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Nuestra Pequeña Rutina por lakyday

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Notas del capitulo:

hola... luego de algun tiempo volví con la actualización... siento la tardanza u.u ... esta chica les deja la continuación y se va avergonzada...

 

Capítulo 9: “Festival de sorpresas, parte I”

 

- ¡Por fin los encuentro!

 

Kyu y Ryu volvían al hotel cuando kinta los abordó.

 

-Síganme, la Sra. Wood Nos pidió que nos reuniéramos todos con ella ahora mismo.

- ¿Y quién es la Sra. Wood? –preguntó el peliverde.

 

Un coscorrón y una reprimenda fue lo que recibió como respuesta de parte de Kintaro.

 

- ¡auch!

- Como no sabes el nombre de la persona que ha sido tan amable de hacerse cargo de nosotros. Que vergüenza, Kyu. Para que lo sepas ese es el nombre de la tía de Kazuma – le dijo el cinta negra.

-¿Pasó algo malo?- intervino el dragón preocupado ante la súbita petición que parecía tan urgente.

- no lo sé, no lo creo... démonos prisa de todas formas…  ¡¿y dónde demonios se habían metido ustedes dos?! ¡Llevo mucho tiempo buscándolos!

 

Los dos amigos intercambiaron una mirada de complicidad.

 

- En ningún lugar en especial – respondió finalmente el azulino- cada uno salió a recorrer la playa y nos encontramos.

- ¿está todo bien entre ustedes?

 

Ambos interpelados le miraron sorprendidos sintiéndose expuestos al notar de pronto que la gran tempestad que se había desatado en el interior de cada uno era tan evidente.

 

-todo en orden ¿por qué la pregunta?- habló el peliverde.

- no lo sé, me dio la impresión de que habían peleado esta mañana…

 

El comentario quedó flotando en el aire, tornando la atmósfera un tanto incómoda. Kyu miró su compañero, notando que no le era agradable recordar el episodio. Por ello y para que no creciera en Ryu la duda nuevamente, respondió a kinta a la vez que le daba un pequeño empujón al dragón para que fijará su atención en él cuando decía:

 

- Ah, eso… no fue nada en realidad, ¿cierto, Ryu?

- ahá –reafirmó el otro con una expresión casual.

 

Al llegar al hotel se reunieron con los demás en recepción.

 

- Bien, ahora que están todos les cuento –procedió a hablar la mujer- Sucede que en el pueblo vecino se celebra, en estas fechas, el festival de verano y esta noche es la inauguración. Bueno, ya que es la última noche que ustedes estarán aquí, había pensado en hacer algo especial, así que ¿qué les parece si los llevo?

- ¡oooh, suena genial! -exclamó megu-  ¿qué les parece, chicos?

-¡Claro que vamos! ¡estoy seguro de que será inolvidable! – respondió un motivado Kintaro.

- se oye bien –habló el dragón.

- ¡¿habrá puestos de comida?! ¡¿y juegos?! ¡¿y bailes?! ¡¿y espectáculos y todo eso?! – preguntó el peliverde con el entusiasmo brillándole en sus ojos dorados.

- ¡Síiii, el festival de verano es increíble! ¡debemos ir! –exclamó Alicia- además se celebra una tradición con globos de papel muy hermosa y romántica –agregó mirando con especial atención al peliazul.

- siempre se junta mucha gente, yo paso –soltó con indiferencia Kazuma.

- ¡¿Qué?! ¡Vamos, Kazuma, no puedes ser así! –le espetó molesto el cinta negra.

- ¡Itoku, eres un aguafiestas, aburrido y baka! ¿Acaso no quieres ir y compartir con tus amigos esta vez?

- Es verdad. Anímate, Kazu –le habló la pelirrosa- estando todos juntos la pasaremos genial.

- Sí, además podríamos comprarnos máscaras y dulces… –exclamó Kyu con una sonrisa.

- che, esas cosas son para niños pequeños…

- por eso –respondió inocentemente.

- ¡no me trates como si fuera un mocoso, Kyu!

- entonces deja de comportarte como un niño mimado y vamos al festival –dictaminó Alicia.

- tsk, como sea –dijo rindiéndose- ya, está bien, iré también.

- ¡entonces está decidido! – finalizó megu, tan emocionada como casi todos (excepto Kazuma) se sentían.

 

 

….

 

 

En la noche, antes de marchar al festival, la Sra. Wood Los llevó a todos a una gran habitación al lado de recepción. Allí habían dos mujeres esperándolos con un gran conjunto de telas. Entonces se enteraron de que ellas les ayudarían a vestirse de yukatas, un servicio que prestaba el hotel normalmente en esas fechas.

Los primeros en vestirse fueron Kazuma y Alicia, quienes esperaron a los demás en recepción. Luego fue el turno de Kyu y Kintaro quienes se reunieron después con los dos primos. Y los últimos fueron Megumi y Ryu. Estaban en recepción los primeros cuatro compañeros, conversando animadamente sobre sus yukatas, lo hermosa que se veía Alicia y lo emocionante que sería esa noche en el festival. Kyu estaba a punto de explotar de los nervios y la expectación, entonces apareció allí Megumi. El moreno se quedó mirándola embobado, casi con la boca abierta, pues se veía muy hermosa en su yukata blanca con flores color rosa, que combinaban perfectamente con su cabello. Nunca antes la había visto tan bonita y por un momento volvió a sentirse como cuando recién habían empezado a salir. Un momento que duró poco, puesto que detrás de ella apareció Ryu y la mirada dorada se clavó en él entonces.

El dragón venía distraído, tratando de acostumbrarse a un atuendo que no usaba desde que era pequeño, antes de que dejara Japón. Lucía una simple yukata negra, con los demás adjuntos en color gris. Cualquiera otra persona no se hubiera destacado con ella, pero Ryu, a él se le veía impresionantemente bien. Su piel blanquecina en contraste con el negro y su habitual garbo en todos sus gestos alzaban a esa simple yukata como si estuviera vistiendo a un príncipe o a un ángel negro.

Kyu quedó sin aliento ante esa visión. Fue la primera vez que palpó a plena conciencia la gran atracción que Ryu le provocaba. Nació en él súbitamente el deseo de besarlo, tanto en la boca como en aquella parte entre el cuello y el hombro donde comenzaba la yukata...

 

- ¡Ryu-kun! –gritó Alicia, de pronto, acercándose para recibirlo, sacando al moreno de su divagación- ¡te ves increíble!

 

El peliazul le sonrió algo apenado y le devolvió el elogio:

 

- Gracias, tú te vez muy hermosa.

- gracias –respondió muy ruborizada- aunque hace mucho tiempo que no visto kimono, debido a que vivo en el extranjero. Se siente nostálgico.

- me pasa lo mismo, desde niño que no vestía así…

-Kyu-kun…-le llamó tímidamente la pelirrosa, desviando su atención de aquella escena que le había dejado pesado el corazón- ¿Cómo luzco?

- te ves muy hermosa, megu-chan – le sonrió de medio lado tratando de ocultar esa tediosa sensación.

- gracias, tú también te ves muy bien.

 

Una vez que todos estuvieron vestidos, incluyendo la tía de Kasuma, subieron a una van conducida por la mujer y emprendieron el viaje. Éste fue muy corto, no pasaron más de 15 minutos y ya habían llegado al lugar.

Primero tuvieron que recorrer un estacionamiento inmenso para alcanzar la zona donde se desarrollaba el festival. Sin embargo, al llegar todo esfuerzo se vio recompensado con creces. Las luces, los adornos, los trajes típicos de la zona, los juegos y el delicioso aroma proveniente de los puestos de comida dejaron a los chicos deslumbrados.

Caminaron entre los cubículos compactos que albergaban las mil y una curiosidades que tenía para ofrecer las personas que estaban dentro de ellos. El camino estaba atiborrado de gente, se veían niños pequeños tomados de las manos de sus padres, uno que otro siendo cargado sobre los hombros, personas de todas las edades vestidos con bellos atuendos de la zona, muy similares a trajes de sacerdotisas y cuidadores de templo. Familias completas así como parejas caminando de aquí para allá, descubriendo todo lo que allí había. Las guirnaldas colgando de los faroles de alumbrada con sus colores tan llamativos. El olor a diferentes alimentos tan deliciosos que había en el aire, invitando a los estómagos a probar y degustar si opción alguna de resistirse. Los gritos y llamados de los comerciantes  tratando de convencer a la gente para que se acercara y degustara la comida y las bebidas, probara su suerte y habilidad en los juegos, comprara la artesanía, los recuerdos y cuánto más había. Y a la distancia la playa, siendo iluminada por antorchas, las olas rompiendo un poco más violentamente en plena noche, el cielo estrellado y la luna en lo alto, ajenos a toda la actividad que había en el lugar donde transitaba el grupo de amigos.

Megumi tomó a Kyu de la mano. El moreno le respondió estrechándola de vuelta, con una sonrisa, aunque sintiéndose un poco incómodo. Por alguna razón se sentía extraño el tener gestos de cariño hacia la pelirrosa, frente a Ryu.

La feria era muy grande, llevaban alrededor de 40 minutos recorriéndola. Kyu de la mano con megu, Ryu y Alicia juntos todo el tiempo, luciendo como una pareja de ensueño, kinta y Kazuma peleando cada cierto tramo y la Sra Wood vigilando que todo estuviera en orden con sus chicos, mientras disfrutaba de la feria que si bien visitaba cada año, nunca se aburría de ella.

 

- ¡Allá! –gritó kinta, llamando la atención de sus compañeros- ¡Kyu, Ryu, los reto a ganarme en ese juego! –dijo enérgicamente señalando un puesto.

 

Los chicos fueron hacia el lugar y vieron que se trataba de un juego con dagas. El dueño les pasaba cuatro dagas y debían darle a un blanco.

 

- La persona que acerté las dagas con más precisión gana y las demás deben comprarle todo lo que pida ¿Qué dicen?-preguntó entusiasmado Kintaro, pues aparte de ser bueno en lucha cuerpo a cuerpo también lo era usando armas tradicionales.

- yo digo que quieres aprovecharte de nosotros porque te quedaste sin dinero –respondió Kyu, recibiendo uno de los típicos golpes en la cabeza por parte del mayor- ¡auch! ¡¿Por qué me pegas Kinta?!

- porque acertaste completamente –respondió Kazuma.

- ¡tu cállate, enano, que eres un crío y por eso no juegas!

- idiota –le dijo el menor y luego le mostró la lengua.

- ¡Vamos! ¡será divertido!

- anímense, chicos –les dijo el dueño- si ganan les daré un premio para que se lo regalen a sus novias.

 

Alicia miró al dragón, rogándole con los ojos brillosos y este no pudo negarse.

 

- Está bien, jugaré –dijo resignado.

 

Kyu le miró sorprendido porque la joven le había convencido con una mirada y además porque no había aclarado que ellos no eran novios. Aunque finalmente, motivado por megu, él también aceptó el reto.

Le pasaron las dagas al peliverde, que fue el primero en jugar. La primera daga que lanzó quedó enterrada en el suelo, así como la segunda. La tercera dio en el borde del tablero y la cuarta a unos centímetros de éste, en la pared en que colgaba. El moreno se pasó la mano por la cara. Eso había sido horrible y ya podía imaginar a kinta consumiendo poco a poco su billetera.

 

Entonces fue el turno del dragón.

 

- Ryu no dejes que kinta gane, si gana será nuestro fin – le susurró el moreno con una graciosa expresión de terror.

 

El peliazul se rió y le respondió:

 

- Ganaré por los dos, ya verás.

 

Seguido le guiñó un ojo, en un gesto que dejó a Kyu derretido como caramelo al sol.

 

- ¡ánimo, Ryu-kun!

- ¡Gambbate ne!

 

Le gritaron las chicas.

 

El dragón tomó una de las dagas, tanteó su peso y respiró hondo. En su entrenamiento para ser un asesino las dagas habían sido sus armas favoritas. Flexionó el brazo y la lazó. Se hizo un silencio antes de que todos, exceptuando a kinta, explotaran en emoción y elogios porque había acertado justo en el blanco. Lo mismo que con la segunda, tercera y cuarta daga.

 

- ¡Kya, Ryu-kun! ¡eres increíble! –exclamó Alicia lanzándose a sus brazos.

 

El peliverde arrugó la nariz ante tal atrevida reacción.

 

- Aún falto yo –dijo Kintaro irritado porque ganar no sería tan fácil como esperaba.

 

Luego se posicionó y al cabo de unos segundos lanzó, acertando al blanco igual que el azulino.

 

- ¡sugoi, kintaro-san! 

 

Le alabaron la pelirrosa y la otra joven, haciéndole sonreír con confianza. Entonces lanzó la segunda y la tercera, acertando también con ellas.

 

- ¡noooooo! – se quejó Kyu, porque al parecer era demasiado bueno.

 

Kinta sonrió con malicia y exclamó:

 

- Soy el mejor… lo siento chicos ¡jajaja!

- es impresionante que seas tan exacto aún con esos ojos tan pequeños –se burló Kazuma.

- ¡cállate, enano!

 

Tomó la cuarta daga y se preparó para lanzarla.

 

-Kinta, bakaaaaa – gritó el menor de todos desconcentrándolo.

- ¡te dije que te calles, mocoso!

- no

- tsk –pronunció mientras una vena engrosó en su frente.

 

Volvió a lo suyo y recuperó la concentración. Flexionó el brazo y cuando estaba a punto de lanzar volvió a oir que Kazuma lo insultaba, eso lo descolocó y erró el tiro. Entonces se oyó una exagerada risa proveniente del menor.

 

- ¡Enano, perverso! –le gritó el cinta negra y salió persiguiéndolo - ¡me hiciste perder!

 

Los demás les miraron aguantándose la risa.

 

- ¡Bien hecho, Kazuma! – le animó el moreno.

- El premio, entonces –dijo el vendedor- nadie había acertado las cuatro dagas hasta ahora.

 

Seguido sacó de una caja un gigantesco oso blanco de peluche que llevaba un moño rojo en el cuello. Ryu lo recibió e hizo lo que le parecía más adecuado, se lo dio a Alicia.

 

- ¡Kya, Ryu-kun! ¡Es precioso! – gritó la muchacha fuera de sí por la emoción.

 

Su príncipe le obsequiaba su triunfo, su recompensa y por qué no su corazón.

 

- ¡Muchas gracias! -le dijo y luego, para sorpresa de todos, le robó un beso.

 

 

Continúa…

 

Notas finales:

espero que les haya haya gustado la idea de un festival :s


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