Pov Taemin
“Es mejor haber amado y perdido, que simplemente nunca haber amado.
…Siempre me lo han dicho, pero no le encuentro sentido”
La noche era realmente agradable, y mucho más después de una jornada ensayando junto al resto de los chicos del canal. No se lo podían creer que tuvieran a un maestro tan joven como yo, no es por alardear ni nada, pero hasta yo me impresiono de lo lejos que había llegado en tan poco tiempo.
Estaba feliz, muy feliz.
Me desocupé a eso de las ocho de la noche y estaba camino a una cafetería. Debía juntarme con una chica con la cual estaba saliendo hace un par de semanas y no tenía idea de que quería hablar conmigo, pero parecía ser importante.
Desde que llegué a Seúl, ella había sido fantástica conmigo y yo por cortesía había aceptado sus invitaciones a salir. Es una linda chica, pero a pesar de ello, nunca llegué a sentir algo más que amistad. Tengo un pequeño problema la verdad.
Bueno… dos.
Odio las relaciones de pareja…. Segundo, siento una fuerte atracción por los chicos.
Pero no soy gay.
Pasé la diestra sobre mis cabellos para acomodarlos ligeramente mientras entraba en la cafetería. Allí estaba ella, sentada en la mesa que siempre solíamos ocupar, al lado de un gran ventanal. Sonreía como siempre mientras arreglaba su flequillo y me hacía una seña con una de sus manos.
-Hola Sulli… -sonreí amplio mientras se levantaba y yo besaba suavemente su mejilla.
Ambos tomamos asiento y ella se sonrojo automáticamente, empuñando sus manos para posarlas sobre sus rodillas. Se veía adorable y sumisa-. ¿Qué ocurre?
-Taemin…. Ya que nunca me has preguntado… -ahora parecía nerviosa, pues su mirada al posarse nuevamente sobre la mía, volvió a descender-. ¿Quiere formalizar? –susurró.
Suspiré bajo y de forma inconsciente, pensé que nunca pasaría por eso. Creí que solo los hombres éramos capaces de decir esa frase. Pero me equivoqué.
-Sulli… yo… -torcí mis labios, no quería rechazarla y perder su amistad, pero no puedo con las relaciones, e tenido malas experiencias como para aceptar una ahora-. Lo siento…
Sulli no dijo nada, se levantó de la mesa y soltó un pesado suspiro al marcharse.
Era de suponerse su actitud, después de todo yo permití que ella sintiera cosas por mi.
Me levanté de mi asiento y salí, minutos más tarde, de la cafetería. Por alguna razón recordé todas esas relaciones pasadas que alguna vez tuve. Todas fallidas…
La primera de ellas a mis diecisiete años.
Cho KyuHyun se llamaba el. Era muy lindo y simpático, pero a penas habíamos cumplido un mes de relación me había cambiado por un tal Lee DongHae… Sufrí mucho y me fue difícil olvidarlo, hasta que conocí a SeHun. A él, lo conocí a penas entré a la universidad, pero fue realmente un caos. Éramos totalmente opuestos, para mi era blanco, para el negro, el único factor común que había entre nosotros era la pasión por el baile, pero era posesivo y demasiado agresivo, no resulto… Y desde ahí que solo había salido con chicas, pero no las podía mirar como algo más que amigas.
Key hyung dice que yo estoy hecho para relaciones de una noche, y se ríe de eso, pero soy un virgen inexperto así que sus conclusiones son inoportunas para mi.
En fin… Hasta ahora creo que debería buscarme a alguien que quiera una relación no seria conmigo, que no me cele, que no me extrañe ni me pida explicaciones, tan solo sepa soportarme y tal vez… quitarme la virginidad.
Ok no.
Reí suave y con disimulo al tomar el taxi para volver al departamento con Kibum, ambos vivíamos juntos y si no mal recuerdo el tendría visitas ahora.
El viaje a casa no duro más de quince minutos, y al entrar pude notar de inmediato las risas y comentarios de los amigos de mi hyung.
-¡Estoy en casa! –anuncie en voz baja pero para mi suerte Key me oyó, pues estaba saliendo de la cocina.
-Hola Tae –rió un poco y me tomó del brazo arrastrándome hasta la sala de estar-. El es Taemin, de quien les hablé –anunció alegremente mientras yo solo atinaba a inclinarme levemente al saludar. ¡Moría de pena por culpa de Key!
Los chicos que estaban en la sala sonrieron y correspondieron mi saludo, eran tres. Pero uno de ellos se me hacía bastante familiar, pero no podía recordar de donde y al parecer si lo conocía por que tampoco dejaba de mirarme.
-¿Cómo se llaman? –le susurré a Key, tal vez así lo recordaría.
-¡Ah! Pero que babbo soy… -exclamó exaltado sonriendo de oreja a oreja-. El es Jinki… -mi hyung señaló a un chico castaño de una sonrisa enorme y ojos muy pequeños-, pero todos lo conocemos como Onew –agregó luego y el chico aludido sonrió más amplio. Pero el no es al que yo conocía-. El que sigue es Jonghyun, el trabaja conmigo en la empresa, esta en entrenamiento –de mi boca solo salió un Wow mudo al oír las palabras de Key-. Y ese ojón cara de rana… -señaló al chico que yo aseguraba conocer-. Es Minho –el chico sonrió pero a los segundos después su semblante cambió rotundamente a uno de sorpresa. Yo me sentía igual.
Era el.
-¿Hyung? …. ¿Choi Minho? –parpadee un par de veces. Nunca pensé encontrármelo luego de ocho años.
¿CÓMO NO LO RECONOCÍ ANTES?
Se veía diferente, a pesar que aún tiene esos ojos grandes que siempre llamaron mi atención. La mayor diferencia que tenía ahora, era su cabello relativamente largo y esa nariz perfecta que iba acorde a sus labios. De seguro una operación arreglo aquello.
Reí para mis adentros.
Minho se levantó de su lugar y me abrazó con fuerza, mientras Key reía con ganas, el de seguro lo había planeado o que se yo. Pero no me importó. Correspondí su abrazo sintiendo las miradas de Jinki y Jonghyun sobre nosotros.
Entonces supe que realmente me hacía falta y lo extrañaba.
-¡Tanto tiempo Minnie! –Sonrió amplio al tomar distancia-. ¿Cómo va todo? –nos sentamos en el sofá y comenzamos a platicar, olvidándonos del resto de los chicos.
Le conté todo lo que había pasado desde que se fue, lo muy ocupado que solía estar por el tema del canal y como había conseguido el trabajo. Claro que de todo omití ciertos detalles, como el de mis relaciones pasadas y de que justamente habían sido con hombres.
El en cambio me contaba que su vida en Seúl era un excito, trabajaba en la empresa de su padre, pues la iba a heredar y ahora se encontraba saliendo con una exitosa modelo, se notaba que todo le estaba saliendo bien.
Me alegraba por el.
-Es increíble que ahora seas un corógrafo profesional… y en tan poco tiempo –rió suave y palpó suave mi hombro-. Has cumplido tu sueño Minnie
-Aigoo.. es por que trabajé muy duro por conseguirlo –sonreí orgulloso-. Ahora hyung… espero poder verlo más seguido, ya sabe donde trabajo y donde vivo con Key…
-¡SI RANA! Te dije que te iba a gustar venir -En ese momento mi compañero de departamento se unió a la conversación aclarando mis dudas acerca de la estancia de Minho en la casa.
-¡Key! –reí alto-. ¿Desde cuando habías visto a Minho hyung? ¿Por qué no me lo dijiste?
-Era una sorpresa –revolvió mis cabellos y Minho rió suave. Por alguna razón extrañaba su risa.
-Yo tampoco lo sabia y de verdad me dio gusto verte –sonrió más amplio.
Todo fue realmente agradable, hasta que anunciaron que debían irse. Me despedí de todos, incluso con los chicos con los que no pude hablar.
-¡Nos veremos pronto! –dijo Minho con ganas al despedirse de mi con un fuerte abrazo, que realmente agradecí.
Había sido un día un poco caótico, sobre todo por lo de Sulli.
-¿Y bien? ¿Te divertiste? –Key fue directamente a sentarse sobre el sofá, optando una posición cómoda y divertida.
-La verdad… -resople bajo, fingiendo molestia, pero solo por eso Key me lanzó un cojín en la cara, el cual no alcancé a esquivar-. ¡Yah! –Me queje entre risas-. La pase bien… pero por que no me dijiste… ¿eh? –me tumbe a su lado y me cruce de brazos.
-Era una sorpresa –se excusó rápidamente y luego me abrazó con fuerza-. ¿Cómo te fue con Sulli?
-Uhm… -apreté los labios unos instantes mientras me separaba de su abrazo-. Pues… quería formalizar y… la rechacé –le mire serio, encogiéndome un tanto de hombros, restándole interés al asunto.
-Taem… ella trabaja contigo, ¿Qué harás? Recuerda que es la hija de tu jefe…
Mierda. Había olvidado ese detalle.
-¿Crees que haga que me despidan? –comenzaba a preocuparme.
Kibum asintió.
Estaba perdido.
-Empezaré a buscar un nuevo empleo… -murmuré con desgana. De verdad espero que Sulli no haga nada para que me despidan sin fundamentos. He sido bastante profesional el poco tiempo que e trabajado allí.
-Ve a dormir, ya es tarde, mañana podrás preocuparte de eso, ¿Vale? –Key sonrió amplio y se levanto de su lugar esperando una respuesta de mi parte, pero me negué. Quería despejar un poco mi mente y pensar en como actuar cuando ve a Sulli.
Key lo entendió sin siquiera pedir explicaciones. Sacudió su cabeza de lado a lado y caminó a su habitación, dejándome allí sentado en el sofá, con la mirada perdida y los pensamientos hechos un lio.
Ya buscaría que hacer, por lo menos no había sido un mal día ¿o si?
Claro que no.
A la mañana siguiente me levanté temprano y me arreglé calmadamente para desayunar los ricos alimentos que Kibum acostumbra a preparar. El nunca, pero nunca se salta el desayuno y yo realmente lo agradezco.
Llegue a trabajar justo a tiempo y para suerte mía, no me encontré con Sulli, por lo que mi rutina matutina de ensayo y programación salió perfecta no tenía nada de que quejarme.
Caminé hasta la cafetería de la televisora y tomé asiento para almorzar junto a mis noonas que eran parte de maquillaje. Era realmente simpática.
-¡Dongsaen! –exclamó YooJin noona una vez que me senté junto a ella-. ¿Cómo va todo pequeño?
-Ohm… muy bien, gracias por preguntar
-Por cierto… Sulli te estaba buscando –agregó luego de unos segundos, justo cuando estaba comiendo un trozo de carne, el cual me hizo atorar- ¡Cuidado pequeño! –Ella solo rió y palpo suavemente mi espalda, a lo que yo respondí con una sonrisa nerviosa y una pequeña inclinación de cabeza.
Terminé mi almuerzo en silencio; y cuando acabe y me dispuse a levantarme, mi jefe estaba frente a mi, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
-Señor…
-No digas nada…. No vuelvas mañana, encontramos a alguien más…
Mierda… ¡Y LA PUTA MADRE! ¡ODIO A SULLI!