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Para siempre por keny_shawol

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Notas del capitulo:

 

   Aquí de nuevo. Espero que les gustara la actualización de shampoo. Este one-shot, se lo escribí a mi hermana, es una adaptación, lo encontré y pensé ¿Por qué no adaptarlo a MinKey? Y aquí esta, es un poco largo, pero espero que les guste tanto como a mí.

-No te vayas- suplicaba KiBum, el más alto lo miraba con tristeza. El mas que nadie deseaba no tener que irse, pero lo tenia que hacer.

 

-No puedo, lo siento KiBum- hablo con sinceridad MinHo.

 

-MinHo- sollozo el chico de finas facciones.

 

-Te llamare, regresare, lo prometo- aseguraba MinHo. Lo llamaría todos lo días, y cada que tuviera una oportunidad lo visitaría. No lo quería perder y aunque estuvieran a kilómetros de distancia, el pondría todo de su parte, para que su relación no se acabara.

 

-¡No!, no lo harás, olvidaras todo, me olvidaras- Ese era su mayor miedo, que el menor se fuera, y lo olvide. Si eso sucedía KiBum moriría, el amaba demasiado al mas alto para perderlo. No lo soportaría.

 

-No lo hare- tomo el pequeño rostro de su pareja, entre sus grandes manos- KiBum te amo, siempre lo hare- beso con ternura lo delgados labios, tratando de demostrarle que no mentía, que lo amaba, y que regresaría.

 

-No quiero que te vayas- lagrima tras lagrima bañaban el pequeño rostro de KiBum, y MinHo se encargaba de limpiarlas con sus pulgares.

 

-Sera solo un tiempo- el mayor se abrazo al más alto con todas sus fuerzas. Necesitaba sentirlo.

 

-¿Dos años? Dos años ¿te parece solo un tiempo?- hablo con ironía.

 

-Lo superaremos- sentencio, para después besar esos labios que tanto le gustaban.

 

 

Abrió los ojos con pesadez, ¿Cuánto tiempo había pasado desde ese día? Meses, tres para ser exactos. Y aun dolía como el primer día.

 

-Toma- JinKi, le extendió una taza té- te hará bien- el rubio sonrió en agradecimiento.

 

-Gracias-

 

-Sabes que no te hace bien regresar a este lugar – hablo calmado el mayor. KiBum sonrió con tristeza, y recorrió con la mirada la pequeña cafetería.  

 

Había sido el lugar de su primera cita. Conoció a MinHo en la universidad, era unos meses menor, jamás se habían visto. Fue hasta un tarde que Choi venia corriendo, sin darse cuenta de su camino, ninguno de los 2 se habían visto, venían con tanta prisa, que no se fijaban del camino. Ambos se estrellaron uno contra el otro, tirando todos los papeles. KiBum por supuesto le había reclamado, pero Choi no lo tomo en cuenta, se había quedado hipnotizado por la belleza del mas bajo.

 

-Estoy bien JinKi- tomo un poco del té- además tengo que tomar de tu maravilloso té, aunque sea una vez por semana-

-Ambos sabemos que ese es solo un pretexto- KiBum hizo una mueca de disgusto. ¡Lo era! Y el mas que nadie lo sabia, pero no podía evitarlo, cada viernes después de clases venia con MinHo a la cafetería, se había vuelto una rutina.  

 

-Estoy en todo mi derecho de venir por un té, ¿no?- el chico asintió.

 

-Es solo que no me gusta verte triste- Y el tampoco quería estar triste, pero es que todo le traía recuerdos, todo le recordaba a MinHo.

 

 

 

-Te amo- confeso el alto, las mejillas de KiBum se tornaron de un color carmesí.

 

-También te amo- dijo besando la mejilla del alto.

 

-Eres mío KiBum- así era Choi, posesivo, pero no importaba por que KiBum lo quería tal y como era.   

 

 

MinHo subió las escaleras, hasta su habitación. Aun recordaba perfectamente el día en que se había confesado al mayor, podría decir que fue el mejor día de su vida.  

 

Entro a su habitación, tirando su mochila en cualquier lugar. Se recostó en la cama y suspiro. Hoy había sido un día muy largo, el solo tenía 22 años, y debía aprender a manejar una empresa.

 

-MinHo- MinSeok, el hermano de MinHo entro a la habitación.

 

-Tengo sueño- dio la vuelta en la cama, dándole la espalda a su hermano.

 

-¿Seguirás sin hablarnos?- inquirió el mayor, sentándose en la cama.

 

-No tengo nada que decir-

 

-No puedes seguir ignorándonos-

 

-¿Qué quieres que les diga?- se incorporo y camino por la habitación- ¿Por qué yo? Tu eres el mas grande, yo no debería estar aquí- estallo, el no quería hacerse encargo de la empresa, no le parecía justo, el era el menor, a el ni siquiera le gustaba todo lo relacionado con números y cuentas.

 

-MinHo, somos tu familia- ¡Y vaya familia! Pensó el más alto.

 

-¿Y por que mudarnos? ¿No podía estudiar en Corea? ¿Por qué hasta Japón?- MinHo solo quería regresar a su vida, el solo quería ser feliz a lado de KiBum.

 

-Sabes bien que el era una distracción-

 

-¡No lo era!- grito asustando a su hermano. El no era una distracción en su vida, KiBum hacia su vida más feliz, mas divertida, KiBum era su vida- No es justo hyung, por que tu no ocupaste mi lugar- MinHo bajo la mirada, en verdad le dolía esta situación.

 

Su padre murió un año atrás, el moreno sufrió mucho, él amaba al hombre, era su ejemplo a seguir. Después de la muerte del señor, vino lo peor. La madre de MinHo llego con la noticia que debían mudarse a Japón, y que el pequeño MinHo , debía tomar las riendas de la empresa, que para estos momentos se encontraba en una situación muy difícil, debido a los malos manejos de su tío.

 

¿Y por que MinHo? Simple, su padre así lo quiso, por que el siempre supo que MinHo daría lo mejor de el, y haría lo correcto, y como fue el ultimo deseo de su padre, el moreno no se pudo negar. 

 

Su madre lo obligo a hacerse cargo de todo, tenia un plazo para que la empresa se recuperara las perdidas, y vuelva a ser la de antes. Lo obligo también a mudarse, pues según la mujer, KiBum seria una gran distracción.

 

 

 

-Haremos lo que tu quieras- hablo calmado el alto, mientras entrelazaba sus manos con las de KiBum. 

 

-¿Enserio?- pregunto ilusionado. Desde hace días, quería ir a visitar la nueva cafetería de la cual todos hablaban, pero sabía que MinHo le gustaba diferentes actividades.

 

-Siempre haremos lo que tu quieras KiBum- Era así, MinHo seguiría siempre a KiBum a donde el quiera.

 

 

-Han pasado meses ya- comento TaeMin- no puedes quedarte encerrado todo el tiempo-

 

-Lo se- sonrió. Pero el caso es que no quería moverse de su casa, creía que en cualquier momento MinHo entraría por la puerta. Pero eran ilusiones, eso jamás pasaría.

 

-Hay una fiesta hoy- dijo con cautela el menor- ¿Me acompañarías?- KiBum lo pensó unos momentos, su amigo tenia razón, no podía quedarse sin hacer nada, esperando por MinHo, el no regresaría- no en un tiempo- debía distraerse.

 

-Esta bien- el menor sonrió.

 

A veces se preguntaba por que tenía que pasarle justo a ellos. Entendía la postura de MinHo, pero sus miedos no desaparecían, ¿Y si lo olvidaba? ¿Y si conoce a alguien? Esas preguntas lo atormentaban día y noche, no quería ni imaginarse que es lo que sucedería si eso llegase a pasar.

 

 

 

-Feliz cumpleaños KiBummie- sonrió el alto. Le había costado encontrar el regalo perfecto, pero lo había conseguido.

 

-Gracias- dijo dándole un dulce beso a su pareja- te amo-   

 

 

“Feliz Cumpleaños. Te Amo”

Había sido solo ese pequeño mensaje, pero el pensaba que fue lo mejor de todo el día, tal vez KiBum no le había dado un regalo, pero ese mensaje fue perfecto, justo lo que necesitaba mejorar su día.

 

Leyó el mensaje un par de veces mas y una sonrisa se poso en su rostro, ¿Hace cuanto no sonreía? Ese pequeño mensaje, había sido su única comunicación con su pareja, desde su partida, si, el había prometido llamarlo, pero sentía que si escuchaba su voz, tomaría el primer vuelo a Corea, para estar con el.

 

-MinHo- su hermano se acerco a el- ves es todo lo que necesitabas- el nombrado murmuro un “si” y se dispuso a salir de lugar.

 

Camino entre la multitud, que se encontraba en su casa. Música a todo volumen, personas bailando y bebiendo, ¡Esa había sido su fiesta! Pero era lo que menos quería.

 

Salió al jardín, busco su teléfono en su bolsillo y marco el numero. No importaba, si después se sentiría mal, necesitaba escuchar la voz del chico de mirada felina.

 

-¡MinHo!- escucho el pequeño grito de su pareja, e imagino la sonrisa, que- estaba seguro- se poso en el rostro del mayor.

 

-KiBum, te acordaste-escucho la risa del mayor y sonrió por inercia.

 

-¿Cómo no me voy a acordar?-

 

-Han pasado meses, pensé que lo olvidarías- se hizo un silencio incomodo, era un tema delicado.

 

-Siempre lo recordare-susurro- MinHo- hablo el mayor- es difícil esto, ¿Podremos superarlo? Es una relación a distancia, ¿Aun tenemos lo nuestro? Lo he pensado y creo que es mejor…-

 

-¡No!-grito, sabia a lo que él se refería- ¡No lo digas!-

 

-MinHo yo no…- ahora escuchaba los sollozos del mayor.

 

-No puedes hacerme esto… tu no- Él debía esperar por el. ¿Acaso lo había olvidado? Él que le había rogado por que se quedara, ahora quería terminar su relación- No sabes lo que estas diciendo- hablo mas calmado- hablamos otro día- y sin mas termino la llamada.

 

 

 

-Nos casaremos- aseguro el alto.

 

-¿A si?- pregunto divertido el mayor.

 

-Nos casaremos y adoptaremos un bebé-  acaricio la mejilla del mas bajo, y después atrapo sus labios entre los suyos, sellando la promesa.

 

 

¿Dónde había quedado aquella promesa? Desde que MinHo partió, olvido todo lo prometido. Se sentía tan culpable, había olvidado todas esas promesas y estuvo a punto de terminar con el.

 

-Tranquilo- decía JinKi- todo estará bien-

 

-No creo que todo este bien- hablo entre sollozos KiBum. Aun podía escuchar a la perfección los gritos de MinHo.

 

-Solo fue un momento de debilidad- trato de calmarlo el mayor. ¿Debilidad? ¡Quería terminar con el! Sentía que no podía soportar más tiempo esta situación. 8 meses habían pasado y cada día era peor que el anterior.

 

El antes confiaba ciegamente en el menor, pero ahora no estaba muy seguro. Los ¿Qué pasaría…? ¿Y si…? Eran constantes, ¿Sera que su amor no es tan grande?

 

-Quise terminar con el- las lagrimas no dejaban de bañar su rostro- lo quiero conmigo-

 

-El tiempo pasara rápido, te lo aseguro- el castaño trato de sonreír, dándole seguridad- el lo prometió y yo confió en el- JinKi concia a Choi desde hace 10 años, sabia que el moreno no mentía y también sabia lo mucho que amaba al rubio. Pudo darse cuenta cuanto lo amaba el día que partió, fue la primera vez que lo vio llorar y ahí lo supo, pero MinHo amaba a su padre y el cumpliría el ultimo deseo de este.

 

-¿Como puedes estar tan seguro?- pregunto un poco mas calmado. Él siendo su pareja no lo podía asegurar, no estaba tan seguro como lo estaba JinKi.

 

-Yo se lo que te digo- sonrió- y también recuerdo haberte dicho, que trataras de no venir- el rubio asintió, pero no podía dejar de hacer. El lugar estaba un poco cambiado, pero siempre seria ese lugar mágico, cálido, agradable, donde tuvieron su primera cita.

 

 

 

-No podre- MinHo miraba sus notas, no le había ido muy bien, en algunas materias.

 

-Si podrás- aseguro su pareja- Yo te ayudare a estudiar, no te dejare hasta que no aprendas- dijo con una sonrisa.

 

-¿Me ayudaras a estudiar?- pregunto confundido, pues KiBum por las tardes tomaba algunas clases de baile, y el no quería que dejara  de hacerlo por el- ¿Y tus clases?-

 

-Puedo ausentarme unos días-

 

-Pero…- no pudo continuar pues KiBum lo había besado.

 

-Yo se lo que hago- susurro para atrapar de nuevo los esponjosos labios.

 

 

-Esto esta mal- su madre miraba el reporte mensual de la empresa- ¿MinHo que estas haciendo?-

 

-Lo siento, daré lo mejor de mí- su madre lo fulmino con la mirada, no podía gritarle- no por ahora- todo los accionistas se encontraban ahí.

 

-Eso espero- media hora después la junta había terminado, y ahora se encontraba solo con su madre.

 

-Deberías poner todo tu esfuerzo- hablo su madre, Choi frunció el ceño y negó con la cabeza, ¿Qué quería? Que viviera en la empresa, que desayunara, almorzara y cenara negocios, el daba lo mejor de para sacar la empresa adelante.

 

-Hago todo lo que puedo-hablo lo mas calmado que pudo- ni siquiera tengo 30 años y me hago cargo de la empresa-

 

-Es tu responsabilidad MinHo- la mujer tomo un poco del café, que dejo olvidado- deja de ser tan caprichoso y egoísta-

 

-¿Caprichoso y Egoísta?- ¿Cómo podía decir eso? El dejo todo lo que mas quería en Corea, por ella- No sabes de lo que estas hablando- respiro hondo- tu me trajiste obligado y amenazado- él no podría regresar, si no salía todo como su madre quería. Lo había amenazado con destruir todas las oportunidades de KiBum en el baile. 

 

-¡Basta MinHo!- la señora se levanto y apoyo las manos en la mesa- tu padre así lo quiso, ¿Acaso lo decepcionaras?- MinHo callo, no podía debatir con eso, jamás decepcionaría a su padre- te queda un año pequeño, tu sabes lo que harás- dijo por ultimo para después retirarse del lugar.

 

 

 

-¿Celoso?- pregunto divertido el rubio.

 

-No- MinHo desvió la mirada, y KiBum rio, el moreno no sabia mentir.

 

-Bien, pues me voy- KiBum se incorporo y camino alejándose del alto, pero no dio ni 4 pasos, el alto tiro de su muñeca acercándolo a el, para abrazarlo posesivamente.

 

-Ere mío KiBum- susurro en su oído- Me perteneces, todos deberían saberlo ya-

 

 

-JongHyun, Kim JongHyun- se presento- un gusto en conocerte. TaeMin me hablo mucho de ti- KiBum sonrió, miro a su amigo que sonreía traviesamente, recordaba haberle dicho claramente, que aun seguía siendo pareja de Choi, que no necesitaba conocer a nadie.

 

La cena transcurrió, entre risas, platicas, anécdotas de cada uno de los presentes y un TaeMin emparejando a todo el mundo.

 

¿Debería decirle a MinHo?  Tal vez, pero conociéndolo sabría que se pondría muy celoso, aunque el no haya hecho nada malo, solo conoció a ese chico.

 

-Una noche maravillosa- dijo JongHyun acercándose a el.

 

-Lo fue-

 

-Espero que podamos repetirlo, tal vez una noche, tu y yo-

 

-No creo que eso sea posible, lo siento- se disculpo- tengo pareja-

 

No negaba que JongHyun era un chico encantador, pero el ya amaba a alguien, que esperaba pronto regresara.

 

 

 

-JongHyun y yo estamos juntos- No, no y no. ¿Cuándo había sucedido? El no lo espero.

 

-Tardaste MinHo- hablo KiBum, entrelazando sus manos con las del mas bajo- El estuvo aquí, cuando tú no estabas-

 

 

Se levanto de golpe, sudado y agitado. “Solo fue un sueño MinHo” se dijo a si mismo. Debía hacerlo, debía llamarlo. No es que desconfiara- un poco- pero ChangMin le había puesto la duda, el había dicho que estaba muy alegre con ese tal JongHyun, que por lo poco que sabia- por que si lo conocía- estaba al tanto de que le gustaba KiBum, y eso no podía suceder, no podían estar juntos.

 

Tomo su celular de la mesita de noche y salió al balcón que había en su habitación.

 

-¿MinHo?- la voz adormilada de KiBum contesto- son las 3 e la mañana, ¿Pasa algo?-

 

-¿Me amas?-

 

-¿Por qué preguntas?-

 

-Contesta- exigió- ¡Dime!-

 

-MinHo, te amo- dijo alterado- Estoy esperando por ti, créeme si no lo haría si no te amara-

 

-¿Por qué saliste con JongHyun?-

 

-¿Quién te dijo eso?-

 

-Acaso importa- tronaba y relampagueaba afuera. Perfecto, justo como se sentía.

 

-Primero no salí con el, solo lo conocí en una cena, que organizo TaeMin- trato de hablar calmado- ¿No confías en mi?-

 

-No es eso- trato de explicar.

 

-No lo haces- aseguro.

 

-Tu tampoco- todo lo que pensaban estaba siendo revelado. La distancia hacia estragos en la relación.

 

¿Dónde había quedado su perfecta relación? Todos sus amigos siempre se lo decían, tenían la relación perfecta, se amaban, había confianza, sin peleas, con cariño y sobre todo amor. Pero no todo es color de rosa, no todo tenía un final feliz, y ellos creían que su final estaba llegando.

 

-¿Entonces que estamos haciendo?- pregunto dudoso- ¿Por qué seguimos así?-

 

-Por que te amo y no quiero perderte- confeso el alto.

 

-También te amo, pero solo nos estamos lastimando-

 

-¿Seguiremos así?, ¿Terminaremos cada que hablemos por teléfono?, ¿Cómo llegamos a esto?-

 

-No lo se- ninguno lo sabia- Hablamos después-

 

-¿Seguiremos ignorándolo? ¿Lo dejaremos pasar?- y es que ninguno de los 2 quería pronunciar esas palabras, por que ninguno quería terminar, a pesar del daño que se hacían.

 

-Hablamos otro día- dijo el mayor. Ambos cortaron la llamada al mismo tiempo. No tenia caso seguir hablando.

 

 

 

-Eres hermoso KiBum- decía el alto, mientras daba besos por todo el rostro del mayor.

 

-MinHo- susurro el rubio. Se retorcía de placer debido a las caricias que proporcionaba el alto en todo su cuerpo

 

-¿Estas seguro?- dijo MinHo deteniendo todas las caricias. Era la primera vez de ambos, eran jóvenes, pero ya querían sentirse, querían entregarse el uno al otro.

 

-Si es contigo, siempre lo estaré- beso los labios del moreno con pasión. Esta era su noche, hoy se entregaría al alto, por que lo quería, por que lo amaba y era su forma de demostrárselo.    

 

 

“Te Amo, no lo olvides”, “Pronto estaremos juntos”, “Lo siento, tal vez nos excedimos, todo estará bien”

Leía cada uno de los mensajes, habían sido los últimos. 4 meses para ser exactos, habían pasado, el plazo de MinHo se había cumplido, pero el no regreso.

 

-No puedes seguir así- hablo TaeMin, que entraba en la habitación.

 

-Quiero estar solo-

 

-JinKi, quiere que vayamos a la cafetería…-

 

-No estoy de ánimos-

 

-KiBum, por favor-

 

-No quiero- TaeMin se marcho.

 

2 años esperando, 2 años de peleas, 2 años queriendo continuar con esa relación que le hacia daño, pero que no podía dejar. 2 largos años, ¿Y que recibió? Nada. Ni siquiera un llamada, al menos merecía saber, ¿Dónde estaba?, ¿Qué es lo que pasaba? Pero nada, no sabia nada de MinHo.

 

 

 

-¿Esperaste por mucho?- el alto llego agitado, por haber corrido. El rubio sonrió y negó con la cabeza. Mentía, había esperado por más de media hora, pero sabía cuanto MinHo amaba jugar futbol y cuanto es lo que se tardaba.

 

-Vamos- entrelazo sus manos con las del alto. Esta noche, seria solo de él.

 

 

-JinKi- MinHo entro corriendo, sudado, con unas maletas en sus manos- ¡Hyung!-

 

-¿Quién esta gritando…?- JinKi llego con ganas de gritarle a la persona que irrumpía el pequeño lugar, pero callo al ver al chico que estaba parado enfrente de el. Abrió la boca en señal de sorpresa, la taza que traía consigo, se estrello en el suelo, parpadeo un par de veces, aun asimilando que MinHo estuviera ahí.

 

-Hyung- el más alto se acerco.

 

-Eres tu- JinKi lo estrecho entre sus brazos, el también lo había extrañado- Yo sabia que regresarías, ¿Cómo estas?, ¿Dónde estuviste?, ¿Por qué no llamaste?- lo bombardeaba de preguntas. El alto sonrió, su hyung no había cambiado en nada.

 

-Un larga historia- que después le contaría, pero ahora necesitaba encontrar a cierto chico bonito de sonrisa coqueta- ¿Dónde esta? Fui a su casa, pero se mudo, por favor hyung, necesito saber donde esta KiBum- suplico.

 

-Yo…- dudaba en decirle, el había estado un poco mejor.

 

-Por favor- suplico de nuevo. JinKi vio la suplica en sus ojos, vio el amor y la desesperación. Asintió, debía hacer lo correcto.

 

 

 

-Toda la vida… para siempre- entrelazo sus grandes manos, con las delicadas y suaves manos del mayor- hasta que estemos viejitos – el mayor rio ante su idea, pero el alto lo quería  a su lado, el resto de su vida.

 

-Serás el viejito más adorable- aseguro con una sonrisa.

 

-Te amo- beso al mayor con delicadeza, sellando su promesa.

 

 

Salió al jardín de su nuevo hogar. Era una tarde maravillosa, pero el no podía disfrutarla. Cuando se encontraba solo, recordaba al alto. Había pasado más 7 meses y seguía sin noticas de MinHo, ni siquiera una llamada. No debía pensar en él, se suponía que debía seguir con su vida.

 

-¿Me olvidaste?- pregunto al aire, como si el pudiera escucharlo- ¿Encontraste a otra persona?, como pudiste olvidar, todas las promesas-

 

MinHo veía y escuchaba cada palabra. JinKi le había dado la dirección y una de las copias de la llave de la casa de KiBum. Si tal vez estaba violando una ley, entrando así, pero necesitaba verlo y explicarle todo. Camino hasta quedar atrás de KiBum.

 

-Jamás te olvide, pensé en ti cada día, desde que nos separamos- KiBum dio la vuelta rápidamente, apenas escucho la voz.

 

-¿MinHo? Eres tu- el alto sonrió, ambos estaba un poco cambiados, pero seguían siendo los mismos. Choi no lo resistió, y abrazo al mayor, respirando el aroma que este emanaba, ¡Cuánto lo había extrañado!- ¿Cómo pudiste?- grito KiBum, deshaciendo el abrazo- ¿Por qué?- las lagrimas habían comenzado a salir, golpeaba el pecho del alto con sus pequeñas manos, MinHo se dejo hacer. Lo merecía.

 

-Estoy aquí, regrese- los golpes iban cediendo y solo se escuchaban los sollozos del mayor- Lo siento mucho- se disculpo- perdóname KiBum-

 

-Ni una llamada, ni un mensaje- reclamo KiBum.

 

-Lo siento, siento haber tardado, siento no haber llamado, siento no llegar cuando te prometí, siento no haber estado a tu lado, siento hacerte pasar por todo este dolor- y podía seguir y no le alcanzarían las palabras para pedirle perdón.

 

-¿Por qué no llamaste?, ¿Qué paso?- el rubio estaba dolido

 

-Fue difícil-

 

MinHo no pudo levantar la empresa en el plazo dado, su madre estaba furiosa, no lo dejo marcharse. Lo hizo trabajar día y noche para poder recuperar las pérdidas, que cada día parecían no tener fin.

 

No había llamado por que apenas y tenía tiempo, su madre no lo dejaba solo ni un momento. La mujer creía que toda la culpa recaía en KiBum- quien a pesar de estar lejos- seguía distrayendo a su hijo.

 

Todos los días, quería al menos escuchar la voz del rubio, pero por un parte sabia que no podría, si no dejaría todo y decepcionaría a su padre, y es lo que menos quería.

A pesar de todo MinHo creía en el amor que se tenían, claro tuvo sus dudas, pero se encargo de desecharlas, también tuvo sus momentos de debilidad, y estuvo a punto de dejarlo todo, pero se reponía, pensando que solo unos meses mas podría regresar y al fin ser feliz.

 

Quiso dejar todo listo, así el podría regresar a Corea sin ninguna preocupación. Dio lo mejor de el, y dejo en las mejores condiciones la empresa a su hermano, el se haría cargo de su parte, en Corea.

 

MinHo le conto todo, con cada minino detalle. KiBum lo escuchaba atento, pero seguía molesto. ¿Por qué dejo que esto pasara? ¿Qué hubiera pasado si el se marchaba lejos? O peor aun si el lo olvidaba.

 

Pero tampoco podía negar que su corazón brincaba de alegría, al saber que el chico había regresado, y aun lo amaba tanto como el amaba a Choi. El siempre entendió la postura de MinHo, sabia también que no le agradaba a su madre, y cuanto deseaba Choi cumplir el sueño de su padre, aunque el odiara los negocios.

 

-Espero que me entiendas, se que debe ser difícil- hablo después de unos minutos de silencio- nunca quise hacerte daño, y ahora me doy cuenta, que no fue la mejor manera de llevar esta relación-

 

-No lo fue- aseguro el mayor.

 

-Y lo siento- se disculpo de nuevo- pero jamás te olvida, te amo, y pensé…- pero el alto no pudo continuar de hablar, unos delgados labios se estrellaron contra los suyos, callándolo.

 

Ambos lo necesitaban, un beso, un abrazo, se necesitaba. Lo beso de nuevo reconociéndolo, disfrutándolo, había extrañado los besos del mayor, lo beso como si no hubiera mañana, demostrándole cuanto lo amaba.

 

-No vuelvas a hacerlo- sentencio.

 

-No lo hare- le dio un fugaz beso al mayor- Esta vez para siempre-

-Ya me has prometido muchas cosas- recordó el mayor. Muchas promesas, que aun no cumplía.

 

-Y las cumpliré, cada una – por que ahora no se separarían nunca, no pensaba dejarlo ir, el regreso para quedarse- Te amo-

 

-Te amo-

 

Se besaron sellando una nueva promesa, amándose como nunca dejaron de hacerlo. No importaba el pasado ya, ahora solo existía el futuro que estaba por crear. Un futuro lleno de amor, siempre juntos, por que esta vez, nada los separaría.  

Notas finales:

¿Qué les pareció? Es un poco dramático?, pero me gusto, claro ustedes tendrán la ultima palabra.

 

No vemos!


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