Stay with me por Tefipanda

Acto 1
Viernes 18:32 hs.

Me encontraba acostado en mi cama, mirando hacia el techo. Unas estrellas pequeñas estaban pegadas sobre la madera, y cuando no había sol, se podía apreciar su tenue luz iluminando la pequeña habitación.
Nuestro manager decidió que tengamos día libre, por lo tanto los chicos ante tal noticia, no dudaron ni un minuto, y se largaron hacia el nuevo parque de diversiones. Bah, pequeños niños.
Y así es como se me pasa la hora, solo mirando hacia el infinito y pensando en cualquier cosa, menos en disfrutar. Pero… ¿A quien le importa? El tonto Kris se queda solo, como siempre.
Me levanté del acolchado y decidí de hacer algo hiperactivo. Buscar cereales.
Tomé mi chaqueta, arreglé mi cabello y me estiré. Decididamente abrí la puerta del cuarto y tomé el camino para llegar a la cocina. Aaaah ~ ese lugar nunca me fallaba, me sentía muy cómodo en ella, podía comer de todo sin que nadie se entere. Ni siquiera el muy glotón de Xiumin.
Mis ojos estaban adormecidos y mi estómago exigía comida, pero todo eso cambió cuando una hermosa voz se escuchó.
En ese instante, me di cuenta que había llegado hasta su habitación. La habitación de Lay.
Como un joven ninja me acerqué cuidadosamente hacia la puerta, apoyando mi oreja sobre ella, embriagándome con su dulce melodía. Mis ojos se cerraron por completo y mi mente solo podía escucharlo a él cantar, se podía notar el compás de su guitarra, lo que lo hacia aún más talentoso. Simplemente perfecto.
Me sentía tan libre, que no recapacité cuando sin querer abrí la puerta, cayéndome al piso. Pude notar su mirada penetrante en mi nuca. Y no… no tuve la valentía de levantar mi mirada, solo seguía tirado en el piso boca abajo, maldiciéndome por lo bajo.
Fui cobarde, tanto… que salí corriendo de ese lugar, dejando a un muy confuso Lay.

Acto 2
Sábado 20:24 hs.

Era un idiota, y lo sabia.
Sólo a mi se me ocurría hacer tal escena de celos. De solo acordarme… Aish!

-Flashback-

Era temprano cuando desperté, tal vez no pasadas las ocho. Como todos los días me dirigí hacia la sala de ensayos, solo para encontrarme con mis compañeros y poder desayunar todos juntos.
Chen fue el primero en aparecer, siempre con su sonrisa amable y educada actitud. Me palmeó la espalda y me deseó unos ‘buenos días’ antes de salir por la puerta que acababa de ingresar ¿Acaso ya había terminado la hora del té?
Asustado caminé unos pasos, hasta que localicé a Luhan, su pelo estaba desbrotado y vestía una remera dos talles más grande que la común, sus brazos estaban alrededor de Lay y su… esperen. De Lay? MI Lay?
Con paso apresurado llegué hasta donde estaban y me senté en la mesa continua a ellos. Pudieron notar mi presencia, pero actuaron indiferentes, en especial el mocoso travieso.
Eché una mirada de reojo hacia la ‘pareja’ y pude notar que hablaban sobre el fanservice que a las fans tanto les gustaba. Esto ya me huele mal…
-Por lo tanto… ¿que te parece la idea? Es solo por ésta única vez, ya verás que todas se volverán locas – contestaba Luhan ofreciéndole una propuesta que no había escuchado.
- No lo sé ¿Tú crees que funcione? – Lay respondió, alzando la cabeza para poder observar al pequeño que se encontraba al lado suyo, casi pegado.
- Pequeño tonto – pude notar su voz melosa, y sus ojos brillando como dos bolas de boliches, en ese momento dirigió su mirada a mi banca y mirándome fijo, depositó un suave beso en la mejilla de mi amado – Te terminará gustando, ya lo verás – me miró divertido y agarró a Lay por la cintura. Esto ya era demasiado.
- ¡YAH! Ustedes dos –los acaramelados me miraron sorprendidos, no era común que alcé tan alto mi voz – no hagan esas cosas en público, saben… Existe el hotel o algo que se llama dormitorio ¿lo conocen? Pueden tirarse por ahí, no me importa. Sólo no hagan ruido –tomé mi taza de café y me levanté del asiento- Sehun se podría traumar, es menor –levanté mis hombros y los dejé caer, en señal de no importancia- En fin, que tengan buenos días –levanté mi mano y salí de aquella sala, pude notar como mi vista se nublaba y una gota salada caía sobre mi mejilla-
Lo que más me dolía no eran los actos de Luhan, sino que Lay le correspondía.

-Fin Flashback-

Y ahora estoy devuelta en mi espacio, mirando aquellas estrellas en mi habitación ¿Habré arruinado nuestra amistad? No lo sé, tal vez el tiempo lo dirá.

Acto 3
Jueves 22:49 hs.

Ya habían pasado cinco días desde esa escena en la que por mis estúpidas emociones, puse en riesgo mi amistad.
Cada día que pasaba, sentía que más me desinflaba. Empecé a ignorarlo, ya que si entablaba alguna conversación con él, terminaría reprochándole sobre Luhan, y es lo que menos querría hacer.
Solo me mantenía informado en los ensayos, bailaba, cantaba y hacia el papel de buen Líder. Pero a la hora de almorzar, justo como ahora, me encerraba en mi cuarto y jugaba con mi pelota. El pequeño objeto rebotaba contra la pared y regresaba hacia mí, como un perro obediente.
Pica, rebota, pica, rebota, pi…
Un sonido en la puerta me distrajo, causando que la bola verde se caiga hacia debajo de la cama. No hice movimiento alguno, no tenía ganas de hablar con nadie. Solo concentrarme en mi juego y pensar en mi próxima entrevista en televisión.
Otro ruido más fuerte se pudo apreciar, esta vez acompañado por una dulce voz que conocía muy bien. Sonaba desesperada.
- Vamos Kris, déjame pasar, solo dame un minuto y luego me largaré ¿Esta bien? - ¿Cómo negarse a esa propuesta?
Bajé de la cama y me calcé las pantuflas que se encontraban al costado de la alfombra. Con paso lento llego hacia la puerta. Tomé el picaporte y lo giré haciendo que se abriera completamente, un joven de aspecto espantoso me recibió del otro lado, se precipitó y me agarró del polerón, cerrando la puerta con su pierna.
Sus ojos estaban rojos y su pelo desordenado, sus manos todavía seguían prendidas a mi prenda, no queriendo dejarla. Tuve miedo.
-Lay… no me asustes – mi voz se pudo notar temblorosa, casi quebrada.
- ¿Qué no te asuste? ¿A que te refieres? Oh no… me hablaste. Debe de ser un milagro, el gran Kris se dispuso a dirigirme la palabra – cada palabra que soltaba, provocaba que un milímetro de su cuerpo se pegara más al mió. Solo me dediqué a mirarlo. – ¿¡Es que acaso ya no soy tu amigo!? Me prometiste que si necesitaba algo, podría venir en tu ayuda y tú estarías con los brazos abiertos, haciendo lo posible para complacerme. ¿A dónde fue todo el amor, eh? ¿Es que ya… - ahora era yo quien lo sujetaba con fuerza, sus brazos se tensaban al rozar la piel de su cadera, agarrándolo de la cintura-
-¡Saca toda esas estupideces de tu cabeza! Que nunca se te ocurra decir algo más acerca de no ayudarte, porque siempre lo hago, aunque debo decir que estas muy ocupado repartiéndole amor a Luhan, ¿Qué crees? Me cansé. Estoy totalmente harto de que le prestes atención a él, cuando yo estoy sufriendo cada vez que los veos juntos, porque cada vez que le sonríes, me siento el chico mas infeliz por no poder causar el mismo efecto que él produce en ti, porque cada vez que te sientes mal, yo soy el único que sufre contigo. Dime Lay, ¿eso no es amor? – mi respiración estaba agitada, y mis labios apretados, tratando forzadamente de impedir que mis lágrimas salgan. Su boca estaba semi-abierta y su agarre se aflojó. Nuestras caras se encontraban a centímetros, y no pude desperdiciar el momento.
Suprimí el poco espacio que nos quedaba, posando mi boca en sus finos labios, importándome poco lo que él piense al respecto. Mi mano que se encontraba en su cintura, ahora se encontraba en su nuca, atrayéndolo más a mí. Quería tenerlo lo más cerca posible, lo quería, lo necesitaba. Poco a poco, pude notar unos pequeños brazos deslizándose por mi cuello, enredándome hacia él. Sus labios me correspondieron, y en ese momento deseaba que se parara el tiempo. Fue un beso dulce, con muchos sentimientos dentro de ella. Sus ojos brillaban, y no eran porque estaban rojos.
Sonreí y apoyé mi frente contra la suya, respirando hondo y calmándome, solo para poder decir en un susurro las siguientes palabras:
-Te amo.