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No fue un error enamorarme de ti por Kawainekomi66

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Notas del fanfic:

Yu gi oh no me pertenece, solo secuestre a sus personajes para hacerlos sufrir muajajajaja XD

Notas del capitulo:

Antes que nada quiero aclarar que soy principiante en esto y que me salieron un poco OCC los personajes pero esto lo amo por dedicación a esta pareja no muy reconocida pero que me gusta mucho, quiero difundirla XD

Fue un error enamorarme de ti

 

¿Cómo había llegado a esa situación? Ah, si. Todo fue por esa estúpida fiesta.

 

SxYSxY

 

Yami Atem Muto, así era como se hacia llamar actualmente. Por fin tenía un cuerpo propio y vivía con Yugi y su abuelo, estaba matriculado en la misma escuela que su compañero Yugi y llevaba clases con todos sus amigos, incluso con el frío e insensible Seto Kaiba.

 

Cuando la tienda de juegos tuvo un pequeño problema y la familia comenzó a tener problemas económicos Yami decidió trabajar. Tuvo suerte de seguir ostentando su titulo de rey de los juegos pues Seto Kaiba necesitaba de su ayuda para una campaña publicitaria de su tan famosa empresa de juego Kaiba corp.

 

De inmediato se encontró pasando días enteros con el CEO, no que se llevaran bien, de hecho se la pasaban peleando y retándose con la mirada, pero era divertido en cierto modo, sentía que a veces tenía alguien en quien confiar, por que Seto nunca diría nada que él le dijera, era su confidente, y Kaiba sabía que él era confiable.

 

Su éxito como imagen de Kaiba corp fue tal que para el aniversario de la toma de poder de Seto como presidente de la empresa él fue invitado. No le apetecía ir a ese mundo frío de imagen y apariencia falsa pero Seto necesitaría su apoyo, aún si no lo pidiera él lo sabía.

 

Se vio arrastrado a ese mundo frívolo de la mano de Seto Kaiba. Ya al punto de medianoche ambos se separaron, no es que él tomara pero esa noche por cortesía tomo un par de copas y se separó de la realidad hasta que se topó de nuevo con el CEO el cual estaba en su mismo estado de ebriedad.

 

Se la pasaron juntos un rato en la barra bebiendo como viejos colegas. Se desinhibieron y una cosa llevo a la otra.

 

SxYSxY

 

Se dijeron muchas cosas, callaron a sus mentes y abrieron sus corazones.

 

-Yugi me decía... Que era un insensible... Por querer matarte... En el reino de dueli... stas...- decía Yami entrecortadamente mientras sostenía una copa de vino en la mano

 

-Y casi lo logras- dijo Seto con una media sonrisa -Pero no eras capaz-

 

-Si lo era... Pero no... Quise...- dijo Yami tomando más alcohol

 

-¿Y... Porqué...? Me lo merecía... -dijo Seto -Te trate mal... Te hice daño... No merezco ni vivir... Sin corazón... Sin sentimientos... No soy humano-

 

-Eres humano... Tienes corazón... Quieres a tu hermano...- dijo Yami

 

-Y nunca se lo he demostrado... Ni cuanto lo quiero a él... Ni lo que significas para mí...-

 

Yami medio sonrió -soy tu enemigo... Tú me odias... Pero...-

 

-Yo no te odio...- dijo Kaiba acercándose al rostro del menor

 

-Yo... Tampoco- dijo el pelirrojo mirando los zafiros del castaño.

 

-Eres hermoso- dijo Kaiba poniendo su mano en la mejilla del menor acariciándola suavemente.

 

-¿Qué... Estas...?- no terminó de hablar cuando el CEO ya lo estaba besando.

 

Con la mente nublada por el alcohol no pudo pensar en nada más, solo en el hecho de que le gustaba lo que sucedía. Los labios del otro unidos a los suyos, eran delgados, suaves... Deliciosos. Y Seto pensaba de la misma manera, a pesar del sabor a alcohol, para él los labios del menor, los que ansiaba probar desde hacia mucho tiempo eran lo mas maravilloso del mundo. Se vieron envueltos en una vorágine de placer por el sabor de la boca contraria, llenos de sensaciones enervantes y vitalizadoras. Por un momento todo el mundo dejó de existir.

 

Cuando se separaron se miraron a los ojos y se perdieron, y como se mencionó antes una cosa llevó a la otra...

 

SxYSxY

 

Ya no pensaban cuando decidieron perderse entre la marea de gente y subir las largas escaleras de esa enorme y elegante mansión. Llegaron entre empujones y ardientes besos a la habitación del ojiazul. Con la pasión desbordando sus cuerpos, la ropa estorbaba pero no fue problema para el gran Seto Kaiba quien como una fiera le arrebató las ropas a su ahora amante. El ojirubi no se dejó intimidar, eso solo aumentó su excitación.

 

Fue arrojado a la enorme cama completamente desnudo aguardando por su amante quien se le echó encima planeando devorarlo, ya en sus misma condiciones como Dios los trajo al mundo se devoraban entre besos y mordidas.

 

Las manos de Seto le quemaban, eran como fuego intenso acariciando cada rincón de su cuerpo, sus labios lo enviciaban incitándolo al pecado, esos suspiros roncos de pasión solo escuchados por él mientras susurraban a sus oídos mil y un promesas.

 

-Eres mío… nunca dejarás de serlo, no vuelva a dejarme solo nunca… y yo nunca te abandonaré a ti… mírame solo a mi-

 

-S… Se… to…- gimió al sentir esa húmeda lengua lamiendo su oído

 

El castaño no detuvo sus acciones comenzando a acariciar el miembro de su amante a un ritmo torturador, lento y pausado, haciendo que gimiese por más. Seto nunca se considero una persona pervertida, pero por Ra y todos los demás dioses, solo ese sexy pelirrojo pudo encenderlo así, deseando solamente darle placer para que se siguiera retorciendo y gimiendo entre sus brazos.

 

-Se… Seto… onegai… yo… yo…- Atem no podía detenerse, y tampoco quería que el CEO lo hiciera, al contrario, quería llegar al final solo con aquel hombre que hacia miles de años lo había retado.

 

El sudor recorría sus cuerpos apegando esos mechones dorados a esa deliciosa piel, sin dudarlo el castaño se inclinó a seguirlo besando con voracidad. Culpen al alcohol que ya no podían resistir más, querían sentirse uno al otro como nunca antes.

 

-Faraón… quiero hacerte mío- susurró en su oído.

 

El otro le devolvió la mirada con ojos nublados de éxtasis puro, sin dudarlo le abrió las piernas a su amante para que pudiera entrar en él. Seto no lo dudó ni un momento y al siguiente ya estaba sintiendo la deliciosa estreches de su amante rodear su miembro.

 

Yami gimió mezcla del dolor y placer, sus sentidos estaban nublados, nunca se había sentido así, no le importaba lo que pasase con él ni con el mundo mientras pudiera seguir así, ahí, recibiendo en su cálida intimidad el miembro de su amante.

 

-Se… Seto… onegai… muévete… quiero sentirte- murmuró a medias cuando el otro ya lo estaba penetrando con firmeza y cierta brusquedad –Ah…ahhh… ¡AAHH!!- gemía sintiendo la maravillosa sensación de ser penetrado, ese miembro incrustado en su interior cada vez más duro acariciándolo por dentro.

 

El castaño veían como hipnotizado los gestos de placer de su amante, era tan maravilloso estar ahí, en ese enloquecedor y delicioso interior, tan suave y estrecho, además de ver esas deliciosas muecas de placer. Quería estar ahí por siempre, solo así, proporcionándole placer a esa persona que parecía ser la única en comprenderlo, su amigo, su rival… su igual.

 

El vaivén en un principio lento aumento conforme pasaron los minutos y Yami se sintió morir, el calor avasallador se extendía por todo su cuerpo, sentía que explotaría de un momento a otro y solo podía aferrarse al cuello de su amante gritando entre gemidos su nombre y pidiéndole por más…. Y Seto le daba más.

 

Más rápido, más caliente… más duro.

 

-Ah… ah… Seto… te… amo ¡¡¡AAAAHHHHHH!!!- y explotó en una ola de placer intenso que lo sacó de su mundo.

 

Seto tuvo que sostenerlo entre sus brazos mientras el menor se abandonaba a la maravillosa sensación del orgasmo. El ojirubi se contraía entre las oleadas del clímax estrechando sus paredes a un punto insoportable en el que el ojiazul no pudo resistir derramando su ardiente esencia en el interior de su amante haciéndolo gemir al sentir ese liquido caliente bañarlo por dentro.

 

Yami sentía su propia sustancia manchando su vientre pero en esos momentos no le importaba nada más que estar abrazado al ojiazul y sentirlo aún dentro suyo.

 

-Atem…- murmuró el ojiazul maravillado por la embriagante sensación del cuerpo de su amante, Yami sonrió, era la primera vez que el castaño lo llamaba por su nombre.

 

Le robó un último beso antes de dejarse sumergir en las brumas de la inconsciencia. Seto lo miró cerrar sus ojos y se acomodó sobre de él sin aplastarlo, se dispuso a dormir sin haber salido aún de su amante.

 

SxYSxY

 

Y ahí estaba ahora, en el baño de la casa de Yugi a punto de llorar de la impotencia, era un estúpido, ¿cómo se le había ocurrido acostarse con Seto Kaiba? A penas y eran amigos y ahora…

 

Miró destrozado el objeto en su mano derecha y al verlo lloró con más fuerza. ¿Cómo se lo diría a Yugi? ¿Qué pensaría el abuelo, sus amigos? ¿Y en la escuela?

 

Y no, el no lloraba por nada pero ¿cómo no hacerlo cuando te acostaste con un hombre estando ebrio? Le entregaste tu cuerpo y sin saberlo tu corazón.  Y ese objeto no hacía más que decirle que cometió un error, por que él no lo amaba y sin embargo…

 

Era positivo… La prueba de embarazo… salió positiva…

 

SxYSxY

 

Kaiba estaba en su oficina como siempre trabajando como un demente, sin descanso, todo por el bien estar de su pequeño hermano. Y aunque hacia su mejor esfuerzo hacia días que no rendía de la misma manera, ¿porqué? No podía olvidar al delirio de ojos carmesí que recientemente había estado en su cama.

 

Por más que lo intentaba no podía olvidarlo, sus gemidos, sus mejillas sonrojadas, sus dulces labios, sus muecas de placer, pero lo más importante, la agradable sensación de tenerlo entre sus brazos.

 

Lo bien que lo había pasado esa noche, y sin embargo había más que lo tenía irremediablemente… preocupado.

 

Desde el día que despertó estando todavía en el interior del menor, en la que era su cama en su mansión las cosas con el pelirrojo no volvieron a ser las mismas pues el menor se sentía algo humillado por haber entregado su virginidad de aquella manera.

 

Su relación se fue enfriando, él disfrutaba de estar con Yami pero el otro le rehuía y con eso creía que no se había dado cuenta de los malestares que últimamente lo aquejaban, le preocupaba, debía admitirlo. Últimamente Yami se veía muy mal, cansado, se mareaba con facilidad, se había desmayado un par de veces, vomitaba mucho, estaba perdiéndolo.

 

Pero mientras el menor no lo dejara acercarse él no podría hacer nada.

 

Estaba tan absortó en sus pensamientos hasta que una llamada de teléfono lo sacó de su letargo.

 

-Señor Kaiba llama el señor Yugi Mutou- informó la voz de sus secretaria.

 

-Ponlo en línea- dijo Seto, sinceramente él esperaba que le llamara otra persona.

 

-Kaiba, habla Yugi- la voz del pequeño se escuchó por la bocina del aparato –Necesito tu ayuda… es Yami-

 

Sin quererlo se sobresaltó al escuchar que se trataba del ojirubi.

 

-No sé que le ha pasado ha estado enfermo los últimos días, se ha metido en el baño y no ha salido de ahí, no contesta, solo murmura tu nombre, por favor ven- pidió el chico de ojos amatistas y la llamada se cortó.

 

Sin dudarlo se puso de pie y salió de su oficina diciéndole a la secretaria que cancelara sus citas de la tarde. Subió a su automóvil y condujo hasta la que sabía era la casa de Yugi y Yami.

 

Definitivamente eso ya se estaba saliendo de su control, estaba realmente preocupado por Yami.

 

SxYSxY

 

Yami estaba recargado en la puerta de entrada del baño negándose a salir, el abuelo y Yugi ya habían intentado sacarlo varias veces pero sin éxito. Aún no podía enfrentar al mundo, aún no asimilaba el hecho de estar esperando un hijo de la persona a la que hasta hace poco quería como un amigo, no asimilaba lo que iba a hacer ahora, estaba seguro que Seto no lo amaba y por supuesto no se haría cargo, no era más que resultado de un error...

 

-Yami, por favor abre- pidió Yugi por tercera vez -Me estas asustando ¿Estás bien? Onegai contesta- Yami sólo se encogía en su sitio, no quería preocupar a nadie pero tampoco podía hablar, no podía decirle nada tranquilizador a Yugi cuando él mismo estaba por derrumbarse.

 

Llorando se llevó una mano a su vientre, ahí había una vida recién engendrándose, ¿Porqué los dioses lo habían regresado al mundo con esa habilidad? ¿Desgracia o bendición? ¿Regresó para tener a ese niño?

 

Sus pensamientos se detuvieron cuando escuchó pasos detrás de la puerta y una voz profunda que bien conocía.

 

-¿Qué está sucediendo?-

 

Maldición era la sexy voz de ese empresario, de su recién descubierto amor... Del... Padre de su hijo...

 

Se sobresaltó al escuchar al CEO llamándolo, demonios, no, no quería hablar con él ahora, no quería verlo, no quería enfrentarlo… no si él no lo amaba. Lo sucedido esa noche solo fue un error, nunca debió haber pasado, nunca debió quedarse así de expuesto ante aquel que juraba era su rival.

 

-¿a quién quiero engañar? Acabé enamorándome de ese bastardo- murmuró el ex gobernante de Egipto sollozando levemente.

 

-Sé que estás ahí y que puedes escucharme, sal de una buena vez, tu no eres un maldito cobarde- dijo Seto esperando una respuesta clásica del joven pero solo lo recibió el silencio, él lo que más deseaba era poderle decir algo al joven que lo ayudara pero no podía mostrar sentimiento alguno por él y menos cuando Yugi estaba presente escuchándolo.

 

-Contesta maldición, tantos discursos de amistad y justo hoy decides no decir nada- dijo aumentando su frustración –si no respondes tiraré la puerta- amenazó, su paciencia tenía un  límite

 

Yami se encogió en su sitio, las palabras frías y de enfado del mayor le dolían, pero tenía razón en algo, no podía quedarse ahí todo el tiempo.

 

-Sal de ahí o tiro la puerta te lo advierto- dijo Seto comenzando a molestarse mas, miró a Yugi -¿no tienen la llave de esa puerta o algo?- preguntó bruscamente

 

Yugi negó –No es la cerradura, Yami echó un hechizo de barrera sobre la puerta- explicó

 

-Con que un hechizo- dijo el CEO tocando la puerta recibiendo una ligera descarga eléctrica, sin embargo eso no lo detendría de tirar la puerta y ver a Yami -No vas a detenerme solo con eso- dijo golpeando la puerta recibiendo más descargas pero eso no lo frenó de seguir golpeando la puerta, cada vez era más fuerte, cada vez dolía mas.

 

Yugi miraba la escena sorprendido, Seto estaba desesperándose, señal inequívoca de que se preocupaba por Yami. Estaba perdiendo su afamada postura de chico frío y eso era bien sabido, solo ocurría con personas que le importasen como su hermanito Mokuba.

 

Yami se encogía en su sitio con cada golpe a la puerta y los sonidos ahogados de dolor del CEO, podía escucharlos pero no quería nada de eso, era un vil cobarde lo sabía pero...

 

-¡Detente Kaiba! ¡Déjame solo!- gritó Yami mirando la puerta

 

-¡Ábreme maldita sea!- gritó Seto exasperado, todavía que uno se preocupa y el chico le contestaba de esa manera.

 

Yami se mordió la lengua ¡Maldita sea la terquedad de Seto Kaiba!

 

-¡Lárgate, no quiero verte!- mentía, pues era lo que más quería, pero no de todas maneras no podría manejarlo. Solo estaba haciendo que se enfadara, él quería a Seto Kaiba pero el castaño a él no ¡¡que deje de fingir maldita sea!!

 

-¡Todavía que me preocupo, abre maldición!- gritó Seto preparándose para taclear la puerta.

 

Yami se enfadó más por ello si se podía -¡¡Éste no es tu Pu*o problema! ¡Lárgate!- gritó Yami de vuelta mientras su aura dorada lo rodeaba.

 

Yugi se sorprendió al ver el brillo debajo de la puerta, Yami se estaba alterando demasiado, era la primera vez que lo escuchaba así, ¿el problema de su otro yo eran tan grave acaso?

 

-De acuerdo, te lo advertí- dijo el CEO retrocediendo unos pasos para luego arrojarse contra la puerta.

 

-¡¡SETO DETENTE!!- gritó Yami pues si el castaño hacía lo que pensaba se lastimaría y mucho, no quería que eso sucediera, deshizo de golpe la barrera gastando toda su energía, la puerta se abrió de golpe y entró Kaiba encontrando a Yami en medio del baño tirado bocabajo apenas consciente.

 

-Yami- llamó Seto acercándose al chico, se hincó a su lado le dio la vuelta sosteniéndolo en brazos, Yami le miró con esos intensos ojos carmesí sonriendo levemente.

 

-Lo siento Seto... Yo... No lo sabía- dijo el tricolor

 

-¿A qué te refieres?- preguntó Seto sin comprender hasta que dio un vistazo al baño notando un objeto muy particular ¿Qué estaba haciendo Yami con eso?

 

Lo tomo mirando el resultado '+' miró a Yami para preguntarle la procedencia del objeto pero el pelirrojo ya estaba inconsciente.

 

-Kaiba, llevémosle a su habitación-

 

El castaño miró a la puerta donde Yugi estaba, se había olvidado por completo del chico de ojos amatistas. Asintió pensativo levantando con facilidad al ex gobernante en brazos.

 

Yugi lo guió a la habitación del faraón donde lo depositó con cuidado en la cama ante la preocupada mirada de Yugi.

 

-Me pregunto ¿Qué le habrá sucedido? Él nunca se comporta así- dijo Yugi en voz alta -Tal vez deba de llamar al médico-

 

-No será necesario- dijo Kaiba -Por favor déjanos a solas-

 

Yugi se sorprendió ¿Ese era Seto Kaiba? ¿Ese joven preocupado por Yami de verdad era aquel frío joven del alto mundo? ¿Le acababa de pedir 'por favor'? Sin palabras Yugi se retiró cerrando la puerta detrás de si. Algo muy raro sucedía entre esos dos pero ya luego se lo preguntaría a Yami.

 

Seto se quedó junto al joven, observando su rostro dormido, se veía apesadumbrado, lo acariciaba de vez en cuando pensando ¿De donde había salido esa prueba de embarazo? ¿De quién era? Y ¿Qué hacia Yami con ella?

 

Pensar en que fuera de una chica que quisiera a Yami lo llenaba de rabia, pero no podía haber otra explicación ¿Una novia? Probablemente esa chica amiga de Yugi... ¿Garner? No importaba no dejaría que se quedara con Yami, era suyo... Un momento ¿Él acababa de pensar eso? Yami... Suyo... Sonrió, no se escuchaba nada mal.

 

SxYSxY

 

Cuando Yami despertó se encontró con el CEO que lo miraba fijamente más no podía leer lo que esos ojos azules que tanto le gustaban decían.

 

-¿Qué fue lo que te sucedió? Mas importante aún ¿Qué hacías con una prueba de embarazo en tu baño?- preguntó finalmente el castaño rompiendo el silencio.

 

Yami cerró los ojos, no esperaba que Kaiba lo atacara así de golpe, se mordió los labios.

 

-Contesta-  exigió saber el CEO con su escasa paciencia.

 

-¿qué no es obvio?- respondió el faraón mirando sus manos.

 

Seto se congelo por un minuto, no podía ser cierto, Yami no podía tener una mujer en su vida.

 

-Así que tienes pareja, eso no lo esperaba- dijo con una sonrisa extraña pensando quizá en la forma de deshacerse de aquella molestia –Y dime ¿qué hacías abriéndote de piernas cuando tenías a quien abrírselas?-

 

Yami lo miró sobresaltado ¿de que hablaba Kaiba? Más importante ¿Por qué lo insultaba de esa manera?

 

-¿De qué demonios estás hablando?- preguntó herido.

 

Como respuesta Yami recibió el silencio y una fría mirada, intentó pensar en algo ¿Novia? ¿Él?

 

-Estás equivocado- dijo Yami agachando la mirada y con voz quebrada -Esa prueba... No es... De ninguna chica- le costaba decir aquello, nunca había expresado así sus sentimientos, menos con el CEO.

 

Seto sonrió burlón -Oh, si claro, y este bastardo va a salir por obra del espíritu santo- se burló cruzándose de brazos.

 

-¡No le llames así!- defendió el pelirrojo a su hijo no nato.

 

Eso solo enfureció al CEO ¿Cómo defendía Yami a ese bastardo? Pensar que lo quería tan solo por ser hijo de alguien más, alguien más a quién quería... Y que no era él.

 

-¡Yo le llamo como yo quiera, al fin si es solo un error, un bastardo, una desgracia...!- gritó el CEO

 

-¡¡¡ES TU HIJO!!!- gritó Yami harto y herido.

 

Seto se congeló ¿Qué demonios acababa de decir Yami? ¿Había perdido la razón?

 

-¡Ese bastardo como le llamas es tu hijo, desgraciado!- siguió Yami en su desquite, le dolía como el CEO trataba a su hijo no nato –Es tu hijo…- sollozó –Bastardo desgraciado… es tuyo- dijo entre sollozos rotos, se recostó de lado no queriendo ver su mirada ni sus ojos azules acusadores -yo no sabia…yo no sabia… que esto sucedería- se abrazó a si mismo llorando, se mordió el labio inferior con fuerza intentando contener sus emociones, pero éstas lo superaban -Fue un error... Haberme enamorado de ti- susurró lo suficientemente bajo para que el empresario no lo escuchara, pero se equivocó, el CEO si lo escuchó y eso lo sacó del shock en el que había estado sumergido por la noticia de que sería... Padre... Padre del niño que esperaba Atem... Su hijo...

 

-Yami...- dijo el castaño arrepentido por las horribles cosas antes dichas, Yami tenía razón era un bastardo, se suponía un ser sin corazón pero eso no era cierto, si tenía un corazón, y éste latía por ese muchacho de hermosos ojos carmesí.

 

-Vete Kaiba- dijo seriamente el faraón intentando no derrumbarse más, no dejarse desprotegido ante el CEO, a pesar de las grietas en su ya rota alma, rota por ese dolor en el corazón de un amor que se cree no correspondido.

 

-no- fue todo lo que escuchó del castaño y eso lo descontrolo, ¿Qué demonios se creía ese hombre para venir a hacerle eso? Lo lastimaba y tenía el descaro de plantarse ahí a observarlo mientras se derrumbaba, no, eso no lo iba a permitir, no por su orgullo y la dignidad que aún poseía.

 

-¡Te digo que te largues!- gritó el ex gobernante de Egipto, las lágrimas muy próximas a traicionarlo -¡No te quiero ver! ¡Ya dijiste todo lo que tenías que decir! ¡Lárgate! ¡No vengas ahora a preocuparte por mí! ¡Yo...!- pero algo o mejor dicho algo calló lo que fuera que iba a decir.

 

Y ese era Kaiba o mejor dicho sus labios, pues había tomado a Yami de los hombros y lo estaba besando. Yami abrió en demasía sus ojos por la sorpresa para luego cerrarlos con dolor mientras una lágrima corría por su mejilla, dolía... Porque a pesar de lo que dijera el ojiazul no podía dejar de amarlo como un idiota. No importaba que Kaiba no lo quisiera porque eso no impediría que él siguiera amándolo.

 

Cuando se separaron Seto vio con una mueca de dolor como Yami se quebraba en llanto.

 

-Te amo Seto Kaiba, no importa que pienses ahora de mi o mi bebé pero no dejaré de amarte como lo hago ahora porque soy un idiota- dijo Yami secando sus lágrimas mientras el CEO se sorprendía, para luego sonreír a su manera y antes de que Yami se atreviera siquiera a verlo a los ojos él lo tomó desprevenido abrazándolo y susurrando en su oído.

 

-Entonces yo también soy un idiota porque tampoco puedo dejar de amarte- dijo el ojiazul sorprendiendo al ojirubi que luego se abrazó a él sintiéndose inmensamente feliz al procesar que Seto Kaiba de verdad estaba ahí preocupándose por él... Porque lo amaba, lo amaba como él al ojiazul. Lo amaba por quien era y no por lo que representaba, ya no un faraón, ya no el rey de los juegos solo Atem, Atem Yami Mutou…

 

-Bastardo- murmuró con una pequeña sonrisa mientras se limpiaba las lágrimas.

 

Seto sonrió un tanto enternecido por la vista que le regalaba el ojirubi avergonzado por haber llorado tanto enfrente suyo, con las mejillas rojizas y esa mirada empañada pero con una preciosa sonrisa, algo tímida pero muy linda.

 

-Si, eso soy- coincidió con él para luego acercarse al ojirubi y darle un beso en la mejilla llevándose las lágrimas y limpiando el mismo esa atractiva carita.

 

-Ya, no me azarees- dijo Yami dándole un empujón para alejarlo con sus arrumacos.

 

-Je, quien es el insensible ahora- se burló el ojiazul recibiendo otro empujón –Te arrepentirás de haber hecho eso- dijo con una sonrisa torcida.

 

Yami lo miró desconcertado, solo estaban jugando ¿verdad? -¿Seto?- preguntó retrocediendo un poco

 

Seto sonrió y al segundo siguiente ya estaba sobre el pelirrojo haciéndole cosquillas, el ojirubi se partía de risa, luego de rogar por su vida unos instantes el ojiazul se detuvo besándolo de nuevo con dulzura.

 

-Te amo Atem, escúchalo bien, pero sobretodo sonríe para mi y para éste nene- dijo posando su mano en su vientre –Al que nunca dejaremos solo, nunca le faltara nada, seremos una feliz familia ¿oíste?-

 

Yami asintió sonriendo –Gracias Seto Kaiba-

 

-No Atem, gracias a ti por amar a este desalmado empresario- dijo el ojiazul

 

SxYSxY

 

Del otro lado de la puerta Yugi sonreía, las cosas se habían arreglado y por fin Yami tenía motivos para sonreír, alguien lo amaba tanto como él lo amaba, además pronto serían una familia, una familia a la que el ojiazul conservaría como un preciado tesoro.

 

SxYSxY

 

La noticia se expandió, Mokuba dio un gran grito y de inmediato se apuntó como tío sobreprotector del nene no nato, Joey también se autodenomino tío. Al abuelo casi le da algo pero sonrió y les dio sus bendiciones, Yugi fingió demencia hasta que le dieron la noticia, los felicito y luego amenazo al ojiazul en privado de cuidar bien a Yami o se las vería con él, el castaño solo le sonrió, Yugi no intimidaba mucho pero era mejor hacerle caso pues no era su intención ni ahora ni en un futuro lastimar al ojirubi, ya no más…

 

Los demás lo aceptaron aunque debieron de admitir que a todos les tomaría tiempo no era común un embarazo masculino pero también era cierto que si alguien se atrevía a decir algo o ir en su contra se las vería con Seto Kaiba y ¿Por qué no? Con el Rey de los Duelos Atem Yami Mutou.

 

 

   

Notas finales:

N/A: espero y esta breve locura merezca un review XD


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