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My Love por Hiro_chan

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Jinyoung salió de su casa a la misma hora de siempre, a las 7 y media, ya que comenzaban sus clases a las 8. En realidad vivía a casi 5 minutos de su escuela pero tenia un motivo por el que salir tan temprano y allí estaba, un joven alto que le saludaba desde la puerta del jardín, con una delgada pero esbelta figura, su sonrisa era brillante y sus ojos oscuros, el pelo era largo un poco mas abajo de sus orejas, estaba suelto pero al llegar a la escuela se lo tendría que recoger debido a las estrictas normas del director, una pena pensaba Jinyoung. Shinwoo se llamaba aquel chico tan digno de admirar, era su mejor amigo desde hacia años y siempre iban juntos todas las mañanas.
-Buenos días.- Shinwoo seguía sonriendo mientras movía lentamente su mano.
-Buenos días.- Jinyoung le devolvió la sonrisa con ternura y le ofreció una bolsita de cuadros blancos y rojos.
-Mi madre ha vuelto a hacer galletas y me ha dicho que te dé estas.- Shinwoo las aceptó encantado y se metió una en la boca enseguida comenzando a disfrutar del suave sabor de sus galletas favoritas.
Jinyoung rió ante el acto desesperado de su compañero y comenzaron a caminar a su primera parada: un pequeño parque infantil cercano al instituto al que siempre iban antes de ir a clase. Ese corto tiempo lo aprovechaban simplemente para hablar, no les importaba despertarse más temprano o estar en la calle con ese frío matutino, simplemente disfrutaban de la compañía del otro mientras se columpiaban.
-¿Qué vas a hacer esta tarde?- preguntó Jinyoung
-Prometí a Baro que le ayudaría con un trabajo, ¿por qué?
-Ah, nada, por si querías quedar.
-Mmm… Bueno, no creo que tarde mucho, pero si tú nos ayudas, podremos acabar antes y así tener tiempo para hacer algo.
Jinyoung asintió mostrando una gran sonrisa que hizo a Shinwoo sentirse sumamente bien. Siempre la adorable sonrisa de su amigo le hacía feliz así que trataba de complacerlo lo máximo posible en todo momento.
-Hyuuungs!- les llamó una voz vivaz.
Un joven con gafas de aspecto enérgico y alegre acompañado de dos chicas les saludaba moviendo su brazo de un lado a otro.
-Hola Sandeul!- saludó Jinyoung moviendo la mano.
El joven seguía moviendo el brazo sin borrar esa gran sonrisa de su cara, era un compañero de un año inferior, Lee Sandeul, un chico al que le encantaba hacer payasadas y que nunca paraba de reír.
-Hey, pato feo.- escuchó el joven tras de sí, con un tono burlesco.
Sandeul se giró sabiendo ya lo que se encontraría, un chico de pelo negro y ojos grandes, con una gorra de lado y los tres primeros botones de la camisa del uniforme desabrochados.
-Ah, tú…- dijo Sandeul molesto.
-Hola Baro.- saludaron los mayores al recién llegado acercándoseles.
Sandeul ya no sonreía, siempre que estaba al lado de Baro le era imposible hacerlo, y es que odiaba a ese chico… Bueno, eso era mentira, le ponía nervioso y le frustraba pero le era imposible odiar a Baro, con ese sentido del humor tan divertido, esa sonrisa de hámster tan adorable, esa mirada tan sexy… “Agh... maldito Baro!” pensaba.
-Hey! Shinwoo no olvides lo de esta tarde.- le dijo apuntándole con el dedo índice.
El mayor sonrió asegurándole que no lo haría y le rodeó el hombro con su brazo apoyándose ligeramente, le parecía adorable que su dongsaeng le tratara de esa manera informal, sin duda lo mejor de Baro era el buen rollo que tenía con todo el mundo, de la mano de su confianza en sí mismo. Aunque esta actitud despreocupada y alegre no le gustaba a todo el mundo, pero eso le importaba más bien poco
-Hyung…- dijo Sandeul algo molesto.- Esta tarde me dijiste que me ayudarías con mi trabajo.
-¿Eh?- Shinwoo se giró.- ¡Ah, es verdad! Lo siento,  pero Jinyoung vendrá también, entre los dos os podremos ayudar fácilmente.
Sandeul miró a su otro hyung y éste le agarró como Shinwoo hacía con Baro.
-Está bien…- dijo fingiendo estar molesto.- Pero como vuelvas a olvidarte de algo te arrepentirás!
-Ja! ¿Y qué le harás? ¿Regalarle una foto tuya?- se burló Baro esbozando una sonrisa maliciosa.
Sandeul lo miró molesto ¿por qué tenía que tratarlo así? Con los demás era divertido y amigable, incluso a veces se mostraba muy cariñoso con sus amigos más cercanos… Las chicas que le acompañaban le sacaron de sus pensamientos cuando le avisaron de que tenían que aligerar el paso, al parecer tenían algo que hacer antes de entrar en clase así que se adelantaron y Sandeul las acompañó.
-No entiendo que ven las tías en ese pato feo…- comentó Baro viéndolos alejarse
-Jajaja ¿Estás celoso?- dijo Jinyoung.
-Por Dios, hyung, mírame – Bromeó señalándose a sí mismo de pies a cabeza.- Es sólo que no sé por que les gusta tanto a las chicas.-
-Será por su actitud alegre y adorable.- comentó Shinwoo aún colgado de Baro.
-Baro, ¿por qué te metes tanto con Sandeul? A mí me parece que es guapito…- Jinyoung estaba curioso, vale que Sandeul tuviera un poco pinta de nerd, pero era bastante atractivo en realidad.
-Aysh, tú también hyung? Qué mal gusto!
-Tiene unos labios muy sexys, si fuera una chica le besaría…- dijo Shinwoo mientras seguía caminando tranquilamente.
Baro y Jinyoung se quedaron mirandolo sorprendidos, hasta que estallaron con una sonora carcajada.
-A lo mejor es eso! Que es gay! – parecía que Baro acabara de hacer un gran descubrimiento.
-Oh, entonces hay que tener cuidado con Shinwoo no vaya a ser que intente cosas indecentes.- Jinyoung reía burlándose de su amigo y el menor le siguió el juego hasta llegar al instituto, donde tuvieron que separarse para ir cada uno a sus aulas.

Cuando Baro entró en el aula Sandeul ya estaba allí con sus amigas hablando despreocupadamente y riendo como siempre hacia. Baro caminó hasta el final de la clase y se sentó en la penúltima fila cerca de las ventanas, justo 3 filas mas adelante estaba sentado Sandeul. Se puso a observarlo, no lo odiaba ni le caía mal pero le molestaba que precisamente la chica que le había gustado en el pasado estuviera siempre con él. En más de una ocasión había intentado invitarla a comer o a pasear, pero casi le ignoraba negándose inmediatamente y después la veía tan abierta y alegre con Sandeul. “¿Qué tendrá él que no tenga yo?” pensaba.
Aquella tarde iban a quedar para hacer unos trabajos así que aprovecharía la oportunidad para preguntarle algunas cosas, aunque ya no le interesaba aquella chica sentía muchísima curiosidad.
Después de terminar las clases Baro recogió rápido sus cosas y se acercó a Sandeul que todavía estaba recogiendo sus cosas.
-¡Hey!- Exclamó Baro haciendo que Sandeul diera un pequeño brinco ante la inesperada llamada, le miró y sonrió.
-¿Qué pasa Baro?-
-¿No Íbamos a casa de Shinwoo?- Dijo algo sarcástico riéndose de Sandeul.
-Ah cierto...-Sandeul seguía recogiendo sus cosas.
-Vamos juntos, a la salida les esperamos.- Dijo mientras agarraba la mochila de Sandeul y le ayudaba.
Sandeul le miró extrañado, metió las cosas en su mochila y caminó tras Baro mientras se despedía de sus amigos.
-¿A que viene tanta amabilidad de repente?- Sandeul era perspicaz, Baro rio mientras bajaban por las escaleras, se paró en seco y le miró mientras sonreía.
-Me apetece tratarte bien hoy.- Miró hacia delante mientras comenzaba a reír dejando a Sandeul con la cara totalmente roja. "Aaah ¿Por qué me miras y me sonríes así?". Sandeul estaba loco por aquel pequeño demonio que parecía que jugaba con él, pero solo es su propia culpa por enamorase de un chico travieso.
-Se que lo haces con algún propósito.- Se atrevió a decir.
-Ok, ok, tienes razón.- Ambos salieron de la escuela y mientras esperaban a sus hyungs siguieron hablando.
-La verdad es que, quería preguntarte como haces para que las chicas hablen tanto contigo.-
Sandeul suspiró decepcionado, en lo más profundo de su mente tenia la esperanza de algo mas, aun así sonrió tranquilo y vio que Shinwoo y Jinyoung se acercaban.
Sandeul suspiró decepcionado, en lo más profundo de su mente tenía la esperanza de algo mas, aun así sonrió tranquilo y vio que Shinwoo y Jinyoung se acercaban.
-Hola.- Dijeron al unisonó mientras sonreían.
-Buenas.- Dijo Baro levantando la mano y Sandeul simplemente sonrió.
-Vamos entonces.- Shinwoo comenzó a caminar mientras seguía hablando de un problema de matemáticas con Jinyoung. Baro y Sandeul les seguían de cerca pero sin decir nada hasta que por fin llegaron a la casa de Shinwoo, este entró primero y avisó a su madre de que había traído a más gente de la que tenía pensando al principio pero no le importó ya que confiaba plenamente en su hijo.
Todos entraron al salón de la casa y se sentaron alrededor de una larga mesa, Jinyoung se sentó seguido por Sandeul que se sentó a su lado, mientras que Baro se sentó en frente de los dos.
-Voy a buscar la comida.- Dijo Shinwoo.
-Yo te ayudo.- Jinyoung en seguida se ofreció a ayudarle mientras se levantaba.
Baro y Sandeul se quedaron sentados en silencio, Sandeul no apartaba la mirada de la mesa mientras Baro le clavaba la mirada descaradamente.
-¿No me lo vas a contar?- Sandeul le miró.
-No tengo que contarte nada.- Le soltó algo seco, Baro chasqueó la lengua molesto.
-No lo entiendo de verdad, como pueden adorarte tanto…-Baro sonrió mientras observaba la reacción del otro.
-Sera porque tú eres un antipático.- Sandeul le miró mal y Baro le miró sorprendido, la puerta del salón se abrió y apareció Jinyoung con unos vasos y una botella de té frio, las puso sobre la mesa y se marchó de nuevo.
-Lo…lo siento.- Sandeul se disculpó ya que había sido un poco grosero, el otro no dijo nada y se mantuvo en silencio pensando, recordó lo que sus hyungs le habían dicho esa mañana.
“Tiene unos labios muy sexys, si fuera una chica le besaría…”
Sonrió levemente al recordarlo pero quiso comprobarlo, miró a Sandeul y este estaba ojeando un libro muy concentrado, observó sus labios, su labio inferior era más grueso que el superior, tenían una forma muy bonita y su color era un rosa muy claro, Sandeul mojó sus labios con su lengua suavemente mientras seguía leyendo.
“Son apetecibles”-Pensó Baro mientras se mordía su propio labio inferior. No pudo evitar suspirar algo frustrado y se apoyó en la mesa mirando hacia la puerta. Sandeul al escuchar suspirar a su compañero le miró intrigado pero esté miraba hacia la puerta por la cual justo aparecieron los hyungs con la comida.

Mientras comían Shinwoo le pidió a sus donsaengs que le enseñaran los trabajos, Sandeul lo tenía casi todo terminado, tan solo necesitaba que le despejaran algunas dudas para poder completarlo, en cambio a Baro le quedaba muchísimo por hacer.
-Baro, no has hecho casi nada!- dijo Shinwoo algo molesto.
-Es que no entendía el segundo apartado y como tú me dijiste que me echarías una mano.
-¡Eres un gandúl!- le reprochó Jinyoung.- Podrías haber hecho como Sandeul y dejar esas partes en blanco.
Baro intentó desviar la mirada, sabía que lo habían pillado y se habían dado cuenta de que no lo hizo para que ellos le ayudasen y ahorrarse el esfuerzo, le conocían demasiado bien.
-Ah…- Shinwoo suspiró.- Este niño… en fin, hoy haremos la primera mitad y mañana lo terminamos, ¿de acuerdo?
Baro se rascó la nuca pensando en como decirle a su hyung que debían hacerlo todo ese día.
-El plazo de entrega es mañana.- dijo Sandeul finalmente.
Los dos mayores miraron a Baro enfadados, era muchísimo y estarían ahí muchas horas para acabarlo así que le reprocharon que no hubiera quedado antes con ellos, siempre hacía ese tipo de cosas pero al final acababan ayudándole.
-¡Ya se! Copiaré las partes que Sandeul tiene hechas mientras ustedes le ayudan a completarlo y luego copio eso también.- les miró a todos como si fuera un genio.
-¡Ni hablar! Se darán cuenta y no voy a arriesgar mi nota por ti!- se negó Sandeul.
-Tranquilo, cambiaré las palabras para que no se note.-
-Dedícate a hacer los trabajos por ti mismo y punto.- le dijo Jinyoung echándole la bronca medio en broma.
-Aysh... está bien… Pato borde.- dijo mirando a Sandeul con una mueca.
Estuvieron hasta las once de la noche haciendo el maldito trabajo de Baro, Sandeul se había ido un par de horas antes aunque acabó el trabajo mucho antes pero se había quedado a echarle una mano a sus hyungs con ese chico gandul y tonto. En realidad era bastante inteligente, captaba las explicaciones muy rápido simplemente no hacía mucho caso en clase y lo dejaba todo para lo último, si estudiase una semana antes de los exámenes en vez de quedarse la noche anterior en vela seguro que sacaría muy buenas notas, pensaba Sandeul de camino a casa.
Cuando el trabajo estuvo terminado, Shinwoo y Jinyoung acompañaron a Baro a su casa y se despidieron de él recordándole lo irresponsable que era, después siguieron hasta casa de Jinyoung. Era costumbre para Shinwoo acompañar a su amigo a la casa siempre, no le gustaba que fuera solo porque no quería que le pasara nada, además le encantaba caminar por la calle escuchando música mientras pensaba en sus cosas así que no le importaba tener que volver solo.
-Ah! ahora que estás aquí te devuelvo la chaqueta que me prestaste el otro día.- dijo Jinyoung frente la puerta de su casa.
-No te preocupes, no tengo prisa en que me la devuelvas.
Jinyoung insistió y le hizo pasar, a pesar de que se conocían desde hacía tantos años, casi toda su vida, a Shinwoo le era incómodo entrar en casa de alguien a esas horas.
-Jinyoungie? Por fin llegas.- se asomó la señora Jung.
-Mamá, perdona, es que estuvimos con el trabajo hasta ahora…- Jinyoung no pudo terminar de hablar porque algo se abalanzó sobre él gritando su nombre.
-¡¡¡JINYOUNGIE~~~!!! –
Un chico alto con una sonrisa radiante se le tiró encima abrazándole.
-¡¡Channie!!- dijo sorprendido y contento a la vez que respondía al abrazo.- ¿Qué haces aquí?
-¡ Hyuuung!¡ No te lo vas a creer! – Decía sin soltarle.- ¡Volveré a vivir aquí! ¡Incluso iré a tu mismo instituto!
-¿En serio? ¡Qué bien!-
Shinwoo los observaba tranquilo aunque algo sorprendido, Jinyoung le había hablado muchas veces de ese chico, Gongchan, era dos años menor que ellos, sus padres eran buenos amigos y ellos también entablaron una buena amistad hasta que se tuvo que mudar a Gwangju por el trabajo de su padre, sin embargo siguieron llamándose, enviándose cartas y comunicándose por internet. Era la primera vez que Shinwoo veía a Gongchan porque era Jinyoung quien siempre iba a Gwangju de vacaciones ya que los padres del menor estaban demasiado ocupados con su trabajo como para viajar y no querían dejar  a su hijo ir solo hasta Seúl.
-Mis padres aún tienen que arreglar algunas cosas del trabajo, pero pensaron que cuanto antes me matriculase en el instituto mejor, para adaptarme y coger el ritmo de las clases pronto. Así que me quedaré aquí hasta que ellos terminen todo el papeleo.
-¿Aquí, en mi casa?- preguntó Jinyoung y Shinwoo no pudo evitar sentirse incómodo al ver como Gongchan lo agarraba de la cintura mientras el mayor le peinaba el flequillo.
-¡Sí!
Los dos amigos se abrazaron riendo, Shinwoo estaba algo extrañado, no es que Jinyoung no fuese cariñoso con sus amigos, pero era tímido y aunque les abrazaba nunca le había visto poner esa expresión tan tierna con nadie.
-Jinyoungie, te he arreglado la habitación para que Channie se quede contigo. Dice que prefiere estar contigo que en la habitación de invitados.- le informó su madre.
-Te importa que me quede contigo, Jinyoungie?-
¿Jinyoungie? ¿Por qué lo llamaba así? Si es dos años mayor le debería llamar hyung, pensaba Shinwoo.
-Claro que no. Así tendremos tiempo para hablar de muchas cosas y pasar más tiempo juntos, que hace casi un año que no nos vemos!
De nuevo le peinó con esa sonrisa en los labios. Gongchan miró a Shinwoo que los observaba aparentemente impasible.
-Oh, perdona, tú debes de ser Shinwoo hyung.- le tendió la mano.
-Ah, es verdad, no les he presentado, con la sorpresa no me he dado cuenta.- dijo Jinyoung revolviéndose el pelo mientras su amigo le devolvía el apretón al pequeño.- Shinwoo, este es Gongchan, el chico de Gwangju del que siempre te hablo, y Channie este es Shinwoo, mi compañero de clase del que también te he hablado.
-Encantado.- sonrió el mayor, aunque hubiese preferido que lo describiera como “amigo” y no “compañero de clase” ya que se conocían desde hacía ¿Cuánto? ¿Diez años? Y no siempre habían sido compañeros de clase, pero sí amigos.
-Igualmente, hyung.- le respondió el menor con una sonrisa encantadora.
-Voy a por tu chaqueta, Shinwoo.- dijo Jinyoung subiendo las escaleras hasta su cuarto, seguido por su madre que le decía algo sobre lo desordenada que había dejado la habitación.
Shinwoo y Gongchan se miraron y sonrieron, el menor era muy guapo y desprendía un aura de inocencia adorable que realmente daban ganas de achucharlo.
-Este año también está en clase con Jinyoung hyung, ¿verdad?- realmente lo sabía pero tenía que romper el hielo de alguna forma.
-Sí.- Shinwoo era muy tímido.
-Que envidia… Hyung me dijo que eres muy bueno en Taekwondo.- comentó el menor.
¿Envidia?
-Eh… bueno, estoy en el club del instituto pero hay otros mejores que yo…- se sonrojó como siempre que le alagaban, rascándose la nuca.
-Yo intentaré ingresar en el club de natación, aunque me gustaría estar en el de música con Jinyoung hyung pero no se tocar ningún instrumento, así que mejor me meto en algo que se me de bien.
-Pareces se una persona atlética, estoy seguro de que te irá bien en natación.- le sonrió Shinwoo.
Jinyoung apareció con la chaqueta y se la entregó.
-Gracias, despídete de tu madre por mí.- miró a Gongchan.- Un placer conocerte.
-Igualmente.- le respondió con una gran sonrisa.
Shinwoo salió y se despidió con la mano, observando mientras se alejaba como Gongchan deslizaba sus manos por la cintura de Jinyoung y lo abrazaba por detrás apoyando su cabeza sobre su hombro. Notó una punzada en el corazón cuando vio a Jinyoung poner sus manos sobre las del menor y mirarle sonriente muy cerca de su rostro, no pudo evitar pensar desde cuando Jinyoung era así, siempre había pensado que él era la persona más cercana, su amigo más íntimo y que ahora pareciera estar equivocado le molestaba y le dolía.


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