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En aquella estación... por Isa no Tenshi

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Notas del fanfic:

Dedicado a Mariano, lillith y Keirame, gracias por aguantar mi histeria ^^ tambien a Nell, Angel y Avril, gracias por estar estos dos años ^^ y principal y de manera extraña a mi misma ^^ porque hoy hace dos años comenze a escribi :D

Notas del capitulo:

Hey! :D la ultima vez vine y me fui D: ni siquiera e escrito nada que pueda publicar por el estres y falta de tiempo D: en las vacaiones me tendran aqui como parasito :D

Hoy hace dos añitos comenze a escribir gracias a un video de Syao sobre la cancion de Jueves, era un Roy x Ed y quede fasinada aunque aun no veia la serie y sinseramente no tenia intenciones de verla... y aqui me tienen, dos años despues estresada porque no termine todo lo que queria terminar, pero poniendo principal empeño en esta pareja ^^ Gracias sinseramente Edward Elric y Roy Mustang, yo no estaria donde estoy sin ustedes ^^ 

continuare con mis curcilerias abajo (?)

:D Bien aqui esta!

En aquella estación…

El silbato del tren acercándose, el ruido de las personas que comenzaban a caminar en dirección al andamio, una que otra maldición ocasional por parte de las personas con prisa, claramente tu incluido en ellos, porque aunque obviamente fuera la culpa de tu despertador, ibas demasiado tarde como para esperar que el tren llegara, incluso tomaste un taxi para ganar tiempo, aunque ambos quedaron atrapados y decidiste simplemente tomar el metro por esta ocasión.

Cuando el tren arribo por fin, muchas personas se acercaron con rapidez al interior, empujando y siendo empujados a la vez, juntaste tus hombros haciéndote más pequeño de lo que ya eras, y aunque lo odiaras por primera vez encontrabas alguna ventaja de tu condición. Entraste y te acomodaste en un hueco secano a la puerta, tratando seriamente de no morir asfixiado.

--estamos llegando a la siguiente estación—sabias que aun faltaban 4 estaciones más, pero no podías evitar pensar en quedarte en esta, hasta que todos comenzaron a empujarte y terminaron por sacarte por completo.

-¡alto!—gritaste intentando entrar de nuevo, y sin darte cuenta chocaste de lleno contra un hombre mayor que tu, el te miro con enojo y tu solo lo miraste igual, aunque claro debías levantar la vista.

--deberías tener más cuidado mocoso—te dijo con despotismo, lo miraste sin molestarte lo seguiste empujando para poder entrar.

--debería dejar de estorbar anciano—le respondiste igual que él lo había hecho contigo, bufo molesto y se hiso a un lado para estar a suficiente distancia de ti. 

Con lentitud en las siguientes estaciones el tren comenzó a vaciarse y tú podías volver a respirar, cuando levantaste tu vista lo vista de pie frente  a ti, mirando por las ventanas de la puerta, bufaste molesto para salir cuando el tren se detuvo por fin.

Corriste tan rápido como podías, tratando de no caer por la reciente llovizna que te obligaba a patinar de vez en cuando, cuando llegaste a tu facultad viste como todos te observaban con rareza, quizás era porque te habías caído y tus rodillas estaban llenas de lodo. Pero pasaste de eso y seguiste corriendo para poder llegar a tiempo a tu clase.

Abriste la puerta con algo de miedo, asomando primero la cabeza, solo para encontrarte a todos sentados donde no eran, incluso a una de tus compañeras sentada en el escritorio del profesor y a otro sentado en la silla del mismo, cuando te miraron todos sostuvieron por un momento la respiración y cambiaron su expresión a una molesta cuando entendieron quien eras.

Quizás pudiste haber entrado y respirado tranquilo si no hubieras sentido una mano golpeteando tu hombro, giraste con miedo y encontraste a Izumi-sensei viéndote molesta.

--¿tratando de llegar tarde a clases Elric?—negaste.

--hubiera sido llegar tarde si usted se encontrara adentro, pero no es así—le dijiste tratando de justificarte, pero solo lograste una mirada molesta por parte de ella.

--entre al salón antes de que me arrepienta—hiciste una reverencia y entraste, encontrándote con un salón completamente diferente al de hace unos segundos, pero sin decir nada te sentaste en la tercera fila cuarto asiento.

El día continuo con relativa normalidad, aunque ibas dejando rastro a donde ibas, pues los pedazos de lodo seco se caían cuando caminabas. Tratabas de no pensar mucho, pues cada que lo hacías regresabas a ese momento en la mañana, y un poco de ira crecía en ti, ¿Quién se creía ese anciano para hablarte así?, ¡para mirarte así!, suspiraste molesto para después sentir un fuerte golpe en tu nuca.

--Tía Pinako no lava tu ropa para que la ensucies así—te regaño molesta una voz conocida, te giraste y le sonreíste con torpeza.

--lo siento, me resbale y se ensucio más de la cuenta—te disculpaste mientras hacías una reverencia.

--¿Estas bien hermano?—te pregunto el chico que la acompañaba.

--solo resbale al correr—le respondiste igual.

Ambos se sentaron a tu lado, estaban debajo de un pequeño techo en una de las jardineras de la universidad esperando a que a alguien se le ocurriera algo que decir.

--¿Qué tan divertido fue irte en la hora pico?—te cuestiono divertida la rubia, la miraste molesto.

--que graciosa Winry, fue lo peor, casi muero asfixiado—le informaste reviviendo aquel momento.

--trate de levantarte, pero solo gruñías y decías que no, me rendí después de media hora—te informo tu hermano, solo dejaste caer tu cuerpo sobre tus piernas con resignación.

--vamos, algo bueno debió pasar—trato de alegrarte la chica, pero tú solo pensaste en el azabache mal educado.

--nada, incluso me tope con un idiota soberbio—la ira incremento en ti—espero jamás volver a topármelo.

Pero claro, eso no sucedería pronto.

Te levantaste temprano, con la única intención de no topártelo por segunda vez, incluso tu hermano seguirá dormido pues su primera clase seria más tarde, tomaste tu abrigo y saliste con lentitud mientras acomodabas tu bufanda. Subiste las escaleras solo sujetándote del barandal y entraste al metro, el día anterior habías llegado con solo 5 estaciones restantes, ahora eran 9, así que estarías media hora dentro de aquel lugar.

Cuando las puertas se abrieron lo viste y maldijiste en silencio, entraste y te sentaste a un lado de la puerta, a diferencia del día anterior, el vagón estaba completamente vacío.

--pensé que los enanos irrespetuosos entraban mas tarde a la universidad—frunciste el seño molesto y aprestaste tus puños, debías auto-controlarte para no gritarle lo que no debías.

--no es como si le incumbiera a usted… señor—el solo rio.

--Mustang, Roy Mustang—levantaste la mirada igual de molesto.

--Elric, Edward Elric—el sonrió ante tu respuesta— ¿Cómo sabe que voy a la universidad?—el solo rio como si acabaras de decir algo muy obvio.

--lo dude por tu altura—y de nuevo te obligaba a usar tu autocontrol—pero ayer bajaste corriendo en la estación enfrente de la universidad, solo era algo que se podía suponer—lo miraste un tanto sorprendido, el día anterior podías jurar que te estaba ignorando.

Giraste tu mirada lejos de él, y al entrar más pasajeros, incluso lo pediste de vista, al pasar la media hora, te levantaste y esperaste a que las puertas se abrieran y bajaste más tranquilo que la última vez…

Te sentaste en el último lugar de la última fila, no te sentías tan bien como para estar a la vista de los profesores, solo te disponías a ver tu libro de química y recordar su sonrisa cuando le dijiste tu nombre… esperabas no volver a topártelo, no querías distraerte más.

--Elric—diste un pequeño salto y levantaste la vista encontrándote con la mirada de tu profesor— ¿puede repetir lo último que dije?—miraste a todos lados buscando alguna señal, pero el profesor tenía el borrador en su mano, lo que claramente te decía que acababa de borrar el tema—no vuelva a distraerse en mi clase Elric, todo vendrá en el examen—asentiste con torpeza.

--no volverá a ocurrir profesor Hughes—el solo soltó un “eso espero” para dictar la tarea y dejarlos salir.

Cerraste tu libro con lentitud y después dejaste caer tu cabeza con fuerza sobre el escritorio, esto era demasiado.

Aunque querías dejar de verlo, cada mañana te levantabas a la misma hora y entrabas en el mismo vagón, solo para encontrártelo sentado enfrente de ti, siempre te recibía con un “buenos días enano” y tú solo lo mirabas molesto, hablaban lo que tardaba los otros pasajeros en entrar y luego lo perdías en la multitud, hasta este día.

--buenos días enano—te saludo con una sonrisa, levantaste la vista molesto y te sentaste a su lado.

--Elric—dijiste por milésima vez, el solo rio ante tu comentario.

--tienes mala pinta, ¿tu novia te dejo?—te pregunto tratando de molestarte, tu solo bufaste molesto.

--no, ¿acaso no tiene nada más divertido que molestarme por nada?—el solo miro al cielo unos segundos y negó mientras sonreía.

--tómalo como mi venganza por llamarme anciano--¡¿acaso aun lo recordaba?!

--no es mi culpa que lo sea—le respondiste molesto.

--tampoco es mi culpa que seas un enano— Bufaste sin verlo y te cruzaste de brazos, el solo rio ante tu actitud infantil.

Siguieron hablando sin prestar mucha atención al resto de personas, hasta que el alta-voz te informo que habías llegado a tu parada, te levantarse y te despediste con tu mano saliendo por fin, te giraste para ver como el vagón se alejaba… definitivamente había sido una mala idea, la peor de todas… el resto del día, no era solo la sonrisa de Mustang la que te acompañaba, también era su perfume, sus ojos color café obscuro, el calor de su cuerpo… todo te alejo completamente de la realidad…

--Ed—giraste tu vista a tu acompañante, tu hermano te miraba con preocupación.

--llevas todo el día distraído, ¿te ocurre algo?—negaste con rapidez, el solo te miro preocupado—sabes que puedes decírmelo—

--no ocurre nada Al, estoy perfecto—pero simplemente eso no convencería a tu hermano y lo sabías—solo me estoy levantando muy temprano, y no estoy durmiendo lo suficiente—añadiste tratando de tranquilizarlo.

Y así lo hiciste, comenzaste a levantarte más tarde, justo para irte sin ser atrapado por la hora pico, aunque algunas veces llego a atraparte y así lo hiciste por una semana, por dos… incluso tres, donde no supiste absolutamente nada del azabache, y comenzaba a perjudicarte.

Te levantaste como siempre, media hora antes de que empezara la hora pico, una hora y media más tarde que antes, comías rápido con la esperanza de salir corriendo, tu hermano te miro y cuando trataste  de sonreírle el te detuvo.

--estas peor que antes—inclinaste la cabeza sin entender—antes parecías distraído, ahora parece que algo te  preocupa, ¿ya me dirás que ocurre?—le sonreíste.

--estoy bien—el solo suspiro molesto y sin soltarte tomo su parte del desayuno, se lo llevo a la boca y cuando desocupo su mano tomo su abrigo se lo puso y comenzó a caminar, lo miraste sin entender, hasta que se detuvo a esperarte.

Caminaron en silencio, hasta que llegaron al metro, subieron las escaleras e instintivamente miraste a todos lados, el te miro con curiosidad y suspiro molesto.

--¿no confias en mi?—te pregunto como si le doliera e incluso te dolió a ti.

--… es algo complicado—trataste de convencerlo de que desistiera, el solo se cruzo de brazos.

--dos cabezas piensan mejor que una—abriste la boca, pero el silbato del tren acercándote te silencio— ¿me dirás?—solo asentiste mientras ambos entraban al vagón.

--conocí a una… una persona—el te miro sin comprender porque tanto misterio—esta persona es mayor que yo—

--¿Por cuánto?—regresaste tu vista al frente… ni siquiera conocías su edad, negaste bajando la mirada—para el amor no existen las edades—te sonrojaste como nunca, y lo miraste molesto.

--¡tratas de insinuar que el… --guardaste silencio en el momento en el que te diste cuenta de todo lo que habías dicho—Al, yo… lo siento, es complicado—tu hermano desvió su mirada y después de unos minutos puso su mano en tu hombro.

--¿Dónde conociste a esta persona?—desviaste tu mirada al asiento delantero y tu hermano te imito.

--justo ahí—susurraste.

--¿por eso venias tan temprano?—juntaste tus hombros en señal de desconocer la respuesta—valla… esta persona logro lo que yo jamás, quien diría que alguien lograría despertarte temprano—tu hermano tomaba con tanta naturalidad el asunto, que no sabias si era porque era algo… normal, o era porque tenias un hermano asombroso—esta persona, ¿tiene nombre?—asentiste.

--Roy Mustang—ya no valía esconder su sexo…

Hubo un momento de silencio, esperabas a que tu hermano comenzara a decirte lo mal visto que era que te interesaras en un hombre, pero él seguía mirando al frente, hasta que sonrió.

--al menos no le eres totalmente indiferente—lo miraste con curiosidad—porque si fueras un total desconocido, no sabrías su nombre—añadió mientras reía.

--¿insinúas que me gusta?—preguntaste mientras reías con sarcasmo.

--posiblemente ya pasaste esa etapa, ¿Qué tanto hablaron ustedes dos?—

--hablábamos… algo…--tu hermano rio.

--quizás estés enamorado—y dejo de reír cuando lo golpeaste.

La siguiente semana paso exactamente igual, Al insistía en que comenzaras a ir más temprano para volver a verlo, tú te negabas rotundamente y así, se cumplió un mes… un mes sin saber de aquel viejo azabache.

Subiste las escaleras con lentitud mientras bostezabas, no tenias muchas ganas de asistir a la universidad aquel día… todo el día anterior tu hermano te había pedido que te levantaras temprano pero tú solo te negaste, no tenias motivo para verlo realmente.

--buenos días enano—pero el si tenia motivos para verte.

--¿Mustang?—

--¿así saludas a alguien después de no haberlo visto tanto tiempo?—te pregunto con un tanto de sarcasmo y molestia.

--pensé que tomaba el tren más temprano—estabas tan sorprendido que ni siquiera podías pensar que realmente estaba enfrente de ti.

--así que, ¿aceptas que deliberadamente me estabas evitando?—te pregunto cruzando sus brazos, tu solo te sonrojaste al encontrarte descubierto.

--no—mentiste con naturalidad pero sin verlo.

--me preocupe al no verte, pensé que estabas yendo mas temprano, pero al no verte toda la semana anterior, supuse que ibas más tarde—te informo, lo miraste con curiosidad, ¿acaso te estaba esperando?

--¿Cómo sabía que yo subía aquí?—le preguntaste con curiosidad.

--Elric… te vi subir por esta misma estación dos meses seguidos… pensé que había quedado claro que soy detallista—bufaste molesto.

--aun así, ¿para que quería verme?—añadiste de manera mordaz, el alzo su ceja.

--¿no es obvio?—te pregunto con sarcasmo.

--¿aun sigue con su venganza?, ¿Cuánto le tomara aceptarlo y superarlo?—el solo rio ante tu comentario y seguido de eso el silbato del tren llegando, la multitud de personas se aglomero en las puertas, pero cuando intentaste avanzar el te detuvo.

Las puertas se volvieron a cerrar y las personas comenzaron a bajar las escaleras dejándolos de nuevo solos.

--¿Por qué hiso eso?—le preguntaste igual de molesto mientras arrebatabas tu brazo de su mano.

--¿no es obvio?—volvió a preguntarte, tu solo frunciste el seño mientras te sentabas cruzando los brazos esperando al próximo tren.

El se sentó a tu lado estirando las piernas y llevando sus manos a su nuca mirando el techo, lo miraste de reojo molesto, los minutos pasaron y tu solo podías verlo ahí, esperando contigo el tren.

“el amor no tiene edades”… “el amor no tiene sexo”… “el amo no tiene prejuicios”… quizás lo único que tu hermano había olvidado decir era que el amor no tiene sentido… él era un hombre y no cualquier hombre, era técnicamente un desconocido para ti… eras técnicamente nadie para el otro… pero aun así, te espero por más de dos horas con la única intención de verte.

--basta—susurraste el te miro sin comprender—no tienes porque esperarme, no tienes porque jugar conmigo, es incluso cruel que lo hagas, tu venganza llego demasiado lejos—desviaste tu mirada lejos de aquel hombre—no quiero volver a verlo—

El silbato del tren arcándose rompió aquella creciente tensión, te alejaste con la intención de no volver a verlo, esto era suficiente no soportarías más de su estúpida venganza… pero el simplemente te alcanzo y a la vista de todos te giro sobre ti mismo para besarte… no fue un beso que esperarías de un extraño, incluso podías pensar que trataba de conocerte más a través de su lengua… abriste los ojos y no viste aquellos obscuros ojos en los que te perdías, pero sin verlos te volvía mas loco.

Se separo de ti, justo cuando el tren se alejaba… llegarías horriblemente tarde y sencillamente lo habías olvidado, incluso cómo te llamas, incluso dónde estabas… incluso que no conocías a la persona que te acababa de besar…

--trate de ignorarte, eres un niñato y por eso no comprendía porque no podía pensar en no volver a verte—tu corazón se detuvo—cada vez que desaparecías detrás de la multitud, no podía pensar en otra cosa más que en tenerte cerca mío… pero tú fuiste más rápido al sentarte  a mi lado—desviaste la mirada lejos de él—y al día siguiente desapareciste…

Bajaste la mirada y trataste de alejarte, estaba mal siquiera pensar en que esto era serio…

--no sabes quién soy—

--eres Edward Elric, estudias en la universidad de Tokio, tienes un hermano y posiblemente una novia, también tienes una horrible actitud cuando se te hace tarde… y lograste lo que nadie—lo miraste directamente, incluso habías olvidado que el sabia cosas que no debía saber—ni una sola mujer hiso que llegara tarde a mi trabajo solo por verla—

Olvidando el hecho de que te había comparado con una mujer, que sabía de la existencia de Alphonse y que pensaba que aquella rubia era tu novia, podrías jurar que algo muy dentro de ti saltaba de felicidad… pero te retenías a seguirlo… te negabas a creerlo.

--por favor basta, somos hombres—jamás pensaste que dolería tanto que el retirara sus manos de tu cintura, sus ojos perdieron aquella dulzura con la que te miraba… y un pequeño “claro” salió de él.

El comenzó a alejarse, pero el silbato avisando por milésima vez que el tren pasaría, te hiso saltar y que tu mano se sujetara de su saco… él se giro y te miro confundido. El tren iba solo… había pasado una hora desde que habías llegado y solo podías pensar en que el tren estaba solo, lo empujaste adentro como la vez que lo viste.

--seria el mayor estúpido si te permito irte cuando fuiste tú el responsable de tantos regaños… no arriesgue  mi calificación para que te rindiera tan fácil—el te miro con una sonrisa soberbia.

Y de nuevo se atrevió a besarte, esta vez no dudaste en corresponderlo, en aquel solitario vagón, volviste a ir al cielo... rogando desde tus adentros, que este momento no terminara jamás…

--te amo anciano…

Fin…

Notas finales:

Bien, hace dos años mate a la protagonista... incluso me pregunto porque los deje vivir... quizas sea porque todo lo que se me ocurre para ellos es dramatico y deprimente D: y muy muy lindo a mis ojos :D en fin


^^ espero pasar con ustedes los proximos dos años :D y muchos mas.


gracias por leer :D


Bye Bye


Isa-chan!


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