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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

:DDDDD

Capítulo 15: "Una vertiginosa serie de sucesos, parte I".

 

 

Al otro día el dragón se levantó temprano y fue a despedir a su prometida al aeropuerto. Allí se encontró con Yurie y tuvo la ocasión perfecta para conversar sobre sus términos para volver a Meiosei. En la tarde, antes de su turno de trabajo, se reunió con el dueño del local y le explicó que ya no podría seguir trabajando, así mismo, al final de su turno se despidió de sus colegas y les pidió que no dijeran nada a Kyu.  Y una vez más el moreno le fue a buscar al trabajo para irse juntos a la DDS, ignorante de que esa sería la última vez que lo hicieran.

Al término de la jornada Kyu y Megumi se reunieron a hablar nuevamente, ya que el moreno estaba decidido a aceptar  el ofrecimiento de la pelirrosa. Por tal motivo, Ryu volvió una vez más solo a casa y seguramente sería la última.

 

Al llegar, subio a la pieza de Kyu, tomó su bolso y comenzó a desocupar el espacio en el closet que su amigo le había cedido para sus pertenencias.

Un tiempo después entró en la casa la madre del moreno y cuando estaba por terminar de empacar, el peliverde apareció en la habitación, poniendo una expresión de sorpresa.

 

-¿Ryu?... ¿por qué estás…?

- volveré a casa –respondió sin siquiera detenerse a mirarlo.

 

El de mirada dorada sintió una punzada de nostalgia, realmente iba a extrañar tenerlo con él incluso luego de las clases, pero estaba bien.

 

- entonces los problemas en tu casa se resolvieron, me alegro por ti- dijo con una sonrisa.

- no, todo está como antes.

- ¿vas a volver a pesar de que nada ha cambiado?  ¿me estás diciendo que te rindes?

- no puedo seguir huyendo de mis problemas… de mi destino -murmuró esto último en voz baja- Estaba equivocado, nunca debí dejar mi hogar, ese es el único lugar al que pertenezco.

 

Kyu no comprendía lo que el dragón quería decir, esto estaba tomando un color que no le gustaba para nada.

 

- nunca… me contaste tu problema, sabes que puedes contar conmigo ¿no? Yo te apoyaré sin importar qué decidas…. –el de ojos grises seguía aún sin mirarlo siquiera una vez- bueno, al menos nos seguiremos viendo en la DDS –expresó con una sonrisa más bien consolándose a sí mismo.

 

El peliazul no respondió. Y aquella sonrisa fue teñida gradualmente por la duda.

 

- ¿cierto?

- lo siento, no será así. Volveré a mi casa.

- te refieres a….

- sí, en Estados Unidos.

 

El mundo a su alrededor se derrumbó. Eso se podría decir, de forma muy sórdida, que fue lo que Kyu sintió. De pronto, el chico que tenía en frente quien resultaba ser el completo dueño de su corazón, del cual estaba totalmente enamorado le decía que se marcharía, no sólo de su casa sino del país. Sintió que el aire no llegaba a sus pulmones y un sudor frío comenzaba a bañarle la espalda. El último aliento lo reservo para preguntar:

 

- ¿eso significa que no te volveré a ver nunca más?...

 

Pausa.

 

- … probablemente…

 

Buscó apoyo, sentándose en el costado de la cama. Se sentía horrible, como si estuviera muy enfermo. ¿Qué clase de pesadilla era esta? ¿No se supone que te despiertas justo en la peor parte? Entonces ¿por qué aún estaban allí?

Ryu se iba, se iba de su lado y para siempre. Se encorvó sobre sí mismo con un puño cerrado sobre su pecho, tratando de mantener la conciencia, tratando de hacer, oír o sentir algo a parte del dolor aturdidor que le poseía completamente.

 

-  es… tan repentino –susurró débilmente y las lágrimas humedecieron sus ojos.

 

El dragón se detuvo un momento. A pesar de ensayarlo tantas veces en su cabeza, aún dolía abandonarlo todo, su amistad, sus esperanzas, su amor. Sin embargo, debía ser fuerte porque, a sus ojos, esta era la única solución para que esta historia terminara bien o, al menos, lo mejor posible para ambos.

 

- ¿qué… voy a hacer sin ti?

 

El de ojos dorados se sostenía la cabeza con ambas manos a la vez que cubría sus ojos con las palmas de ellas, tratando de frenar inútilmente las lágrimas.

 

- qué clase de pregunta es esa, obviamente llegarás a ser un excelente detective, conocerás a muchas personas y harás muchos amigos… verás que con el tiempo yo no seré más que un recuerdo… -se apuñaló el mismo con esas palabras.

- ¡no, no va a ser así! 

 

El silencio devoró algunos segundos en los que cada uno saboreó su amargo dolor.

 

- Ryu… no me hagas esto… por favor…

 

El de mirada gris continuó con su tarea, terminando de acomodar su ropa dentro del bolso.

 

- es hora de dejar de jugar a ser un niño y aceptar mi responsabilidad…

 

Cerró el bolso, se lo colgó cruzado y fue hacia la salida. No pudo evitar pasar la mirada sobre Kyu quien estaba llorando en silencio cubriéndose los ojos con el antebrazo. Se detuvo antes de salir de la habitación, dándole la espalda al moreno y dijo:

 

- gracias por todo, Kyu, has sido un gran amigo.

 

Aunque hubiera deseado más de él, ¡tanto más!, un gran  amigo había sido y eso era todo a lo que podía aspirar, pero no era suficiente y por eso se marchaba.

 

- yo… podría morir de tristeza ¿sabes?…

 

Ante esta declaración Ryu tampoco pudo contenerse por más tiempo y una lágrima cayó por su majilla, mas su compostura continuaba siendo estoica.

 

- adiós.

 

En el primer piso se encontraba la señora Renjou que al verlo con el bolso se acercó esperando una explicación.

 

- siento no haberle avisado con anticipación, pero todo fue muy repentino.

- vuelves a tu casa...

- sí, en Norteamérica.

- oh... -jadeó impactada por la noticia- ¿ya te despediste de los chicos?

- no... no he tenido tiempo.

- ¿y de Kyu? -preguntó preocupada.

- lo acabo de hacer.

- te vas tan de improviso... ¿pasó algo malo?

- no... debo volver con mi abuelo y retomar mis responsabilidades...

- suena algo delicado.

- lo es.

- Ryu... -le abrazó efusivamente- te vamos a extrañar tanto -le dijo mientras le acariciaba el cabello- eres una persona muy querida para nosotros, por favor no perdamos el contacto.

 

El príncipe no entendía muy bien cómo es que él había llegado a ser tan importante, pero pensó "así que esto es formar lazos...".

 

- okay -mintió- … gracias por todo señora Renjou... -hizo una reverencia y se dirigió hacia la puerta acompañado de la mujer.

- adiós, Ryu, espero nos visites pronto ¿sí? nuestra casa está abierta para ti -le sonrió con la dulzura que solo una madre puede expresar.

- muchas gracias... adiós, señora Renjou.

 

La mujer lo siguió con la mirada hasta que no lo pudo divisar más. Estaba profundamente preocupada por Kyu, pero debía darle su espacio para desahogarse de la pena que se respiraba en el aire.

 

 

...

 

 

Al día siguiente en la DDS kinta, Kazuma y megu esperaban el inicio de la jornada como si fuera cualquier día hasta que el moreno apareció en el salón. Notaron que algo estaba mal inmediatamente, puesto que ya estaban tan acostumbrados a la vitalidad y ánimo de su amigo que ahora parecía realmente un muerto viviente y otro detalle era que no había llegado con Ryu.

El chico de visos ni siquiera saludo, se sentó en su puesto cabizbajo. Los demás preocupados le rodearon.

 

- Kyu... -habló megu- ¿qué ocurre? te ves muy mal.

 

El interpelado miró a cada uno y volvió a bajar la mirada.

 

- Ryu... se va a Norteamérica.

-¡¿QUÉ?! -exclamaron los tres al unísono -¡¿por qué?!

- tiene asuntos que arreglar, no lo sé, no entendí muy bien.

- supongo que se despedirá de nosotros...- dijo kinta con un toque de recelo en la voz- ¡somos sus amigos!

- ¿cuándo se va? -preguntó Kazuma.

- no lo sé, ayer nos despedimos y se fue de mi casa. Sólo me dijo que probablemente no nos volveríamos a ver.

- ¡ese ingrato! ¡irse así nada más! debemos ir a su casa y exigirle explicaciones, ¡nos lo debe! -gritaba el de ojos rasgados furioso.

- no seas confianzudo, kinta, idiota.

- ¡Arrg! ¡¿y qué quieres que hagamos?! ¡quedarnos de brazos cruzados no es una opción!

- averigüemos si el profesor Dan sabe algo - propuso Kazuma.

- chicos, creo que Ryu tuvo sus razones para no decirnos nada -declaró la pelirrosa un poco triste y otro tanto alegre porque la distancia haría que Kyu se olvidara para siempre del azulino.

- buenos días, clase Q -saludó el detective n°1 de Japón, al entrar al salón.

 

Kazuma y Kinta se acercaron rápidamente a él para conseguir información.

 

- Profesor, Kyu nos ha dicho que Ryu se va de Japón. Díganos lo que sabe sobre eso, por favor -pidió cortésmente el más pequeño.

- chicos, no puedo darles esa información, es privada.

- ¡por favor, profesor! ¡Ryu es nuestro amigo y ni siquiera nos pudimos despedir! -exclamó un alterado kinta.

 

El detective suspiró.

 

- verán... ayer vino la madre de Amakusa a hablar conmigo para decirme que se van a Estados Unidos por motivos familiares. Dejamos el papeleo hecho y eso fue todo.

- ¿no sabe cuándo se van? -preguntó kinta.

- no, no me dijo nada sobre eso. Pero tenía mucha prisa.

- ¿nos puede dar la dirección de su casa, señor? -preguntó megu.

- lo siento chicos no puedo dar esa clase de información, de verdad lo siento.

 

Esas palabras aplastaron la moral del grupo. Sin embargo, las clases no podían suspenderse así que hasta la tarde se reunieron en cada tiempo libre para idear un plan y encontrar a Ryu. Kyu y megu llamaban una y mil veces a su casa, pero el teléfono estaba deshabilitado. Mientras que Kazuma intentaba jackear el sistema de los aeropuertos de Tokyo para encontrar un indicio sobre el vuelo del dragón, con kinta apurándolo cada dos minutos y poniéndole de los nervios.

Era media tarde y las clases habían finalizado cuando el jacker encontró en una agencia una extraña compra de boletos de avión.

 

- ¡chicos, creo que tengo algo! Debido a que los boletos se reservan con varias semanas de anticipación es imposible encontrar uno de un día para otro, ¡pero aquí está! ¡alguien compró dos boletos ayer para esta misma tarde!

 

- ¿crees que hayan sido ellos? -preguntó la pelirrosa.

- estoy seguro, es el único caso que he encontrado y es muy raro.

- wow! -exclamó el mayor- si es el vuelo de Ryu, entonces su familia debe tener muchos contactos. ¿Qué dices Kyu?

- creo que es su vuelo -declaró el peli verde con la esperanza de ver una última vez a su amigo y como ya no tenía nada que perder estaba pensando en jugar su última carta, la confesión de sus sentimientos.

 

Megu vio un brillo renacer en esos ojos dorados y se preocupó ¿Acaso Kyu cometería una locura?

 

- ¡Entonces vamos! ¡El vuelo sale en una hora!

 

Apresurados se dirigieron en un taxi al aeropuerto. Había un considerable flujo de gente y no parecía nada fácil encontrar a dos personas allí, pero Touyama los tomó a los tres y salió disparado sin dirección alguna. Al cabo de veinte minutos y sin lograr nada, Kazuma le gritaba que parara y les dejara separarse para buscar, sin embargo, él continuó su camino con tozudez.

 

- ¡ALLÍ ESTÁ! -gritó kintaro- ¡lo sabía! ¡Mis instintos jamás me traicionan!

 

El príncipe de Meiosei estaba junto a su tutora en la fila para subir al avión. Los chicos se acercaron lo suficiente para que les oyera cuando gritaron su nombre al unísono. El heredero se volteó y vio a sus amigos exhaustos, el cinta negra y el menor de todos sonriendo triunfantes, mientras que Kyu y megu se veían algo preocupados, pero igualmente alegres. Dio una mirada rápida a Yurie y luego la dejó para acercarse al grupo.

 

- ¡Ryu, pequeño ingrato! -le rodeo por los hombros kinta- ¡pensabas irte sin despedirte de nosotros, ¿eh?!

 

El dragón se soltó rápidamente, debía aparentar indiferencia frente a Yurie.

 

- ¿Cómo me encontraron? -preguntó un poco frío, lo cual hizo sentir algo incómodos a sus compañeros.

- rastree los boletos -respondió Kazuma- Ryu, no te puedes ir sin despedirte, somos tus amigos.

- sí... lo siento.

- Ryu, dear, be quickly please... -le llamó su tutora desde lo lejos.

- ya voy -le contestó el azulino.

- wow! ¡qué bien habla el inglés tu madre!

-al punto, kinta -le dijo el jacker quien había comprendido el llamado.

- bueno, supongo que una fiesta de despedida no cabe jejeje! - abrazó al príncipe y le dio dos palmadas en la espalda- espero que vuelvas pronto, no te desaparezcas por mucho tiempo ¿eh?

- trataré... -le sonrió de medio lado.

- es una pena que tengas que irte, sobre todo ahora que somos tan buen equipo -habló Kazuma ofreciéndole la mano- la DDS no será lo mismo sin ti, amigo.

- gracias... -se la estrechó.

- te vamos a extrañar mucho, Ryu -le abrazó cariñosamente megu- cuando las chicas de la DDS lo sepan van a quedar destrozadas. Pero espero que te vaya bien de todo corazón. Avísanos cuando vuelvas a Japón ¿sí?

-claro... -le respondió el abrazó y miró a Kyu, quien desvió la vista sonrojado y algo nervioso.

 

Una vez se separó de la chica, los mejores amigos quedaron de frente mirándose, por unos segundos no dijeron nada, solo se miraban anhelando decirse tantas cosas que no podían.

 

- Ryu... -no sabía si dar el paso, si decirle o no sobre sus sentimientos, quizás era mejor terminar como buenos amigos y no correr el riesgo de arruinarlo todo, sí, eso era lo mejor- adiós. 

- adiós, Kyu.

 

Tenían tantas ganas de abrazarse, de tocarse por última vez, pero si cada uno se rendía ante sus impulsos entonces las cosas se saldrían de control. Por eso una mirada fue lo único que entrelazaron.

 

El dragón les dejó para volver al lado de su madre.

 

Megu se sentía más aliviada, pero de pronto Kyu salió corriendo y rápidamente le detuvo y lo alejó lo suficiente de ambos polos para tener algo de privacidad.

 

- ¡KYU!

 

Megu trató de ir tras él pero Touyama le agarró de la muñeca impidiéndoselo.

 

- ¡suéltame, kinta!

- no, déjalos.

- ¡no te metas en esto!

- megu, cálmate, Kyu por lo menos tiene que intentarlo -habló el menor.

- ¿de qué hablan? -preguntó sorprendida la pelirrosa.

- vamos, megu, no somos ciegos. Sabemos que Kyu quiere a Ryu -habló kinta.

- ¡¿pero cómo?!

- no es muy difícil de ver, el chico es muy transparente y además esa atmósfera que se arma cuando están juntos se puede sentir a kilómetros, quizás ellos sean los únicos que no se dan cuenta. Son tal para cual.

 

Megu miró a ambos chicos a lo lejos. ¿Qué pasaba si Ryu le correspondía? No podía permitir que le quitaran a su novio, ella lo quería ¡y él a ella quiso primero!

 

- ¿qué pasa si no le corresponde? -volvió la mirada a sus dos obstáculos- ¡Entonces Kyu sí lo va a perder todo!

- es SU decisión -sentenció kinta.

 

A lo lejos estaban Kyu y Ryu. El primero trataba de recomponerse del súbito ataque de valentía para hablar con claridad, mientras que el segundo lo miraba expectante con el corazón hecho un lío por la incertidumbre.

 

- Ryu, lo siento yo... tengo que decirte algo antes de que te vayas...

- adelante...

 

El de mirada dorada suspiro. Su corazón latía desbocado y los nervios le habían revuelto el estómago.

 

- ya no tengo nada que perder... me dijiste que no nos volveríamos a ver y yo... no puedo seguir guardándome esto, no quiero vivir con la duda el resto de mi vida... no tengo por qué callar ahora cuando de todas formas nuestra amistad termina... Ryu... lo siento... yo nunca pensé que esto nacería dentro de mí, no lo pude evitar, si hubiera podido te juro que lo habría hecho...

 

Levantó la mirada y lo vio a los ojos por primera vez desde que llegó al aeropuerto y entonces dijo  lo que sonó como una declaración, una súplica y una disculpa al mismo tiempo:

 

 - ... te amo... -bajó la cabeza- estoy enamorado de ti...

 

A Ryu se le detuvo el corazón por un momento en el que pareció juntar fuerzas para luego latir descontrolado. Con una expresión de absoluta sorpresa, le costaba trabajo asimilar lo que había escuchado. Sin embargo, luego de semejante declaración algo debía hacer.

 

- Kyu...-le llamó con extrema dulzura a la vez que ponía su mano en el hombro del de mirada dorada.

 

Éste lo miró a los ojos otra vez y creyéndose correspondido se alzó para besarlo, pero Ryu en cuanto sintió ese gesto le detuvo con la misma palma en el hombro. No podía hacer algo así en frente de Yurie, puesto que pondría en gran peligro a Kyu si descubrían lo mucho que lo quería.

 

- Kyu, escucha...

 

El peli verde comprendió el gesto como un rechazo, por lo cual se quitó la mano de encima con un manotazo y, mirando al suelo con la mirada empañada y dolida, se disculpó por su horrible atrevimiento y salió corriendo de allí.

 

Cuánto quiso salir tras él, el dragón, para aclararle que no lo había rechazado, sin embargo, no debía. Sus movimientos eran limitados bajo la presencia de su tutora.

 

Megu vio a Kyu correr lejos hacia la salida, se soltó del agarre aprovechando la sorpresa de sus amigos y corrió tras él, gritándoles antes de alejarse:

 

- ¡Son tal para cual! -exclamó con ironía- ¡¿VEN LO QUE HAN HECHO?!

 

Los compañeros voltearon la mirada a Ryu como si no creyeran que lo hubiera rechazado, recibiendo de vuelta una fría expresión al tiempo que el príncipe volvía al lado de su madre. Entonces ambos salieron de ahí tras los dos jóvenes.

 

continúa...

Notas finales:

oooooooooooooo


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