar.