Hay cosas que no se deben hacer, no porque sea malo, si no porque es peligroso, cuando sucedió?, cuándo fue que nos vimos en su mirada? Tal vez desde el principio tal vez, solo tal vez nunca fuimos libres de escoger otra opción.
Siempre tuve miedo a la oscuridad, cuando la apagaba antes de dormir, me aseguraba de que estuviera todo listo y al momento de tomar el interruptor saltaba a la cama, y me tapaba de pies a cabeza, me quedaba en silencio, escuchando hasta el mas mínimo ruido, moderando mi respiración hasta hacerla desaparecer, quieto, tieso, como si estuviera muerto, un frio recorría mi cuerpo, enfriando mis pies y manos, un zumbido aparecía acompañando el silencio, sentía la enorme necesidad de mirar, de sacar la cabeza y ver que no hubiera nadie asechándome, sentía mi corazón a toda velocidad, el miedo era enorme, tanto que lloraba silenciosa mente, y dejándome guiar por el decidía no hacerlo, decidía no mirar, pero aun así, podía sentir que algo estaba ahí, sentía que me miraba que me asechaba que no estaba solo, sentía un enorme par de ojos con mirada penetrante sobre mí.
Con forme crecí, ese miedo se volvió en algo cotidiano, algo norma, pero aun así, nunca desapareció, pero no podía llorar bajo el cobertor eternamente. O si?, las cosas siguieron así, incluso, a pesar de tener diecisiete años dormía con una lámpara de noche, era una de luz blanca, me decían que ya era grande que no podía seguir así, y mucho menos con una lámpara evidentemente con mucha luz. Pero eso me hacia estar más seguro.
Un día, mi familia decidió aun en mi contra ir al pueblo de mi madre les sugerí quedarme, pero después de recapacitarlo, decidí ir, era mejor que quedarse solo, sabía que no era muy buena idea pero que podía decir, como explicarles que tenía miedo a la oscuridad, nunca te escuchan, nunca se ponen a pensar en lo que las cosas significan para ti, pero ese no era realmente el problema.
Miraba la carretera, todo estaba muerto, bueno casi, las hojas de los arboles caían lentamente las flores ya no estaban, y el aire era halado, miraba fijamente mientras el sueño me vencía, y antes de perder la conciencia vi a alguien en la carretera, fue solo unos instantes pero jure que me miraba fijamente, tal vez solo fue mi imaginación.
- Hey –dijo mi hermana –despierta onii-san –dijo feliz
- Ha –dije sonriéndole –kasumi, gracias ^^- y Salí tomándola de la mano
- Valla –dijo mi padre –has despertado
Mire la enorme casa que se encontraba frente a mi antes de entrar.
Era antigua, pero grande, pero no me gustaba, por alguna razón no me agradaba del todo, ese aire desolado, me helaba el alma, era un sentimiento extraño, lleno de miedo y temor, pero también tristeza, odiaba este lugar, pero nada podía hacer.
Nuestra habitación era la del fondo, y mis padres en la planta baja.
Era un cuarto con decoración antigua de color azul, mi hermana estaba a mi lado, caminábamos lentamente acareando las cosas hacia nuestra habitación. Reíamos felices, ella era nueve años menor que yo, si había mucha diferencia pero aun así yo la quería mucho, de repente se echo a correr.
- Hey kasumi espera –dije tratando de seguirla, pero las cajas no ayudaban mucho
- El que llegue primero gana –dijo feliz
- Espera te puedes caer –dije sonriendo
Estaba a punto de entrar al cuarto cuando vi a mi hermana parada en la puerta estática.
- Que sucede kasumi –dije viéndola firmemente
Ella no dijo nada, solo señalo al cuarto vacio aun sin pestañear. Camine con lentitud hacia ella y lentamente gire hacia la oscuridad del cuarto, ahí, en el rincón estaba una sombra oscura con un par de enormes ojos rojos, inmediatamente se fijaron en mi, mi corazón latió rápidamente, mi hermanita estaba a punto de gritar, la tome en brazos y corrí hacia las escaleras.
- Tranquila –le dije mirándola a los ojos –olvida todos –y pose mi mano sobre sus ojos, ella cayo dormida, no sé que hice, realmente no se qué era eso, pero siempre tuve ese poder de manipular algunas cuestiones. Cuando despertó no recordaba lo que había visto, pero tenía miedo a dormir sola aun estando yo a su lado.
Se fue a dormir con nuestros padres, mientras se iba, deseaba detenerla, tomar su mano y decirle que no me abandonara, decirle que se quedara con migo, o ir con ella, pero sabía que no podía hacerlo, no podía escapar de esto.
- Que duermas bien ^^-fue lo único que pude articular mientras la veía marcharse
Cerré la puerta de mi cuarto, y mire hacia a dentro, ahí estaba la sombra oscura, lo sabía, sabía que me quería a mí, le tenía miedo, quería huir, pero me seguiría donde estuviera.
Se acerco lentamente, poso su gélida mano sobre mi rostro,
- Yuura –susurro con una voz fría y pastosa
- Como sabes mi nombre –dije en un susurro
- Mi lindo Yuura –volvió a decir
- Como.. –fue lo único que pude decir, pero es que no sabía que decir, simple y sencillamente no sabía que hacer, algo era diferente, le temía, si, pero no era lo que había evitado por años esto era diferente, no era a lo que huía.
Desperté a media noche de una pesadilla, en toncas caí en la cuenta de algo, no estaba en mi habitación, me encontraba en el bosque, lo peor, era que estaba manchado de sangre, y no era mia, no recordaba lo que había pasado, vi a la sombra frente a mí.
- Yuura –susurro de nuevo
Sentí miedo, acaso la sombra había hecho algo, corrí y corrí, me metió a mi cuarto ayudándome de un árbol, me metió a bañar y lave mi ropa hasta dejarla limpia. Me acosté en mi cama
- Pero que mierda sucede –dije a la noche –que está pasando
Al otro día reportaron que habían encontrado un lobo muerto, parecía haber sido obra de un cazador. Por alguna extraña razón creía que yo era el culpable, la sangre definitiva mente no era mía, pero, un lobo, como pudo ocurrir, acaso esa cosa hizo algo.
- Onii-san –dijo kasumi
- Que sucede –dije abrazándola
- Vamos a ir a una comparsa –dijo feliz
Convencí a mis padres de que me sentía mal, ellos se fueron junto con kasumi a la fiesta, y yo me quede solo.
Esa noche, soñé, que:
El cielo era oscuro, hacia frio, un chico corría desesperado, eso era tan gracioso, huía lo más rápido que podía, tropezó.
- No- dijo –no me mates –susurro por el miedo
No dije nada, solo me acerque lentamente viendo el terror en su rostro, era tan divertido, sonreí, y clave el cuchillo en su pecho, lleve la daga manchada de sangre a mis labios y la lamí, dulce, nada era más dulce que eso.
Esos pensamientos me asustaron, eran míos, pero no los identificaba, desde cuando eso era divertido.
Entonces recobre el sentido, bajo de mi se encontraba el chico, no había sido un sueño, eso había ocurrido.
- Yuura –susurro detrás de mi
- Que paso!!! –grite mirándolo –que me hiciste!!!!
- Yuura –volvió a decir
- Déjame!! –dije cuando el se acerco y trato de abrazarme –suéltame!!!
Entonces lo recordé.
La noche era fría, las lágrimas caían de mis ojos silenciosamente, frente a mí se encontraba su cuerpo desangrándose.
- No…llores –dijo entre susurros forzados, poso su mano pálida en mi mejilla –todo está bien
- Por…por que –dije entre sollozos –porque no corriste mientras hundía mi rostro en su pecho.
- Porque… no te abandonare –dijo sus ojos rojos me miraron fijamente, era un extraño color, su largo cabello negro estaba pegado a su rostro y la sangre escurría de sus labios sonrientes –la próxima vez –dijo –no te dejare sufrir
- Eien –dije en un susurro –perdóname
- No hay nada que perdonar Yuura
Las lagrimas cayeron lentamente, la luz de la luna alumbro a aquella sombra mostrando por primera vez a un chico alto, de pies clara y hermosos rasgos, ojos rojos y un largo cabello negro, que sonreía amablemente
- Perdóname –dijo –perdóname Yuura, no pude cumplir mi promesa
- Eien –susurre –esto no es culpa tuya.
Así era yo desde un principio, aquello a lo que mas temía era yo, cuando Eien murió, esa parte oscura se separo de mi, y se convirtió en otra entidad, durante diecisiete años, me estuvo acosando, persiguiendo, esperando volver a entrar, y hoy lo había logrado, Eien solo había intentado detenerla, como en aquella ocasión, hace mas de 100 años.
Durante todo ese tiempo me había esperado, me había cuidado y yo no me había dado cuenta.
Aquel lado, solo podía desaparecer cuando yo lo hiciera.
Volvimos a casa. El me tomo de la mano.
- Todos deben de olvidar –dije en vos alta
- estas seg….-lo calle antes de que continuara lo mire a los ojos estaba a punto de besarlo cuando escuche un ruido, alguien venia corriendo en las escaleras en dirección hacia nosotros
- onii…-dijo kasumi abriendo la puesta de golpe –he? –miro alrededor y poso su mirada hacia donde estábamos nosotros –que hago aquí? –dijo volviendo a mirar –que venía a buscar?
- Kasumi –se escucho la vos de mama – ven a dormir, mañana no te vas a querer levantara –dijo –recuerda que mañana regresamos los tres a casa
- Si mama –dijo corriendo hacia abajo
Inconscientemente mi mano se extendió hacia ella tratando de detenerla, pero se cerró en el aire, caí de rodillas al piso llorando silenciosamente, lo sabía, sabía que ya no podía verme, lo sabía, pero aun así dolía, sentí unos brazos que me rodeaban, era Eien.
- Lo siento Yuura –dijo llorando también
- No es tu culpa –dije abrazándome a él –es no es tu culpa
- Yo debí detenerlo, debí detenerte –dijo abrazándome
- Era la única manera
Nos miramos fijamente, se acerco a mi rostro lentamente, y poso su dulces labios sobre los míos, introduciendo su lengua dentro de mi boca. Caímos al suelo, descendió lentamente por mi pecho hasta llegar a mi pecho marcándolo todo a su paso, desabrocho lentamente mi camisa y descendió por mi abdomen, al llegar a mi entre pierna, abrió mis pantalones y antes de saber cómo ya estaba desnudo y el también.
Tomo mi miembro entre sus manos mientras lo masturbaba y se lo metió en la boca, recorriendo toda la extensión con suma rispidez. Mientras me preparaba
Los gemidos se escuchaban en toda la habitación.
- No sabes cuánto eh esperado por esto –dijo mirándome –por tocarte –mientras tocaba mi pecho –por besarte –dijo mientras me daba un beso –por hacerte mío –mientras colocaba su miembro en mi entrada y me penetraba profunda y certera mente
Deseaba desde mucho antes de saber de todo esto volver a estar con él, volver a pertenecerle, siempre me sentí vacio, pero ahora ya no
Las estocadas cada vez eran mas rápidas, su cabello caía grácilmente sobre su rostro mientras se movía.
Hasta que finalmente llegamos al orgasmo.
Nos dormimos abrazados.
En un lugar lejos de ahí, al otro día
- “ y en estas noticias –se escuchaba en la radio del auto –les informamos que el cuerpo de un muchacho se ha encontrado en las afueras de san José, según los informes no era mayor de dieciocho años, todavía no se a identificado al muchacho, nadie lo conocía, se piensa que tal vez sea algún migrante al cual asesinaron después de robarle, lo único que se encontró era una tarjeta sin ningún tipo de dirección o numero que decía Yuura, si alguien lo reconoce dar aviso a las autoridades por favor…”
- Pobre chico –decía la señora –Yuura, que hermoso nombre, por eso hay que cuidar mucho de kasumi es nuestra única hija
- Claro que si cariño –dijo mirando por el retrovisor como dormía plácidamente la pequeña
Flas back
Cuando Yuura recobro el conocimiento se dio cuenta de algo no era un sueño, en verdad estaba persiguiendo a alguien, cuando la luz de la luna alumbro el rostro de la persona se dio cuenta de algo, era el suyo, entonces miro su abdomen tenía una profunda herida de un cuchillo.
- Tu caerás conmigo –dijo un chico igual a el frente a el –recuerda que somos uno –dijo el chico sonriendo ampliamente
Estuvo a punto de caer a la oscuridad, pero entonces un chico de cabellos negros lo salvo. Llego a casa, sabía que ya estaba muerto y cuando su familia llego decidió terminar todo.
- Olviden –dijo mirando a los tres –olviden que alguna vez naci –no pudo evitar derramar silenciosas lagrimas –olviden que e existido, después de todo nunca fui el hijo predilecto –sonrió con tristeza –cuiden a kasumi, como no lo hicieron con migo, escúchenla, compréndala, y quiéranla, no la juzguen antes de escucharla, sean felices, mañana se irán y nunca volverán, nunca volverán a esta desolada casa.
Fin del flash back
En el piso del carro se encontraban las fotos que se habían caído mientras kasumi dormía, en todas ellas se podía observar a una familia de tres personas, pero había algo, un vacio, algo faltaba pero nadie sabía que era, desapareció, tal como lo dijo nunca existió,
- Onii-san –susurro kasumi, mientras derramaba una solitaria lágrima.
Nunca más volvió a pronunciarlo, nunca más volvió s decirlo, pero aun así sentía que algo faltaba, algo importante, pero nunca supo que era.
- Kasumi –dijo Yuura –se feliz –mientras derramaba su ultima lagrima
Dio media vuelta y se alejo junto con Eien ….