Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Taemin, esta es tu noche por lu30

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Es un one-shot 2min.

Es que me encanta esa pareja!!!!

Me apoyé en el lavamanos y levanté mi rostro. Mi reflejo tenía las mejillas sonrojadas y pequeñas gotas de sudor hacían que mi flequillo se pegara a mi frente. Pero no sudaba por todo el tiempo que estuve bailando, ni por el calor de la cercanía de los cuerpos, contoneándose y restregándose con los más cercanos. Tan cerca, tan sensualmente. Este era un sudor frío, una anticipación de mi decisión. Y, aunque me había prometido que esta noche no iba a pensar en nada ni en nadie, e iba dejar que el alcohol decidiera por mí, estaba nervioso.

Tú puedes, Taemin. Me dije a mí mismo.

Miré nuevamente mi reflejo en ese espejo y suspiré. Esta noche iba a disfrutar, me iba a dejar llevar. Necesitaba urgentemente alguna caricia, toques que me hagan olvidar todo. Asentí ligeramente y me di todo el valor que tenía para salir y buscar al que me haga olvidar.

La pista de baile estaba repleta, y la música no dejaba ni que escuche mis pensamientos. Genial. Me fui adentrando en el mar de gente  y rápidamente sentí como mi piel se rozaba con otras. El olor a tentación y libertinaje me invadían y me daban más valor. Cuando estaba casi a la mitad de la pista volví a suspirar y me dejé invadir por la música. Cerré los ojos y empecé a moverme, levanté mis brazos y quise liberar toda mi angustia así que aumenté la velocidad de mis movimientos y a la vez los hice más sensuales, lanzando mi carnada.

No tardé en obtener resultados, ya que pronto sentí un cuerpo a mi espalda, alguien que se movía a mi ritmo. Y yo sonreí, aún con los ojos cerrados. Puso sus manos en mis caderas y empezó a bailar junto a mí, pero luego se volvió más íntimo, pues sus manos me llevaban a moverme de tal manera que mi trasero rozó su miembro. Un escalofrío me atravesó e hizo que me tirara hacia atrás, necesitando más de ese toque. Yo mismo quise hacer ese contacto más exquisito y me moví sensualmente, como cada uno sabe hacerlo con su cuerpo, así que cogí sus manos que estaban en mis caderas y lentamente las desplacé hacia adelante, quedando tan cerca y tan lejos de mi intimidad. Yo giré mi cabeza hacia la derecha y sentí que la persona tras mío se agachó ligeramente hasta la altura de mi cuello, haciendo que su respiración llena de lujuria me traspasara y me encendiera aún más. Lo necesitaba ya, así que me dejé de rodeos. Ya ni siquiera seguía el ritmo de la música, sólo me movía a mi ritmo, meneando las cadera en círculos, caliente y calculado, justo para hacerlo despertar y que me tomara ya. No tuve que esperar mucho, pues sentí como su respiración se entrecortó y luego respiró pesadamente, para luego lamer y morder el lóbulo de mi oído haciendo que esta vez fuera mi respiración la que se entrecortara.

Me giró bruscamente, y yo me quedé sorprendido, mirando la profundidad de esos ojos cafés que me quemaban con deseo pero también reprimiéndose, esperando una respuesta mía. Sonreí ante su cara de desesperación y asentí ligeramente. Sólo esperaba eso, y rápidamente cogió una de mis manos y me arrastró hacia la parte más oscura del antro, alejándonos del mar de gente. En esa parte todo estaba oscuro, había poca gente, y de repente llegamos a una puerta. La abrió con prisa, como si la vida se le fuera en ello y una vez abierta, entró jalándome con él.

Adentro todo estaba oscuro, pero mis ojos ya estaban acostumbrándose y pude divisar sillas y mesas amontonadas en el fondo. De repente escuché como la puerta se cerraba y un ligero clic. Me tensé en espera, sintiendo como cada una de mis células estaba a punto de explotar, y como hasta el mínimo contacto del aire con mi piel me hacía estremecer. Entonces sentí sus manos. Primero en mi cintura y luego moviéndose como serpientes lujuriosas hasta llegar a mi miembro, el cual estaba impaciente. Una de sus manos se posó encima y empezó un suave vaivén, muy ligero pero asesino. Atrevido. Y su otro brazo pasó por encima de mi cuerpo, acercándome más al suyo. Un gemido se escapó de mis labios y puse mi mano derecha encima de la suya, incrementando la fricción, haciéndola más rápida, mientras que mi otra mano la puse encima de su brazo, sosteniéndome fuerte y apretando. Tan bueno, demasiado bueno, pensé para mí mismo. Me estaba desesperando, quería que fuera más rápido, y mi mano que estaba encima de la suya aumentó la velocidad, y mis gemidos se hacían más sonoros. Todo eso, más su lengua pecaminosa en mi cuello, y su erección pegada en mi trasero contra la cual yo mismo me restregaba,  me había puesto a mil y sentía que pronto me iba a correr. Pero no, yo quería una corrida digna. Me lo debía.

-          Ya basta- dije fuerte. Alejé su mano de mi entrepierna y me deshice de su abrazo. Me giré para quedar frente a él. – Te quiero a ti y a tu boca. Ahora.-

Se rió y subió su mano desde mi espalda hasta mi cabello, haciendo un puño en mi nuca y tirando bruscamente de él para dejar mi cabeza tirada hacia atrás. Di un pequeño gritó, más por la sorpresa que por el dolor, y gracias a que tenía la boca abierta, pude sentir su lengua embistiéndome con furia. Qué buen beso. Me comía con desesperación y sentí como mis labios se iban hinchando. Mientras sólo se escuchaban mis gemidos ahogados y el chapoteo de nuestra saliva. Más. Más. Quería más. Así que pasé mis manos por su cuello y él puso sus manos en mis caderas, enterrándome las uñas. Mis gemidos aumentaban y estaba a punto de irme de este mundo de tanto placer.

En un giro rápido, empezó a empujarme hasta que choqué contra la puerta. De la sorpresa nos separamos y sentí su respiración en mi cara, pesada y lujuriosa.

-          Tu boca- dije como pude, ya que apenas tenía aire en los pulmones.

Entonces nuevamente sentí sus manos en mi miembro, sobando por un momento, y luego soltando el botón de mis jeans.

-          Vamos. Rápido. –me estaba desesperando y ya no quería aguantar.

Se agachó frente a mí y miró hacia arriba con una sonrisa de diablo en su rostro. De un solo tirón bajó mis pantalones hasta mis rodillas y se quedó observando mis bóxers. Se acercó lentamente y me le dio una lamida a toda mi extensión por encima de la ropa. Me estoy quemando. Lo miré con furia, y cuando me disponía a ordenarle que haga algo, se acercó y bajó mis bóxers con desesperación, dejando libre mi necesitada erección.  Lo cogió son su mano y le dio una lenta lamida a la punta haciendo que me pegara más a la puerta y que mis dedos se contrajeran.

-          Mmmm… Hoy estás grande. –me dijo en un susurro. Dio otra lamida a la punta mientras bombeaba mi erección con fuerza  –Muy grande y delicioso.

Entonces se lo metió a la boca y mi mundo explotó en puro placer. Su boca subía y bajaba mientras mantenía sus ojos fijos en los míos.

-          Nngh… aaahhh… mmmm… -trataba de morder mis labios para que mis gemidos no se escucharan, pero no podía, tenía que dejarlo salir. Cerré mis ojos y tiré mi cabeza hacia atrás, apoyándome en la puerta –aaahhh… aaahhh... mmmm…

Me consumía por dentro, ya no podía aguantarlo. Su lengua jugueteaba con mi glande, mientras que una de sus manos masajeaba mis testículos y entre tanto daba unos pequeños apretones que me llevaban a la gloria. Se movía con ganas, torturándome. Así, así. Más, más. Caí en la cuenta de que tenía que decírselo, incluso si nunca había pedido por más y mi imagen inocente se iba a la basura.

-          Más… ahhhh… más, más rápido. –dije entrecortadamente y me hizo caso, aumentó la velocidad y yo el volumen de mis gemidos. –Aaaahhhh… quie-quiero más… más dur-duro… más duró. –y nuevamente no me hizo esperar. Ahuecó sus mejillas y la presión se hizo exquisita. Ahora sí explotaría.

Me desbordaba, ya no podía más, se me doblaban las rodillas amenazando con caerme al suelo, y él me las sujetó mientras yo me apoyaba en sus hombros. No paraba y se esforzaba más. Mis gemidos aumentaban su velocidad, hasta que ya no sentí nada, sólo lujuria. Un cosquilleo bajó por mi vientre y yo me acercaba más al precipicio del placer.

-          Ya… ya no… no… ya me… me ven-vengo… no, no pa-pares… no pares… NO PARES… NO PA-AAAHHH…. AAAHHHH… AHHHH… -me vine en su boca, él siguió exprimiendo hasta que no quedó nada y yo  temblaba, de pies a cabeza.

Aún me recuperaba del orgasmo, y de repente sentí el sabor de mi esencia y su lengua atacando mi boca como si fuera de vida o muerte. Tan pronto desperté de la ensoñación caí en la realidad que aún me envolvía con lujuria. Yo seguía con ganas de más. Y, aparentemente, él también. Mientras me besaba salvajemente, bajé mis manos hasta el botón de su pantalón, lo desabotoné y luego bajé el cierre. Sin presentaciones, metí mi mano en sus bóxers y cogí su pene. Mmmm… duro. Y empecé a masajearlo. Su respiración se entrecortó y mordió mi labio haciendo que me separara.

-          Tus pantalones. –me dijo con voz ronca. Como pude me los saqué junto con mis tenis, y apenas estuve libre de ellos, me tomó de los muslos levantándome para que enredara las piernas alrededor de su cintura. Así lo hice.

Bajé mis manos por su espalda hasta llegar al bordillo de su camisa, y se le empecé a levantar. Él entendió mi mensaje, y alzó los brazos para que se la pudiera sacar. Con el torso desnudo, puse mis palmas sobre sus pectorales, y las bajé lentamente, muy lentamente, arañando a propósito su piel, y mirándolo con una pequeña sonrisa de lado en mi rostro. Al llegar a sus pezones, hice más presión, y él se estremeció, para luego empujarme toscamente contra la puerta. Juntó los labios con los míos, y me besó como un animal, sin miramientos, mis labios ardían, y sentía pequeñas mordidas.

-          Te mereces todo lo que te hago –me dijo al oído con una voz llena de pasión, y luego siguió besándome, peleando con mi lengua por el control. Mientras tanto, una de sus manos, se deslizó por mis caderas hasta mi entrada, y de repente sentí un dedo masajeándome, saludando antes de su intromisión. Cuando entró yo suspiré en sus labios. Estaba tan excitado que ni siquiera sentí dolor, sólo quería más.

-          No…  tú… ahora. –dije entrecortado y apartaba su mano de mi trasero.

-          Pero…

-          Ahora. –y le di un fuerte mordisco en el labio inferior, despertando al animal que llevaba dentro.

No se hizo de rogar. Aún besándome me cogió fuertemente de las caderas, y de una fuerte embestida me penetró de una sola vez. Grité por el dolor, y a cambio, arañé su espalda. Pero no iba a dejar que arruinara mi noche. Empecé a moverme, auto penetrándome. Por fin había logrado sacar a la bestia que llevaba  dentro, esa que tanto me gusta. Me penetraba duramente, y a tal velocidad que pronto el dolor ya dejó rastro y sólo quedó placer. Uno que me hacía querer volar, tocar el cielo y nunca regresar. Estaba llevando un ritmo que no podía seguir, y mis gemidos se quedaban cortos para expresar todo el placer que sentía. Pero no es suficiente.

-          Aaahhhh… más… más… más

-          Pí-pídelo… qué qui-quieres…–después de haber sido tan mandón toda la noche, esperaba verlo a él disfrutar mientras yo llevaba las riendas de esto, ser yo el que marcara el ritmo y dé las órdenes. Lo que no esperaba era verme rogando en un lloriqueo.

-          Por-por fa-favor… da-dame más… más rá-rápido… –gracias a Dios no me hizo rogar más, aunque yo estaba dispuesto a suplicarle llorando. Y en su afán por complacerme dio de lleno en ese lugar, ese que me voltea de cabeza y me saca de este mundo. –AAAAHHHH… AHHHH…. AHÍ!!!... AHÍ!!! NO-NO PA-PARES… NO PARES!!!...

Parece ser que mis gemidos lo encendieron aún más, pues sus embestidas se volvieron más brutales. Yo sólo recargué mi cabeza en la puerta y me dejé en manos del placer, mientras en la habitación se escuchaban mis gemidos y el golpe seco de nuestros cuerpos.

-          Mi… Minnie… ahhh… tú… sabes –más embestidas- tú sabes… ahhhh… -embestidas más duras- tú sabes… sabes… aahhh… que… te amo… te amo.

-          Yo… tam-tambi-también… pero… aho-ahora… da-dame más…más

Tomó mi miembro y empezó a moverlo al ritmo de sus embestidas. -…-, ya ni siquiera pensaba, demasiadas sensaciones, mi alma había dejado este cuerpo pues había sido empujada por el placer. Había olvidado hasta quien era, yo era en ese momento la reencarnación del placer.

-          Min… Minho… ya… ya me… me vengo… me ven-vengo… me… ME... ME… AAAAHHHH… AHHHH… AAAAAHHHH!!!!

-          Yo tam-tambbién… aaaaaaaaahhhh…

Me vine en nuestros vientres, y Minho lo hizo dentro de mí. Dio unas cuantas estocadas más y luego se detuvo. Ambos estábamos extasiados, abrazados y recuperando el aliento. Por fin. Cuando nos calmamos, bajé mis piernas de su cintura, sentí algo bajando por mis muslos y sonreí apoyándome en la puerta. Él recogió su ropa del suelo, y luego buscó la mía. Se acercó y me dio un dulce beso en los labios. Llenos de paz y amor. Y me ayudó a vestirme.

-          Perdóname Minnie… por lo de la tarde. Te prometo que no te volveré a gritar así. –me abrazó por la cintura y volvió a besarme tiernamente.

-          Te perdono, y te quiero. –me alcé de puntas y le di un pequeño beso en la punta de la nariz. –Pero otra sesión de reconciliación como esta no me molestaría en absoluto. –le dije con una sonrisa, haciendo que el también sonriera. Pero luego, un poco nervioso le dije –¿Me perdonas por venir aquí?

-          Prométeme que no lo volverás a hacer. –asentí con fuerza y con una sonrisa. –Vámonos a casa.

-          Sí, hy… ahh… –pero, a penas di un paso, el dolor en mi trasero me hizo tambalearme, y hubiese caído si no fuera por los reflejos de gato de mi novio.

-           Tsk… eso te pasa por masoquista. –me regañó pero con una sonrisa y un tono burlón. pasó su brazo bajo mis piernas y me levantó, cargándome al estilo princesa.

-          Es que me vuelves loco hyun, es tu culpa. –le dije con un lindo puchero.

Minho hyun soltó una carcajada y me besó nuevamente, para luego llevarnos a nuestro hogar. Yo también te amo hyun.

Notas finales:

Espero que les hay gustado.

Y aunque es un one-shot, me gustaría que comentaran para que en el futuro pueda hacerlo mejor y entretenerlos aun más.

Gracias por leer!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).