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La Bella y la Bestia por ariineko

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Notas del fanfic:

Bueno, espero y les guste. Basado en la canción de porta "la bella y la bestia".

^_^ espero les guste y entretenga.

Una historia más…

“La bella y la bestia

“Espero y esta historia no quede solo en la memoria

Que trace una nueva trayectoria

Y no se repita jamás…”

 

Él era una “bella”, apodado así por su hermosa figura parecida a una femenina; tenía los cabellos hermosamente verdes, los ojos grandes del mismo color que su rizado cabello. Tenía una complexión delgada y frágil como una rosa; una piel blanca y muy suave. A pesar de ser hombre podría pasar por mujer ¿Su nombre? Shun Andrómeda.

Él era una bestia: un esclavo de sus impulsos.  Mataba por placer, un demonio de las calles. Drogadicto, bebedor, mafioso, estúpido… en fin, por eso su apodo era ese: “La bestia”. Cabellos cafés, ojos del mismo color. Piel morena. No muy atractivo. ¿Su nombre? Seiya Pegaso

Pero, según decía Seiya se enamoró: Andrómeda Shun era el culpable. Cambiaría por él. Lo juró: ante la tumba de sus padres, ante su vida, lo amaría. Shun, con un corazón tan noble… lo aceptó. Después de todo, eran amigos desde niños.

Único el día en que desatarían esposas. Ya no eran niños, crecieron, se hicieron adultos juntos.

Todo marchaba bien, o eso parecía en su primera luna de miel, se fueron de viaje a Paris.

Besos y abrazos comenzaban, los besos las caricias, tan dulces. El tal “bestia”, no existía ésta noche, parecía otro. Lo poseía de una manera tan dulce, tan amorosa y tan lenta, no quería lastimarlo. Lo acariciaba y lo besaba, le repetía y prometía que lo amaba,  que jamás se alejaría y sería fiel de por vida.

Y Shun a él.

En fin, una historia como otra cualquiera, la historia que tantos cuentos repiten: dos personas que se juran amor mutuo y eterno. Al final: ¿Quién les ve? ¿Quién les viera? Era su vida. Pero un cuento no era, era la realidad… así que la bestia, siempre fue y será una bestia. No existió hechizo para cambiar eso. Y bella lo sabía.

El tiempo pasa… sin darse cuenta 4 años.

Eran hombres, así que no pudieron tener hijos,  el gobierno no se lo permitió. “Es suficiente con estar casados”, se repetían para calmarse.

Pero, la relación se agotó. Seiya se cansó. Llegaba tarde, oliendo a alcohol, a pesar de sus promesas volvió a involucrarse en la mafia, metiéndose y cogiendo con quien fuera. Shun no lo notó.  ¿Está ciego? Sí, ciego de amor. Aunque ya no aguanta la melancolía

Según Seiya ya no quería ser dueño de un solo tío. O eso les decía a sus “colegas de copas”.

-Suelo irme con otros y ese idiota ni lo nota –rió en una carcajada, seguido por sus compañeros.

-Eres increíble Seiya –le admiró un joven rubio y ojos azules, Hyoga.

-Sí, sí, pero… ¿No dijiste que te habías enamorado? –le echo en cara uno de cabellera azabache, Shiryu.

-¡Ja! Es verdad Bestia, parecías colegiala enamorada –rió uno de cabellos azules y piel morena, Ikki.

-Tsk, se la creyeron. Es buena puta. Así que salí con premio, eso es todo. ¿Amor? No me jodan –se justificó el moreno.

Y así, la plática siguió.

Shun estaba ciego, pero no era tonto; ya dudaba, ¿Cuántas noches solo? ¿A qué hora llegaba de la madrugada? Ya había perdido la cuenta.

No era como la primera noche:

Seiya había llegado ebrio, traído por uno de sus “amigos”. Shun agradeció formalmente y se disculpó por las molestias.

Cuando el moreno se despertó le busco justificación a lo que había hecho.

-Solo fui a beber, hace más de 4 años que no tomaba, Shun…lo lamento, pero recuerda que te amo.

Shun lo dudo un momento. Y… ¿Si le había sido infiel? Pero el moreno sacó una rosa de su abrigo y se la dio, arrodillado e implorando perdón.

El de cabellos verdes se ilusionó. Lo besó y perdonó. El castaño se sintió culpable, realmente le dolía engañar a alguien tan dulce como él. Juró que jamás lo haría de nuevo.

Pero…

Como todas sus demás promesas… no lo pudo cumplir.

Ahora  ciertos ojos verdes admiran el florero, casi todas las noches en que llegaba tarde le traía una rosa, el recipiente estaba lleno. Algunas marchitas, otras recientes… ¿Una infidelidad por cada rosa? Tal vez.

¿Alguna vez le cuestionó algo? No. El perdón era su debilidad.

 Pero lo que sucede una vez, siempre sucede una vez más.

“Bella”  se miraba en el espejo, recargando su frágil cuerpo sobre el lavamanos: la edad hacia que todo cambiara, su cabello verde y sedoso comenzaba a perder brillo, sus grandes ojos, se hacían pequeños cada vez más y en su hermosa piel comenzaban a arrugarse.

-Seiya… ya no se cuento tiempo más podré aguantar, ya no me quedan lagrimas para llorar, el peso de estos años me dobla la edad –decía mientras se miraba con incredulidad no pudiendo aguantar que sus ojos verdes se comenzaban a inundar –Dime que esto no ha pasado, tú dime que mañana ya todo estará olvidado y estos meses solo serán un horrible recuerdo… –Al fin su mejilla comenzó a mojarse, bajo la mirada triste volviéndose a hablar con un susurro - sé que me quieres Seiya, sé que me quieres mi vida... yo sé que no habrán más heridas –comenzó a decirse con optimismo, sonriente, sí, sonreía: boba e irónicamente–mañana será un nuevo día y otra vez seremos felices de nuevo… – se secó las lagrimas con el antebrazo.

Los días siguieron pasando… al parecer el tiempo no iba a esperar a que “bella” reaccionara.

Hasta qu cierto día, un día aquella frágil rosa se armo de valor, no pudo aguantar más. Le reclamó: las ausencias, las noches solo, las mentiras, todo.

Por su parte: “bestia” se enojó.

Empiezan las discusiones, parece que a bestia no le gustan:

-¡Entonces dime que pasa! –gritaba “bella”.

-¡Eres molesto! ¡Muérete ya! –le respondía la bestia, dándole la espalda.

-¿¡Qué acaso no juraste amarme?!

-¡Eso fue hace una eternidad!

-¡Desde cuando 4 años es un eternidad!

A Bestia no le gusta la actitud de “su puta”, como solía llamarle él.

Se volvió insensible, lo tomó del brazo y lo empezó a jalonear, como una vil muñeca de trapo. Shun se moría del miedo, pero no lo demuestra, continua gritándole; pidiéndole una explicación. Seiya se harta. Lo avienta en contra de la pared, lo toma de la playera que alguna vez le regalo y le avienta un puñetazo en la cara. El menor comenzó a sangrar de la cabeza, tenía el brazo morado y la cara inundada por lágrimas aparte de un bonito moretón en labio. Lágrimas caían tras un empujón y el primer puñetazo.

Bestia reaccionó. Se disculpó, le lloró. Lo abrazó.

“¿Te conformas con un perdón y un simple abrazo?” –pensó.

No le dio importancia…

-No quiero perderlo… –se decía.

Pero sentía impotencia, pánico y a la vez miedo.

-No esto no es verdad, pronto acabará…–se miraba nuevamente en el espejo, maquillando el golpe en el labio, sonreía irónicamente, aun no podía creerlo –después de tantos años… “si te preguntan di que te has caído en el baño” –fueron las palabras que el moreno le dijo –Seiya… –Bella comenzó a llorar, soltando el maquillaje– El silencio no me ayuda, pero ¿Qué hago? Fue la primera pero... ¿Será la última?

No quería más problemas, no habló. Todo pasará. Ese era su consuelo.

De nueva cuenta los días pasaron. La gente preguntaba por él, últimamente no salía mucho, quisieron ayudarle pero él no lo permitió, sonreía y dedicaba un:

-“Estoy bien, solo me he caído en el baño”

Seiya seguía golpeándolo, cada vez más fuerte que la anterior. Al parecer era un buen ejercicio.

No podía detenerle, mucho menos defenderse, acaso ¿Sólo podía rezar por tener suerte?

Cada día era más normal, llegaba ebrio; algunas veces traía “amantes” a la casa y lo hacía con ellos en su propio hogar.

-A la mierda –pensó el moreno –A la mierda las promesas ¿Qué gano? ¿Qué pierdo? Nada.

Muchas veces lo violaba, si dejar de golpearlo, cada día Shun tenía más vendas en la cara y el cuerpo.  Y la repetición estos días se convirtió en algo normal; otro mal episodio de la humanidad.

Bestia había dejarlo de quererlo, pero quería que fuera suyo para siempre.

Lo penetraba fuertemente, diferente a la primera vez, totalmente opuesto. Lo tomaba del cabello con una mano y con la otra de la cintura.”Bella” solo arrugaba las sabanas con los puños, se aferraba a ellas como si pudieran salvarlo, lloraba sin parar pero no gritaba, no, no iba a darle el gusto. De pronto pasaron del amor al odio.

-¡Si no eres mío no serás de nadie ¿Entiendes?!

Y el tiempo, siguió sin esperar. Cada día Seiya era más bestia, Shun no podía más. Un día lo decidió:

-Hablaré. Este cuento no es eterno debo salir y ponerle un fin, ser más fuerte que esa bestia, debo salir… ¡Quiero vivir! ¡Debo vivir! ¡No le pertenezco!

Levantó el teléfono decidido, dispuesto a marcar, pedir ayuda, a quien sea…

.

.

.

.

.

…Pero…

Seiya llegó:

Más ebrio que nunca, tambaleante, apestando y con deseos.

Bestia abalanzó sobre Bella, lo golpeo lo más fuerte que pudo, le hiso sangrar la nariz, el ojo, la boca, su hermoso rostro quedó totalmente morado. Su respiración cada vez era más lenta, cada vez dolía más, comenzaba a cerrar los ojos débilmente puesto la vista se le nublaba,  lo último que vio, fue a su pareja: a la persona que más amaba, a la que tanto odiaba, gritándole un:

-¡Te odio! ¡Si tan solo no hubieras aparecido!

Shun, la persona que alguna vez llamaron “la bella”, por su hermoso rostro y tersa piel, ahora destruidas, sonrió y para sus últimas palabras fueron:

-Seiya. Tu filo atravesó mi alma en solo un compas, callaste mis lamentos con brutalidad, ya, ya es muy tarde para ir hacia atrás… me has convertido en un triste numero más, es irónico, de seguro les daré problemas a los de la prensa local…. ¿Sabes Seiya? Me gustaría que sintieras esto: duele mucho. Sí yo pudiera cambiar en algo tus miserias daría todo porque entiendas un solo segundo de mi sufrimiento…

Muy  tarde Shun, “bella”, se dio cuenta que vivía junto al mal:


La bella y la bestia…

 

…Ustedes ya saben el final.

 

Notas finales:

Gracias por leer~

>.< ¡No contra el maltrato familiar! e.eU

rw?


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