La noche era demasiado oscura, casi aterrorizante, pero la luz de la luna dejaba ver mis pasos y la calle que seguía más adelante, casi anhelante es el escenario que tenía en frente, que para un romántico sería perfecto para disfrutar, pero no lo podía hacerlo pues iba camino a casa para seguir mi rutina de siempre, dormir, soñar, descansar, despertar y comenzar el día nuevamente…
Pase por el parque cercano a mi departamento y divise a final de la arboleada que daba a una pileta llena de luces, un Hombre… más bien un muchacho… Algo me ínsito a acercarme a él, pero perdí el aliento al ver su figura bajo esa inmensa luna y junto a las luces alrededor de la pileta, era más que una hermosa vista.
El muchacho miraba hacia el piso, pero al percatarse que estaba ahí, alzo su mirada hacia mí, dejando ver sus ojos azules hastiados del llanto. Me acerque a él y en cuclillas mire su bello rostro. Seque sus lagrimas con el dorso de mi mano, el parpadeo sorprendido ante mi acción, pero no dijo nada, me senté junto a él sin dejar de mirarlo… acaricie su cabello y pregunte - ¿Por qué lloras…?
Desvió la mirada de mis ojos, algo avergonzado, lo pude notar por el leve sonrojo sobre sus mejillas – y-yo em-m – suspiro…
volví a dirigirme hacia él, toque su hombro suavemente para llamar su atención a lo que el miro – si es algo tan malo, es mejor contarlo, ¿no crees?
-s-si… -
-dime ¿Qué es tan malo, como para que alguien tan bello como tú deje caer esas lagrimas tan preciosas?- le mire afablemente para que se sintiera más cómodo y el asintió…
- yo… amo a alguien, o lo amaba, no lo sé… - tapo su rostro con sus delgadas manos – yo, no sé que hice mal… -
Tome su mano – tranquilo… - susurre…
Asintió ligeramente – yo estudio arte, y cada vez que iba de camino a la universidad pasaba por el lado de la facultad de literatura. Un día se me acerco alguien y dijo que yo le gustaba, pensé que estaba bromeando, pues nunca lo había visto y ni siquiera lo conocía, pero sabía mi nombre… Salí confundió de ahí, al otro día se acerco nuevamente y pidió disculpas, las acepte, pero luego pidió que fuéramos amigos, a lo que accedí. Poco a poco comenzamos a hablar y me entere que era una buena persona, se rodeaba de muchos amigos y gente realmente agradable, también de una linda familia, por lo que pensé “porque se fijaría en mí”, luego comenzó a actuar extraño, me evitaba en todo momento. Yo me afligí, el tiempo que estábamos compartiendo se había vuelto grato para mí, por lo que me preocupe y le pregunte que le pasaba, pero él dijo que todo estaba bien, llego un día en que me moleste, su actitud no cambiaba y me le enfrente… El dijo “no lo soporto mas, me gustas y no puedo estar contigo como amigos” en ese momento pensé si no es como amigos, ¿cómo? Realmente me agradaba, y no quería que se alejara de mí, paso una semana para darme cuenta que también me gustaba. Fui a hablar con él y me le confesé, el muy feliz me abrazó, pido que fuéramos novios, yo acepte…
Comenzamos nuestra relación, al principio yo era tímido con todo, pero comenzamos a avanzar cada vez más, llego el momento en que nos dijimos “te quiero” y ahí conocimos mas de nosotros, conocí sus celos, él los míos, le extrañe interminables veces y él lo sintió igual. Luego de ello fue un “te amo” todo era más fuerte, nuestro sentir junto al otro, no queríamos separarnos, pero… así como poco a poco nos fuimos amando, poco a poco fue dejándome de querer, mi te amo ya era respondido con un yo también, luego solo un te quiero, y después ya no había nada, por mi parte seguían, te amo, te quiero… pero un día el solo me dijo “adiós” y con eso dio a cabo nuestra relación… un simple adiós, después de tantos, te quiero, infinitos te amo. Tanto tiempo nos costó construir esa relación tan hermosa que teníamos… pero así es el amor ¿no? – con las ultimas palabra su voz se quebrajo…
Yo no pude evitar sentir angustia con su historia, indudablemente era hermosa, pero con un final triste, si tan solo aquellas personas que luchan por algo, pudieran obtenerlo plenamente, sería perfecto… - no… así no es el amor, esa no era la persona correcta para ti…
Me miro con sus ojos llorosos y termino de contar su historia – luego… de haber terminado, lo evite como puede, no quería encontrármelo en ningún lugar, pues no sabía porque habíamos terminado.
Unos amigos habían notado mi tristeza, y después de dos semanas de mi término me invitaron a una fiesta, para distraerme yo fui. Para mi mala suerte estaba el, junto a otra persona, a la cual le decía me gustas, igual como lo hizo conmigo, esta persona beso esos labios que una vez fueron míos. Todo aquello que disfrute, todo a lo que me costó llegar, esa persona lo tomaría…- el muchacho comenzó a llorar desconsoladamente – corrí de ese lugar, no quería que me presentara a esa persona, y llegue aquí…
-Mírame – tome su rostro y lo dirigí hacia mi – ¡no llores mas por una persona, que ni te merece! – El muchacho me había cautivado por completo, su hermosura, su historia, su sentir, sus frágiles movimientos acompañados por su cuerpo, ¡todo! - ve hacia esa fiesta y demuéstrale, que tú vales mas.
-Pero yo no quiero hacer eso, yo lo amaba… pensé que podría compartir mi felicidad junto a él-
Acerque su rostro a mi pecho y susurré a su oído – deja de llorar, si buscas felicidad, no es la mejor opción – me aleje de él y me levante frente a él – mira donde estamos, hay una luna preciosa, sobre un parque bastante lindo, y que afortunado soy de estar al lado de un hermoso chico, en todos los sentidos.
Además… dijiste que lo “amabas”, tiempo pasado…
abrió sus ojos a no poder mas, no se había percatado de sus palabras, abrió su boca queriendo decir algo, pero lo silencie con un beso tierno e inocente. Nos separamos y sonrojado intento ocultarse en la curvatura de mi cuello – yo, si dije eso, pero…
-nada…- respondí hablando a su oído – escuche tu historia y jamás había conocido alguien tan puro y tan sincero como tu – mire a sus ojos azules como un mar profundo de sentimientos – déjame mostrarte el camino de la felicidad, por medio del arte de amar, quiero enseñarte que es amar de verdad, ¿me dejarías hacerlo?
Juntamos nuestras miradas y como si fuera un milagro él respondió con un “s-si”…
Muchas veces pensamos que esa persona con la que estamos es la correcta
Pero a la vuelta de la esquina están las decepciones y los desamores
Muchas otras veces buscamos sin respuesta, pero a veces hay que dejar de buscar
Yo gracias a esa noche, encontré mi felicidad, mi amor, mi pasión y mi deseo de vivir
Conocí que es amar de verdad y como despertar cada día junto a esa persona especial
Y lo único que puedo decir ahora es “gracias, te amo y nunca te dejare de amar mi querido chico del parque”