-No es el fin, solo…. Necesito mi espacio.
¿Se supone que tengo que reír como si nada está mal?
Cada día que pasa como si nada está mal.
Lo observé por un segundo perplejo, para luego bajar mi mirada y asentir leve con mi cabeza. Suspiré pesadamente y escuché como una música comenzaba a sonar, de a poco mi vista se clavó en su cuerpo, y en las acciones que hacía. Sacando su celular del bolsillo.
“Hey, no te he llamado en un tiempo.
Sólo llamé para decirte que lo siento.
Honestamente, no tengo nada que decir, así que estoy balbuceando.
Sólo me preguntaba cómo has estado”
Su risa se hacía oír en todo el estudio, me hubiera alegrado de ser yo el causante de esa maravillosa melodía. Caminé hacia su lado, y con gran precisión tomé el objeto de su mano y lo cerré, cortando la comunicación con quien fuera que estaba hablando.
“¿Qué quieres? Estás borracho otra vez ¿no?”
Guardé el móvil en mi bolsillo trasero, a la vez que su voz se elevaba para poder gritarme.
-¡Idiota! ¿Es que acaso eres tan egoísta que ni siquiera me dejas hablar con nadie mas que no seas tu?
No quiero volver a oír eso, así que trato de sonar como si estoy bien.
Enfrenté su furiosa mirada y alcé mi barbilla, conteniendo los sollozos y dejando a un lado las lágrimas.
-Si ya no te importo, tan solo corta el rollo y no me hagas ilusionar más.-
¿Qué tiene de bueno mi estúpido orgullo?
Es muy difícil, pero trato de actuar de manera fría, como si nada está mal
Su cara cambió y fue reemplazada por una sonrisa de lado, dejando escapar un resoplido.
-¿Es que piensas que eres el único afectado?
Caminó solo unos pasos, dándome la espalda y luego se detuvo, dándose la vuelta y revolviendo su cabello.
-¿Sabes? Siento que me asfixias, no puedo tener un momento a solas, ni siquiera en las noches cuando tu te apareces por mi cama. Soy un chico, y me gusta salir solo, disfrutar de mis tiempos libres, tomar algunas copas, almorzar en familia, y… -toma aire y esquiva mi mirada- Desde que estoy contigo todo eso cambió.
Si pudiera deshacerme de esta afección, si pudiera deshacerme de este odio.
Muerdo mi labio, impidiendo que una cascada de lágrimas bajen por mis ojos. Siento como mi garganta se quema, y mi lengua ansiosa por soltar todas las palabras que cuelgan de ella, pero tendría que ahorrármelas… como siempre.
Avanzo hasta quedarme en frente de él y hago una venía, para luego ponerme firme y sonreírle con mi mejor cara.
-Tal vez no te lo tomas a serio tanto como yo, tal vez nunca fui lo suficientemente bueno para ti –suspiro- Tal vez… demostré demasiado cariño sin saber que te pudiera molestar. Solo déjame decirte que todo lo hice con el amor que te tengo –mi voz se iba perdiendo de a poco, sintiendo la respiración agitada – Y si tengo que esperar por diez años, entonces lo haré Kris. –Capté la mirada del mayor, sosteniéndola hasta que el más alto cortó ese lazo, agachando la cabeza-
Cariño, ¿sabes que eres todo lo que tengo?
Me di cuenta demasiado tarde.
Lo siento.
-Lay…- lo interrumpí y tomé su mano-
-No te presiones a ti mismo, ya tomaste una decisión –acaricié su piel con mis dedos, creando leves círculos imaginarios y luego la apreté con suavidad. ¿Sería la despedida? No lo sé, el tiempo lo deparará, pero si él es feliz… Entonces ¿Qué más puedo pedir? –Nos veremos pronto… -dejé su mano al costado de su cintura y me coloqué de puntillas para depositar un beso en su frente- Cuídate.
Antes de que no pueda soportarlo más, salí corriendo del lugar, perdiéndome entre la gente y sintiendo el viento en mi cara. Miré hacia el cielo y resoplé, dejando que las lágrimas fluyan. Los truenos cada vez se hacían más notables, y las personas iban desapareciendo a medida que el sol se ocultaba por las nubes grises…. Dentro de todo, el clima comparte los mismos sentimientos míos.
¿Se supone que tengo que reír como si nada está mal?
Cada día que pasa como si nada está mal.
Como si nada está mal, como si nada está pasando.
Los recuerdos de ti que una vez traté de borrar estoy empezando a atesorarlas.
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