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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

Holass, aqui les dejo la actualización... esto va avanzando más lento de lo que esperaba pero trataré de seguir lo más rapido que pueda, sus comentarios ayudan mucho! en serio, hacen que me den ganas de seguir escribiendo :)

 

Capítulo 21: “Un viaje hacia la incertidumbre”.

 

 

Al otro día era sábado por lo que tenían clases en la DDS desde la mañana hasta la tarde. Ese era el único consuelo de Ryu desde que Yuri le había impuesto ese cronograma infernal, ya que podría pasar todo el día con Kyu y luego de la jornada reclamar algo de tiempo libre con la excusa de estar cansado por las extenuantes clases de la academia.

Por su parte, Kyu quien ignoraba la guerra que el dragón estaba librando sólo seguía sus propios impulsos cuando esperó al azulino en el patio de la mansión antes de que empezaran las clases. Todos los demás ya habían llegado, a cada uno les tuvo que explicar qué hacía sentado solo en esa banca y ahora sus amigos estaban en la sala esperando la hora del inicio de clases. Entonces apareció caminando Ryu quien al distinguirlo fue hacia él con la misma curiosidad que los demás.

 

- ¡¡ohayou, Ryu!!

- ohayou... ¿Qué estás hac-

 

Antes de que pudiera terminar de preguntar, el moreno le había abrazado por el cuello y juntado sus labios en un sorpresivo beso. Ryu no pudo hacer más que abandonarse a esa cálida y suave sensación que le hacía estremecer y necesitar más, así que lo atrajo por la espalda y abrió su boca para profundizar el beso. Un suspiro de Kyu se ahogó entonces en la boca del azulino  mientras saboreaban los dulces y blandos labios ajenos.

Cuando  terminaron la caricia, Kyu le contestó sin separarse más de él que los estrictos centímetros necesarios.

 

- te estaba esperando... ayer te despediste muy mal de mí -hizo un puchero.

-ah, gomen... No supe qué hacer con todos mirándonos...

- dirás con megu-chan mirando, pero ¿sabes? tomamos el metro juntos y ella me dijo que no le importaba.

-¿ah, sí?

- ahá. Aunque en realidad ahora te estaba esperando porque ayer no nos dimos ni un solo besito ni si quiera uno pequeño, así que me acabo de asegurar de que eso no vuelva a pasar -le explicó con una sonrisa de triunfo.

 

Ryu le sonrió de vuelta de esa manera que amaba el moreno y le volvió a besar. Estaban apartados del resto de la academia así que el dragón no tenía preocupaciones. Al separarse Ryu abrazó fuertemente al peliverde escondiendo el rostro en su cuello y aspirando su dulce aroma.

 

- no me había dado cuenta de cuánto te extrañaba... -le dijo suspirando.

- lo que pasa es que andas pensando -el dragón se separó de su cuello y le miró- en muchas cosas... -recibió un pequeño beso- a la... -y otro- vez y te... -y otro- olvidas... -y otro- de mí...

 

Entonces fue Kyu quien le dio un fugaz beso.

 

-yo nunca me olvido de ti...

 

De pronto fueron interrumpidos por un grito que venía desde el edificio. Kintaro, Kazuma y Megumi estaban parados a la ventana ubicada frente al salón de clases y el mayor la había abierto para gritarles:

 

- ¡oigan tórtolos! ¡¡Ya dejen los mimos empalagosos y vengan a clases!!

 

Kyu se sobó la nuca sonrojado con una sonrisa avergonzada y Ryu sonrió con resignación igualmente ruborizado. Entonces obedecieron a su compañero y se dirigieron al salón de clases. En el trayecto el moreno le dijo al dragón:

 

- estaba pensando que como mañana no tenemos clases podríamos salir juntos, ¿no crees?

- ¿en una cita?

- ¡sipis!

- eso suena genial -la expresión de Kyu se iluminó- pero no puedo -y entonces se apagó con decepción- mañana debo viajar a Inuyama en la prefectura de Aichi para ver a mi abuelo... lo siento.

- ya veo… eso está muy lejos, como a tres horas…

- cuatro… Por eso estaré todo el día fuera…

- oh, qué mal… entonces tendrá que ser para otro día... -dijo con un puchero- pero dime una cosa ¿tu abuelo vive en Inuyama?

- no en realidad, él viaja mucho así que quiere aprovechar que está en Japón para encontrarnos.

- entonces debería venir a verte a casa, ¿no? -preguntó un poco irritado por la extraña manera que aquel hombre tenía de hacer las cosas, siempre demandando tanto de parte de Ryu.

- es algo complicado... -fue lo único que pudo responder.

 

Y en verdad era complicado porque su abuelo nunca lo había visitado en alguna de las casas donde había vivido, sólo cuando era pequeño y en ese entonces lo veía más seguido. Cada vez que estaban en la misma ciudad, el hombre se hospedaba en un hotel cinco estrellas y él debía ir a verlo allí. Al parecer, como siempre había vivido solo con Yurie, a su abuelo no le gustaría ser atendido por la mujer y prefería la comodidad de un hotel costoso. Además Ryu sospechaba que con los años y a causa de Anubis se estaba volviendo más paranoico, por lo cual no le gustaba quedarse en un mismo lugar por mucho tiempo.

 

- hablando de casa… ¿no va siendo hora de que me digas tu dirección por lo menos? No te pido que me invites a conocer tu casa sólo quiero saber dónde vives, cuando te ibas de Japón no pudimos conseguirla para ir a despedirnos ¡y ahora que soy tu novio exijo saberlo!

 

Le regañó el moreno por ese hecho que era bastante insólito. Y Ryu no pudo evitar más el tema. Le dijo su dirección aunque luego le hizo prometer que jamás pero jamás de los jamases iría allí sin él o sin que él supiera y lo aprobara. Era peligroso y Kyu no lo sabía, por lo cual quedó muy confundido y también algo triste porque se sentía rechazado.

 

- está bien... lo prometo... pero alguna vez tendrás que invitarme -le dijo con un puchero- me gustaría conocer tu habitación -comenzó a divagar- se supone que dice mucho de una persona y acostarme en tu cama y abrazar la almohada con la que duermes y olerla...

- ok, estás empezando a perturbarme... -le interrumpió el azulino.

- ¡¡que malo eres, Ryu!! -le reclamó mientras ingresaban al salón de clases.

 

Luego de un instante apareció el profesor Tatsumi en el aula tan malhumorado como siempre y dio inicio a su clase del día.

 

 

 

Era tarde cuando finalizaron las clases del día, tanto que estaba oscureciendo.

 

- muy bien, con esto concluye entonces todo lo que les podemos enseñar sobre Meiosei -anunció el profesor Dan dando por terminada la jornada -espero que sepan hacer un buen uso de esta preciosa información.

-HAI!! -respondieron todos al unísono.

- Nos vemos entonces el lunes por la tarde, mina. Como ya terminan las vacaciones de verano, las clases aquí en la academia regresan a su horario normal -recordó la profesora katahiri.

 

Todos se pusieron de pie para despedirse adecuadamente y cuando los dos profesores se perdieron tras la puerta Kyu exclamó casi gritando, sobre saltando a todos:

 

- ¡¡no puede seeer!! ¡¡Es verdad que ya terminaron las vacaciones!! ¡¡Y yo aún no he hecho todas las tareas!! ¡¿Que voy a hacer?! ¡¿Que voy a hacer?! -se quejaba acomplejado y con los ojos llorosos mientras agitaba sus brazos.

- oi así y todo me estabas invitando a salir, ahoo -le recriminó el dragón con una vena hinchada en la frente.

- ah... Bueno... sip -le respondió bajito y temeroso.

 

De hecho, Ryu estaba en todo su derecho de molestarse debido a que él mismo le había insistido en hacer los deberes cada vez que lo veía perdiendo el tiempo.

 

- ¡¡tasukete kudasai, Ryu!! -le rogó arrojándose a sus brazos.

- ¡K-Kyu! -le llamó con una punzada de culpa- discúlpame, pero no puedo hacer nada y tú lo sabes... Mañana tengo un difícil viaje que hacer ¿recuerdas?

- oh, es verdad... -respondió desanimado.

 

Ryu se lo quitó de encima y se puso su bolso. Si tardaba mucho en irse, Yurie lo regañaría.

 

- yo puedo ayudarte si quieres, Kyu-kun -ofreció amistosamente la pelirrosa conmovida.

 

El azulino la miró sorprendido y con el ceño fruncido. No había visto venir eso.

 

-oooh, ¡¿en serio?! ¡¡Sería estupendo!!

- ya ya, salgan de aquí para poder asear... -les interrumpió kintaro quejándose- rayos que bueno que ya terminó la semana...

- kinta, te toca ir a llenar con agua el balde... –le dijo Kazuma con indiferencia.

- ¡¿qué?! ¡Pero si he ido todos los días!

- yo no tengo la fuerza para cargarlo, ¡así que ve ve!

- condenado mocoso debilucho ñauñauñau -se fue rumeando el mayor cosas ininteligibles.

 

Los demás salieron con él y se quedaron en el pasillo.

 

- ¿podríamos juntarnos mañana también? Jeje -retomó la conversación el moreno con la pelirrosa - ¡onegai!... ¡Ya sé! Mejor aún, ¿por qué no te quedas a dormir en mi casa?

 

Ryu miró atónito a un Kyu que veía a Megumi genuinamente emocionado.  Claramente sus intenciones eran puras, sin embargo, no sabía si lo eran también las de la pelirrosa y honestamente hablando no le agradaba para nada esa propuesta, ni un poco y no tenía razón alguna sólo ese agrio malestar que le asaltó de pronto.

 

-e-etto... no creo que sea necesario, Kyu-kun... -se excusó incómoda la chica, notando la expresión ensombrecida del dragón.

 

 La verdad no recordaba plenamente la discusión que habían tenido hace dos días en la casa del peliverde, pero esa terrible expresión que el azulino le había mostrado seguía en su mente aunque no sabía si había ocurrido en verdad.

 

- créeme que sí lo es, megu-chan. En verdad te necesito!

- K-kyu...

- a Ryu no le importa, ¿cierto? -se dirigió al azulino tranquilamente.

- n-no... -desvió la mirada el chico, mintiendo- me da igual... Como sea ya debo irme, ya ne.

- ¡espera un poco! -le pidió el perliverde y se acercó a él.

 

Ryu se volteó para mirarlo entonces Kyu le tomó suavemente de la mano. El dragón se sonrojó aunque estaba algo reacio.

 

- espero que te vaya bien en tu viaje -le deseó cariñosamente acariciando su mano- y que pases un buen día con tu abuelo.

 

Luego se inclinó hacia él y le dio un casto beso en los labios. Entonces Ryu lo tomó con sus manos por el rostro y le dio un ávido beso apasionado, un impulso que de pronto nació en él como si quisiera asegurarse de que él era el dueño de esos labios y además dejarlo en claro frente a la chica. Era un impulso estúpido, egoísta y malintencionado, sin embargo, le había arrastrado inevitablemente aunque luego se arrepentiría de ello. Luego le abrazó efusivamente escondiendo el rostro en su cuello y susurrándole:

 

- voy a extrañarte… - “… no vayas a hacer algo estúpido” quiso rogarle, pero esas palabras no lograron salir de sus labios y se ahogaron en la incertidumbre de su corazón.

- también voy a extrañarte, Ryu-chan… - le dijo, correspondiendo al abrazo con una gran sonrisa.

- no me llame así… -se separó de él ligeramente molesto.

- ¡okay! –le respondió con una amistosa sonrisa, aunque ambos sabían que era mentira.

- ya ne.

- ¡mata ne!

 

 

 

 

Megumi miró fugazmente de reojo a Kyu y luego volvió a mirar la revista en sus manos. Eso se repitió un par de veces antes de que se animara a hablarle.

 

- nee… Kyu-kun…

 

Estaban en la casa del peliverde, él haciendo sus deberes y ella pasando el rato leyendo una revista mientras le ayudaba cuando tenía problemas. Luego de la DDS habían ido a la casa de la chica a buscar ropa y lo que necesitara para quedarse a dormir en la casa del moreno y, tal como debieron hacer después con la madre del chico, tuvieron que explicar detalladamente a su hermana de qué iba el suceso tan repentino e inusual puesto que cada uno por su cuenta les habían dado la noticia a ambas de que habían terminado, lo que hacía a la situación aún más extraña. Después de obtener el permiso de la hermana mayor de Megumi emprendieron marcha a la casa del peliverde. Al llegar ya era de noche y la madre de Kyu tenía preparada la cena, por lo que se sentaron todos a la mesa a comer. Fue un momento ameno, excepto por esas casi demasiadas ocasiones en que la mujer lanzaba indirectas sobre lo linda que era Megumi y que deberían volver a ser novios, que por cierto eran demasiado directas como para ser simplemente indirectas. Pero los chicos lo dejaban pasar y hacían el tonto, así que el tema quedaba olvidado rápidamente tras alguna otra conversación. AL finalizar la comida los dos amigos habían subido a la habitación de Kyu y se habían puesto a estudiar.

 

- chotto matte kudasai, ya casi lo tengo –le pidió mientras estaba concentrado terminando un ejercicio de matemáticas- ¡¡listo!! ¡Jajajá! ¡Quién es el idiota ahora, Takumi-sensei!

 

Le mostró su trabajo a Megumi, orgulloso ya que el fin había logrado entender. Ella lo miró y le respondió al instante:

 

- está malo.

- ¡¿ah?! ¡Masaka!... ¡¿dou… doushite?! –preguntó llorando aunque su expresión daba más risa que pena.

- te equivocaste en el primer paso… -Kyu dio una mirada donde señalaba la pelirrosa, pero ella quería hablarle de otra cosa así que continuó- nee… Kyu-kun… ¿estás seguro de que está bien lo que estamos haciendo?

- ¿eh? ¿qué cosa? –preguntó ingenuamente.

- ya sabes… - “o más bien no tienes idea”, pensó- si es buena idea que me quede hoy… Ryu-kun parecía un poco… no sé…

- ah, así que a eso te refieres… -respondió el moreno tranquilamente- está bien. Él dijo que no le importaba.

- sí, pero…

- sé que eso no era cierto – confesó el peliverde con naturalidad- sin embargo, ni tú ni yo pensamos engañarlo ¿no? así que no hay remedio, él tendrá que lidiar con esto y aprender a confiar en mis sentimientos y también en ti. Digamos que esto es una especie de prueba, si queremos ser todos amigo de nuevo entonces tiene que dejar de mirarte como una amenaza y además tener más confianza en que yo lo quiero y tengo mi propia fuerza voluntad para hacer o no hacer cosas… ¿no crees? –le preguntó con una sonrisa amistosa.

 

La pelirrosa lo miró sorprendida, por su comportamiento creía que ni siquiera se había dado cuenta de lo molesto que estaba Ryu, sin embargo, de pronto iba y le decía todas esas cosas demostrando una vez más que estaba un paso por delante de ella, ya que probablemente esa había sido su intención desde el principio cuando le hizo la invitación.

 

- s-supongo que tienes razón… - le respondió mirándolo con profunda admiración.

 

 

Al día siguiente, Yurie y Ryu iniciaron el viaje en automóvil a Inuyama temprano por la mañana. Debido al condenado horario que sin piedad la mujer le estaba haciendo cumplir, el azulino estaba agotado y no tardó mucho en quedarse dormido en el asiento de atrás mientras la mujer iba al volante. El viaje por lo demás fue extenuante, de vez en cuando paraban en un descanso en la carretera para estirar las piernas, tomar aire  y recobrar energías, sin embargo, eso no era suficiente para recuperarse así que el cansancio se fue acumulando de apoco en su cuerpo.

 

- amo, Ryu… -le llamó en voz alta la mujer, despertándolo- ya hemos llegado…

 

Ryu se incorporó para mirar por la ventana, viendo a lo lejos una majestuosa edificación que sobresalía entre otras por varios kilómetros a la redonda.

 

- son recién las doce del día, su abuelo está en una reunión así que se desocupará alrededor de las trece horas, por lo tanto deberíamos usar este tiempo para instalarnos en el hotel.

- ¿el mismo donde él se queda?

- así es.

- vamos allá entonces –le ordenó, quería bajarse del maldito vehículo pero ya.

 

Llegaron a hotel, el mejor de la ciudad, rentaron dos habitaciones adyacentes y se dirigieron hacia ellas.

 

- si me disculpa, me gustaría descansar del agotador trayecto, mi señor- habló la mujer frente a la puerta de su habitación, haciendo una reverencia.

- por supuesto, yo me encargo de aquí en adelante –le respondió tranquilamente.

- he dado aviso del número de su habitación así que esté pendiente al teléfono, por favor.

 

Fue lo que le dijo antes de desaparecer dentro de su aposento. Luego el dragón entró en la propia a esperar mientras llegaba la hora de reunirse con su abuelo. Dentro había una sala de estar con cómodos sillones y muebles, una puerta que daba a una amplia habitación con una gran cama y un espacioso baño con yacusi, mezcla de estilo japonés y occidental. Se dejó caer cansado en el sofá más grande y se recostó sobre su estómago abrazando uno de los mullidos cojines… “¿cómo habrá resultado todo en casa de Kyu?”, se preguntó, ¡qué ganas tenía de ser él quien estuviera allá! Un montón de situaciones comenzaban a pasar por su cabeza en las que el peliverde era seducido por la pelirrosa aún si no era intencionalmente… por ejemplo, si la chica olvidaba llevar su pijama y él debía pasarle uno de los suyos, cualquier chico babearía al ver a su amiga y una chica tan linda como Megumi con la ropa que él suele usar, más todavía si ella era su ex novia por la cual obviamente sintió atracción física y quizá que cosa habían hecho juntos… Súbitamente hundió el rostro en el cojín y sacudió la cabeza para quitarse esos pensamientos, la frustración y los celos. Se detuvo entonces suspiró. No era productivo ni le hacía bien ponerse a imaginar cosas como esas… debía confiar en ellos… aún cuando sabía que Kyu era impulsivo… ¿qué tal si en un arrebato le terminaba siendo infiel?...

 

- ¡¡agh!! ¡¡ya basta!! –exclamó arrodillándose en el sillón y sobándose desesperadamente la cabeza con ambas manos.

 

De pronto, llamaron a la puerta. Él se levantó y fue a abrir pensando que podía ser el servicio a la habitación o la misma Yurie con nuevas noticias. Tomó la perilla, la giró y abrió la puerta. Fue entonces que se le hizo un nudo en el estómago al reconocer a la persona que buscaba por él.

 

- qué bueno es volver a verlo, goushijinsama… -dijo el sujeto con una hermosa reverencia.

- ¿qué haces aquí, Anubis?

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

ah! encontré en internet que en inuyama hay un castillo, por si no lo sabían, y eso fue lo que Ryu vio por la ventanilla.

esop, espero que les haya gustado... gracias por leer y comentar!


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