Era una noche de invierno. El departamento estaba envuelto en un profundo y completo silencio hasta que una puerta se abre y se cierra haciendo el menor ruido posible.
Unos pequeños pies descalzos comenzaban a andar en la oscuridad. Ella no era un impedimento para él, conocía el camino como la palma de su mano y podía llegar con bien hacia donde se dirigía.
Malditos cambios de cuarto, pensaba.
Ahora el compartía la habitación con su umma y el líder del grupo mientras que su hyung dormía con puppy.
No era justo! Jonghyun ni siquiera dormía ahí, el lo sabía. Varías veces lo oyó ingresar en medio de la noche y dormir junto a Key. Y su hyung quedaba solo… en estas noches tan frías… Sin duda él no podía permitirlo, él debía hacer algo por su hyung favorito, él debía acompañarlo. Precisamente ese fue el motivo que lo movilizo esa noche cuando todos ya estaban en un profundo sueño.
Todo estaba en penumbras dentro de la habitación pero el maknae la conocía de memoria, había medido el espacio muchas veces, sabia donde se hallaba cada objeto, a cuantos pasos de la puerta estaba la cama.
Sus ojos se acostumbraron a la penumbra y a los pocos instantes pudo distinguir la figura del hombre que dormía plácidamente en la cama. Estaba recostado sobre su costado izquierdo, un brazo extendido y el otro sobre el pecho; su cabello algo desordenado, su rostro apacible iluminado por la ligera luz de la luna. Su hyung era tan hermoso incluso dormido…
Sin dudarlo, levanto el edredón junto con las sabanas y se tendió a su lado. Estiro cada pierna con cuidado para no despertarlo. Paso sus brazos por la espalda, abrazando la cintura, buscando calor en ese cuerpo tan conocido. Ese contacto hizo que el mayor se moviera ligeramente. Suspiro cuando volvió a quedarse quieto, cuando lo único que se oía en el ambiente era la respiración de ambos.
Estaba a punto de cerrar sus ojos cuando unos cálidos dedos acarician sus manos, su cuerpo se extrémese.
-Que ocurre Minnie?- pregunta en un susurro, adormilado.
-Yo… pensé que te sentirías solo, hyung- confiesa.
Ese comentario enternece a Minho, haciéndolo soltar una pequeña risa. Su hermoso minnie… estaba preocupado por él. Siempre tan adorable.
Separa suavemente las manos del pequeño sobre su cintura y se voltea para poder verlo. Aun en penumbras puede notar el sonrojo en las pequeñas mejillas de Taemin. Las acaricia con el dorso de su mano izquierda.
-Solo es eso?
Taemin esconde su rostro en el pecho del mayor, avergonzado.
-No… es que yo…- se toma su tiempo para continuar hablando pero lo hace finalmente- esa habitación es muy fría sin ti, hyung.
Minho sonríe en la oscuridad acariciando los cabellos pelirojos. Siente como el calor de su cuerpo comienza a ingresar en cada uno de los poros del cuerpo del pequeño. Disfruta de tenerlo en sus brazos después de tanto tiempo. Era verdad, a ninguno de los dos le agradaba los cambios de dormitorio, a ninguno de los dos les agradaba estar lejos del otro. Y Taemin era el que más lo sufría.
Toma su rostro con ambas manos y sonríe aun mas cuando sus miradas de encuentran.
-Yo también te extraño, Tae. No te imaginas cuanto.
-Hyung…- sus ojos brillan, sus mejillas arden.
Minho roza sus labios con los del menor con delicadeza, sin besarlos. No aun. Aspira su cálido aliento, recordando cuando fue la última vez que lo tuvo tan cerca. No resiste mucho y se funden en un apasionado beso.
Taemin pasa sus brazos por su cuello, una mano sostiene la nuca de su hyung para acercarlo más a él, intensificando el beso. Gimen cuando sus lenguas se encuentran y recorren la cavidad bucal del otro, con entusiasmo.
Minho muerde por momentos esos labios carnosos del menor que le saben la gloria. Comienza acariciar su cintura en el momento que se dejan caer en la cama.
Si. Sin duda extrañaba a su pequeño. Su voz, su cuerpo, sus labios, su aroma único. Su calor, la suavidad de su piel, como esta se erizaba al simple tacto de sus manos ardientes. El agarre desesperado de sus manitas temblorosas en su cabello. Sus gemidos, su nombre dicho entre suspiros. Lo extrañaba todo de Taemin.
-Ah… Hyung!- la excitación y sus jadeos eran cada vez mayores ante las manos traviesas y los besos que el alto depositaba en su cuerpo. No recordaba en qué momento él y su hyung se había quitado sus camisetas. El rose de sus pechos desnudos lo enloquecía.
-Hyu-hyung… n-nos escucharan.
Minho levanta su rostro y lo mira con una sonrisa picara haciendo que el pequeño se sonroje por completo.
-No importa.- dice sacándole importancia al asunto- Tenias frio, no es así? Entonces déjame que te de calor Tae.
-pero…- Minho se apodera de sus labios impidiéndole seguir hablando. Lo besa con pasión y ese contacto lo quema por dentro, despierta su deseo. Quiere más…
Esta vez Taemin no quiere ser pasivo así que en un movimiento preciso hace que el mayor quede bajo su cuerpo. Minho sonríe sobre sus labios, encantado por esa acción. El pequeño le devuelve la sonrisa y comienza a descender. Besa sus labios, delinea con su lengua el hueso de su barbilla, muerde su cuello, su clavícula mientras sus manos acarician los pectorales de Minho. Cuando su boca se entretiene en los pezones, una de sus manos desciende y acaricia con suavidad el miembro ya despierto de su hyung sobre su ropa. Luego debajo de ella.
Caliente… muy caliente…
-Ah!... Tae…-susurra disfrutando del contacto. Cierra los ojos inclinado la cabeza hacia atrás. Era maravilloso ser tocado de esa manera por él.
Al cabo de unos minutos, sostiene a Taemin por su estrecha cintura haciendo que las manos del pequeño pasaran a sus hombros. Lo acomoda sobre su cuerpo al tiempo que inicia pequeños movimientos con su cadera, imitado las embestidas. Gimen al unisonó cuando sus miembros se rozan por la fricción.
-Hyung.. ah! Hazlo- suplica con la respiración acelerada. Muerde su labio inferior. Sabe que si el moreno sigue así no tardara mucho en explotar, no quiere hacerlo aun. Quiere sentir a su hyung dentro suyo.
Minho lo besa mientras se voltea y recuesta a Taemin bajo su cuerpo. Se separa para quitar las prendas que aun quedaban en ambos cuerpos. Acaricia sus largas y níveas piernas, se acomoda sobre ellas y lo penetra lentamente.
Taemin se aferra a su espalda cuando el mayor se adentra completamente en su interior. No siente dolor, no como la primera vez esa tarde de lluvia. No, hace tiempo que el placer había remplazado cualquier indicio de dolor en su cuerpo. Le encantaba esta cercanía, le encantaba estar de esta manera con su hyung.
Una mordida en su lóbulo derecho le indica al mayor que ya puede continuar y lo hace. Primero lento, con cuidado.
Sus cuerpos comienzan a sudar con cada fricción, por lo rápidas y constantes que comenzaban a tornarse las embestidas. Rápido, lento, firme, constante hasta encontrar el dulce punto en el interior del maknae. Les encantaba oír los gemidos del otro en sus oídos. Mas alto, mas alto..
Estar envueltos en el calor y el olor que hacían juntos. Y para Minho nada se comparaba al hecho de moverse en su interior. Esa sensación era indescriptible, fascinante.
-Mi hermoso Taemin… te amo.
-Yo… también te amo hyung.
Rozan las palmas de ambas manos, entrelazan sus dedos. Sonríen. Se besan.
Sienten que el clímax esta próximo pero ninguno quiere separarse. No aun, solo un poco más.
Unas cuantas embestidas ms y el pequeño se corre entre sus vientres. Dos, tres y Minho hace lo mismo en su interior. Se tumban agotados pero felices sobre la cama. Cuando levanta el rostro y se encuentra con la radiante sonrisa de Taemin, decide que no va a dejar de amarlo en toda la noche.
***
La luz que se colaba en la ventana chocaba contra los parpados cerrados del moreno. Luchas por no abrirlos, se sentía demasiado como para despertarse aun pero finalmente lo hace. Y al ver al pequeño aferrado a su pecho, brindándole calor, sabe que vale la pena abrir sus grandes ojos. Aprecia su hermoso rostro dormido, como la luz ilumina su nívea piel, sus labios entreabiertos, su pecho subiendo y bajando por la respiración. Moría de amor viendo todo eso y se sentía afortunado porque sabía que nadie podía ver a Taemin de ese modo, nadie podía tener esa deliciosa intimidad y cercanía con él. Quito suavemente el mecho de cabello que cubría sus ojos cerrados; acaricia sus mejillas, sus hombros desnudos. Se inclina y roza con su nariz el cuello del pequeño, aspirando su aroma. Cerró sus ojos pero una pequeña risa hace levantar su rostro. Sus miradas se encuentran y Minho siente que su corazón se acelera cuando ve la radiante y hermosa sonrisa que su minnie le regala.
-Buenos días hyung- dice besando levemente sus labios.
-Buenos días Tae- responde antes de besar su frente y estrecharlo entre sus brazos con ternura.
Sin duda, el maknae no imaginaba una mejor manera de comenzar el día que estar abrazado a su hyung en el desorden de las sabanas y los almohadones. Sentir sus pieles desnudas, su calor, su cercanía. Amanecer a su lado…
Y así era como deseaba que fueran todos los días de su vida.