Habían pasado unos días ya desde su encuentro con el mayor, este le rehuía en todo momento, evitando quedarse a solas con él y no lo culpa ¿Cómo hacerlo? El haría lo mismo si la situación fuse al revés. Más no podía negar el hecho de que comenzaba a extrañar la presencia del mayor. Este ya no jugaba con él, se la pasaba en compañía de TOP o cualquier otro miembro, TOP. Comenzaba a odiar al rapero mayor ¿Por qué siempre andaba detrás de Ji? ¿De su Ji? Si, era suyo. Lo fue desde el momento en que lo vio por primera vez. Suspiró suavemente, desde el incidente con su líder sus pesadillas habían cesado, la voz ya no le acosaba, al menos no siempre. Su sonrisa había vuelto a ser la misma de antes y se sentía tranquilo pero… ¿Por qué de igual forma sentía una opresión en su pecho?
No fue hasta un día en una entrevista en la cual prestó mayor atención a su líder que la realidad lo golpeó. ¿Qué había hecho? Ji Yong no era Ji Yong. Ji Yong no sonreía, Ji Yong no jugaba, Ji Yong no hacía el tonto. Desvió toda su atención en rostro del mayor ¿Qué más daba si no hablaba en toda la entrevista? ¡Su líder tampoco lo hacía! Se fijó en las bolsas debajo de sus ojos, en su mirada apagada y en aquella camisa de cuello alto que últimamente usaba, y quiso llorar de impotencia. Todo era culpa suya, ¿Cómo pudo dejar salir al monstruo dentro de sí? ¿Cómo pudo dañar al mayor?
“¿Hyung…?”
Siempre era lo mismo, por más que intentaba hablar con el rapero no podía, todo era cuestión de que este le viese para que se pegase TOP y juntos abandonaran el lugar, más la ocasión perfecta se presentó un día. Todos los chicos irían a una disco y el líder estaba dormido, con una excusa se saltó la velada, quedándose solo en el departamento con el mayor. Una vez que todos hubieron abandonado el lugar se escabullo a la habitación del contrario, su líder estaba hecho un ovillo en la cama.
“Hyung…” susurro nuevamente y como si de un hechizo se tratase Ji Yong abrió de golpe sus ojos, mirándolo con miedo. Aquella mirada hizo que su corazón se oprimiese.
“SeungRi” Ji Yong se alejo inmediatamente de él, pegando su cuerpo al otro extremo de la cama. Podía apreciar las marcas rojizas en cuello del mayor, aquellas marcas que tenían el tamaño justo de sus dedos. Sintió asco de si mismo
“Hyung, perdón…Yo, yo…Lo siento” Ji Yong desvió la mirada de sus ojos, escaneando la habitación en busca de una salida, no se sentía seguro con el menor junto a él.
“¿Dónde está TOP?” Exigió de inmediato, quería a su hyung con él. Desde lo pasado con SeungRi se habían hecho más cercanos. Este no sabía que había pasado, nadie lo sabía y Ji Yong no tenía pensado contarlo, no podía hacerlo.
“Hyung ¡escúchame! ¿Para qué quieres a TOP ahora?” Nuevamente empezó a acorralar al mayor sin que este lo notase, solo quería hablar, no iba a hacerle daño, no más.
“TOP, quiero a TOP…Seung Hyun ¿Dónde están los chicos?” Ji Yong casi rugió lo último, se estaba asustando nuevamente, había notado como el menor se acercaba de nueva cuenta a él.
“salieron. Ellos andan en un antro” Murmuró. El hecho de ser llamado “Seung Hyun” hacía mella en el, ¿Tanto había dañado al mayor que este usaba el formalismo como barrera entre ambos? No tuvo que pensar mucho su respuesta al ver aquellos círculos oscuros debajo de los ojos de su líder; Aquel ser inocente que no tenía la culpa de aquellos pensamientos que invadían su mente a todas horas
“….” Ji Yong no dijo nada, miraba al menor en la habitación con ojos estructuradores, esperando cualquier movimiento de este para huir.
“Hyung, yo no estoy bien, yo te dañe y…Y lo siento” Mordió sus labios incapaz de continuar, sus ojos comenzaban a escocer avisándole de las lagrimas, aquellas que durante mucho se había negado a dejar salir. Ji Yong miró sus acciones en silencio, sin atreverse a decir nada. Suspiró suavemente antes de seguir.
“no sé que está mal conmigo hyung, pero no puedo evitarlo, estos pensamientos, estas pesadillas” Tomó su rostro entre sus manos, era la primera vez que se sinceraba con alguien. Las lágrimas ya corrían libremente por su rostro, estaba desesperado, Ji Yong no hablaba y el sentía miedo de haber dañado tanto al mayor.
“¿Desde cuándo SeungRi?”
“¿desde cuándo…Desde cuándo qué?
“¿Hace cuanto tiene usted estos pensamientos?”
“Yo…Hace años” Ji Yong asintió como si le comprendiese, lentamente acortó la distancia entre ambos cuerpos. Palmeó con suavidad du hombro como si con esto pudiese reconfortarle.
“Yo le voy a ayudar, te ayudaré a sanar SeungRi” Ji Yong sonrió, no con aquella sonrisa fingida que usaba desde hace unos días, sino con una sonrisa verdadera, una sonrisa que hizo creer a SeungRi que sus palabras eran verdad, que él podía sanar aunque en el fondo de si él sabía que no tenía cura.
“Hyung, perdóname, perdóname por lo del otro día” Sin darle tiempo a replicar al mayor abrazó su cuerpo rápidamente, disfrutando del calor de aquel cuerpo que primeramente se mostro arisco al contacto para luego corresponderlo, correspondiendo aquel abrazo lleno de promesas de un cambio y mejorías.