Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No quiero decirte adiós. por AntaressTears

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Es un fanfic algo personal, una pesadilla que no deja de atomentarme. 

Lo escribí un día simplemente porque necesitaba hacerlo, lo adapté hoy en la madrugada. No quise matar a Sehun de nuevo como era mi costumbre, así que Kai fue el escogido para eso. 

Creo que lo hice bien, les debo un fanfic bonito, a ustedes y a mí misma.

 

El viento movía tus oscuros cabellos mientras corrías hacia mí, desesperado. Gritaste mi nombre cuando creíste que no lograrías llegar a tiempo, supongo,  yo no entendía por qué corrías así. Cuando las luces iluminaron tus pupilas pude ver el miedo en ellas; lo sentí claramente y supe que estaba pasando algo malo, pero no sabía qué.

 

 

No advertí el peligro en el que me encontraba hasta que fue demasiado tarde; ya estabas a mi lado tratando de sacarme de allí. Lo habías logrado, Jong In, estabas conmigo, y hubiera deseado que no lo hicieras. Lo habría hecho si tan sólo no hubiera sido demasiado tarde; ya estaba lejos de ti y sonreíste, me sonreíste por un segundo y creí que ya había pasado todo.

 

 

Que equivocado estaba.

 

 

Tus ojos se cerraron al sentir el golpe, tratando de contener el dolor que yo, sin darme cuenta, te había hecho pasar. Quise gritar, hacer algo, quería que me miraras con tus hermosos ojos oscuros y me dijeras que todo iba a estar bien. Que todo era mentira; que tú no estabas allí tirado convulsionándote mientras la sangre escapaba con tu vida, creando un charco rojo bajo tu espalda que yo no quería ver. No quería, no podía. Por un momento pensé que estaba soñando, que me iba a despertar junto a ti y te ibas a reír de lo que yo había soñado, como siempre hacías.

 

 

Pero eso no iba a ocurrir, algo en mi mente ya lo sabía.

 

 

Te miré sin poder moverme mientras la gente a nuestro alrededor gritaba, aterrada por el accidente y la sangre que salía sin control de tu cuerpo; mi mente estaba en shock mientras tú te debatías entre la vida y la muerte en el suelo, mirándome, implorándome que me acercara. Tan cerca pero tan lejos, un par de metros nos separaban y yo no podía cruzarlos, mis piernas no se movían. Y aun así, algo en mí me decía que debía hacerlo. Porque tal vez tendrías que irte, alejarte para siempre. Porque tal vez sería aquella la última sonrisa que me dedicarías.

 

Y cuando crucé, cuando caminé esos cinco pasos, cuatro lágrimas bajaron de mis oscuros ojos. Pequeñas y cristalinas, cayeron al suelo antes de que pudiera limpiarlas; dos cayeron en el suelo, y dos en tu sangre, mezclándose con ella sin dejar rastro. “No, por favor” pensé, “tú no, por favor”, no me podías dejar, ahora no. Te quería, te necesitaba, te amaba tanto que dolía. Más lágrimas bajaron por mis mejillas; las dejé de correr sin limpiarlas, tal vez… si las vieras sabrías que me preocupé tanto por ti.

 

Recuerdo haberme asustado por el líquido rojo que salía de tu espalda y de tu boca. También recuerdo haberme sentado al lado tuyo y acariciarte el rostro, el pelo, el cuello, las mejillas...  Las ambulancias ya se vienen, te dije, ¿recuerdas?, cuando creí que todo iba a pasar. Tú me sonreíste, sin soltar el pecho que tan fuertemente te apretabas con tu brazo izquierdo. Me tomaste la mano con la tuya, antaño cálida y ahora fría como la nieve, y me miraste a los ojos por un segundo. Cuídalo, dijiste, y sé feliz. Y me soltaste, soltaste mi mano.

 

Supe que no volverías a sonreír.

 

Me levanté sin soltar una lágrima más, con los ojos abiertos y la ropa llena de sangre del cuerpo del que fue mi mejor amigo, mi amante, mi novio, mi prometido. Ahora era sólo un cuerpo vacío sin sentimientos. No eras tú aquel que estaba tirado en el piso, muerto. No, definitivamente no eras tú aquel que se había ido frente a mis ojos, sonriendo a pesar del dolor. No, no podías ser tú. No, no podía aceptarlo. No eras tú, ¿cierto? No te estaba dejando atrás, ¿cómo se te ocurre? No te habías ido, ¿verdad?

 

Cuando me di cuenta que todas las respuestas eran sí, que sí eras tú, sí te estaba dejando atrás y sí te habías ido, cuando me di cuenta de todo esto me desmayé. Y lo siguiente que recuerdo es estar en tu funeral, con marcas de lágrimas en mi rostro y con una herida sin sanar en el corazón.

 

Eras la persona más importante para mí, y aun así te estabas alejando para siempre. Habías venido ése día para verme; y el mismo lugar donde tantas veces sonreímos se convirtió, irónicamente, en el final de nuestra historia juntos.

 

 

Que te hayas ido es mi culpa, mi amado Jong In.

 

 

Y mi mente no deja de recordármelo.

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer. 

Nuevamente para ti, Stefan. Por esos recuerdos que no puedo dejar ir.

Twitter de contacto: @RosasDeNubes

Comenten si así lo desean, cualquier comentario será bien recibido. 

Yo les diré eso que Kai no pudo.

Adiós ~~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).