Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Actualizado Cap 5 Recuperándote (UsagixMisaki) por Yeru-chan

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

*editado* HOla... este es el primer fanfic laargo que voy a arriesgarme a escribir aqui.. creo que lluvia, mi one-shot ha sido bien recibido (cuatro comentarios para mi ya es un logro, creo), espero que este fanfic obtenga los mismos resultados (o más) y que sea del mayor agrado posible... si tienen alguna critica constructiva que aportar, sera un placer para mi saber cual es, de eso modo seguire mejorando cada dia mas, espero que les atrape este primer capitulo... mil disculpas si encuentran algunos errores o si me comi algunas palabritas, siempre se me escapan algunos detalles jijiji

Notas del capitulo:

Espero sus comentarios. Por cierto.. el fic esta escrito desde la perspectiva de Misaki n.n

 

La tenue luz del sol vislumbra vehemente a través de las espaciosas ventanas de vidrio de la casa de Akihiko, el silencio casi perfecto es insoportable, y ya son más de las diez de la mañana.

 

Un suave sonido se asoma débilmente en esta casa, viene de mi propia habitación.

 

Las manos de Akihiko se pasean libremente por mi espalda. Su lengua se deleita con la suavidad de la piel de mi cuello… una mano levanta mi camiseta y se introduce debajo, acariciándome.

 

No le doy ninguna respuesta, solo me remuevo un poco, pero eso no es exactamente lo que espera. Lo conozco.

 

Esta vez sus dedos acarician mis botones rosados, esperanzados en conseguir alguna reacción. Un suspiro es lo único que sale de mi boca, pero aún así no es suficiente respuesta.

 

Akihiko frunce el seño. Cada vez que ocurre esto, le cuesta más trabajo cumplir con su objetivo. Sonrió. Posó sus labios sobre los míos. Primero, con suavidad, un beso pequeño, seguido de otro, hasta que introduce su lengua. Sin dejarme respirar.

 

-Q-que… Nnn… ¡¿Qué rayos crees que estás haciendo a estas horas viejo pervertido?! –exclamo, alejándome enseguida. ¿Cuándo entendería este hombre lo vergonzoso que es para mí este tipo de situaciones? Mi rostro arde en llamas, delatando innecesariamente lo que él está provocando en mí.

 

-Intentaba despertarte con un beso –contesta, sonriendo. Esa sonrisa que me desarma por completo.

 

-¡MENTIROSO! ¡¿Cuántas veces tengo que decirte lo mismo?! ¡Nunca saldrá nada bueno de ti cuando tratas de despertarme! –trato de lucir enfadado, pero en el fondo, muy en el fondo, en un lugar al cual me niego a aceptar, sé que esto me gusta.

 

Sacudo mi cabeza en desaprobación, intentado poner en orden mis pensamientos que de apoco se van desbordando. ¡Despierta, Takahashi!

 

-Entonces dime que quieres que haga –repone, acortando nuevamente la distancia entre nosotros. Lo aparto otra vez y me levanto de inmediato. Akihiko me sigue en silencio.

 

Aunque no lo puedo ver, sé perfectamente que está sonriendo. Burlándose de mí en secreto.

 

-Nada más. De hoy en adelante, nada –chasqueo, tajante mientras pongo mi mano en el picaporte de la puerta. Akihiko se coloca detrás de mí y se apoya con una mano por la puerta para evitar que me marche. Sé lo que intenta hacer. Y no quiero que pase- ¿Qué estás haciendo? Apártate, tengo que preparar el desayuno.

 

-Estoy evitando que huyas. –dice, su voz es muy tranquila.

 

-No estoy huyendo. –Bueno, tal vez sí.

 

-Dime como quieres que te despierte.

 

Oh, que hombre más desesperante.

 

-No quiero. –escupo inmediatamente.

 

Akihiko me toma del brazo y me tira a la cama, subiéndose a horcadas sobre mí, sujetando mis manos a ambos lados de mi cabeza. Sus piernas enganchando las mías, inmovilizándome completamente.

 

-Si no me lo dices, tendré que averiguarlo –amenaza con malicia, su voz mortalmente más tranquila. Su amenaza es escalofriante, sensual y… excitante. Me sonrojo al instante.

 

-No es necesario. Eh… creo que con el beso está bien. Así que, discúlpame por favor… fui demasiado ingrato –trato de excusarme bastante nervioso. Mi sangre comienza a hervir y siento como mi corazón late con fuerza, mi respiración por poco sigue su ritmo. Puedo ver el fantasma de una sonrisa en su rostro, pero sólo por un momento fugaz.

 

-Pero si soy yo el que no sabe como despertarte… no hace falta que te disculpes. Todo fue mi culpa. –dice, goteando cierta ironía.

 

-No, en serio, no quise ser malagradecido. Lo siento.

 

-Naaah… permíteme que enmiende mi error, Misaki. –su mirada es intensa. Mierda, se a donde va con todo esto. ¿Nunca se cansa?

 

Akihiko vuelve a besarme. Un beso demandante y salvaje. Intento forcejear, pero siento las manos de Akihiko descender hasta el borde mis pantalones, introduciendo una en el interior, sin poder evitarlo, pierdo todas mis fuerzas.

 

-N-no… Detente… Us… Usagi-san… por favor –suplico.

 

Akihiko desciende besando mi cuello, dejando marcas, llegando a mi torso, lamiendo mis pezones. Me siento tan liviano, tan pleno… él continua descendiendo con su húmeda y deliciosa tortura, su lengua serpentea por mi vientre hasta mi ombligo. Dando vueltas y vueltas.

 

El hormigueo y las mariposas de mi vientre también descienden justo allí, haciendo eco en mi ingle. Me entrego a la deliciosa sensación de su boca sobre mí. Cierro mis ojos y mi respiración es más pesada y áspera.

 

De pronto, él levanta la vista y me sorprende disfrutando. Mierda, esto es muy vergonzoso. Me sonríe complacido, sus ojos brillan con triunfo. Me sonrojo aún más. Estoy seguro de que los tomates me tendrían envidia si me vieran.

 

-De verdad… Usagi-san… ya no sigas… -trato de poner una excusa. Cuando sé que es todo lo opuesto.

 

-Se más honesto Misaki.

 

-T-todavía es de día, Usagi-san. –insisto.

 

-Mejor así. Siempre te estás quejando que si es de noche no puedes dormir temprano. Entonces si lo hacemos ahora, te dejaré dormir temprano más tarde… creo.

 

-Eso no es cierto… hay mucha luz… ahora… es mejor de noche.

 

-No me importa… Mientes.

 

Él continua con su lenta tortura, mordiendo, lamiendo, besando, provocando mi rendición. Y lo está logrando.

 

-¡Estoy diciendo la verd…! Ah…

 

Akihiko introduce mi miembro en su boca, su calidez envolviéndome es suficiente para que mis pocas fuerzas se esfumen. De todas formas intento detenerlo una vez más. Mi cuerpo traicionero que nunca está de mi parte no me está ayudando para nada.

 

-Por favor… No sigas… Ah… Usag… Nnn.

 

A pesar de mis continuas quejas, Usagi no se detuvo ni una sola vez… su lengua experta nubla cualquier pensamiento que flota en mi cabeza. Es inútil oponerme, y aunque jamás lo admitiría, no siento ganas de parar, quiero que continúe, que siga arrastrándome al borde como siempre. Sé que él sabe lo que me hace sentir, lo que me molesta es que siempre intente hacer que diga en voz alta lo que quiero. Si él lo sabe, ¿Qué le importa si le digo o no? A veces es tan desesperante. Este hombre adora molestarme de cualquier manera en que pueda.

 

-Misaki…

 

Suspiró contra mi piel.

 

-Te quiero tanto…

 

Esas palabras fueron suficientes para que yo comience a sentirme desfallecer. Mi cuerpo comienza a tensarse, mis piernas se ponen rígidas y sus caricias hacen que yo me acerque a mi clímax. Esa sensación que conozco más que bien. Él se saldría nuevamente con la suya.

 

Echando mi cabeza para atrás, entrecierro mis ojos, mi respiración se hace más que áspera y me estremezco con violencia. Explotando en un espiral interminable mientras que él bebe de mi semilla. Que visión tan hermosa.

 

Usagi se relame los labios y sonríe perezosamente hacia mí. Arrastra su cuerpo sobre el mío hasta llegar frente a mí. Me mira a los ojos con intensidad y me besa. Casi con urgencia, como si en un instante yo pudiera desaparecer. Puedo sentir la salinidad de mi esencia en su beso. Su erección se presiona contra mi muslo y la anticipación de lo que vendrá después me vuelve loco.

 

Busca a tientas mi entrada con una mano. Conoce de memoria cada parte de mi cuerpo, cada hendidura, cada relieve, cada planicie interminable de mi piel. Sin ninguna protesta mi cuerpo recibe ansioso el primer dedo, mientras que él reparte mordiscos amorosos en el arco de mi cuello, besando mis clavículas. Desciende más abajo y se detiene en mi torso, mordisquea mis pezones y yo arqueo mi espalda desesperadamente por más contacto. Segado de placer. Siempre que estamos así pienso que jamás tendré suficiente de él.

 

De repente… se levanta y se aparta. ¡Ooooh!

 

-Misaki… Tengo una sorpresa para ti.

 

Muerde sus labios mientras me mira. Mierda, se está burlando de mí. ¿Cómo se atreve? Primero, me provoca y luego, decide que ya no lo hará. ¿Cuál es su problema? ¡No puede dejarme así!

 

-Eh… Usagi-san, me alegro, de verdad, pero… este… -¡Genial! Me avergüenza terminar la oración, es incómodo para mí pedirle esto abiertamente. ¿Cómo le pido que continúe sin parecer muy desesperado por él? Lo necesito, pero también tengo mi orgullo.

 

La esquina de su boca se curva en una sensual sonrisa torcida. ¡Lo sabía! Apuesto a que puede leer mi mente. Lo odio. Estoy seguro de que sabe lo que estoy pensando. Sabe que no me gusta que me deje así.

 

-¿La próxima semana terminan tus vacaciones, verdad?

 

Parpadeo confundido. Si. Es hasta la próxima semana, creo que ya le hable sobre esto el mes pasado. De todos modos respondo a su pregunta.

 

-Si ¿Por qué?

 

Su sonrisa se ensancha. Pone esa expresión tan arrogante que dice Misaki-sé-todo-sobre-ti-y-me-encanta-hacer-contigo-lo-que-quiero-por-que-puedo. Quiero besarlo. Deliberadamente muerdo mi labio inferior. Su mirada baja directo a mi boca. ¡Si! He captado su atención.

 

-Hagas lo que hagas, es demasiado tarde. –Wow, su mirada se oscureció.

 

-¿Eh? –Trato de parecer inocente.

 

-Vamos. Prepárate. Te quiero abajo en veinte minutos.

 

-Pero si hoy es domingo, no pienso…

 

-Si no estás listo te llevaré con lo que sea que tengas puesto, Misaki. No es una orden. –advierte.

 

Oh, rayos. Y ahora que se traerá entre manos.

 

-Está bien –hago una mueca de disgusto. Que frustrante.- Me estoy bajando de la cama, estoy caminando hacia el baño –murmuro como un adolescente malhumorado.

 

-No te preocupes. Voy a recompensarte muy bien esta noche –pronuncia con voz ronca. Un escalofrío recorre mi espina dorsal. No tengo idea si es porque se trata de algo bueno o es un mal presentimiento… o es la forma en que acaba de hablarme.

 

Su tono de voz guarda muchas promesas.

 

-Si, claro. Lo que tú digas.

 

 

 

Llevamos más de media hora en el maldito coche. Apenas cuando terminé de asearme, fui directo a la cocina. Quería preparar un poco de café, pero no, El Señor Tengo-demasiada-prisa no quiso. Ahora estoy muriendo de hambre.

 

Desde hace un mes que Akihiko ha estado actuando muy raro. Me pregunto que estará tramando. Siempre que intenta algo se comporta así de misterioso. La curiosidad nunca ha sido mi mejor aliada. Esta ansiedad me está matando.

 

-¿A dónde vamos? ¿No estarás pensando escapar de Aikawa nuevamente, o si?

 

Akihiko dispara su rostro hacia mí, luego vuelve su vista a la carretera otra vez. Parece un poco molesto. ¿Y ahora que he hecho?

 

-No. –responde, tajante.

 

Suspiro pesadamente. No sé que fue lo que dije para molestarlo, pero ahora está disgustado. A veces no entiendo a este hombre.

 

-¿Y bien? –insisto, clavándole la mirada.

 

-Ya te lo dije. Es una sorpresa.

 

 

 

 

Otra media hora más tarde hemos llegado al aeropuerto. Estoy sorprendido.

 

Akihiko baja del auto, va directo hacia la parte de atrás y saca dos grandes maletas de la carrocería. ¿Cuándo, en nombre del cielo, ha empacado todo eso? No creo que hayan sido en esos veinte minutos. Absolutamente no.

 

Aún sigo sin procesar nada, cuando abre la puerta, me toma de un brazo y me saca bruscamente del auto.

 

-Toma esta –me da una de las maletas.

 

-¡Oye, más despacio, me lastimas! –protesto mientras lo sigo casi corriendo. Murmura una disculpa sin voltearse a verme y afloja su agarre.

 

Por un momento creo que iremos al gran edificio dónde registraremos nuestros boletos, nos van a revisar y… un momento. ¿Y los boletos? Ni siquiera tengo pasaporte. Nos estamos dirigiendo a unos enormes tinglados. Parece que son depósitos.

 

-Usagi-san ¿Por qué no me dijiste que querías viajar? Ni siquiera tengo un pasaje, no ten-

 

-No vas a necesitar nada de eso. Yo me encargué de todo. –me interrumpe de inmediato.

 

Oh. Que noticias.

 

-¿Por qué no avisaste? –pregunto enojado. Me molesta que nunca me considere para contarme lo que planea.

 

-Si te lo decía no ibas a aceptar.

 

Es cierto, me hubiera negado hasta la muerte. Pero de todas maneras, y aunque me conozca más que bien para saber la respuesta, me hubiera encantado que me preguntara primero. Bueno, si lo que quiere es ocultarme cosas, la va a pasar muy mal donde sea que vayamos. No voy a dirigirle la palabra.

 

En un rato entramos a uno de los depósitos y nos encontramos con una especie de jet. Tengo un mal presentimiento acerca de esto.

 

-No lo compré si eso es lo que te preocupa. Solo es alquilado.

 

Responde a mi pregunta no formulada.

 

-Que bien. Eso no significa que no hayas despilfarrado tu dinero en esto. Ya te lo dije muchas veces Usagi-san. ¡Guarda tu dinero para cuando seas viejo!

 

-Hola, Tom. –Saluda a un hombre viejo de aspecto extranjero. Ha ignorado solemnemente mi comentario sobre su dinero. Bueno. No sé porque le dirigí la palabra cuando dije que ya no voy a hacerlo.

 

-Hola Akihiko-sensei. Buenos días. ¿Listo para irse? –Tom pregunta de forma amena, creo que es inglés. Tiene uniforme de piloto y una gorra de color azul, con la que me saluda sonriendo.

 

Le devuelvo el gesto sin poder ocultar lo molesto que estoy. Creo que lo nota porque enseguida vuelve su atención hacia Usagi. Aprovecho que él está distraído hablando del clima y de las horas que tardaremos para soltarme rápidamente de un tirón. Escaneo con la mirada el jet, se ve moderno y lujoso. Debió costarle una fortuna.

 

-Sube. –me dice y me guía por unas escaleras que va directo al interior del jet.

 

Trago saliva. Es realmente sorprendente. Me agrada y me molesta. Me agrada porque nunca he subido a uno de estos, y me molesta, porque es Usagi quien lo está pagando y yo no colaboré en nada. Giro mi rostro para preguntarle cuanto ha gastado y decirle que quiero pagar la mitad, pero recuerdo que no quiero hablarle, entonces guardo silencio mientras me acomodo en uno de los demasiado perfectos sillones de cuero marrón que están dispuestos unos frente al otro.

 

El avión este es demasiado suntuoso, como todo en la visa de Usagi. Parece nervioso. Sé que está ocultando algo. Decido que no quiero pensar en eso ahora y concentro mi atención en el interior del lugar donde me encuentro. Todo está decorado en colores tierra y gris claro. Veo las luces que salen de la cabina del piloto y oigo las voces que apenas se escuchan desde allí. En algún momento han caído en un inglés bastante fluido que ya no logro entender. Hay un grupo de cuatro asientos en el otro extremo y una mesa de madera oscura en el centro. Más allá hay una puerta que asumo ha de llevar a un baño. Un baño muy grande. Y más atrás. Juraría que tiene una habitación. Y una cama. Una cama donde Usagi-san y yo podríamos… sacudo mi cabeza y ahora estoy enojado conmigo mismo. Cálmate, Takahashi. Me reprendo a mi mismo por la alarmante dirección que toman mis rebeldes pensamientos.

 

Veo a Usagi acercarse. Siempre tan seguro de sí mismo. Se ve tan… tan. Vestido con unos jeans negros y camiseta blanca. Se ve tan informal. Nada de su traje y corbata que usualmente lleva. Parece otro. Me gusta este otro.

 

­-Ponte los cinturones, vamos a despegar ahora.

 

Hago obedientemente lo que me dice con tal de no responderle directamente. Pero quiero saber cual es nuestro destino.

 

-Lo sabrás cuando lleguemos.

 

Responde usando su rara habilidad de leer mi mente. ¿Es que soy tan predecible? Y a todo esto ¿Por qué será que planea un viaje tan repentino? Miro su rostro por un largo rato tratando de leer su expresión, pero su rostro es impasible y no tengo idea de lo que piensa. Suelto un suspiro y a continuación siento los motores rugir.

 

Mi estómago se llena de vértigo cuando el jet avanza hacia el frente. Usagi parece tan tranquilo, pero yo estoy muriendo de los nervios. Ahora estoy agradecido de no haber comido nada. No habría aguantado.

 

Mis nudillos están blancos por sujetarme tan fuerte de la parte de abajo del asiento. Usagi-san no aparta su mirada de la mía. De algún modo hace que sienta un poco más tranquilo. Unos segundos después, es como si simplemente estuviera viajando en autobús. Me relajo totalmente y suelto el aliento que estaba conteniendo. Mantengo los ojos cerrados hasta que escucho un pequeño “click” y veo que Akihiko se levanta de su asiento y se dirige hacia algún lado, perdiéndose tras una puerta.

 

Un rato después vuelve con dos copas en las manos, parece ser que es vino.

 

-Toma un poco para que te relajes más –sostiene una copa hacia mí. Lentamente estiro la mano y sujeto la parte de arriba, trato de no rozar mis dedos con los de él. Akihiko se habrá dado cuenta porque sonríe y luego sacude la cabeza ligeramente. Como si disfrutara de alguna broma. Todavía estoy molesto.

 

Acerco la copa a mis labios y pruebo un poco del contenido. Si. Efectivamente es vino. Tomo un trago más. Y luego otro. Hasta que finalmente bebo todo el contenido.

 

De pronto, siento como si me temblaran las manos. No puedo sostener la copa. Mi vista se hace borrosa y el interior del jet se hace muy pequeño. Todo da vueltas, creo que voy a vomitar. Mi cabeza está palpitando. Esto es insoportable. ¿Qué tenía la bebida?

 

Akihiko le puso algo a mi vino.

 

-¿Qué demon…?

 

Lo último que distingo es a Usagi tomando de un solo trago todo su vino y levantándose hacia mí. ¡No me toques! Intento gritar, pero es un sonido mudo.

 

La oscuridad me envuelve.

 

Todo es muy oscuro.

 

Notas finales:

Ok... se que es un poco corto, pero sospecho que si es muy extenso se van a aburrir... pero bueno.. dejen sus comentarios si? *suplica con todas sus fuerzas*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).