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Mi Mejor Cumpleaños por Mitzuuki

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Notas del fanfic:

Recién salido del horno :D que tengan un feliz Halloween! ^-^

 

MI MEJOR CUMPLEAÑOS

 

 

 

Se suponía que ese día sería como todos.

Se suponía que tendría una vez más un nuevo año tranquilo, compartido solo por su tutor.

Pero la realidad era muy diferente, tres jovencitos de unos maduros diecisiete años estaban ya en el edificio de Elle Lawliet, sosteniéndolo de brazos y piernas con fuerza para que éste no lograra escaparse.

-¡Deja de moverte de una jodida vez! – Le gritó con rudeza el rubio de cabello que le llegaba hasta los hombros. - ¡No es para que te estés moviendo como un jodido gusano! ¡Y tú! ¡Deja de estar ahí como un idiota y ayúdanos a sostenerlo! – El más pequeño de los tres ni se inmutó, enredó un mechón blanco de su pelo entre uno de sus dedos

-Deja de maldecir Mello… Diablos… Ryuzaki eres más complicado que mi nuevo videojuego. – El pelirrojo, de nombre Matt, sostenía con fuerza los brazos del moreno por detrás de su espalda

-¡No quiero! ¡Suéltenme…! Near ayúdame…

-Si sabes que lo que me pides es en vano ¿Verdad L? Si te defiendo, éstos dos animales que te sostienen la tomarán en mi contra, y lo siento, pero soy demasiado joven para una muerte tan drástica. – Sonrió inocentemente

-Soy tu hermano mayor…

-Lo sé, y por eso mismo, te digo que mejor te dejes estar. – Culminó por decir. – Tu traje es toda una monada. – Recién entonces Elle comprendió que su pequeño hermanito albino estaba de parte de los dos primos más tétricos de la vida.

-¡No quiero, no quiero! ¡Déjenme en paz! ¡Es mi cumpleaños!

-Es por esa razón… Que queremos festejar contigo. – Le dijo Matt con una sonrisa, mientras ayudaba a Mello a quitar la camiseta blanca del cuerpo de la víctima. – Vamos primo… pon de tu parte, Mello está que hecha fuego por las orejas

-¡Cierra la boca perro! – De un empujón tiró a Ryuzaki a la cama verdaderamente enojado, su límite de paciencia había logrado colapsar. - ¡Me hartaste Elle Lawliet! Te vas a quedar quieto si quieres que esto termine de buena manera. – Al pobre moreno no le quedó de otra que aceptar.

Porque cuando Mello lo llamaba por su verdadero nombre, era casi tan temible como un apocalipsis.

 

+++

 

Pasó cerca de media hora cuando habían logrado poner el traje en Ryuzaki, Matt estaba sentado en el sofá de la habitación jugando en su consola, Mello lo miraba desde la cama masticando una barra de chocolate, y Near estaba arrodillado a los pies del moreno con un rompecabezas mientras sus ojitos brillaban al ver a su hermano vestido de esa forma.

-No puedo salir utilizando esto… Es humillante. – Ryuzaki se miró en el espejo y se vio metido en unos pantalones y una camiseta completamente negra, y no era ese el problema. Si no que a la parte trasera del pantalón habían unido una cola de gato larga, que gracias al material de la que estaba compuesta quedaba erguida hacia arriba en unas curvas. En su cabeza, específicamente entre su enmarañado cabello negro, reposaba un estilo de cintillo con dos tiernas orejas de gato del mismo color que el resto de su vestimenta.

-Agradece que no compró el traje entero de polar… - Dijo Matt desde el sofá sin despegar la vista de su juego. – Ese sí era realmente humillante

-Basta de lloriqueos. – Al parecer el estado anímico de Mello había cambiado drásticamente.- Aquí tienes el toque final, por favor póntelos y no te los vayas a sacar en la fiesta, es parte de la regla

-¿De la regla?

-Así es, todos los invitados deben permanecer con el antifaz puesto hasta la media noche, en donde deberán quitárselos frente a la persona que les haya llamado la atención durante la velada

-Eso solo pasa en las películas… No entiendo por qué debo ir a una fiesta en donde hay gente que no conozco. – Tomó el último accesorio un poco disgustado, y lo puso sobre sus ojos cubriendo la mitad superior de su rostro.

-Adorable… - Dijo Near con los ojos brillándole sumergido en un mundo de fantasía.

 

+++

 

Eran cerca de las ocho de la noche, Ryuzaki había estado en su laptop desde que sus familiares habían terminado de disfrazarlo, ahora los esperaba a ellos, rogando porque se tomaran todo el tiempo necesario. No quería ir a esa fiesta

Watari le había llevado un par de tazas de café, rogándole porque inventara algo para dejarlo en el edificio, pero el anciano no accedía, estaba de acuerdo con los más jóvenes en que necesitaba distraerse de la rutina.

-¿No han salido los demás? – Se giró para mirar a Near.

El menor estaba vestido de pantalón y camisa blanca, sobre sus hombros reposaba una capa de terciopelo blanco por fuera y negra por dentro, en su cabeza un gran gorro blanco que terminaba en punta, en su mano derecha sostenía un estilo de varita y en su rostro destacaba el antifaz plateado con brillos.

-Te ves… Tan Near. – Comentó Ryuzaki con cierto tono de gracia, la verdad es que no le sorprendía en demasía ver a su hermanito vestido de esa forma, considerando que era un adicto a los juguetes

-Gracias hermano. – Le dijo  en una sonrisa tímida. – L… Ten esto. – Le extendió una pequeña cajita de papel plateado azul.

-¿Qué es? – Quiso saber el mayor con apuro

-Si no lo abres no lo sabrás

Entonces con sus largos y finos dedos rompió con delicadeza el papel, luego, retiró de aquella pequeña cajita una fina cadena de oro blanco, con un colgante en forma de “L”.

-Feliz cumpleaños, L. – Le dijo Near, acercándose a su hermano para ayudarle a poner la cadena alrededor de su cuello

-Gracias. – Una palabra corta pero significativa que Near recibió con alegría.

Se sentaron juntos en el sofá conversando trivialidades.

Ya eran cerca de las ocho y media cuando Matt salió de su cuarto con una sonrisa.

-Mello te matará. – Le dijo Near. – Arreglaste el disfraz

-No podía pretender que saliera usando ese pijama, era horrible. – Matt había modificado un estilo de pijama completo a rayas negras y blancas, terminando por dejarlo en una camiseta a mangas largas que estaba media rasgada en la parte del cuello, dejando bastante por mirar, los pantalones estaban ajustados a su cuerpo, acompañados por un cinturón grueso de color negro, llevaba zapatillas negras clásicas, y sus manos estaban unidas por unas cadenas largas que le permitían la movilidad suficiente a sus extremidades

-¿Y el antifaz? – Preguntó Ryuzaki sin admirarse del estilo del pelirrojo

-Llevaré los de siempre. – Sonrió poniendo sobre sus ojos aquellos lentes de piloto que siempre llevaba consigo, por lo menos lograban tapar la visibilidad completa de su rostro. - ¿Mello no está listo?

-Al menos no ha salido. – Todos resoplaron, como siempre, el rubio era el más exquisito con su preparación. – No fumes adentro. – Advirtió Ryuzaki al ver que Matt ponía un cigarrillo entre sus labios

-Lo sé…

-Vámonos ya… - Salió Mello rápidamente de su habitación caminando hasta donde todos lo esperaban. – Oh… Ni lo pienses Matt… No saldrás vestido de esa forma

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-Ese disfraz no es el que elegí para ti

-Es el mismo… Con algunos cambios menores. – Admitió con una sonrisa inocente

-¡Ni lo pienses! ¡Está muy ajustado! – Y aquí iban otra vez con las escenas de celos

-Me lo cambio si tú lo haces también, no creas que me agrada que otros te miren vestido así. – Reclamó el pelirrojo mirando a su novio.

Mello vestía una especie de peto rojo que llegaba un poco más arriba de su ombligo, pantalones de cuero del mismo color que acentuaban bastante su figura juvenil y fresca, sobre sus hombros descansaba una capa  con cuello levantado de terciopelo negro, en su cabeza unos cachos de diablo, detrás en su trasero, una cola parecida a la de Ryuzaki que terminaba en flecha y en su mano tenía el antifaz de color rojo que se pondría luego.

-¡No me lo cambiaré!

-¡Entonces yo tampoco!

-Bien, si comenzarán a discutir por celos otra vez será mejor que nos sentemos Near, a este paso llegaremos cuando la fiesta haya acabado

-¿Entusiasmado? – Preguntó Mello con picardía. – Vámonos de una vez

Para el pesar de Ryuzaki, terminaron saliendo del edificio mucho antes de lo que le hubiera gustado.

 

+++

 

Llegaron a un estilo de gran casa, era más bien casi una mansión, con más de tres pisos, un antejardín enorme que pedía ser visitado antes de llegar a la entrada de la casa, que estaba decorada con distintas luces, calabazas, globos y demás cosas.

-Misa se ha lucido. – Dijo Matt. – Su casa está genial

-¿Quién es Misa?

-Nuestra compañera de clase, sus padres son millonarios y aprovechó que viajaron fuera de país para celebrar Halloween en una gran fiesta para todos los de la escuela. – Explicó Mello mientras abría una barra de chocolate

-Debo suponer que habrán solo niños de la edad de ustedes…

-Te equivocas, Misa-chan es popular en la escuela y fuera de ella, tiene amigos de tu edad L, es por eso que te hemos traído. – Near lo miraba hacia arriba esperando a que se entusiasmara un poco más con la fiesta

-Entremos de una vez. – Caminaron todos juntos con sus antifaces puestos hacia la entrada principal de la casa. Tocaron el timbre un par de veces, hasta que por fin la anfitriona los recibió con una gran sonrisa, además del disfraz completamente sexy de gatúbela que llevaba puesto.

-¡Mello, Matt, Near! – Saludó la rubia  con exceso de energía

-Misa, él es nuestro primo Ryuzaki de quien te hablamos

-Un gusto en conocerte Ryuzaki, yo soy Misa Misa

-Un gusto igualmente, Misa-chan

-¡Adelante! ¡Todos ya están bailando y bebiendo! Recuerden no quitarse sus antifaces. – Dijo sonriendo y entrando nuevamente a la casa.

Todos la siguieron.

En la que debería ser la sala sólo había un par de sillas pegadas a las paredes, mesas repletas con licor y otras con cosas para comer, globos negros y naranjos adornaban cada rincón de la casa, brujas, telas de araña y otros adornos de Halloween estaban sobre los muebles dándole el ambiente al lugar.

-Mira Mello… Hay una fuente de chocolate. – Dijo Matt divertido, al rubio se le cegaron los cinco sentidos mirando lo que a su perspectiva era el paraíso. – Feliz cumpleaños Ryuzaki. – Le entregó una pequeña cajita antes de desaparecer de la vista de todos

-¿Qué es?

-Un bombón… - El cual desapareció un segundo después de ser abierto por Elle

-¡Hey Near! – Unos niños de más o menos la edad de su hermano le estaba gritando desde el otro lado del salón. Near sonrió, y dándole una última mirada a su hermano terminó por desaparecer también

-Hey… Tú no me vayas a dejar solo… ¿Matt? – Pero el pelirrojo ya no estaba, y ahora solo estaba él entre una muchedumbre de jóvenes que bailaban y bebían sonriendo realmente alegres.

Comenzó a caminar sin rumbo por el salón, ganándose más de un empujón por parte de un enloquecido que no lo había visto y ni siquiera le pedía disculpas.

La fiesta era horrible, definitivamente no era el lugar en el que le hubiese gustado pasar su cumpleaños, prefería estar en el edificio, acompañado de esos deliciosos dulces y pasteles que Watari le preparaba cada año para sorprenderlo. Tenía veintidós años y aunque era joven no se sentía para nada acorde a las fiestas y a ese tipo de cosas que los adolescentes solían hacer a su edad, para él, toda esa fiesta era subnormal.

-Galletas… - Para cualquiera que lo estuviese mirando en ese momento parecería un fenómeno, estaba llevando una galletas tras otra a su boca comiéndolas con rapidez, como si alguien de pronto fuese a quitarle la bandeja con aquellos manjares.

Pasó un poco de tiempo para que el olor a cigarrillo y el calor dentro de la casa terminaran por sofocarlo. Se las ingenió para salir vivo del medio de los que bailaban, y como pudo, y más bien como por arte de magia, encontró un par de ventanales que parecían dar al jardín trasero.

-Al fin. – Susurró para sí mismo y cruzó el umbral sin pensarlo dos veces.

Todo estaba oscuro afuera, habían unas cuantas personas que fumaban un cigarrillo quizás buscando un momento de paz al igual que él, siguió caminando intentando encontrar un lugar solitario, pero en cada rincón había una pareja besándose como animales, le causaba gracia, porque estaban con sus antifaces puestos y no le cabía duda que la mayoría de ellos ni siquiera sabían el nombre del otro.

Quedó sorprendido con lo amplio del lugar, caminó unos cuantos pasos más por donde no había demasiada gente, se topó con un estilo de protección que le llegaba a la altura del pecho que rodeaba a unos bonitas flores de colores plantadas en forma de círculo. Parecía un lugar tranquilo.

Se acercó a las rejas y pudo ver que alguien estaba ahí de pie, apoyado con sus brazos sobre las protecciones, con la mirada perdida, aunque estaba con antifaz por lo que no podía divisarlo mucho mejor. El chico levantó la vista cuando sintió la presencia de alguien haciéndole compañía, llevaba un disfraz de vampiro, completamente vestido de negro, una capa del mismo color por fuera y roja por dentro, su antifaz al igual que el disfraz era completamente negro.

-Lo siento… No quise molestarte. – Dijo Ryuzaki un poco confundido, era extraño que ese sujeto estuviese tan aislado de los demás. Estaba por retroceder sobre sus propios pasos cuando le habló.

-No es necesario que te vayas, digo, si ambos hemos llegado hasta acá es porque estamos buscando lo mismo ¿No te parece? – Dio una aspirada al cigarrillo que Ryuzaki no había notado tenía en su mano. Lo siguió mirando fijamente incluso después de expulsar el humo.

-Dudo mucho que estés buscando tranquilidad si has venido a una fiesta. – Le dijo parado en el mismo sitio

-Lo mismo digo de ti

-He venido obligado. – Le explicó el moreno, caminando finalmente hasta la reja. – Hoy es mi cumpleaños y mi hermano pequeño y mis primos han insistido en que viniésemos aquí a celebrarlo

-Feliz cumpleaños. – Le sonrió el otro. Ryuzaki miró con admiración dos pares de colmillos que venían acentuando su traje, además de que un fino hilillo de sangre parecía escurrir de la comisura de sus labios. - ¿Cuántos?

-Veintidós. – Respondió de inmediato, ganándose una pausa después de eso. – Entonces… ¿No querías estar acá?

-Digamos que me han dicho que tendría un encuentro interesante, me han convencido con eso

-¿Un encuentro? Ya veo… Seguro con todo esto de los antifaces encuentras a alguien de tu agrado ¿Es hasta la media noche, verdad?

-Eso creo, como en las películas. – Sonrió el castaño. - ¿Crees en la fantasía?

Ryuzaki lo quedó mirando extraño.

-¿A qué viene esa pregunta? – El castaño levantó su cabeza hacia la oscura noche, sonriendo mostrando sus dientes

-Es Halloween, no está mal un toque de historias de terror ¿No te parece?

-No me digas… ¿Eres un vampiro de verdad? O ya sé… ¿Un psicópata del que deba salir corriendo ahora mismo? – Ambos rieron sonoramente, de pronto, Ryuzaki sintió la necesidad de ver al cien por ciento el rostro de su acompañante, sólo podía notar un misterioso tono café en sus ojos, que tenían cierto brillo extraño que le atraía aún más.

-Para haber dicho dos cosas tan extrañas estás bastante tranquilo… ¿Qué pasa si resulto ser una de tus dos alternativas? ¿Sentirías miedo? – El castaño se posicionó de frente al moreno, mirando con detenimiento los profundos ojos negros de quien lo acompañaba

-N-No entiendo tu punto…

-Es el día de los muertos… ¿Qué pasa si descubres que no soy más que un fantasma? O mejor aún… Un ser sobrenatural, un muerto en vida

-¿Cómo un zombie?

-Algo similar. – Sonrió seductoramente.

Antes de que pudieran continuar con aquella extraña conversación, sintieron por los grandes parlantes que habían en todo el sitio que la anfitriona hacía un llamado a todos para que se acercaran al interior de la casa.

-Creo que iré a ver… ¿Huh? – Un escalofrío le recorrió la espalda al verse completamente solo en aquel lugar tan desolado.

Con rapidez siguió los pasos que lo habían llevado hasta ese sitio, encontrándose para su alivio con más gente que al igual que él caminaba hacia el interior de la casa.

-¡Sólo quedan cinco minutos! – Anunció Misa en casi un grito. – Recuerden encontrar rápidamente a aquella persona que eligieron… ¡Quiero que se den un dulce beso al quitarse los antifaces! – Algunos parecían exaltados, otros más bien avergonzados con la idea, pero aún así, cada persona estaba con alguien a su lado, algunos más cerca, otros guardando un poco más la distancia.

-¿Dónde están…? – Ryuzaki comenzó a buscar a sus tres acompañantes por todo el salón, pero no lograba dar con ellos por ningún lado.

-¡Dos minutos! – No tenía idea de por qué los buscaba, quería creer que era solo por saber dónde estaban, pero la verdad era que secretamente no quería ser el único sin una pareja para descubrirse, y su salvación era Near, sí, él debía estar sólo como él en algún sitio. - ¡Un minuto! – La desesperación del moreno comenzaba a hacerse notar en sus acciones, sus pasos se aceleraron por entre la muchedumbre ¡¿Dónde diablos estaban todos esos mocosos?!

Y los segundos comenzaron a  disminuir, era una jugarreta en su contra, no podía ser posible que no los encontrara por ningún lado, aunque había mucha gente el objetivo no era algo imposible, además estaba seguro de que esos tres eran los disfraces más llamativos de la noche, cada uno a su manera.

-¡Es el momento! ¡Descubran sus rostros! – Ryuzaki miró una vez más a su alrededor.

Los antifaces comenzaron a ser parte del pasado, las muchachitas sonrojadas se descubrían el rostro ante los chicos que habían conocido.

Y comenzaron los besos.

Montones de parejas besándose era lo único que lograba ver por todo el salón, a nadie le importaba que él estuviera solo, todos estaban preocupados de lo suyo.

-Degenerados… - Susurró con una sonrisa al ver como Mello y Matt estaban sin sus antifaces. Abrazados y besándose tiernamente, el pelirrojo con las manos en la cintura desarropada del rubio, mientras que éste lo sostenía rodeando su cuello con sus delgados brazos.

Por supuesto no los interrumpiría. Dio media vuelta en busca de Near, con ese pequeño cualquier cosa era posible.

Y no se equivocó.

Al igual que Mello y Matt, estaba acompañado de un muchacho al que él no conocía, lo tenía agarrado con firmeza desde el pecho mientras el otro tenía una de sus manos en su nuca, acercándolo más a él.

-¿Near…? – Sí, su hermano era capaz de todo, pero eso no restaba que le impresionara verlo tan acaramelado con un chico que tal vez venía recién conociendo

-¿Los conoces? – Se sobresaltó al escuchar su voz por sobre su hombro. Se giró con rapidez y lo miró con la esperanza de que tuviera su rostro descubierto, pero él chico misterioso seguía con su antifaz puesto

-El pequeño es Near, mi hermano…

-Y ese de seguro es alguien a quien acaba de conocer. – Le sonrió el castaño. Ryuzaki asintió acomplejado. – Son jóvenes… Deben disfrutar

-Hablas como si fueras un anciano… ¿Cuántos años tienes?

-Veintitrés. – Ryuzaki se sorprendió, a pesar de ser un año mayor que él parecía de menos edad. – No te has quitado el antifaz… ¿No hay nadie que te interese?

-Tú tampoco lo has hecho. – Le respondió. - ¿Ninguna señorita captó tu atención? – El castaño sonrió

-Digamos que si me ha interesado alguien… ¿Recuerdas que te dije que me mencionaron un posible encuentro?

-Lo recuerdo

-Pues bien, misión cumplida. – Con el corazón en la mano comenzó a mirar anonadado como el castaño se iba retirando su antifaz negro del rostro, ahora podía verlo por completo. Sus rasgos eran finos, una nariz pequeña y perfecta, cejas delineadas, labios delgados pero atractivos y sus ojos… Sus ojos tenían ese brillo extraño que le reconoció en el jardín, eran de un tono rojizo… Café con rojo, la mezcla extraña pero perfecta. – Creo que me enamoré de ti, Elle

-¿C-Cómo sabes mi nombre?

-Sé todo sobre ti, te lo dije, las historias de terror si existen

-No entiendo lo que dices… - Dijo acomplejado, pero sin embargo se decidió y con sus manos retiró también su antifaz negro del rostro, mirando un poco avergonzado hacia otro lado por temor a que lo encontrase poco atractivo

-¿Seres mitológicos, Elle? – Dijo el castaño sonriéndole, acercándose más a su cuerpo. – Vampiros… Puedo ser tu mejor sueño… O tu peor pesadilla ¿Qué prefieres?

-Creo que… Mi mejor sueño… - Se sonrojó

-Perfecto. – Y en un acto precipitado e inesperado, el castaño unió sus labios con los de Ryuzaki, uniéndose ambos a la escena que protagonizaban todos los invitados de la fiesta, que permanecían con sus parejas.

Sin embargo, Ryuzaki sentía que algo de todo esto estaba mal, no lograba comprender del todo a quien lo estaba besando… ¿Vampiro dijo? Se separó unos escasos centímetros de sus labios deseando al segundo exacto volver a unirlos con los suyos, pero se contuvo respirando profundamente un par de veces.

-Tu nombre… No sé tu nombre… - Le exigió saber, pero el vampiro acercó sus labios ésta vez hacia el cuello de Elle, su lengua reconoció terreno, y esos dientes que Ryuzaki creyó falsos, terminaron por traspasar su piel sin pudor y dificultad alguna. Era un vampiro de verdad, acababa de ser mordido por un vampiro.

-Light Yagami, mi querido Elle. – Lo miró profundamente a los ojos. – Gracias por llegar a mi vida

Elle no supo qué decirle, todo esto era como un sueño. Sólo atinó a rodear el cuello del vampiro con sus brazos y unir sus labios otra vez en un dulce beso.

 

+++

 

-¡Despierta de una jodida vez! ¡¿Qué rayos te pasa Ryuzaki?! – Abrió los ojos espantado, volviendo a la realidad. Estaba con medio cuerpo encima de Light, sus piernas estaban enredadas y sus manos sujetaban con fuerza el cuello del castaño

-¿Un sueño?

-Así parece… Y conmigo, suéltame. – Le pidió sonrojado el castaño. – Si no fuera por las cadenas te prometo que me iría de este cuarto ahora mismo

-Un sueño… - Repitió ahora más decepcionado. - ¿Qué día es hoy, Light-kun?

-¿No lo recuerdas? Hoy es 31 de Octubre… - Le dijo con una ceja alzada y una media sonrisa. – Feliz cumpleaños Ryuzaki

-Mi cumpleaños… Claro… Gracias Light-kun – Ambos seguían viéndose extraños, la situación era extraña, bastante. – Lo siento Light-kun, pero mi sueño era demasiado real

-No te preocupes, lo comprendo…

-No me estoy disculpando por eso

-¿Ah, no?

-No… Me estoy disculpando antes de tiempo, lo siento… Pero exigiré mi regalo de cumpleaños

-¿Tú regalo?

-Así es… ¿Te gustan los gatos, Light-kun?

-S-Sí… Son monos…

-Muy bien. – Sonrió con picardía el moreno

-¡No, Ryuzaki aléjate de mí!

Demasiado tarde. El gran Elle Lawliet ya estaba totalmente sobre el cuerpo del castaño, reclamando como derecho propio el que sería el mejor regalo de cumpleaños que haya recibido en su vida.

 

FIN

 

Notas finales:

Tomatazo? calabazasos? xD Acepto todo :)


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