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Incluso aunque no pueda verte por Yomi_moon

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Notas del fanfic:

Hello ¿Cómo están? Espero que muy bien :DD, bueno pues la verdad estuve apartada un tiempo de la página, pues porque estaba nerdiando en la escuela xD según mis padres ya que voy a salir de la prepa tengo que tener buenas calificaciones -.- cosa que siempre hago! Pero Buaaaano! Eso no importa.

Yo se que deje abandonado mi otro fic de SHINee “La llave de mi Corazón” pero Esque estaba leyendo y La inspiración vino a mí y comencé a escribir algo medio loco de Taemin & Minho, que espero que les guste –w-

Sin más, las dejo leer (si es que alguien lo lee T_T) así que de ante mano, gracias por leer, las/los quiero demasiado ^^ y como siempre digo…

Enjoy it~

Notas del capitulo:

Aclarare ciertas cosas: Taemin & Minho se aman Fin :DD Jajajajaja xD Ok no. Ya enserio, aclarare algo: Minho lo único que sabe es que es una persona perdida y que siente que le falta algo. No sabe más de su vida, o de lo que fue antes –w- y solo eso puedo decir muajajajajaja!

Pregunta: ¿Alguien odia la física tanto como yo? -.- xD eso no era relevante pero tenía esa duda :c

La noche del miércoles nos pertenecía a mamá, a mi & a Jess, la compañera de toda la vida de mamá.

Entre los libros profesionales de mamá, los tomos de arte de Jess y unos ejemplares de cocina manchados, encontré unas viejas obras ilustradas.

Mi madre se deslizo hasta mí y abrió “Donde viven los monstruos”

-Este era tu favorito, casi te vuelves loco de miedo con los monstruos que visitaban a Max entre sus sueños, pero siempre querías escuchar de nuevo este cuento- ¿No lo recuerdas Minnie? Te sabias de memoria el texto.

Recline mi cabeza sobre el hombro de mi madre y vi el libro, ya estaba roto y amarillento- Si, aun lo recuerdo…

Seguimos con nuestra labor de “Limpiar” y deshacernos de todo lo que no servía, yo había deslizado los viejos libros como un taburete debajo de mi tarsero xD, bueno como una banca. & Mi mamá saco una cosa pequeña y blanca de la última caja, cuando, de repente, sentí algo. Lo sentí como un tirón sutil, cual soplido, en mi interior. Fue apenas perceptible, como si alguien con unas pinzas me hubiera arrancado un pelillo que crece por dentro. Un pequeño tirón y todo pasó. Lo que quedo fue una particular sensación de vacío que no podía explicar, lo que atribuí a la avanzada hora (pasaba de la media noche) y lo reprimí en el momento en el que mamá me ponía un oso de peluche en el regazo.

-ese fue tu primer regalo de cumpleaños- me dijo- Seguro no te acuerdas –prosiguió mamá- no lo soltabas para nada, y lo arrastrabas a todas partes… incluso tenia nombre ¿Cómo era?

-Min- dije- se llamaba Min –lo tome entre manos y me levante- Esto es vergonzoso para un hombre, pero… Creo que dormiré con esto esta noche –mama, y Jess comenzaron a reír-

-Creo que mejor me voy a la cama, tengo clases de inglés a primera hora, buenas noches.

Cuando ya estaba en mi alcoba, me quité la ropa, me di cuenta de que seguía teniendo en la mano el osito. Lo puse en la cama y apagué la luz. La extraña sensación en el pecho seguía allí. No sabía a qué atribuirla exactamente; lo único que sabía era que me había llegado de manera imprevista.

Mi alcoba se encontraba en el primer piso. Escuché pisadas que sonaban a Mamá y los pasitos de Jess. La lluvia no había amainado. Golpeteaba contra los cristales. Me encantaba ese tamborileo, igual que el momento de dormirme. Siempre he sentido como algo especial esos mágicos segundos en que nos cambiamos a la otra realidad. Muchas veces se me antojaban como un caer y otra más como un hundirse, pero hoy me pareció como si el sueño me desgarrara con rudos y despiadados dedos.

Me encontraba en una habitación con una alfombra de felpa verde oscuro. Las paredes estaban recubiertas de madera. Había una cama con un cobertor floreado. Encima se veía un cuadro de un paisaje de montañas horrendamente cursi. Sobre mi cabeza oscilaba una araña de luces y junto a mí había pedazos de cristales. Estaban por todas partes: sobre mi vientre, en las manos… Despedían un olor metálico dulce y, desconcertado, caí en la cuenta de que era sangre.

¿Mi sangre? Necesitaba aire, pero en el cuarto aquel no había aire, o quizá yo no tenía aire. Jadeé, gemí, quise moverme, pero no podía y los dedos no me obedecían.

¿Dónde me encontraba? No conocía esa habitación. ¿Qué hacía aquí? ¿Estaba solo? No. Había alguien, yo lo sentía, pero no lograba reconocer su rostro. Por favor, por favor, no… no me dejes…

Incluso las palabras se sentían como cascajo, frías

y agudas, e infundían angustia. Solo ahora noté que estaba mendigando por mi vida. El cuarto, ajeno, feo e impersonal, se extendió y luego se encogió: cada vez más cerca, las paredes presionaban sobre mi vientre. Sentía frío y olía a sudor. Me despertó mi propio grito.

 

Ante mí se encontraba sentada mi madre. Me tenía en brazos y, con un roce, me retiró el cabello de la frente. Me encontraba completamente sudada. Como a través de una pared de niebla, oía murmurar a Mamá.

—Minnie, todo ha sido un sueño. Hey, todo está bien. Ya pasó.

—¿Taemin? ¡Taemin!...

Yo me esforzaba por concentrarme en la voz de Mamá, pero incluso sus palabras sonaban en mis oídos como venidas de lejos.

—… Tesoro, escúchame…

—Yo… —por fin había encontrado de nuevo mi voz. Era un lastimoso graznidito—. Soñé que moría. Había un cuarto, mamá, con una alfombra verde. Había una cama. Un candil de brazos. Todo era… tan nítido…

De nuevo busqué el aire. Me quedé mirando fijamente a mi madre.

—Había sangre y cristales por todas partes y junto a mí había alguien, justo a mi lado. Él… aquello… yo no podía.

—Tesoro mío, no era más que un sueño, ¿me oyes?

Oí lo que decía, pero no lo sentí.

—Taemin —la voz de mamá sonaba ahora delicada y conmovedora—. ¿Te agobia algo? ¿Lo de Onew? ¿O algo que tenga que ver con papá? Los sueños significan algo, y a veces ayuda adivinar el significado.

“¡No!”, gritó algo dentro de mí. No era nada de eso. De lo de Onew-Ssi habían pasado ya seis semanas, y con papá las cosas no podían ir mejor. ¡Maldita sea, a no podía irme mejor!

Mamá me examinaba. Su mirada escudriñadora estaba ahora llena de preocupación y, de golpe, yo hubiera querido que dejara de mirarme.

Mi madre era psicóloga y, en lo que se refiere a los sueños, la especialista; aunque a mí su costumbre de ir hasta el fondo de todo muchas veces me sacaba de quicio, sabía que indefectiblemente estaba allí para mí, no en el sentido de “soy tu mejor amiga”, sino en el mejor sentido maternal. Quería preguntarle si era normal soñar la propia muerte y si un sueño podía parecer tan real. Pero no pronuncié nada de eso, porque algo me dio, de súbito, la certeza de que mi madre no me podía ayudar. Por primera vez en la vida sentí que estaba solo.

—Ya está bien, mamá —logré decir con esfuerzo—. Ya estoy bien de nuevo… gracias. Creo que debo tratar de volver a dormir.

Con todas mis fuerzas, me concentré en respirar con más tranquilidad y, muy lentamente, lo logré.

—Estoy bien —dije finalmente con voz firme—. De verdad.

—Entonces, bueno —repuso, titubeando—, voy a dejar la puerta de mi cuarto abierta. Si te pasa algo no tienes más que llamarme. ¿De acuerdo?

—Gracias, mamá. Que duermas bien.

—Tú también.

Mamá se quedó todavía un par de segundos en la puerta, y luego sentí suavemente el clic del picaporte que fijaba la cerradura. Cerré los puños. ¡Para nada estaba bien! El pánico acechaba muy cerca bajo la superficie, como una bestia, lista para el ataque. Meditaba desesperada sobre qué tenía que hacer ahora. Mamá había dejado prendida la luz de mi alcoba.

Yo nunca había podido dormir con luz, pero el solo pensamiento 

de quedarme a oscuras hacía que la me llenara de angustia.

De un golpe retiré las cobijas para ir a abrir la ventana. Al menos, el aire nocturno se llevaría ese repugnando olor a sudor. Al salir de la cama, pisé algo blando. Era el osito. Se habría caído de la cama mientras dormía. Lo levanté, lo apreté contra el pecho y fui tambaleándome hacia la ventana.

La tormenta había amainado. No soplaba viento. En vez de eso había subido la niebla. El aire era débil y húmedo. Nuestra casa se hallaba al final de la calle. Desde mi ventana podía ver toda la ciudad, que dormía en total calma.

Abajo, la casa estaba como muerta. Debía ser tarde. Todas las ventanas de las viviendas estaban oscuras y la niebla subía hasta por debajo de los autos estacionado. Solo el farol de la calle, frente a nuestra casa, enviaba una turbia luz fluctuante.

Entonces lo vi.

Se apoyaba en el poste de luz. Era como una figura sombría, y durante un absurdo segundo pensé que quizá fuera Onew Hyung. Pero no encajaba. Era un extraño; no podía distinguir si era hombre mayor o un joven, pero estaba seguro de que era un ser masculino.

Alto y oscuro, se apoyaba en el poste y entonces miró hacia arriba, hacia mí. Su rostro era poco más que una mancha pálida y su cabello más negro que la noche. Su largo abrigo se antojaba demasiado grande para sus angostos hombros.

Estaba allí como congelado. Lo único que se movía era la vacilante luz del farol, que iba y regresaba, se prendía y se apagaba. Incluso cuando se cruzaron nuestras miradas, el extraño no se movió, sino que continuaba mirando directamente a mi ventana, como si hubiera estado esperándome.

Era una figura sumamente inquietante pero, por asombroso que parezca, yo no sentía miedo en absoluto. Por el contrario, me puse a mirar aquella extraña figura y sentí como si volviera a mí la calma.

El pánico retiró las garras y se apartó, y de repente me sentí muy cansado. Inmóvil, me quedé allí, sin hacer nada, sin pensar en nada, solo mirando al extraño. Y luego regresé a la cama, me arropé bajo las cobijas y cerré los ojos.

Esta vez el sueño regresó con toda suavidad. Me envolvió con suaves sombras. La ventana estaba abierta de par en par, cuando me aparte de allí el extraño aún seguía allí, y lo último que percibí fue la lluvia que comenzaba de nuevo, como el susurro de una canción de cuna.

Notas finales:

¿Les gusto? Espero que sí, wait a minut… ¿alguien leyó? Espero que si xD, la verdad es que estaba leyendo un libro que trata de ese tema y se me vino a la mente hacer este fic *w* Pensaba en hacer algo de Ciel x Sebastian, pero Sebas chan es un Demonio & no aplica. xD Espero que les haya gustado y prometo actualizar pronto, los quiero, los amo, me caso con ustedes.__. Ok no xD, Gracias por leer & Espero Sus Reviews, si quieren claro esta u_u no obligare a nadie, pero mi papá es policía y sabe rastrear personas EHHHHHHH! Jajajaja xD si fuera poli yo estaría en la cárcel x drogadicción ._. xD mentira, hasta donde se las personas no se drogan con chocolate o ¿sí? xD bueno ya me despido… LOS AMO!

Chau Chau!


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