KyungSoo peleaba con todas sus fuerzas para zafarse. Las muñecas le dolían y sentía como le costaba respirar por la sangre que aún salía de su nariz, volteó a la ventana y vio la figura de dos chicos vistiéndose, intentó gritar y moverse para llamar la atención de ellos pero todo fue en vano.
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-Eh… Yo… -se giró rápidamente al escuchar la grave voz de ChanYeol.
-Te gusta JongIn. Por eso les dijiste lo de KyungSoo… Por eso están aquí ahora…
-N… no…?
-Es tu culpa…
Yixing bajó la mirada a las manos de ChanYeol, tenía sangre en los dedos pero sostenía firmemente unas piezas de ajedrez.
-¿Qué te pasó en las manos?
-me corté- mintió.
-¿Dos peones y un alfil?
-El resto sigue en juego- murmuró ChanYeol.
Yixing sintió un escalofrío y rió nervioso.
-Ummm… creo que iré a buscar a MinSeok.
-Sí, ve…- dijo sonriendo.
-ChanYeol- caminó hacia él –feliz cumpleaños.
-Oh, no te imaginas.
De nuevo el más bajo se estremeció y salió de la cocina, rumbo al patio. ChanYeol fue hacia la sala y tomó la laptop. ZiTao sonrió amplio.
-Que fiesta- dijo desde el otro lado de la pantalla.
-Perdón por no poder llevarte por todos lados. Sabes que me gustaría hacerlo- levantó la mirada y vio hacia la calle, donde SeHun estaba casi encima de JongIn.
-A mí también me gustaría hacerlo- susurró ZiTao.
El moreno se puso de pie y le dio empujones a su acompañante, ambos yendo de nuevo a la casa. ChanYeol abrazó la computadora y ZiTao hizo lo mismo con su web-cam, imaginando que era el cuerpo de ChanYeol.
Ni JongIn ni SeHun notaron la presencia del chico, pues JongIn estaba ocupado casi arrancándole la camisa a SeHun. Los dos entraron a la cocina, y a los pocos segundos, los gemidos de SeHun inundaron el alrededor.
ChanYeol dejó de nuevo la laptop y se tapó los labios con un dedo, haciéndole señal de que no hiciera ruido.
Requiem for a dream comenzó a sonar por toda la casa, opacando los gemidos del chico.
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-¡Mierda JongIn! –gimió SeHun sosteniéndose del fregadero, el sonido de los cuerpos del moreno contra el otro era incluso más fuerte que los gemidos que salían de sus gargantas.
SeHun se tomó con fuerza de la charola con los trastes limpios y de una de las toallas de cocina, su cuerpo se tensó, y soltó un largo gemido agudo, corriéndose sobre el mueble. Unos segundos más tarde, JongIn salió rápidamente de él y tomándole por los hombros le dio la vuelta, empujándolo por la cabeza para que se agachara y poder correrse en su rostro. SeHun abrió la boca, relamiéndose los labios y buscando con la lengua la esencia del moreno.
Una pieza de ajedrez rodó por el suelo de la cocina, ambos chicos se le quedaron viendo al objeto; levantaron la mirada y se encontraron con un muy sonriente ChanYeol.
-¿nos espiabas, asqueroso?- preguntó JongIn con una sonrisa burlona, caminó hacia su ropa y comenzó a vestirse, seguido de SeHun quien hacía lo mismo.
-Sí- respondió ChanYeol y la sonrisa del moreno se tornó a una expresión de asco. Se acercó a ellos despacio, como si fuera a atrapar un perrito –Y se veían tan… tan… -tomó rápidamente una de las cazuelas y golpeó la cabeza de SeHun haciéndolo caer al suelo, inconsciente –deplorables.
-¡¿Qué te…?!- gritó JongIn antes de que la mano de ChanYeol lo tomara por el cuello, empujándolo hacia atrás hasta que su cuerpo chocó contra la estufa.
-Puedes gritarle a tu novio para que te ayude, pero… Hahaha no creo que venga. Estiró la mano libre y presionó un botón al costado del cuerpo de JongIn –Tampoco YiFan… o LuHan –la estufa comenzó a hacer un ruidito, ChanYeol sonrió amplio, mostrando sus dientes, y giró una de las manijas de la estufa, provocando que la llama saliera alta y golpeara la espalda de JongIn.
-¡Ah!- gritó JongIn al sentir el calor, movió su cuerpo hacia enfrente pero el agarre en su cuello se cerró más, ahogando su grito. ChanYeol lo empujó más y por inercia las manos de JongIn se fueron a la estufa para sostenerse, quemándose el antebrazo; le empujó del cuello más, haciendo que se recostara sobre la parrilla, el cuerpo de JongIn temblaba, sus manos se cerraban intentando zafarse, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, quería gritar pero no podía pues ChanYeol le sostenía del cuello con todas sus fueras.
-Feliz cumpleaños a mi… Feliz cumpleaños a mi… -cantaba ChanYeol fijando la vista en las llamas- feliz cumpleaños ChanYeollie…
El más alto le soltó pues comenzaba a quemarse también, apenas JongIn pudo incorporarse un poco cuando una fría navaja le atravesó. ChanYeol había tomado un cuchillo y se lo clavó en el cuello; el cuerpo de JongIn cayó de nuevo sobre la estufa pero ahora, no forcejeaba.
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Suspiró pesad y volteó la pantalla, la sala aún estaba vacía, cuando ChanYeol había dicho que tendría una fiesta en verdad pensó que sería parte de ella. Abrió la carpeta de screen shots que tenía de ChanYeol y comenzó a ver las imágenes, de una en una. Sonrió amplio cuando llegó a una donde el chico sonreía, se veía alegre y si ZiTao no recordaba mal, ese fue el día en que ChanYeol le contó que estaba en el club de ajedrez y tenía amigos.
Escuchó unos pasos y vio la delgada figura a lo lejos, en sus brazos tenía el cuerpo de uno de los chicos de la fiesta.
-¡Hey! … ¡Chan!- gritó para ver si le escuchaba.
-¿Huh?- volteó a la sala al escuchar su nombre y caminó hacia la computadora.
-Yo también quiero ver- dijo al notar que el cuerpo en los brazos del otro era el de SeHun.
ChanYeol sonrió y dejó caer al suelo al chico, lo tomó de la muñeca para de ahí jalarlo y con su otra mano tomó la laptop con cuidado como si abrazara a ZiTao.
-Si el rey cae, el juego termina.
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-¡Entra a la casa! ¡Dios Yeol, se más rápido! Tenemos que irnos.
Un pequeño se acercó al niño de lentes que estaba parado frente a la casa con el letrero de ‘vendida’.
-Hola.
-Ho… Hola…-sonrió el de gafas, aferrándose a su peluche de hurón.
-¿Te quedas? Ya es tarde –dijo una señora saliendo de la casa. Y sin que el pequeño contestara, subió al auto donde una niña y un señor le esperaban.
-¿Ya se van?- preguntó el otro.
-Irán a casa de la abuela, pero no quiero ir- se sentó en el pórtico mirando a la calle.
-¿Quieres venir a mi casa? Vivo al lado.
-Mami dice que no debo hablar con extraños.
-Mi nombre es JongDae, listo, ya no soy un extraño- sonrió amplio.
-Yeol- dijo el otro –ChanYeol.
*
-¡Se fueron sin mí! ¡Otra vez se largaron sin mí!- un preadolescente ChanYeol gritaba mientras daba vueltas por toda la habitación de JongDae.
-Ya cálmate, además a ti ni te gusta ir con ellos. Siempre buscas un pretexto para no ir- dijo JongDae desde su silla.
-Tengo hambre…
JongDae se levantó y le tomó por la muñeca, llevándoselo a la cocina donde le preparó de comer.
-Deberías ir conmigo a la escuela- dijo ChanYeol mientras daba un sorbo a su sopa –sería más divertido.
-Sí… Pero papá no quiere que vaya a una escuela pública… ¡Hey! Podrías hacerlo divertido.
-¿Cómo?
-No sé, molesta a los chicos de tu salón o algo así…
*
-Los odio a todos- ChanYeol azotó la puerta de la sala de JongDae -¡No me dejan en paz!
-Lo siento- JongDae bajó su libro de anatomía.
-¡Los odio!
-Deberías leer un poco, eso me relaja.
-No…- sacó su iPod y puso música mientras observaba fijamente el libro de JongDae -¿Qué estamos viendo?
-¿En el libro?
-No- señaló la televisión.
-Ah, asesinos seriales.
-Oh…
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-JongDae… ¡JongDae!
-¿mm? –JongDae volteó hacia JoonMyun apenas saliendo de sus pensamientos.
-¿Estas bien?- preguntó algo preocupado el chico.
-Sí… -se puso de pie y tomó la mano de su novio, jalándole hacia fuera de la casa aún perdido en su mente –jaque.