KAI'S POV
Chanyeol, Baekhyun y yo nos dirigíamos a casa de Sehun para visitarle. Yo iba un poco distraído pensando qué decirle a mi amigo cuando le viera. Sobre el tal Luhan, digo. Al final llegué a la conclusión de que lo mejor era decirle que yo mismo fui a su facultad, no que el chico hubiera ido a buscarle al instituto. Y también que se lo dí y no hablamos más, nada de que el rubio me pidiera hablar con él o que me hubiera preguntado dónde encontrarle. La verdad es que su actitud me había dejado un poco confundido, si todo era como Sehun me había contado me había imaginado al universitario bastante borde y estúpido, que no se preocupaba por él. Pero la sensación que me dio fue distinta, noté en sus ojos cómo realmente quería ver a Sehun y hablar con él. ¿Quizás estaba arrepentido por el suceso del coche?
Pronto llegamos y fue el mismo Sehun quien nos abrió.
-¿Qué haces fuera de la cama, enfermo? – Bromeó Chanyeol.
-Ya estoy mejor…
-Entonces deberías volver al instituto, en el fondo se te echa de menos. – Dijo Baekhyun mientras entrábamos.
Sehun me miró con intención y supe que quería que le hiciera un gesto, una señal de que todo había pasado. Le sonreí asintiendo con la cabeza y lo pilló al instante. Él simplemente sonrió con desgana, cabizbajo, y nos acompañó al salón. Allí estuvimos jugando a la consola un rato y hablando sobre lo que había ocurrido estos dos días durante las clases. Chanyeol y Baekhyun no paraban de hacer bromas, como siempre estaban ellos dos, y eso animó mucho a Sehun. O al menos fue la impresión que me dio. Cuando nos entró un poco de hambre fuimos a hacer unas palomitas a la cocina, mientras Chanyeol y Baekhyun se batían en duelo, cada uno con un mando en la mano.
-Entonces, ¿se lo has dado? – Preguntó Sehun de repente.
-Sí…Fui… - Paré un segundo. ¿Estaba bien mentirle? Sí, Kai. Tenía que ser así. – Fui a su facultad, pregunté por él y cuando le encontré le expliqué todo y le entregué el pendrive.
-¿No dijo nada?
-No…Se quedó callado y me fui. – Mentí. A pesar de que Sehun miraba hacia el microondas esperando a que las palomitas estuvieran listas, pude ver un atisbo de decepción en su mirada.
-Entiendo… - De repente soltó una risita irónica. – Era obvio que no iba a decir nada.
-Sehun…Ya ha pasado todo, ¿vale? – Dije, pero ni yo mismo creía en esas palabras. Esa insistencia por parte del mayor en verle, ese interés…tenía cierta inseguridad, como un presentimiento de que algo iba a pasar. Aquello no había terminado… ¿o sí? – Mañana ya vendrás, ¿no? – Preferí cambiar de tema.
-Sí, ya no tengo fiebre y aunque esté resfriado es mejor que no pierda más clases.
-Genial. – Le sonreí ampliamente y el timbre del microondas sonó. Echamos las palomitas en un cuenco y fuimos a reunirnos con nuestros amigos que seguían jugando y armando follón entre ellos.
LUHAN’S POV
Estoy loco. Sí, definitivamente estoy loco. Ahora mismo me encuentro enfrente de la casa de este “niñato”, como siempre le llamo, pero éste es el único lugar que conozco, aparte de su instituto, donde pensaba que podía estar. A pesar de la lluvia del otro día recordaba el camino que seguí para traerle a casa.
¿Qué coño estoy haciendo? Bueno, claro que sé lo que hago… Decirle a este crío que no puede librarse de mí tan fácilmente, ¿qué se había creído? ¿Que podía devolverme mi tesis y desaparecer como si nada? ¡Tenía que pagármelo! Hasta que no la terminara no le iba a dejar en paz…Ah, Luhan, no te engañes más. Estás aquí porque estás deseando verle. Te importa un cojón la tesis, sólo quieres estar con él, me dije.
Estoy harto de esperar en este banco, llevo ya aquí sentado dos horas y pico, pero es que justo cuando llegué vi que sus amigos habían venido a verle, así que hasta que se vayan no puedo tocar en la puerta. No quiero que el morenito ése que se había proclamado su “mejor amigo” viera que había venido hasta aquí, después de que él me dejara bien claro que Sehun no quería verme. Pero…me importa una mierda lo que piense Sehun. Yo sí tengo que hablar con él, y lo haré cueste lo que cueste.
Justo en ese momento salieron los tres amigos. Se despidieron contentos y se alejaron lentamente. Cuando estuvieron lo suficientemente lejos como para que nadie me viera me acerqué lentamente. Mi corazón parecía que iba a salirse por mi boca de un momento a otro, mis nervios se acrecentaron y las pulsaciones corrían aceleradas. ¿Que qué me pasaba? Muy fácil…Me tenía loco. Loco. Sé que le dije que no me gustaba nada y de verdad estaba decepcionado aquel día, sé que fui duro con mis palabras y cruel, sé que no debería haberle dicho eso, que lo mejor habría sido quedarme callado. Pero no pude y se lo solté, cuando la verdadera realidad era que…me encantaba.
Cuando se me pasó el cabreo de que me hubiera mentido, empecé a pensar que me importaba bien poco que estuviera en el instituto, que me hubiera mentido sobre su edad o que se hubiera cargado mi ordenador. Todas esas tardes en la biblioteca, aunque fuera en silencio, habían sido un regalo. Y él no se había dado cuenta, todo porque yo soy un estúpido que no sé demostrárselo y me quedaba siempre callado y sin mostrar emociones. El último día no pude más y me abalancé sobre él, pero claro, mi bocaza no podía estarse quieta. Como tenía miedo de que me rechazara le dije aquellas palabras tan feas…como si besarme y complacerme fuera algo que tenía que hacer como compensación por todo lo que me había hecho pasar, pero en realidad yo quería que me besara sinceramente. ¿Por qué le dije eso?
Estaba frente a su puerta, repasando el guión de lo que tenía que decirle para no cagarla de nuevo, y pegué en el timbre. Sehun me abrió. Ver su rostro fue como un soplo de aire fresco, era simplemente perfecto. Pero su aura de tranquilidad se tornó en confusión y tristeza, y sin mediar palabra fue a cerrar de nuevo.
-¡No, Sehun! – Empujé con las manos y evité que cerrara. Él dejó de hacer fuerza contrariado y me miró, frunciendo las cejas en un gesto de amargura. Su mirada parecía decirme “por favor, déjame en paz”.
-¿Qué quieres? – Me preguntó con dureza.
-Sehun, ¿por qué no has venido estas tardes? – Mi voz sonó autoritaria. - ¿Qué es eso de que ya no vas a venir más?
-Lo que oyes…lo dejo. – Me dijo mirando al suelo. Mi enfado se acrecentó y volví a perder el control sobre mis palabras.
-¿Que lo dejas? ¡No puedes hacer eso, me tienes que hacer la tesis hasta que quede terminada y jodidamente perfecta! – Grité. Me miró con miedo. – Lo siento…yo…
-Luhan, eres despreciable. – Sus ojos se volvieron vidriosos y se mordió el labio inquieto. - ¿Quieres dinero? Te daré dinero para un portátil nuevo, mañana mismo si quieres. Pero de verdad, desaparece de mi vida…Ni siquiera eres importante, sólo te conozco desde… ¿Hace cuánto? ¿Tres semanas?
Sus palabras fueron como un jarro de agua fría sobre mí. Mi respiración se aceleró y no pude aguantarlo más, estaba dolido y enojado, la agresividad florecía en mi cuerpo.
-¡Eres un hijo de puta! – Le grité empujándole y encarándome a él. Yo había venido a suplicarle que volviera a mí, aunque al final no hubiera usado exactamente las palabras que quería, ¿y él me trataba de esa manera? – No te creas que te voy a dejar en paz porque me lo hayas dicho tú, no sabes lo que acabas de hacer…has cavado tu propia tumba, ¡no pienso dejarte en paz!
Dicho esto me dí la vuelta y me alejé corriendo, aguantando las lágrimas. No quería que me viera llorar. Crucé la esquina y paré en seco, apoyando mis manos sobre las rodillas y recuperando el aire. Otra vez la había liado… ¿por qué reaccioné así? Yo sólo quería decirle que volviera, que me ayudara a terminar, que quería seguir viéndole todas las tardes, que me gustaba tenerle a mi lado, que su presencia me hacía feliz…Pero al final su actitud de indiferencia sólo consiguió que perdiera los estribos y que le gritara ese montón de mierda que era mentira. Joder… Soy lo peor. Y me merezco que me haya pasado esto. Pero Sehun…Sehun no se merece estar así. Empecé a llorar desconsoladamente, como un niño pequeño. Hacía mucho tiempo que no lloraba así. Me dolía el pecho, y me dolía mucho. Sehun…
SEHUN’S POV
Me desperté con dificultad y salí de la cama decidido. Había pasado toda la noche regular, dándole vueltas a la visita de Luhan y a las palabras que me había dedicado. ¿Por qué no podía dejarme en paz? Ya le dejé bastante claro que no quería verle, y estaba seguro de que él también agradecería lo de no volver a vernos más, si tanto mal le había causado… ¿De verdad quería que volviera sólo para el trabajo? ¿Aguantar a alguien que no soportas sólo por aprovecharte de él? Qué ruin por su parte.
El día pasó rápido y me alegré mucho de haber vuelto a las clases. Así al menos, durante ellas, podía olvidarlo todo y concentrarme en los estudios. El resto del tiempo mis amigos me animaban y hacían que no tuviera tiempo para pensar nada más que en reírme y en pasarlo bien. Pero estaba claro que ese día no podía acabar de forma perfecta, algo tenía que joderlo.
Salí del instituto y me encontré a Luhan apoyado en un árbol, esperando. Nada más verme reaccionó y se acercó, pero hice caso omiso y pasé de él.
-Sehun. – Me agarró del brazo.
-¿Qué haces? ¿No te dije que le dejaras en paz? – Kai salió en mi defensa y le agarró del brazo, obligándole a soltarme. Chanyeol y Baekhyun nos miraban confusos.
-No te metas. – Luhan fulminó a Kai con la mirada y yo decidí intervenir.
-Ya, Kai…no pasa nada. Será mejor que volváis a casa solos.
-¿Estás seguro, Sehun? No quiero dejarte solo con este gilipollas. – A veces Kai podía ser muy directo. Luhan le miró con mala cara y fue a responderle algo pero reaccioné pronto.
-Sí, no te preocupes…
Intenté transmitirle con la mirada a Kai que no se preocupara y se alejó dubitativo, mirando hacia atrás en varias ocasiones para asegurarse de que no pasaba nada. Al final miré a Luhan. Le miré bastante serio, intentando esconder lo mucho que me dolía volver a verle allí. ¿Por qué no podía dejar de seguirme?
-¿Qué quieres?
-Sehun…eres completamente estúpido.
-Si has venido aquí a putearme no tengo tiempo para tonterías. – Me volví pero su mano me agarró del hombro y me obligó a mirarle.
-¿Qué te pasa? ¿Es por lo del otro día? ¿Lo del coche? Si es así, lo siento mucho y no volveré a hacerlo, pero no puedes dejarme tirado y no ayudarme a…
-¡Luhan! – Le corté, bastante enfadado y desconsolado. – Joder… ¿te crees que es sólo por eso?
-¿Entonces?
-Eres un completo desconocido que me obliga a hacer su trabajo. Sé que te causé molestias…sé que te mentí, que te rompí tu ordenador y que he sido un bulto en tu vida estos días, por eso… ¿no crees que es mejor así? ¿Que dejemos de vernos? Ya te he dicho que si es por la tesis, puedo pagarte un ordenador nuevo. Le he pedido dinero a mis padres y puedo hacerlo. Pero no puedes obligarme a nada. – Mi voz empezó a quebrarse y noté que tenía ganas de llorar. Pero tenía que ser fuerte y no ceder ante él. – De verdad, ojalá pudiera borrar de mi memoria todo…todo lo que he vivido estos últimos días. Me estás haciendo mucho daño. – Miré al suelo y una lágrima se escapó. Joder…no quería llorar.
-Sehun… - Luhan se acercó y me agarró de la cintura. Intenté deshacerme de él pero apretó con fuerza y me pegó a su cuerpo. Apoyé la barbilla en su hombro y lloré. Podía sentir su aroma, el que tanto me gustaba. Otra vez estaba cayendo en sus redes, pero mi atracción por él era demasiado fuerte y prefería sufrir sintiendo su piel antes que separarme para siempre. – Lo siento. Creo que te debo una explicación. – Me susurró con suavidad.
Me despegué secándome las lágrimas con las manos bruscamente y él me acarició el rostro. Suspiré al sentir su tacto. Tan suave.
-No me confundas más, por favor… - Le supliqué con los ojos cerrados.
-Sehun, no quiero que vuelvas todas las tardes para que me termines la puta tesis. – Me dijo agarrándome la cara con sus dos manos. Abrí los ojos y observé su expresión de tristeza. – Quiero que vengas porque… - Suspiró profundamente, cerrando los ojos, y volvió a mirarme. – Porque quiero verte. Simplemente por eso. Quiero tenerte al lado. Que cuando esté cansado de estudiar, cuando me duela la cabeza y sienta que no pueda más…quiero que al mirar hacia un lado estés ahí. Joder, Sehun. – De repente me abrazó con fuerza pillándome por sorpresa. Sus brazos me apretaban demasiado. – Siento todo lo que te he dicho hasta ahora, todo lo que ha podido parecerte…pero créeme, soy un maldito bocazas que a veces no se controla y no sabe lo que dice. Es cierto que me sentó fatal que después de haberme ilusionado y haber ido a buscarte a tu supuesta Universidad, me enterara de que me habías mentido. Pero al día siguiente, cuando viniste con esa cara de haber trasnochado, preocupado por mí…Sólo se me ocurrió obligarte a aquello para seguir viéndote. Sé que habría sido más fácil decirte simplemente que si querías quedar algún día para tomar algo, pero soy un completo estúpido y no estaba seguro de si me rechazarías, porque me dijiste que no te gustaban los chicos. Estos días han sido los mejores de mi vida, verte por las tardes era mi única ilusión, nunca me había sentido así. Y cuando te veía entrando por la puerta de la facultad con esa sonrisa tan preciosa que tienes… Te miraba serio porque me daba vergüenza flaquear ante ti, pero lo cierto es que por dentro me moría de ganas por besarte.
-Luhan…me estás haciendo daño.
-Perdón… - Aflojó el abrazo y se quedó cabizbajo. Todavía resonaban sus palabras en mi cabeza y no sabía qué decir.
-¿Hablas en serio? ¿No me estás mintiendo?
-No, Sehun…No te miento. – Le miré a los ojos y vi que hablaba con franqueza y sinceridad. Esta vez no me mentía. No podía creerlo. Sin poder evitarlo sonreí como un imbécil y desvié la mirada a un lado, ruborizado. – Eh… - La mano de Luhan me agarró por la barbilla y le miré. Él también sonreía como un tonto.
Sus labios se entreabrieron lentamente y empezó a acercarse a mí. Estábamos todavía frente al instituto pero me daba igual que me viera quien fuese, había llegado el momento y sólo quería besarle. Besarle hasta que me quedara sin respiración, hasta que me cansara. Por fin sentí el contacto de sus labios y experimenté la misma sensación del día en que nos conocimos. Sus dulces labios eran suaves y blanditos, y me encantaba besarlos. Su lengua se abrió paso y se entrelazó con la mía, con delicadeza y lentitud, disfrutando del húmedo beso que nos dedicábamos el uno al otro. Sorbí su labio inferior y nos fuimos separando. Cuando lo solté, una sonrisa se dibujó en sus labios.
-Sehun… ¿Quieres ir a un sitio más apartado?
-La última vez que me dijiste eso no pasó nada bueno… - Sonreí de forma pícara mientras le agarraba de la cintura y le atraía hacia mí. Él rió tontamente y apoyó sus manos en mi pecho.
-No seas tonto, no me refería a eso… ¿Vienes? – Se separó y me tendió su mano, la cual no dudé en agarrar fuertemente. Entrelazamos nuestros dedos y me dejé guiar por él, preguntándome dónde sería ese sitio al que quería llevarme.